Símbolo de una nueva realidad universal
La nueva bandera de las Naciones Unidas
Por Mikel Carrillo Bascary
Se conoció finalmente que durante su última
Asamblea General, las Naciones Unidas resolvieron modificar su bandera
El emblema que lucirá la nueva bandera será de
color amarillo oro y el paño verde claro. Por lo demás el diseño es idéntico al
usado hasta hoy.
Los símbolos
originales de la ONU
Por setenta años la ONU se caracterizó
por los colores celeste y blanco. Su símbolo y su bandera fueron adoptados por
la Asamblea General en sesión del 20 de octubre de 1947, pero sus colores no
tienen ninguna motivación particular.
En aquella oportunidad se tomó como base la
propuesta de la Oficina de Servicios Estratégicos de los E.U. (abril 1945)
sobre la que se preparó el pin identificatorio que lucieron los delegados en la
Conferencia de San Francisco que constituyó la organización. Con algunas
modificaciones fue aprobado el modelo oficializado en la fecha indicada. La elección de los tradicionales colores no tuvo fundamentación alguna, un factor que incidió para posibilitar la mutación operada.
Bandera
de la ONU desde 1947
Explicación de los
nuevos colores
El comunicado oficial expresó: que el verde es
el color que universalmente se identifica con la Naturaleza, con la renovación
vital que acompaña a la primavera y con las esperanzas de un mañana mejor; más
justo; donde el desarrollo sustentable sea la idea fuerza que debe movilizar a
la economía desde una perspectiva humana.
Por su parte, el amarillo.oro se identifica con la
riqueza en múltiples formas, que excede en mucho la natural asociación con el metal aurífero. Su significado se extiende también al color de los cereales en plena
maduración. Indica una riqueza que trasciende de lo económico y que valoriza
los aportes de diversas fuentes hasta alcanzar la plenitud; en pocas palabras
el amarillo-oro adoptado patentiza el valor de la diversidad que caracteriza a
todas las culturas. Se menciona también, el Sol es elemento central de la cosmogonía
de la mayoría de las civilizaciones a lo largo de las eras y que el Astro rey
fecunda la Naturaleza al par que ampara con su luz y calidez a todos los
hombres y mujeres del mundo. Por otra parte, el amarillo-oro implica reinstalar
el color del emblema original de 1945.
Modelo
originalmente propuesto
Origen del proyecto
La reforma fue impulsada originalmente por un
conjunto organizaciones no gubernamentales vinculadas con el movimiento ecologista que planteó el
cambio como una forma de hacer tomar conciencia sobre el cuidado del medio
ambiente a nivel planetario. Coordinó la propuesta la organización Grenpeace.
Más tarde recibió el apoyo de algunas naciones de Europa y del tercer mundo que
lo llevaron oficialmente a consideración de las Naciones Unidas.
En el año 2012 se formó un Grupo de Trabajo en el seno de la ONU para analizar el proyecto y
sus implicancias. Inicialmente fue coordinado por el reconocido experto finés
Tivor Telekis y tras su lamentado fallecimiento, se designó a la militante
naturista de origen indú, señora Neeja Aruna.
Se definió así un documento de trabajo que avanzó a lo largo de diversas instancias
en el organismo internacional. Fue un arduo y silencioso trabajo.
Opciones consideradas
En un primer momento el cambio sugerido se
limitaba al paño, pero las representaciones de Estados Unidos y de Israel se
opusieron por entender que la bandera de
la ONU se asimilaría demasiado a de la Liga de Estados Árabes.
Bandera de la Liga Arabe
Se pensó entonces invertir los colores de forma que el paño fuera
blanco y el emblema de la ONU utilizara el verde.
Opción
descartada
La idea fue cuestionada entonces
por varios estados, ya que en las culturas orientales el blanco evoca la palidez que sigue a la muerte; también se
consideró inadecuado por otras razones que sería largo explicar.
Por lo tanto se replanteó el uso
del verde, pero nuevamente encontró una cerrada oposición en los Estados Unidos
e Israel, la que finalmente fue superada cuando se resolvió optar por un tono de verde aclarado que alejaba su analogía
con el utilizado por el paño de la organización internacional árabe.
Para que no se reabriera la polémica,
surgió la opción en favor del amarillo-oro
para el emblema, que fue planteada por la representación de Australia, país donde es una realidad
la creciente reivindicación del Sol que caracteriza a las culturas aborígenes y
que se plasma en la bandera que los identifica.
Bandera
aborigen australiana
Esta sugerencia fue primeramente resistida por algunas naciones que
tienen en su seno grupos étnicos vinculados con las culturas solares, por
entender que se verían fortalecidos en sus demandas a partir del cambio en el
símbolo de la ONU. Sin embargo la perspectiva fue ganando adeptos y con el
apoyo de países tan diversos como Perú; Bolivia; Guatemala; Zaire; Costa de
Marfil; India; Noruega; Japón; Mónaco y Palau se conformó la propuesta formal
que obtuvo consenso en el Grupo de Trabajo.
La decisión final
Fue así que se incluyó el
respectivo proyecto de resolución en la agenda de la última Asamblea General
del organismo. Cuando llegó el momento de su consideración no se planteó
ninguna observación y fue aprobada por consenso generalizado bajo forma de la resolución A/RES/72/184 del pasado 24 de
diciembre de 2017.
Para posibilitar la amplia
difusión del cambio operado y las adaptaciones necesarias a fin de darle
efectividad, el apartado 3 de la Resolución dispuso que la modificación entrará en vigor a partir del día 24 de octubre de 2018,
día en que se celebra un nuevo aniversario de la constitución de las Naciones
Unidas. En esa oportunidad se izará la nueva bandera de la ONU en su sede
oficial de Nueva York y sucesivamente ocurrirá en todas las sedes menores; oficinas
y demás delegaciones extendidas a lo ancho del mundo.
En forma consecuente, se modificarán también las banderas de las
diversas agencias y organismos de la Organización, pero estos cambios
operarán recién desde el 24 de octubre del año 2019.
La comunicación que justifica
este post fue emitida por la Oficina Principal de Prensa del Secretario General
ONU, mediante el comunicado PO-12/ 346,
de fecha 28 de diciembre.
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