lunes, 6 de marzo de 2023

Taller de Ceremonial: Sexta Sesión

Precedencias y algo más

 

Foto 1

 

Foto 2

Por Miguel Carrillo Bascary

 

Continúo aportando ocasiones para el análisis en la sección “Talleres de Ceremonial”, en este caso la sexta versión del ciclo 2022-2023.

 

Recordemos: la consigna es, analizar las fotos que les presento e ir anotando todo lo que les sugiera comentarios, tanto errores como aciertos. Luego será el momento de comparar sus conclusiones con las mías. Si constatan diversos criterios formulen en pertinente comentario y también si encontraran algún aspecto que yo haya pasado por alto. 

Mis comentarios: 

Sobre la Foto 1 

La misma se tomó durante una reciente reunión oficial entre el presidente de la Corte Suprema de Justicia de la provincia de Santa Fe con miembros del Ministerio Público de la Acusación y del Ministerio de Seguridad, con motivo de la gravísima situación que afecta a la ciudad de Rosario. Considerando esta causa, comentar sobre el protocolo del ámbito en que se concretó parece una minucia. Sin embargo, debemos señalar que, en el ámbito del que se trata, el personal a cargo del Ceremonial goza de autonomía propia y que su función es la atender la materia que justifica su existencia y que no participan en ningún rol vinculado con la seguridad, más que en el espacio de las oficinas públicas.

En consecuencia, me permito señalar:


a) Si bien el textil que lleva el escudo provincial está correctamente centrado en la pared del fondo, en una primera instancia hubiera correspondido ubicarlo sobre la cabeza de quien preside la mesa. En la forma en que se ve queda totalmente desfasado, como si fuera un elemento decorativo extraño al contexto. No debió ser así, ya que el blasón es un símbolo del estado y del pueblo de la provincia a la que representa la principal autoridad presente. Volveremos sobre esto.


b) En cuanto a las banderas, el orden de precedencias es totalmente inapropiado:

La Enseña nacional debió ir a la derecha del presidente de la Corte, acompañada de la Bandera Nacional de la Libertad Civil, por su carácter de cuarto símbolo patrio de carácter histórico. Destaco que estos dos vexilos debieron agruparse, ya que así lo determina su carácter nacional.

Por su parte, correspondía que el símbolo provincial se hubiera dispuesto sobre la izquierda del magistrado.


c) Así las cosas entiendo que el escudo santafesino debió retirarse. El motivo radica en la presencia de las dos banderas nacionales, éstas tienen primacía con respecto al blasón, que es un símbolo provincial. Si lo mostramos en el centro del dispositivo, flanqueado a su derecha por las banderas nacionales y, encima, sobre elevado, evidencia una centralidad que subalterniza esas enseñas. Por lo tanto, reitero sin dudar, que debió quitarse el escudo. 

Sobre la Foto 2

Se trata de una toma histórica, ya que involucra a quien por entonces se desempeñaba como presidente de la Nación, Juan D. Perón. Obviamente consistió es un registro destinado a la propaganda, donde el funcionario se muestra “trabajando” en su despacho.

A su derecha obra la Bandera oficial de la Nación, lo que está bien, y a su izquierda un desmesurado escudo del entonces llamado partido Peronista.

La Enseña patria tiene la peculiaridad de hallarse cubierta por un papel celofán destinado a proteger el paño con vistas a mantenerlo libre de polvo y protegido de otros contaminantes. Con el tiempo el celofán dio lugar a nuevos materiales, básicamente polipropileno.


La fotografía es una buena oportunidad para destacar que los paños de banderas deben lucir en plenitud, sin presentarse encerrados por una pieza plástica, por más trasparente que sea. La naturaleza del vexilo demanda que nada se interponga ente él y la percepción de quienes lo miren. Esto me trae a la memoria una anécdota reveladora:


Durante una charla en una escuela primaria, referencialmente expliqué lo indicado y a continuación una niñita manifestó: “-Profesor, eso que Ud. dice sería como comer un sándwich con guantes”. En fin, creo que me explico.


Corresponde señalar que tanto en Bolivia como en Perú es usual que las banderas y estandartes se recubran de plástico, una costumbre con la que no coincido pero que en esos pueblos cuenta con tradición. No tengo referencias que se replique en algún otro país.

Abordemos ahora el tema del escudo, que de por sí destaca netamente sobre la Bandera Nacional que, encima, se muestra sin armar, desprovista de expansor, por lo que su presencia se minimiza.

Esto implanta en el observador que el escudo, aunque se encuentre a la izquierda del funcionario, tiene un protagonismo muy superior al símbolo común a todos los argentinos.


En el punto es imposible olvidar que el presidente Perón manifestó el 17 de octubre de 1950 lo que denominó las “20 Verdades Peronistas”. Una de ellas, la sexta es: “Para un peronista no puede haber nada mejor que otro peronista”. Aplicando este axioma con relación a la fotografía cabe interpretar que en su función presidencial Perón privilegiaba los vínculos con sus seguidores en detrimento de aquellos argentinos que no se alineaban con su doctrina y militancia. Obviamente esto va en contra del principio de igualdad democrática. Debieron pasar 23 años para que, ya en su senectud, el mismo Perón modificó el postulado mostrando una importante evolución en su pensamiento político, fue a sí que expresó[1]: "Para un argentino no puede haber nada mejor que otro argentino". Es lo que corresponde, lo que siempre debió ser, aunque algunos de sus seguidores hayan seguido anclados en sus dichos de 1950.

Como reflexión final

Es un principio básico de la forma representativa de gobierno que las autoridades se desempeñan en nombre y en función de todos los miembros del pueblo que las eligieron. En consecuencia, en sus despachos oficiales y en otros ámbitos propios de su actividad no deben lucirse emblemas partidarios, menos aún en el carácter protagónico con que el escudo peronista aparece en la foto. Apunto también, que tanto en las primeras dos presidencias de Perón y en las de muchos de sus seguidores que ejercen tareas de gobierno, hasta la actualidad, no es extraño encontrar que aquel fenómeno que asimila a los símbolos nacionales el blasón peronista, los retratos de Perón y de Evita y otros emblemas partidarios se asimilan a los símbolos nacionales, un desvío que no corresponde avalar.

No veo mal que sí pueda haber algún símbolo ideológico de pequeño volumen, a guisa de elemento afectivo o de suvenir, a condición de que su ubicación no tenga centralidad y de que se ubique en un despacho privado, donde el funcionario se desempeñe exclusivamente rodeado de sus colaboradores. Nunca en ámbitos donde se cumplan tareas oficiales con presencia de terceros, ya que en su caso es innegable que el objeto adquiere un neto carácter sectorial que obsta el principio universal de la igualdad ante la ley. 



[1] Perón. Modelo argentino para el proyecto nacional. Biblioteca del Congreso Nacional. Bs. Aires. 1974, 2a. edición, p. 115: https://bcnbib.gob.ar/uploads/Peron.-Modelo-argentino-para-el-proyecto-nacional.pdf

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