Cuando las nuevas realidades demandan nuevas actitudes
Por Miguel Carrillo Bascary
Co0ncretar el emotivo acto
del “minuto de silencio” en el curso
de una ceremonia sin duda alguna que es un gesto
de homenaje al fallecido que le rinden los presentes y una manifestación de
pesar por su falta.
Iniciada la ceremonia y
cumplido el tributo a los símbolos nacionales, si es que forman parte de la
misma, el “minuto de silencio” es lo primero en la secuencia del evento. Esto implica
la presencia virtual del fallecido,
que de esta forma “comparte” el momento de encuentro con el resto de los participantes.
Hasta aquí no hay novedad
en lo dicho ya que consiste en una pacífica
costumbre de Ceremonial, sin embargo, los modernos formatos que impuso la
pandemia en que se genera una reunión virtual
entre participantes que pueden hallarse en diversos lugares del mundo generan mutaciones que aún no han cuajado en
usos universales, pero que no por ello debemos descuidar.
Es seguro que si compartiéramos vivencias serían muchas
las variantes con que se concreta al póstumo homenaje.
Sobre esta base en
concreto intentaré definir mi aporte, en muy pocas líneas.
En las reuniones que utilizan
plataformas zoom, meet y tantas otras,
la función “compartir pantalla” se presta maravillosamente para que el
administrador presente una fotografía del
rostro del fallecido.
Aquí se plantea una duda, ¿una foto cercana al fallecimiento? o ¿una de fecha anterior? La respuesta puede ser una sola.
Si la muerte sorprendió al homenajeado en la plenitud de sus actividades, lo pertinente será presentar una foto reciente.
Si el fallecido llevaba ya un relativo tiempo alejado
de las actividades comunes o bien, si el deceso ocurrió a consecuencia de una
enfermedad que minó su físico y que
se tradujo en su rostro, lo adecuado será exhibir una foto donde se lo muestre
en su plenitud vital.
Siempre se privilegiará
una toma de primer plano, pero de no
conseguirse cabrá que sea de plano medio corto o un primerísimo plano. Pongamos en común de qué hablamos:
Claro está que el problema consiste en conseguir una toma
adecuada, lo que será tarea de la organización a cuyo efecto podrá acceder
a alguna que exista en la internet o requerirá la eventual cooperación de
amigos y familiares del fallecido.
Es factible que la imagen
necesite un tratamiento de fotoshop,
para mejorar la presentación, su el encuadre o difuminar la toma de fondos o de
terceras personas que hayan sido captadas, por lo que habrá que prever el costo
del servicio y contar con suficiente tiempo para que pueda realizarse sin
apuros.
Por supuesto que no es
necesario que la imagen sea tipo “foto
carnet”, cuando más natural y descontracturada mejor.
Si los homenajeados fueran varios, la solución es presentar un collage en donde las fotos que lo integran sean de igual tamaño y características,
para que ninguno destaque por sobre el resto. En este punto corresponde en
puridad tener presente las reglas de precedencia,
aunque esto no debería ser un mandato ya que, en definitiva, la muerte iguala
jerarquías.
Si la pluralidad es muy amplia, la solución estaría en presentar una
placa ad-hoc, como la que resulta de los ejemplos siguientes:
De no conseguirse una fotografía del homenajeado la opción radica en algo parecido a lo anterior, mostrar una placa en donde se consigna “Minuto de silencio en homenaje a (tratamiento del caso) N.N.” Eventualmente se podrá acompañar con la imagen de un lazo negro, una vela encendida, una flor o un ramo, etc.
Si se considera, durante el minuto de silencio" puede difundirse una melodía apropiada a la ocasión o un emotivo toque luctual ejecutado con trompeta
La actitud de los presentes virtuales
El mosaico de imágenes que
plantean las plataformas de participación virtual nos llevan a reflexionar
sobre la actitud de los “presentes”.
A mi juicio nada más frío
que el mosaico muestre los rostros inexpresivos de los participantes. Peor aún,
que se advierta que algunos apagan su cámara, ya que esto indica que se
ausentan y una indiferencia supina por el homenaje que rinde el conjunto.
En consecuencia, ¿cuál ha de ser la actitud o posición
gestual?
Desde ya que se debe desechar que los participantes se
pongan de pie, ya que sus cámaras mostrarán un vacío o una porción inferior
de su físico, nada elegante por supuesto.
Considero que se debe
corresponder con la que es natural en una ceremonia en vivo, inclinar levemente la cabeza y bajar los
ojos expresando una actitud reflexiva motivada por el recuerdo del
homenajeado, de sus valores y realizaciones.
A esto agregaría el gesto
de colocar la mano derecha sobre el corazón,
referenciando el afecto o el sentimiento para con el fallecido.
Esta doble gestualidad es al mismo tiempo, sobria, respetuosa y formal.
Una observación, el
participante deberá mantener su actitud la hasta el momento en que oiga al conductor que da por concluido
el “minuto de silencio”, nada peor que anticiparse mirando de soslayo la
pantalla.
Considero que estas líneas
podrán servir de eficaz guía para
consensuar los comportamientos en tan solemnes oportunidades, eventualmente
mucho agradeceré vuestros aportes y reflexiones. ¿No les parece?
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