“Altares cívicos”
Altar cívico en el ayuntamiento de la ciudad de la Antigua Guatemala
Por Miguel Carrillo Bascary
Uno de nuestros lectores nos pregunta sobre el tema de este post. Intentaremos brindar algunos conceptos que pueden ser de su interés.
Los “altares cívico”
son espacios de muy diferentes características destinados a honrar la memoria
de alguna personalidad que merezca el reconocimiento de una sociedad que tienen
como función visibilizar y recordar.
Desde ya que
aclaramos que el término “altar” es inadecuado por cuanto un altar es un mueble
ejecutado en piedra u otros materiales. El término proviene del latín “altare”,
por su función de elevar dese desde allí sacrificios a un dios. Pese a lo
indicado la designación se ha generalizado.
Es importante
distinguir los “altares cívicos” de aquellos que levanta la religiosidad popular;
las supersticiones o el legítimo cariño de amigos o familiares por una persona amada.
Los altares
cívicos son una forma didáctica de hacer presente algún hecho que se atribuye a
la personalidad recordada como forma de incitar a seguir su ejemplo de vida.
Básicamente se
estructuran sobre una imagen (fotografía; placa; escultura; o cualquier otra
forma se representación); suelen complementarse con algunos elementos que de
una u otra forma ilustran la trayectoria o las virtudes del homenajeado.
En principio se evitará
emplear símbolos o imágenes religiosas en los altares cívicos; hacerlo sería
contradecir su misma naturaleza, pues se confundirán con los altares propios de
la religiosidad popular.
Estos “altares”
se colocan en espacios públicos en un ámbito privado de uso público. Entre
estos últimos lo más apropiado parece ser el atrio de un establecimiento
gubernamental o un sector jerarquizado.
Es obvio que no
existe ninguna normativa que los regule; pero es factible que cuando estos
altares tengan de mayor significación por su volumen o lugar de emplazamiento,
se deberá solicitar autorización a la autoridad local.
Cuando los
altares están destinados a resaltar a alguna personalidad de significación
nacional (un prócer, por ejemplo) se les dedicarán especiales formalidades, en
desmedro de la espontaneidad que caracteriza a los altares de personas del
llano.
Como gestos de
adhesión o testimonios recordativos, periódicamente pueden colocarse flores o
mantenerse encendidas lámparas votivas.
Por lo general los
“altares cívico” no escapan de acciones de depredación. Paradójicamente, no
ocurre lo mismo con los dedicados al recuerdo de un fallecido o de los así
llamados “santos populares” que son respetados por los antisociales ya que piensan
que “el difunto puede vengarse de aquella persona” que destruya o quite algún
elemento del altar.
En algunos casos
estos “altares cívicos” adquieren características religiosas, donde a las
personas que se recuerda se les tributa una veneración propia de los santos de
la Iglesia Católica. Se generan así una suerte de santuarios donde el
agradecimiento al venerado se manifiesta en una aglomeración de ofrendas de
todo tipo, en constante incremento.
Como resulta de
estas breves líneas, los alteres cívicos pueden confundirse muy fácilmente con
aquellos levantados en un contexto de la religiosidad popular o con aquellos
propios de prácticas paganas o animistas.
Lienamientos
prácticos para elaborar un altar patrio
Lo primero será
determinar el lugar de instalación. Es vano detenerse en este punto pues la
elección dependerá de las características del espacio. Bastará destacar que
tiene que hallarse en un lugar digno y, en lo posible, que no se encuentre en
un pasillo, para no disminuir su importancia relativa.
En cuanto a
sugerir qué con que elementos erigir un altar cívico destinado a destacar un prócer
patrio, optamos por su sobriedad, como principal característica. El mismo podría
incluir:
·
Una placa importante o una mayólica (que suele tener
un costo muy inferior) alusiva, como elemento central. Si se prefiere instalar
un busto, aconsejamos excavar una hornacina en el muro ya que una base o pedestal
implica restar espacio funcional al ambiente.
·
A su derecha sería factible colocar un mastelero, con 45
grados de inclinación respecto de la pared; allí se instalará un asta con su
correspondiente bandera.
·
A la izquierda sugerimos instalar una lámpara votiva,
si es posible de características artísticas; previsiblemente de tecnología LED
para disminuir el consumo. Se cuidará que la instalación eléctrica quede disimulada.
·
Adosar una superficie adecuada para que allí puedan
resaltarse efemérides; frases atribuidas al prócer; láminas y otro tipo de
recuerdos que podrán reemplazarse periódicamente. En cuanto a los materiales, podría ser desde
una clásica pizarra hasta un tablero plástico; de corcho; madera aglomerada o
similar.
·
Eventualmente podría colocarse un soporte destinado a
recibir las ofrendas que puedan realizarse: un recipiente para recibir flores
o un saliente para soportar una corona cívica.
Con esto debería
bastar.
El articulo esta muy interesante, lo único malo es que la imagen ilustrativa del mismo no tiene nada que ver con su titulo ya que ese altar cívico estuvo colocado en el edificio del ayuntamiento de la Ciudad de La Antigua Guatemala, Patrimonio cultural de la Humanidad, ubicada el el departamento de Sacatepéquez,perteneciente a la Republica de Guatemala, en Centro América, y ahí se puede onservar un letrero que dice"Guatemala tu nombre inmortal",por lo que sería bueno aclarar sobre la fotografía o cambiar el titulo del artículo
ResponderEliminarGracias por la aclaración, ya fue corregido
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