Breve crónica del proyecto y de la bandera que ondeó en la oportunidad
Por Miguel Carrillo Bascary
Para los argentinos nacidos con posterioridad a 1938 es natural celebrar el “día de la bandera”, que para aquellos lectores que no tengan esta nacionalidad se conmemora el día del fallecimiento de su creador, el general Manuel Belgrano (1770-1820).
También los argentinos también tienen internalizado que se trata de un “feriado nacional”, de hecho, un día de fiesta popular, a despecho de lo que se expuso sobre el deceso general Belgrano.
Sin embargo, puede ser de interés general conocer cuáles
fueron los fundamentos con que el Ejecutivo de entonces, a cargo de Agustín Justo (1876-1943), ingresó el
proyecto al Congreso en junio de 1937, como forma de dar respuesta al pedido
que a fines de 1933 le había hecho la “Comisión
pro-día de la Bandera” que formaban decenas de rosarinos, que impulsaban la
idea a partir de una propuesta de la "Junta de Numismática e Historia Americana". Así se observa en la foto que preside esta nota, aunque en el texto no
preveía que fuera feriado.
De hecho, en mayo de 1935, el diputado santafesino Rafael Biancofiori (1876-1941) presentó primer proyecto de ley que en justicia corresponde sea destacado. Ahí se estipulaba que se celebrara el 20 de junio, aniversario de la muerte del prócer.
Por esas cosas de la política fue el mensaje del Ejecutivo el que llegó a ley, con el aditamento de la declaración de feriado que se le sumó durante el debate.
El inspirador de la recordación había sido una personalidad de aquel tiempo, Calixto Lassaga (1857-1954), quien lo postuló durante una intervención en el “Jockey Club de Rosario” y así lo difundió desde las páginas del diario “La Capital” el 30 de mayo de 1935.
También en 1938 tuvo entrada un proyecto similar al del Ejecutivo que presentó el diputado por la Capital Federal, Daniel Varela Dorna (1887-1971), este sugería el 20 de julio en razón de ser la misma fecha de 1816 en que el Congreso reunido en Tucumán oficializó la Bandera como símbolo de las Provincias Unidas de Sudamérica.
Al año siguiente, precisamente el 20 de junio,, un grupo de ciudadanos auto titulado como "Comité Popular de la Juventud Argentina de homenaje a la Bandera y su creador General Belgrano" conformado por Luis Agote Robertson, Eduardo Videla Dorna y su hermano Daniel (diputado nacional), Ramón Oscar Castilla, Luis María Ferraro, Carlos Rojas Torres, Raúl y Alfredo Etcheberry, Ricardo Alberdi y Jorge Seré quisieron desagraviar a la Enseña nacional que había sido mancillada durante el acto del 1º de mayo protagonizado por las izquierdas, como resonancia de las pasiones que sacudían España aquejada de su guerra civil.
Ellos compraron una inmensa bandera de 15 metros de largo y, en presencia del presidente de la Nación y de otras altas autoridades, la izaron en un mástil ubicado al lado del Obelisco, en el sitio donde se izó por primera vez en la ciudad de Bs. Aires, el 12 de agosto de 1812. Este acontecimiento determinó la iniciativa de ley que luego presentó Videla Dorna.
Durante el trámite del proyecto se debatió cuándo debía conmemorarse, si el 27 de febrero (creación del símbolo), el 3 de junio (nacimiento de Belgrano), otro día a determinar, el 20 de junio o el primer domingo posterior.
Agotado el debate terminó convertido en ley el 8 de junio de 1938, a tiempo para concretar su primera celebración a nivel nacional. Fue en su transcurso que se le adicionó el carácter de feriado nacional, a propuesta del diputado por Bs. Aires, Matías Sánchez Sorondo (1880-1959), con lo que el artículo 1º de la Ley Nº12.361 finalmente quedó redactado así:
“Artículo
1º - Declárese Día de la Bandera, el 20 de junio, que será feriado en todo el
territorio de la República.”
Ya para entonces Justo había cesado en su cargo y
desde el 20 de febrero de 1938 era presidente Roberto M. Ortiz (1886-1942), a quien le correspondió promulgar la
ley.
Llegado el 20 de junio de 1938 unos 80.000 escolares estuvieron presentes en la “Plaza de Mayo” (Bs. Aires), con las banderas de sus escuelas y colegios, que fueron unas 1.200, reunidos en derredor del monumento ecuestre del prócer y de "Pirámide de Mayo". Así conformaron una imagen alegórica impresionante destinada a quedar en la Historia.
La única nota discordante fueron unos 10 jóvenes que se formaron
para hacer el saludo nazi, ante la repulsa de la generalidad de los otros
asistentes, los que fueron detenidos por la policía, que de esa forma evitó que
el incidente llegara a mayores (Corresponsalía del diario “El Orden” de Santa Fe,
21 de junio de 1938).
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