lunes, 18 de noviembre de 2019

Curiosidades 1: La Señora del Bastón

La Señora de Bastón y la Bandera


Por Miguel Carrillo Bascary

Las concentraciones populares suelen ofrecer imágenes de todo tipo donde las banderas son elementos válidos para expresar diversas emociones y metamensajes.

La espontaneidad y la forma con que sus protagonistas se identifican con la bandera nacional de un país, en este caso Argentina, no conoce de protocolo. La espontaneidad se entrelaza con la subjetividad en formas increíblemente variadas.

No está mal, todo lo contrario, siempre que prive el respeto en el tratamiento que se preste al símbolo nacional. Estas manifestaciones demuestran que las banderas son parte misma del alma popular.

Les ofrezco un caso inédito, al menos para quien esto escribe, advertido en una reciente auto convocatoria política ocurrida en la ciudad de Rosario con motivo de las recientes elecciones presidenciales. Así quedó plasmado en la fotografía que preside la entrada, tal como me la remitió un lector de este Blog que supo captar el momento con rara sensibilidad.

Me detengo en algunos señalamientos que posiblemente ni siquiera fueron tenidos presentes por su protagonista, la Señora del Bastón.

Cuando la condición física de una persona demanda el uso de bastón para movilizarse con seguridad, la pieza se transforma en una extensión misma de su cuerpo. El vínculo entre el portador y el objeto se hace naturalmente íntima; hasta el punto que cualquier cambio en este último genera incomodidad.

Disimulando las redundancias, inevitables en este caso, podemos cotidianamente podemos escuchar frases como estas: “estoy perdida/o sin mi bastón”; “olvidé mi bastón y siento que me falta alto”; “cambié el bastón y no me adapto al nuevo”. El lector sin dudas, que podrá agregar muchas otras de su cosecha.

En el caso que analizamos vemos un conglomerado de personas ante un estrado donde se encuentra un político que oficia de causa convocante. La Señora del Bastón, está parada, a nivel del piso y no es de mucha estatura. Reparemos que, en la oportunidad, la gente se había reunido para manifestar su apoyo a las ideas encarnadas por el hombre público con el que se referenciaba.

Los promotores del encuentro habían pedido que se concurriera con banderas nacionales, dejando de lado todo otro emblema sectorial, por lo que el sentido de este tipo de manifestación tenía un objetivo claro, mostrar que la argentinidad estaba más allá de un logro económico o de un proyecto político; en la conjunción social se buscaba evidenciar una demanda concreta: primero la Patria, después los intereses de sector; las grietas deben cerrarse; la Bandera nacional es prenda común de todos los argentinos.

En este contexto la intención implícita en el acto de la Señora del Bastón con su conducta está diciendo con toda claridad: “Sr. Político mire esta Bandera que le muestro, es la de Patria, somos todos”. Es por eso que en una actitud quizás inconsciente la protagonista recurrió a su creatividad y no encontró mejor forma de hacerlo que anudando a su bastón la bandera que llevaba, para que fuera más visible; para que esa extensión vegetal de su brazo pudiera hacerse mostrarse emergiendo de la impersonal masa que formaban los concurrentes al acto.

Por si fuera poco, vemos otro detalle, la Señora del Bastón y su acompañante visten íntegramente de blanco, con todo lo que este color implica en el sentimiento social.

Más allá de las connotaciones concretas al hecho político de origen, entiendo que la Señora del Bastón nos trasmite una idea fuerza, a través de la Bandera Nacional, nada menos.

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