miércoles, 15 de marzo de 2023

Santuario de Luján: crítica que duele hacer

Nada costaría exhibirlas bien

Una imagen que expone el problema

Por Miguel Carrillo Bascary 

Decir Luján en Argentina es una directa remisión a la Basílica y Santuario que guarda la pequeñísima imagen de Nuestra Señora de Luján, patrona de la Patria. A los extranjeros interesará saber que se encuentra en la ciudad de igual nombre, a poco más de 70 km. de la ciudad de Buenos Aires. 

Desde fines del siglo XVII se registra una gran veneración de esta imagen de la Virgen María que está construida en arcilla, de poco más de 38 centímetros de alto.

La histórica imagen

La tradición le asigna numerosísimos milagros por lo que concita una extraordinaria devoción de los fieles que visitan el santuario, incluso llegados desde el exterior. Aún altas personalidades, como el general Belgrano, por ejemplo, le han tributado su reconocimiento y pedido su intervención ante los Cielos.

Para reverenciarla a fines del siglo XIX (1887) comenzó a levantarse un enorme templo de estilo gótico, que parece extraído de Europa. Fue terminado en 1935 y se lo considera como el santuario mariano nacional. Tiene un largo de 104 metros y su ancho es de 68,5 metros en el crucero, mientras que su frente mide 42 metros. Lo flanquean dos torres de 106 metros de alto cada una. Fue reconocido como monumento histórico nacional en 1998. La Iglesia Católica ha distinguido al templo con el carácter de una basílica menor, lo que implica una significativa distinción otorgada por el Papa.

En vísperas de la festividad de la Inmaculada Concepción de 1980, se consagró su cripta (subsuelo) como “Templo de América”. Esto se justifica ya que allí se instalaron altares votivos que alojan imágenes de advocaciones marianas en sus distintas advocaciones, representativas de los países del continente y de otras, numerosas naciones de esta fe.

Es en este enorme espacio donde lamentablemente se observan numerosas infracciones a los cánones del protocolo universal de banderas. Demasiadas en verdad.

Como se verá de las fotografías que siguen a manera de ejemplos, son muchas las banderas nacionales colocadas sobre la izquierda de sus respectivos altares, cuando es de público y notorio que para este menester debe respetarse la regla de la derecha. Para más, muchos vexilos se presentan sin expansores o se encuentran mal colocados, lo que evidencia una desprolijidad significativa.

No se trata de un prurito profesional de mi parte, lo que duele es que tantos hermanos llegados de allende las fronteras o descendientes de los mismo constaten el poco cuidado que se pone en valorar la alta representación en el mostrar sus banderas nacionales, lo que se magnifica tratándose de un espacio tan jerarquizado. Una falta de caridad, como suele decirse.

La solución es muy simple, ¡bastará con cambiar de posición los vexilos! Pese a la observación que me permití realizar oportunamente por los canales adecuados, la misma ha sido desatendida hasta el momento.

Otros deslices bien podrían ser atendidos con suma facilidad, como resulta de observarlos. Por ejemplo, nada costaría que todas las imágenes muestren cartelas con el nombre de las advocaciones y de sus países de origen que para muchos pueden ser desconocidos.

¿Una pena, no les parece?

En este caso la imagen sacra y la bandera compiten visualmente ¡con un matafuego!






La Guadalupana está colocada ¡prácticamente sobre el piso! 

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