Más allá del Atlántico,
plumas, tambores y banderas
Por Miguel
Carrillo Bascary
Las “Primeras
Naciones”, como se denominan en Estados Unidos a los pueblos originarios
conocidos bajo la denominación de “pieles rojas”, por lo general tienen
reconocimiento de entidades de derecho público, lo que se evidencia en la
capacidad de realizar tratados con el gobierno de este país.
Como es bien sabido la vida de estas comunidades no ha
sido fácil. Víctimas de un verdadero genocidio
sus realidades son múltiples, hay algunas que gozan de un buen pasar económico
pero la mayoría pasan por un muy difícil panorama.
La lucha por
recobrar su identidad ha sido una constante, particularmente en las últimas
décadas. Esto se pone en evidencia con el uso de banderas que así lo expresan y
en eventos como el que reseñamos aquí.
En el mes de junio del año de 2019 se cumplió una
lucida ceremonia en “Omaha Beach”, una de las playas de Normandía, en donde se
rindió homenaje a los amerindios que
participaron del desembarco aliado de 1944 y a otros que lo hicieron en
algunas de las muchas guerras donde Estados Unidos se vio involucrado en las
últimas décadas. Fue en la localidad de Saint-Laurent-sur-Mer; Francia.
En la oportunidad se reunieron unos 80 excombatientes.
Aquel 4 de junio de 1944 fueron 400 los
amerindios que vistieron el uniforme norteamericano; 24 fueron muertos. 45.000 indígenas se enlistaron en las
fuerzas estadounidenses durante la II Guerra Mundial, otros 65.000 dejaron sus reservas para
emplearse en las industrias bélicas, cifras que revela el compromiso patriótico
de estos pueblos, toda vez que por entonces eran unos 350.000 en todo el
territorio de la Unión; en algunas comunidades se enroló casi el 75% de sus
hombres.
Como un tributo
a los veteranos presentes y a los ya fallecidos la delegación indígena se
alineó sobre el mar y levantaron sus palos de explotación (elemento
cultural común) decorados una pluma de águila por cada familia de veterano y ofrendaron tabaco.
Algunos lucían sus trajes típicos que incorporaban los clásicos sonajeros tribales,
que animaron las danzas rituales. Además, presentaban las banderas propias de cada comunidad, lo que otorgó un particular
colorido a la ceremonia.
El
más anciano de los veteranos presentes
fue Charles N. Shay, de 95 años, que ofició de enfermero aquél famoso día “D”,
cuando solo contaba 19 años.
Aquí
lo vemos cuando era un niño, con su vestimenta tradicional.
Además de los veteranos participaron en la ceremonia familiares de excombatientes;
representantes de asociaciones patrióticas; altos jefes de las Fuerzas Armadas
de Estados Unidos; las autoridades locales; miembros de la diplomacia y
pobladores del lugar.
Al retirarse quedó un silencioso testimonio sobre las
arenas que aquel día de 1944 se tiñeron de sangre y metrallas, un monolito con forma de tortuga, animal tótem
que evidencia el sacrificio de los amerindios.
Por nuestra parte, ilustramos la entrada con algunas
banderas de las “Primeras Naciones”.
Comanche Paiut de Utha
Pawene Cheyenne del Norte
Crow Apalache
Navajo Confederación Iroquesa
Cherokee Siux
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