viernes, 1 de julio de 2022

Fraterno reconocimiento y un regalo en el “día del historiador”

La Historia es cosa del presente, no de la memoria

Por Miguel Carrillo Bascary

Sirva esta breve reseña como un cálido abrazo a todos los colegas que hacemos de la ciencia de Clío nuestra pasión y el objeto de nuestros mejores desvelos.

No por esto debemos olvidar que la existencia tiene sentido si nos comprometemos en cada día que nos ha sido dado vivir; que cada ser humano es único, irrepetible y necesario en la Historia del universo.

Nuestras vidas son inconmensurables chispas del amor que Dios nos dispensa a todos y a cada uno, hasta el punto de habernos considerado sus amigos y hermanos, hijos de María, nuestra Madre común.

Nada más equívoco que recluirnos en la comodidad de saberes nostálgicos de una vana erudición. Contra lo que se piensa la Historia solo vale como herramienta para PROTAGONIZAR el presente.

Escrito esto, me permito recordar que desde la sanción de la Ley Nº25.556, aprobada en el 2002 se conmemora el 1º de julio de cada año como “día del historiador”, como dice la obra:

“… a los efectos de recordar y homenajear el esfuerzo que han realizado y realizan los escritores, investigadores, profesores y aficionados dedicados al estudio, propalación y análisis de los acontecimientos de carácter histórico”.

Como vemos, se trata de una muy justa caracterización, amplia, no academicista, que reconoce los aportes de diversas vertientes del análisis historiográfico.

La fecha se remonta al 1º de julio de 1812, momento en que el Primer Triunvirato (1) dispuso que:

“… se escriba la historia filosófica de nuestra feliz revolución para perpetuar la memoria de los héroes y las virtudes de los hijos de América del Sud, y la época gloriosa de nuestra independencia civil, proporcionando un nuevo estímulo y la única recompensa que puede llenar las aspiraciones de las almas grandes”. 

A título de crónica oficial de la revolución se confió este cometido a uno de los más eruditos hombres políticos de aquel entonces, el sacerdote Gregorio Funes (2) quien lo cumplió con su “Ensayo de la Historia Civil del Paraguay, Buenos Aires y Tucumán” (2 tomos), editado en 1816, a los que la Historiografía nacional considera el primero intento de interpretar los acontecimientos que eclosionaron con el proceso emancipador de la hoy República Argentina.

El deán Gregorio Funes y la portada de su libro

Les mando de regalo el texto de esta obra primigenia de la historiografía nacional que podrán bajar desde https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/7/72/Ensayo_de_la_historia_civil_%28Tomo_1%29_-_Gregorio_Funes.pdf

San Isidoro de Sevilla y San Beda, el Venerable

La Iglesia Católica señala a dos notables eruditos como patronos de los historiadores (paradigmas). La herencia hispánica singulariza a san Isidoro de Sevilla, llamado “el Español” (3) y distingue con igual patrocinio a san Beda, “el Venerable” (4). 

Ambos vivieron en la Alta Edad Media, aquella época que muchos caracterizan como el tiempo del oscurantismo, olvidando la extraordinaria labor que hicieron los monjes y otros religiosos para preservar los tesoros legados por la Antigüedad Clásica durante el auge de las invasiones bárbaras y su capital labor que permitió el desarrollo del pensamiento como una estructura evolutiva y no cíclica, donde el hombre es actor principal de la Historia y no juguete de los dioses. 

Ahora sí,  ¡A celebrar Nuestro Día, que no es poco!

 

Notas:

1.- Este Triunvirato, que fue la autoridad ejecutiva en las Provincias Unidas del Río de la Plata entre el 23 de septiembre de 1811 y el 8 de octubre de 1812, en esa fecha estaba integrado por Manuel de Sarratea, Feliciano Chiclana y Bernardino Rivadavia.

2.- Gregorio Funes (1749, Córdoba-1729, Bs. Aires), se educó en Universidad de Alcalá de Henares de la que egresó en 1779. En su momento se lo distinguió como canónigo en la Catedral de la ciudad de Córdoba, de la que fue deán, esto es quien preside el cabildo de la diócesis, por lo que llegó a actuar en vacancia de su importante obispado. Desde el año 1807 fue rector de la prestigiosa universidad de aquel nombre para la que diseñó reformas de avanzada a su programa. Fue un decidido patriota y tuvo una activa participación en el proceso revolucionario. Cabe señalar que renunció a representar a su provincia en el Congreso que se reunió en Tucumán en 1816, que declaró la independencia. Su prestigio fue tal que medió entre los caudillos del Litoral promoviendo un acuerdo que se conoce con el nombre de Tratado del Pilar, piedra fundamental del federalismo argentino.

3.- San Isidoro de Sevilla (Cartagena, ca. 556-Sevilla, 636). Era el menor de sus tres de sus hermanos, todos considerados como santos. Fue obispo en la ciudad que referencia su caracterización. Plurifacético erudito, la principal de sus obras es “Etimologías” (ca. 634), una verdadera summa del conocimiento humana, por lo que se lo considera padre del enciclopedismo es decir, de la metodología científica. Gran reformador de la Liturgia supo tener particular sensibilidad con los necesitados. El papa Inocencia III lo proclamó “doctor de la Iglesia” en 1722. Su fiesta es el 26 de abril.

4.- San Beda nació en Newcastle, hoy Inglaterra, ca. 672/ 673, en plena Alta Edad Media, murió en el 735. Su obra más recordada es “Historia eclesiástica del pueblo de los anglos” que escribió hacia el 731. El sínodo de Aquisgrán (836) lo proclamó como “Doctor de la Iglesia” y “Venerable”, una caracterización que mantuvo cuando en 1899 fue canonizado por el santo papa León XIII. Su festividad es hoy el 25 de mayo.

2 comentarios:

  1. Apreciado Miguel, recibe un fraterno abrazo y mi reconocimiento a tu trabajo. Feliz día. Macacha

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  2. UN cordial abrazo Macacha también es tu día el 1º de julio, dado tu gran compromiso en transmtir nuestra Historia

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