Por Miguel Carrillo Bascary
La Heráldica utiliza al Agnus
Dei en contadas oportunidades como carga en los blasones; lo que se
explicaría en que el emblema refiere a una realidad superior que, como vimos en
entradas anteriores, es nada menos que Nuestro Señor Jesucristo. Esto implica
una extrapolación explicable ante los reparos de los primeros cristianos de
representar a Cristo con figura humana para no dar lugar a que se pensara en
alguna idolatría.
Caracteres
de su diseño
El diseño del Cordero asume formas esencialmente naturales, lo que contrasta
vivamente con las que se asignan a los leones o a las águilas, por caso. La fantasía aparece bajo elementos yuxtapuestos
al animal, como la Cruz alta y el vexilo, a lo que se suma el aura de cruz
inclusa. A lo largo de los tiempos el diseño heráldico siguió la tendencia
plástica que imperaba en cada uno. Seguidamente lo ejemplificamos con uno de carácter hiper naturalista,
propio de fines del siglo XIX y comienzos del XX, lo que contrasta con el que
actualmente utiliza esta ciudad, como veremos más adelante.
Antiguo blasón
del Principado de Bressanone (Italia)
La posición del animal también contiene su mensaje. Así, cuando se
encuentra parado sobre sus cuatro patas evidencia la victoria de Cristo y a la
Iglesia triunfante; o sea, los fieles que han llegado al Cielo. Si lo vemos echado
indica la tranquila esperanza en la providencia de los designios divinos. Si se
presenta hincando uno de sus miembros delanteros, señala la sumisión de toda la
Naturaleza ante su Creador. Lo dicho, se contrapone con la tradición del diseño
heráldico, que posiciona a los ovinos (oveja, carnero o cordero) en postura pasante
(caminante), paciendo o saltante. No he visto ningún caso de un Cordero
rampante (parado sobre sus miembros traseros), posición antinatural en la
especie y por lo tanto impropia.
Otra posición en la que se ve es echado sobre el “Libro de los Siete
Sellos”, según la visión que San Juan nos dejó en el Apocalipsis. Precisamente, cuando aparece este último atributo es alusión expresa al discípulo preferido
por Jesús, donde el más claro ejemplo es el blasón de la ciudad de San Juan
de Puerto Rico; lo que consideraremos en una futura entrada. Por el momento
vemos otro ejemplo:
Bandera del Consejo local de San
Gwann (Malta)
Por lo general aparece de perfil,
mirando naturalmente hacia la diestra (dextrado),
aunque también se lo ve con su cogote doblado hacia atrás.
Clan Lamb (Irlanda)
Ciudad de
Bobolitz (Polonia)
Cuando de su pecho hay un corte del que surge la sangre sacrificial,
se refuerza la correspondencia entre el borrego y Jesús que entregó su vida en
la Cruz.
Antigua bandera de Czluchow (Pomerania, Polonia)
Lo que sí es una constante en el Agnus Dei heráldico es su color totalmente blanco (plata, en
Heráldica), incluso las pezuñas (aunque no siempre), una forma de demostrar la
perfección de la víctima inmolada en el sacrificio.
Su
temperamento positivo
Es común que en la Semiótica se les
asigne a los símbolos cualidades
particulares tanto positivas como negativas. Un ejemplo podría ser el
águila, emblema de la majestuosidad que define su vuelo y de la altura de
ideales, pero que también contiene un aspecto amenazador, propio de su
condición de ave rapaz y carroñera.
No es el caso del Cordero, al que se atribuyen siempre cualidades positivas: la
mansedumbre (lo cual hizo que fuera la víctima ideal para los sacrificios rituales
de las civilizaciones antiguas); la perfección; la entrega sumisa; la
inocencia; la ternura; la pureza; la sencillez y cualidades similares. En
definitiva, el Cordero es en sí mismo una
imagen del Bien. No ocurre igual con la oveja, que además de sus caracteres
positivos tiene acepciones negativas como: la estupidez; la necedad; la falta
de autonomía de voluntad o de valentía ante la agresión.
Asimismo, es imagen de riqueza, por cuanto para las culturas antiguas este
ganado permitía aprovechar sus partes, tanto para consumo como para la
manufactura human.
Un aparte
para la terminología
Puede citarse a San Isidoro, que en su
“Etimología” (XII, 1, 9), explica que “oveja” deviene del latín “ovis”, lo que remite a “oblatio”, ofrenda, sacrificio. Sigue
diciendo que cordero, “agnus”, se
enraiza en “agnoscere”, conocer;
tomando en consideración que el borrego tiene la capacidad innata de reconocer
a su madre de entre el resto de la majada.
El Cordero como elemento heráldico
Su presencia en los escudos de armas
se explica desde su carácter de víctima
propiciatoria ofrecida en sacrificio por la salvación del pueblo, con lo
que se alude al sacrificio de líderes por la salud de sus pueblos.
Es evidente que el Cordero no es un símbolo propio de la cultura
medieval, sino que accede a la misma desde las Sagradas Escrituras, donde es
una figura propia de las sociedades pastoriles que protagonizaron la Biblia.
Según la compulsa realizada para
desarrollar este tema, donde se lo aparece con mayor asiduidad es en la heráldica de la Europa del Este:
Polonia, Ucrania, Rumania, Hungría, Bulgaria y los Países Bálticos. Son estados
donde su tradición blasónica también gusta de representar a santos.
Otra observación es que por lo general
es una figura plena, como lo expresa
la Heráldica, por lo que ocupa todo el campo del blasón; como dando a entender
que la divinidad de Cristo es total y que como tal no comparte la partición con
otra figura.
Ciudad de
Schaeffersheim (Bajo Rhin, France)
En otros casos, si bien comparte el campo, se le
asigna un protagonismo principal.
Molvany (aldea
del condado de Baranya, Hungría)
Posición “en
jefe”
Municipio de
Barnet (Gran Londres, Inglaterra)
Posición “en
punta”
Como caso original encontramos el blasón de Coa (Hungría), donde Cristo,
caracterizado como el Agnus Dei,
aparece vinculando los dos períodos de la historia bíblica, aludidos en dos
libros; el Antiguo y el Nuevo Testamento; lo que explica que con sus patas pise
a cada uno de ellos.
Ciudad de Coa
(Debresen, Hungría)
El
Cordero en la Vexilología
Como lo destacáramos en una anterior
entrada (http://banderasargentinas.blogspot.com/2020/04/significado-del-agnus-dei.html), en sus primeras representaciones no llevaba
bandera, sino una Cruz alta o procesional, la que en sí misma es un vexiloide.
La aparición de un pendón u otra forma de paño es más tardía.
Lo habitual será que el Agnus Dei porte el vexilo que las Artes atribuyen a Cristo al resucitar, que carga
una cruz sobre un paño liso, en diversos colores, donde predomina que la
primera sea roja y el segundo blanco. Así lo analizamos en algunos trabajos
previos (ver nota)
Es usual que la figura lleve el asta
con su pata delantera derecha, el
lugar de honor, como hoy se ve hacerlo a los abanderados, pero en ocasiones también
lo hace con la izquierda.
Ciudad de
Bressanone (Bolzano, Italia)
También lo encontramos portando otras banderas, como en el
caso de Perth. que lleva la divisa de Escocia, lo que señalaría una supuesta
predilección de Cristo por esta ciudad y la nación celta.
Ciudad de Perth
(Escocia)
En el siguiente ejemplo la bandera tradicional se ha reemplazado
por una “M”, indicativa de la jurisdicción.
Obispado de
Meissen (Sajonia, Alemania)
Nota: remisión a las entradas que tratan de la “bandera
de Cristo Resucitado”:
Como siempre un magnífico artículo, y en este caso de un tema muy especial. Gracias por compartir su trabajo. Reciba mis cordiales saludos y el deseo que Ud. y sus seres queridos se encuentren muy bien.
ResponderEliminarEstimado CAP, muchas gracias por tus palabras que sirven siempre de estímulo. verás que he publicado también otras entradas sobre el tema de tu interés. Mucho agracederé que me proongas algun tema para ir variando el ángulo de los aportes en este Blog. Gracias también por los buenos deseos, que retribuyo. Mis más cordiales saludos.
ResponderEliminar