¿Banderas
con mochilas?
Un orgullo hecho público
Por Miguel Carrillo Bascary
A lo largo de
todo el mundo se rodea de
consideraciones a las banderas nacionales. La disciplina del Ceremonial
abunda en normas y disposiciones al respecto hasta el punto que en algunas
naciones se sancionan duramente las infracciones. Literalmente, lo habitual es que
por el uso desconsiderado de una bandera su responsable merezca una multa de
menor o mayor volumen pero en algunos países la pena son ¡latigazos! Sí, tal
como leyeron.
Por esto llama
la atención una curiosa costumbre de los
holandeses, por mejor decir los súbditos del reino de los Países Bajos. En
esta nación durante el mes de junio, principalmente, se observa una erupción de
banderas izadas en los frentes de las casas de cuya punta cuelga ¡una mochila!
Conocí esta
particular tradición hace algunos años y hoy quiero compartirla a partir de la
información que tomo de los blogs que cito más abajo.
Los habitantes
de los Países Bajos son muy medidos con su bandera, la reservan para muy pocas
ocasiones en el año, todas de carácter formal, como el cumpleaños de su
monarca; el día de la liberación luego de la II Guerra Mundial y similares. En
esto son muy formales y no se distinguen de la mayoría de otros pueblos.
Extraña
costumbre
Pero hay una peculiaridad
específica de los holandeses, gustan
compartir muchas vivencias familiares con su comunidad, hasta el punto que
algunos los consideran “exhibicionistas”. No es así, ellos procuran poner en evidencia
ciertos logros y que sus relaciones se alegren con ellos lo que da origen a la
costumbre que justifica este post.
Parece haber
empezado en la década de los años 20 en el siglo pasado. Por entonces los
establecimientos escolares anunciaban el término del año lectivo izando banderas
en sus fachadas. Esto fue imitado por aquellas personas que por su buena posición
económica podían permitirse el gasto de un asta y de una bandera; de esta
manera se asociaban al logro de sus jóvenes que habían aprobado en sus estudios
medios.
Superado el
drama de la guerra y las estrecheces de la reconstrucción, la prosperidad económica
que experimentaron los holandeses a mediados de la década de 1960 hizo que
aquella costumbre de ricos se extendiera a todas las clases sociales. Como una forma se celebración, según se
recuerda, se colgaban de la banderas: libros; cuadernos … y las consabidas
mochilas o portafolios.
Fotografía
datada en 1979 (observar el antiguo modelo de portafolio)
Al parecer, en
forma casi insensible, la extroversión holandesa determinó que cuando algún
joven terminaba su secundario su familia quisiera anunciarlo a los vecinos y
demás relaciones y por esto, considerando que ya nunca más iban a utilizar la mochila que lo acompañó durante los
años de su escolaridad se comenzó a colgar junto
con la bandera.
De esta forma las familias evidencian con legítimo
orgullo el progreso de sus hijos y la expectativa de una mejor posición en
el futuro cercano, con lo que se transformó en una experiencia jubilosa,
festiva, auspiciosa, con lo que se extendió aún más.
Se coloca junto al tope o lanza, único lugar
“cómodo” para hacerlo y que permite se destaque netamente. Una curiosa
asociación a la vista del público.
La tradición indica izar la bandera con la
mochila del graduado cuando este recibe las notas que acreditan la finalización
de su escuela secundaria; lo que ocurre
a mediados de junio. Cuando el alumno debe recuperar las materias que adeudaba
para aprobar la ocasión puede retrasarse.
Se registraron
algunos intentos contra tan informal acompañamiento a los colores nacionales,
pero fue en vano. Hoy es una costumbre
típicamente holandesa, tanto como el uso de la bicicleta.
Modalidades
Una variante fue agregar un listón de color
naranja con la leyenda “Geslaagd”
(“pasado con
éxito”) que se explica por sí solo.
Si los graduados
de la familia o de una unidad habitacional son varios se colocan tantas mochilas como sean.
Más aún, cuando
alguien de la familia se gradúa en la
universidad, también se exterioriza el logro mostrando algún útil o
mochila, para que todos puedan alegrarse con la culminación de esa etapa en la
vida de un ciudadano.
Y tampoco faltan
aquellos que para gratificar a sus hijos cuelgan sus mochilas de la bandera
cuando terminan la escuela primaria
Adviértase
en modelo infantil de la mochila
Los Países Bajos son una nación multicultural, benévola con la inmigración. Prueba de ello es la
siguiente fotografía donde las banderas de Holanda y de Filipinas se aúnen para
testimoniar la graduación de un joven con herencia asiática.
En menor medida
es habitual ver mochilas izadas en las banderas
estatales y municipales; a veces acompañadas por globos. ¿Por qué no?
Una bandera de Frisia con
la consabida mochila
Referencias:
No hay comentarios:
Publicar un comentario