Base de una variante superadora
Por Miguel
Carrillo Bascary
El excelente ensayo “El Aspa de Borgoña y la bandera de la
Hispanidad[1]”
que produjo Pablo Andrés Medina Silva
que tuve oportunidad de comentar recientemente[2]
rescata para la Vexilología el diseño
original de la “Bandera de la Raza”, “de la Hispanidad” o “de las Américas”,
con que la concibió el capitán Ángel Camblor, que obtuvo el favor del jurado
encargado de seleccionar la propuesta que concretaría el sueño de unidad continental
que propugnó la poetisa Juana de Ibarbourou. Cabe consignar que también se llamó al símbolo "la blanca bandera de la Cruz y del Sol".
Sobre el tema
publiqué oportunamente “La Bandera de la
Raza, víctima de la ideología”: https://banderasargentinas.blogspot.com/2019/01/una-bandera-injustamente-olvidada.html
La imagen que preside esta
nota se reprodujo en la página 31 de la obra citada, de donde resulta varias
diferencias respecto al diseño que se consagró auspiciosamente el 12 de octubre
de 1933 en la ciudad de Montevideo. Este
hallazgo merece ser destacado.
La yuxtaposición entre la
versión original y la que se oficializó finalmente, evidencia cuatro ítems
particulares:
- La configuración de las cruces laterales, que en el dibujo inicial son de formato griego, como lo señalan sus brazos rectos e iguales. Mientras que, en la pieza presentada en 1933, conforme a la descripción del emblema que formuló Camblor se las define como “cruces cóncavas … mexicanas o mayas”.
- El disco solar, que en la primera versión es liso y en la definitiva aparece humanizado, ya que incorpora dos óculos, adaptados a la concavidad del brazo horizontal de la cruz mayor[3].
- La definición de los rayos del Sol, que en el proyecto primigenio son rectos[4], realzados (esto es, divididos en dos vertientes, como si contaran con volumen), rayonantes (es decir, provistos de una tríada de rayuelos que surge entre los mayores. En el diseño
definitivo todos son flamígeros en número de 10 mayores, con 9 menores lo que
define un total de 20 y 18, respectivamente, una combinación anómala, totalmente subjetiva del autor (quizas debida a una expertise en Heráldica).
- El sobredimensionamiento del Sol en la opción final le ororga mayor protagonismo icónico que acentúa la representación de esta elocuente expresión de la cultura americana.
No es poco usual que las propuestas surgidas de concursos presenten variantes menores respecto del aspecto del símbolo seleccionado.
No hay nada de equívoco al respecto ya que esas
mínimas diferencias suelen ser positivas desde la perspectiva de la Vexilografía[5].
En el caso, la mayor
simetría crucífera de la segunda versión le aporta mayor equilibrio general, al par que el Sol luce más ligero, con lo que resulta más más atractiva a la vista.
[1] Centro Indiano. Santiago de Chile. 2023. ISBN 978-956-089968-0-0
[2] Véase:
https://banderasargentinas.blogspot.com/2023/09/el-aspa-de-borgona-y-la-bandera-de-la.html
[3] Nótese que el Sol se proyecta desde atrás de la cruz mayor, es decir emergiendo del Este. Los nativos americanos debieron percibir llegar las velas de la flota de Colón, dejando atrás al astro, sobre el horizonte del alba.
[4] Siete enteros y dos medios en los extremos, totalizando 16 en todo
el perímetro, que solo se percibe por su mitad.
[5] Disciplina accesoria de la vexilología cuya materia radica en el
diseño de banderas.
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