Cuando las banderas “desaparecen”
Por Miguel Carrillo
Bascary
La reciente presentación del Campeonato Mundial de Futbol 2030 aportó una novedad desde la perspectiva del Ceremonial, consistió en la inédita forma en que se mostraron las banderas de los paises e instituciones involucradas, tal como resulta de la fotografía que abre esta nota. Como se advertirá la imagen parece mostrar banderas de ceremonia, con su clásica conformación triangular. Sin embargo, esto fue solo una apariencia, ya que se trata de una imagen virtual, de una proyección plana. Tan plana como la pantalla que la proyecta.
El uso de pantallas para mostrar banderas en el Ceremonial es un
recurso que ya tiene cierto tiempo.
La asociación de las banderas con el deporte surgió de la
necesidad de representar la nacionalidad de los deportistas en los podios,
expresando así el orden de mérito alcanzado en las competencias y exaltando al
país de origen, con lo que los logros obtenidos se socializaban, permitiendo
que los públicos tomaran protagonismo
directo.
La costumbre comenzó a difundirse
desde fines del siglo XIX en los torneos internacionales en donde los vexilos se izaban en mástiles instalados
por detrás de los homenajeados.
Así, se idearon diversas soluciones, procurando que los paños fueran visibles sin necesidad de contar con brisa, tal como muestra la foto anterior, donde a los mástiles se les adicionaron barrales laterales.
Razones funcionales
determinaron que en las últimas décadas del siglo XX esos mástiles se sustituyeran
por dispositivos que elevaban las
banderas desplegadas, con esto
se aseguró su visibilidad ya que se eliminó el alea de que faltara suficiente
brisa para hacerlas flamear.
La disponibilidad de la tecnología digital permitió mostrar imágenes
estáticas de los paños, que se mostraban explayados. Se adujo que esto
implicaba un ahorro en los costos, pero esto no fue inmediato ya que los que insumía
la tecnología eran muy superiores al que requería disponer de las piezas
textiles en número suficiente.
Téngase en cuenta que
antes era necesario contar con banderas de
todas las nacionalidades en competencia, además debían preverse tres juegos
de cada uno, por cuanto existía la posibilidad de que los tres primeros lugares
fueran ocupados por compatriotas.
El abaratamiento de los artificios tecnológicos y la posibilidad de que las pantallas sirvieran para proyectar otras imágenes (tablas de posiciones, logos de los patrocinadores, repeticiones de jugadas, etc.) admitió eliminar tableros anexos y elementos publicitarios. Además, introdujo un elemento más librado a la atención de los asistentes. Esto alentó implementar este recurso.
Sin embargo, en el inconsciente colectivo persistió la
impronta de ver flamear las banderas que señalaban el origen de los ídolos. Con
los más recientes avances técnicos las enseñas pudieron mostrarse ondeando,
agregando con su dinámica un factor
que enriquece la demanda popular.
Asimismo, la novedad que
ejemplifica la foto que abre esta nota permite mostrar imágenes que muestran la
formal y sobria presencia de las banderas
que aparentan ser de sitio, las que por tradición se usan para dar un marco
adecuado a los dispositivos de Ceremonial (ver imagen inicial).
Por tal razón la realidad
muestra que las banderas que tradicionalmente se emplearon por más de un siglo han desaparecido (al menos en los
eventos deportivos de alta competencia), aunque nos queda su imagen virtual.
Queda en claro que sustituir
las banderas de sitio o de ceremonia por imágenes virtuales podría aceptarse
con algún reparo en el marco de actividades deportivas o corporativas, donde
las enseñas tienen un rol menor, pero que jamás
deberían validarse en el Ceremonial de estados, ni en su dimensión
internacional, ni en la local.
Una apostilla, el
orden protocolar en la foto inicial es absolutamente aleatorio lo que desmerece
el dispositivo armado por una de las entidades más significativas de la
actualidad (FIFA), lo que habla muy mal
del profesionalismo que actuó en esa presentación que concentró la atención
de todo el planeta.
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