Un caso práctico en materia de banderas de posición
Presidencia de la Legislatura, Córdoba
Por Miguel Carrillo
Bascary
La fotografía lo expresa
todo. Ambas banderas de posición deberían
estar flanqueando al sitial del presidente de la Cámara, de manera que sean
fácilmente advertidas por el cuerpo principal de legisladores y de que no
queden ocultas cuando las autoridades que lo flanquean tomen asiento.
Para corregir la desatención bastaría desplazar ambas las banderas unos
pocos centímetros en dirección al centro métrico.
Este es un error que se repite harto seguido en
diversos eventos, por lo que debería ser cuidadosamente controlado cuando se
arma la presidencia.
La ocasión es oportuna
para reiterar que la razón que justifica
colocar “banderas de posición” es testimoniar la legitimidad de la autoridad
a la que acompañan, sino ´que también representan al pueblo que le ha conferido
el mandato que ejerce. ¡Nada menos!
Como un detalle más, el sostén
oculto que permite desplegar parcialmente el paño de la enseña cordobesa tiene
que estar igualado con el que corresponde a la de Argentina. En un ámbito
formal del tipo que es el recinto de sesiones de una Legislatura, esta sutileza
resalta.
Sí, son detalles, pero en materia de Ceremonial toda atención es
poca y de no ser atendidos este tipo de desfasajes la imagen institucional
que proyectan es negativa.
¿Algo más? Sí, adviértase
el “protagonismo” desproporcionado
que tiene el matafuego. Mayor incluso que el de las banderas. ¿No hubiera sido
factible desplazarlo hacia su derecha?
Suele ser más común de lo que se piensa que escapen a la atención de una organización aspectos del entorno que inciden también negativamente en la prolijidad del armado.
Las flechas verdes señalan el correcto posicionamiento de ambas banderas.
Las rojas indican los lugares en los que primariamente se pudo colocar el matafuegos. Sin embargo, si de analiza el sector con mayor perspectiva, es evidente que el "intruso" pudo emplazarse algunos metros más hacia los lados. A los efectos de la seguridad no hubiera hecho diferencia.
Vemos aquí que las banderas de posición se han multiplicado, respondiendo a una tendencia en boga.
A la derecha del estado luce un solitario mástil destinado a la Bandera oficial de la Nación, es correcto. Ahora bien, tratándose de una legislatura provincial, creo que hubiera sido propio disponer un segundo mástil para izar en él la enseña de Córdoba. Espacio había y en el desarrollo del acto de inicio de las sesiones ambas podrían haberse elevado al mismo tiempo, con solo observar que la Nacional llegara el tope unos instantes antes. En definitiva, una forma más de acentuar la autonomía local, propia de un estado federal como el de Argentina.
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