El uso de banderas oficiales en eventos protocolares
Serie: Errores en el Ceremonial
Por Miguel Carrillo Bascary
Pareciera
innecesario destacar que las personas que se desempeñan en ámbitos donde el
Ceremonial y el Protocolo son herramientas de su profesión deben prestar
adecuada atención al uso de las banderas. Tan obvia atención se agudiza cuando
se involucra a la bandera de un país durante un evento oficial.
Si empleamos los
términos con propiedad, no cualquier paño parecido a una bandera es una “bandera”.
Para que caracterizar a la enseña oficial de un país, esta
debe reunir las características oficiales. En el único aspecto en
que el Ceremonial internacional autoriza adaptaciones es en el formato; ya que su
variedad es tal que justifica plenamente la liberalidad.
Sirva como
ejemplo la fotografía protocolar que ilustra el presente post. La toma
documento un reciente encuentro oficial entre los cancilleres de Argentina y de
Bélgica concretado en el Palais d'Egmont, sede del Ministerio de Relaciones Exteriores
belga.
Si se observa con detalle el Sol de la
bandera argentina no se corresponde con el modelo oficial, que vemos en la
foto Nº2; esta última tomada en la Cancillería argentina.
Comparemos seguidamente el
Sol dispuesto por la normativa vigente y el empleado en la Cancillería belga:
Lo
expuesto permite puntualizar varias circunstancias:
La forma de la Bandera Oficial de la Nación
argentina está determinada detalladamente por el Decreto Nº1650/ 2010. Puede accederse al texto normativo desde la Web del "Instituto Nacional Belgraniano" entidad oficial competente en la materia: http://manuelbelgrano.gov.ar/bandera/normas-iram/
Todo servicio
diplomático de un país que mantenga relaciones bilaterales con Argentina debería conocer esta norma y proceder en
consecuencia.
La primera foto
indicaría que la Cancillería belga no disponía de un ejemplar de bandera
argentina de características oficiales; lo que desde ya es una omisión significativa, toda vez que las
relaciones entre ambas naciones son sumamente fluidas, como lo demuestra la
visita que documenta el encuentro.
La delegación
argentino no pudo dejar de notar la
incorrecta representación del Sol en la bandera que se atribuye a su país.
La solemnidad de
la ocasión y el ámbito donde se concretó justificaban la mayor dedicación en la
preparación del entorno ya que era previsible, como ocurrió, que las
fotografías que se tomaran recorrieran el mundo; lo que magnificó el error.
El funcionario argentino
competente debió señalar el problema
a su par belga, en forma previa y discreta, para intentar reemplazar el paño
cuestionado con la debida anticipación a la sesión fotográfica.
Este
señalamiento no debe considerarse una descortesía del argentino para con su
huésped. Ambos debieron asumir que el
error los pondría en evidencia. Todo lo contrario el funcionarios belga debió
agradecerlo para evitar que se trasuntara el problema.
La inacción del funcionario argentino no
solo expuso a su par; también implicó una desatención a sus propios deberes; pues
permitió que la Canciller fuera fotografiada al lado de una “bandera argentina”
que, técnicamente no lo es.
¿Cómo
se debió proceder?
En primer lugar; el
funcionariado local debió contar la información necesaria sobre la bandera de
la delegación visitante a fin de procurarse anticipadamente un ejemplar acorde
a las características oficiales.
En un segundo aspecto; parece haber
fallado la supervisión conjunta del
ámbito del encuentro, con lo que previsiblemente el error no se advirtió
hasta el momento en que ambos cancilleres posaron ante los fotógrafos, momento
en que ya no hubo posibilidad de enmienda.
En tercero; como principio
general; las embajadas deberían tomar las prevenciones necesarias en diálogo
profesional con los funcionarios de Relaciones Exteriores que actúan como
huéspedes para proveerlos de la información necesaria sobre la bandera de su
país y, eventualmente, hacerles entrega de uno, si a aquellos no les fuera
posible solucionar este aspecto por sus propios medios. Subsidiariamente,
toda delegación oficial en gira por el
exterior debería llevar varios ejemplares de su enseña nacional para
facilitarlos a sus pares de otra nacionalidad, en caso se ser necesario.
Moraleja:
En los pequeños
detalles se revela la calidad de un servicio
Una
enseñanza a capitalizar:
Muchos
ejemplares de enseñas que se utilizan son inadecuados por que no se adecuan a las
pautas oficiales lo que, en el caso de la Bandera Oficial argentina, se
evidencia principalmente en: el color de sus franjas laterales; en el diseño del Sol; la corbata y en la moharra.
Errores que
podrían tolerarse cuando se trata de modestas instituciones o en escuelas
humildes resultan una desatención grave si ocurren en ámbitos oficiales done la debida atención tiene que ser la regla;
máxime cuando se involucra a la Bandera de la Nación.
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