La Bandera nacional argentina; a su derecha la de la provincia de
Tierra del Fuego y a su izquierda la del municipio de Tolhuin
Por: Miguel Carrillo Bascary
Observación
previa: Respondiendo de diversas
consultas presento un esquema típico del acto y aporto algunas consideraciones
al respecto a título netamente referencial. Las características particulares y
las perspectivas históricas propia de la localidad demandan que se trabajen
intensamente para dar todo el lucimiento posible a la ceremonia para que sea
una vivencia social que fortalezca la identidad y el sentido de pertenencia.
Significado del acto de presentación
La definición formal del símbolo de
una comunidad implica una secuencia, donde la
primera etapa es su definición, que se concretará en la selección de
un diseño, generalmente surgido de un concurso.
La segunda es la oficialización, que consiste en el dictado de la norma que consagre
el símbolo, lo que habitualmente ocurrirá con una ordenanza.
La tercera es la presentación del símbolo a la comunidad, que debe rodearse de las
formalidades propias de la trascendencia del acto y que tiene como función
facilitar el buen resultado del siguiente paso del proceso; asimismo,
corresponderá enriquecer la ceremonia en todo lo que sea posible para que la experiencia
arraigue fuertemente con caracteres positivos en el ánimo de la población, de
tal modo que perdure en la memoria colectiva.
La cuarta etapa es la aceptación
esperable por parte de la
población, cuya primera manifestación es la concurrencia al acto y que se
continuará con el uso de la nueva enseña.
Finalmente se abre una quinta etapa, que llamamos “del enriquecimiento del símbolo”, que es consecutiva a
la anterior y que se prolongará en el tiempo indefinidamente. En su desarrollo se
arbitrarán acciones multifacéticas destinadas a arraigar el símbolo en la
consideración popular vinculándolo con experiencias significativas de la
comunidad; logros conjuntos; éxitos deportivos; eventos institucionales (por
ejemplo: centenarios; aniversarios) y similares. Para esto se procurará un empleo
reiterado del emblema; su presencia en los actos oficiales; festivales; desfiles;
el izamiento en plazas y edificios; su presencia en los salones; escenarios;
salas de directorio; etc.
Esto implica que más allá del acto
formal de la presentación de la bandera se genere una serie de eventos que
anticipe el hecho y que preparen positivamente el ánimo de la población para
que se favorezca la aceptación del símbolo mediante eventos previos, concomitantes
o posteriores; con la prevención que su debut debe ser una ceremonia dedicada exclusivamente
al emblema, de modo que se jerarquice su protagonismo.
Referencias fácticas
Ámbito
Corresponde seleccionar un espacio
abierto y caracterizado de la localidad en donde debería procurarse que existan
tres mástiles; es lo ideal. Uno que se dedicará a la Bandera Nacional; el otro
a la provincial y el tercero a la enseña que se presenta. De no ser posible, en
el mástil de la bandera provincial local se enarbole, debajo de esta la
comunal. Si no existir recursos que permitan lo anteriormente descripto, podría
izarse la Bandera Argentina y, por debajo de ella, la provincial y la local.
Debe tenerse presente que en algunas provincias la normativa vigente prohíbe
colocar cualquier otra bandera en el mismo mástil donde flamea la Nacional.
El sitio más evidente, pero no excluyente por toda lógica, resultaría ser
la plaza central de la localidad.
Responsabilidad organizativa
Según el principio de división de
competencias entre los órganos políticos de una localidad, si en la población
existe un departamento ejecutivo (intendente) y uno deliberativo (concejo
municipal o deliberante); lo natural es que el protagonismo corresponda al
primero, quien deberá dar participación activa al segundo, en la forma que
mejor se convenga.
También conviene integrar a otras
instituciones significativas del lugar (iglesia; escuelas; clubes; entidades
empresarias; gremiales; policía; bomberos; etc.) para que se sumen a la
planificación del programa de la celebración.
Participantes:
Autoridades
locales: intendente; gabinete;
otros funcionarios del departamento ejecutivo; concejales; exfuncionarios de
este rango; otros.
Autoridades
provinciales: que residan en la localidad;
senador departamental, en su caso; policía provincial; bomberos;
exfuncionarios.
Autoridades
nacionales que residan en la
localidad; Fuerzas Armadas y de Seguridad; exfuncionarios de esta área.
Invitados
especiales directamente relacionados
con el surgimiento de la bandera: autor del diseño ganador; autores de los
diseños finalistas; otros participantes; miembros del jurado; familiares
directos de los mencionados; funcionarios que hubieran intervenido en el proceso;
historiador/es cronistas locales; otros.
Invitados
especiales: gobernador
provincial; legisladores provinciales; ciudadanos distinguidos residentes o no
en la localidad; descendientes de los fundadores del pueblo; excombatientes de
Malvinas; otros.
Invitados
especiales de otras comunidades:
particularmente las autoridades de municipalidades y comunas vecinas;
representantes de colonias cercanas o comunidades originarias.
Fuerzas
vivas locales: ministros de la
Iglesia Católica y de otras confesiones reconocidas; medios de prensa;
instituciones civiles; centro de comerciantes; titulares de empresas o
comercios de mayor significación; sindicatos; clubes; cooperativas; cuerpo de
bomberos voluntarios; etc.
Comunidades
educativas: autoridades de las
escuelas de la localidad; delegaciones con bandera; alumnado; miembros de las
respectivas cooperadoras.
En lo factible se procurará la presencia de un trompa
para acompañar el izamiento y anticipar el ingreso de las banderas de
ceremonia.
Día y horario: lo ideal es que sea por la mañana, antes del
mediodía; siendo indistinto la hora que se fije. A este efecto se considerará
la temperatura ambiente en la localidad y las circunstancias adecuadas para
favorecer la más amplia concurrencia de la población. También se tendrá en
cuenta la posibilidad de cobertura de los medios locales de comunicación.
Registro del acto. Como la ceremonia está naturalmente destinada a ser
recordada, es imprescindible que se contrate a profesionales avezados; que cuenten
con buen equipo técnico. La experiencia señala que en este rubro hay muchas
improvisaciones. Entre las deficiencias apuntadas se cuentan: excesivas tomas a
las autoridades políticas del oficialismo; omisión de participantes y
exhibición desprolija de la bandera que se presenta. Deberá tenerse bien
presente que las tomas serán incorporadas a Internet, de esta forma llegarán
prácticamente a todo el mundo y, además, que permanecerán en el tiempo; de
manera que cualquier cosa que se aparte de lo correcto tendrá una resonancia
negativa para el evento; para la comunidad y para los responsables de la
organización.
Secuencia
Nota: es muy importante elaborar un detallado guión de la ceremonia, para
que alcance todo el realce que merece. Esto una tarea delicada que comprometerá
a todo el equipo involucrado como manera de prever la mayor cantidad de contingencias
posibles. Nada debería quedar librado a la improvisación.
1.- Antes del acto
Se recomienda muy especialmente, que los abanderados y escoltas ensayen
debidamente las evoluciones que se espera de ellos. También se trabajará en a
nivel de su actitud y lenguaje corporal. Otra recomendación es que deben disponerse
en un triángulo equilátero, sin que los escoltas se encimen con el abanderado
para así dar el realce debido a la bandera.
Recordar
que el tahalí cae sobre la derecha del abanderado y que las bandas de los
escoltas se usan pendientes del hombro derecho; cruzan pecho y espalda y
terminan junto al lado izquierdo de la cadera.
La Bandera oficial de la Nación, la
provincial y la de la localidad deben estar preparadas, endrizadas a sus respectivos mástiles. Si no los hay en número suficiente,
se preferirá que la Nacional ocupe el mástil más jerarquizado y que la
provincial y la local se icen juntas (si esto se admite en la provincia). De
haber un solo mástil se endrizan al mismo en orden consecutivo (nacional,
provincial y local). Respetar escrupulosamente el orden protocolar.
Con suficiente anticipación al inicio,
habrá que chequear el correcto
funcionamiento de las drizas y/o del equipo de elevación de los paños.
Es obvio que el lugar y su entorno debe
ser cuidadosamente presentado, en todos sus aspectos (limpieza; césped bien
cortado; inexistencia de pasacalles inadecuados; etc.)
El buen funcionamiento del equipo de
audio es fundamental para el lucimiento del evento. En lo factible prever la
disponibilidad de un grupo electrógeno como reserva ante cualquier corte del
servicio eléctrico.
No olvidar la disponibilidad de equipo
médico para emergencias; ni sanitarios. De ser posible conviene que existan
previsiones para la hidratación de los participantes.
2.- Desarrollo
Ubicadas ya las banderas de las delegaciones invitadas y las autoridades
presentes, el/la locutor/a anuncia el motivo del acto; lo que permite situar al
público en la perspectiva histórica de la oportunidad y, además, realizará
somera explicación de la dinámica.
Se nombran las principales autoridades presentes.
Toque de clarín que concite la
atención de los protagonistas.
Ingreso de las banderas de ceremonias del municipio (nacional, provincial y la nueva enseña local,
portadas por los abanderados designados para la ocasión; ejemplos: excombatientes
de Malvinas o ciudadanos distinguidos) que pasarán a ocupar los lugares de
privilegio que se les asigne.
Importante: todas las astas
deben ser iguales, según lo fija el Decreto Nº 1650/ 2010, según normas IRAM.
Si la ordenanza
de la bandera local prevé una corbata y
tahalí particular, se usarán los mismos; en defecto de la primera es
pertinente emplear un lazo con los colores predominantes en el paño o bien podrá
usarse una corbata con los colores nacionales (idéntica a las que se venden
para acompañar la Bandera nacional). Si no hubiera tahalí oficializado es
factible emplear uno con los colores nacionales. El uso emblemas con estos
colores se justifica en el sentido de argentinidad que engloba a todas las
comunidades.
Es facultativo que el locutor anuncia
los nombres de los abanderados y
escoltas; al menos de las banderas principales.
Luego se canta el Himno nacional seguido del provincial, si o hubiera.
Lectura de las salutaciones y adhesiones que pudieran corresponder, en forma
abreviada y no literal.
Se da lectura de la parte sustancial
de la ordenanza que oficializa la nueva
bandera local.
Seguidamente se mencionan a las autoridades que realizarán el/los
izamientos:
La Bandera
Nacional corresponderá al Intendente municipal; la provincial a la más alta
autoridad provincial presente; la local podría asignarse al presidente del
concejo, o bien, a un excombatiente o personalidad local.
Si se está
presente el gobernador le corresponderá izar la Enseña nacional. Cada uno puede
ser acompañado por otros funcionarios, las posibilidades son muy amplias y las
variantes infinitas; lo que debe quedar claro es que la jerarquía de las
banderas se corresponderá con las autoridades que las izarán. Una sugerencia
factible es, que entre las personas que acompañen a los funcionarios, se
incluya algunos niños ya que ellos
serán los herederos del símbolo en el futuro próximo.
Toque de clarín, que convoque la
atención de los presentes.
Durante el izamiento todas las
banderas de ceremonias se colocan en sus
respectivas cujas. No se inclinan.
Los izamientos pueden concretarse en
simultáneo (cuidando que la Nacional sea la primera en llegar al tope,
seguida de la provincial y por último la local) o consecutiva, respetando el
orden de precedencia. En este último caso se entonará “Aurora”, acompañando el
izado de la Enseña nacional.
El locutor anuncia que la bendición de la nueva bandera, en su
versión de ceremonias. Se nombra al sacerdote que lo hará y se explica
sucintamente qué significa este sacramental. Al respecto se sugiere consultar
al religioso. Como referencia puede verse: https://banderasargentinas.blogspot.com/2019/12/la-bendicion-de-banderas.html
Se bendice de la nueva enseña. Es
factible que el sacerdote introduzca una oración alusiva.
Palabras alusivas a cargo de la autoridad que presida el acto.
Presentación en concreto de
la nueva bandera. Puede realizarse extendiendo el paño de la enseña de
ceremonias o, en forma más pertinente, colocando un atril que contenga una
reproducción grande para que puedan visualizarse adecuadamente sus atributos y
facilitar su captación en las coberturas de los medios de prensa y en las redes
sociales.
Lectura de la fundamentación de su diseño y explicación del significado de los
colores. Si esto fuera muy extenso se sintetizará.
Puede ser oportuno que algunos niños
repartan entre los presentes un volante
que contenga la nueva bandera y la explicación de su simbolismo, será un
recuerdo duradero del acto y de la gestión local interviniente. Es este sentido
las variantes posibles son múltiples. Opción, repartir banderitas a los niños
presentes.
Mención del autor del diseño ganador.
Distinción al autor del diseño ganador.
Es
pertinente que si tiene padres; esposa /o e hijos esté acompañado por ellos,
como forma de resaltar: a) el rol de la familia como ámbito en el que el autor
concibió el diseño; y b) que la bandera tendrá continuidad de uso en las nuevas
generaciones. Eventualmente se le puede otorgar un reconocimiento votivo.
Mención de los jurados que hubieran intervenido, eventualmente podría
discernírseles un presente recordatorio.
También será el momento de nombrar y,
opcionalmente, entregar algún certificado a los diseñadores finalistas. En su caso se los aludirá en el orden
obtenido en el dictamen del jurado.
Si se dispusiera de cierto número de banderas locales
podrían entregarse a las principales
entidades de la localidad, pero personalmente veo preferible que esto ocurra en
diversas fechas posteriores, como forma de contribuir al enriquecimiento del
símbolo (tal como se expresó al inicio) y de multiplicar el protagonismo de las
autoridades ante la comunidad.
Se anuncia el retiro de banderas y se concreta según el orden de precedencia:
primero la Nacional, seguida por la provincial, la local y las banderas de las
delegaciones presentes.
Luego, podrán retirarse las
autoridades
Como culminación, será factible la
presentación de algún programa artístico,
pero ya por fuera de la ceremonia oficial.
3.- Ubicación posterior
Corresponde que a la brevedad posible se coloque la nueva bandera acompañando a la Nacional y a la provincial en el despacho del Intendente; en el
salón principal de la sede de gobierno; en el recinto de sesiones del Concejo
(a tal fin convendrá realizar una ceremonia de introducción en la primera sesión posterior a la presentación del símbolo)
y en su presidencia.
Para terminar
Tan importante como la ceremonia de presentación de la nueva bandera es la atención que debe merecer de las autoridades con el transcurso del tiempo.
Corresponde a la autoridad municipal /comunal hacerla presente en los actos oficiales; entregar ejemplares a las instituciones más representativas de la localidad; mantenerla en sus oficinas y despachos; velar por su correcto empleo ceremonial; difundir su significado, particularmente en las escuelas; en fin en todas posible ocasión.
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