viernes, 22 de noviembre de 2024

Argentina: animales representativos

El caballo y el hornero

Por Miguel Carrillo Bascary 

Es costumbre universal que muchos países se identifiquen con animales representativos. Se trata de una tradición profundamente enraizada en la historia en la que cada pueblo creía que lo animaba el espíritu de un animal. Algo similar ocurre con ciertos vegetales, particularmente con las flores. La Etnología los denomina tótems, aunque este término merecería algunas precisiones que exceden el espacio disponible. Creo que estas pocas palabras les traerá a la memoria distintos conocimientos sobre la temática, por lo que no extenderé.

El caballo criollo

"La última lomada" (Aldo Chiappe)

Argentina no permaneció ajena, pero fue recién con cierta demora que en el año 2017 la Ley Nº27.414[1] reconoció a la raza Criolla como “caballo nacional y patrimonio cultural de Argentina”. La elección está ampliamente justificada por razones históricas y por el sentimiento popular. El caballo criollo tiene muy bien ganado su espacio en la Historia argentina[2]. Fue en 1916 que se dispuso generar un registro genealógico, con lo que se aseguró la continuidad de la raza. A esto se suma que en julio del 2024 se reconoció al criollo como “marca país”, una herramienta de marketing y comunicación que posiciona a la Argentina en el mundo como emblema de la identidad nacional la que servirá para dinamizar diversos proyectos vinculados con la producción y el comercio internacional; así se definió por Decreto Nº460/ 2021[3].

Como reconocimiento, el criollo mereció que se acuñara con su estampa las siguientes monedas:

 1963 ($10) y 1979 ($50 y $100)

Imbuido de un sentimiento más economicista, no faltará quien diga que el verdadero “animal nacional” argentino debería ser un vacuno, pero convengamos que el caballo cosechará más votos en un hipotético concurso.

El hornero

Emulando a la antigua Roma, que tenía al águila como encarnación de Zeus y divisa del imperio, también en Argentina se consideró adoptar un “ave nacional”. La decisión no resultó de ninguna ley o decreto del Poder Ejecutivo, sino que se consagró de hecho a partir de la iniciativa de marketing impulsada por el periódico “La Razón[4]

Fue el 22 de marzo de 1928 que el diario inició una encuesta donde los niños debían enviar sus preferencias, como estímulo para la participación se anunció que entre quienes respondieran se sortearían juguetes. La tarea no sería fácil, porque en el país se registran más de mil especies; como condición el diario excluyó a las aves de corral.

El 25 de junio se informó que se había recibido cuarenta mil sufragios, distribuidos así: el hornero (10.725 votos), el cóndor (5.803), el tero (4.002), el ñandú (3.327), el chajá (2.724) el chingolo (2.622), les siguieron: la paloma, el águila, la calandria, la gaviota, el zorzal, el jilguero, el churrinche, el boyero, el loro y otros más.

La votación fue seguida con expectación por la opinión pública y la proclama de los resultados tuvo excelente repercusión, como lo destaca la amplia diferencia obtenida por el hornero. Por aquel entonces el máximo referencia en materia la “Asociación Ornitológica del Plata[5]”, fundada en 1916, a la que el diario comunicó formalmente la decisión popular, la que cooperó eficazmente a divulgar la decisión. Más tarde se extendió por medio del sistema escolar por entenderse que la medida establecía un sólido vínculo entre el alumnado y la naturaleza, al par que la laboriosidad del ave constituía un ejemplo a seguir.

El hornero cuenta con un reconocimiento tácito a nivel gubernamental incluso en el portal de la Cancillería se lo menciona como “pájaro nacional”. Su figura fue acuñada en la moneda de 20 centavos de austral (1985) y en el billete de 1.000 pesos en uso desde el año 2017. 

También figura en varios sellos postales emitidos por el Correo Argentino:[6]

  1966


 2021       -        2013

No hay comentarios:

Publicar un comentario