lunes, 16 de mayo de 2022

Nuestra actitud en un “minuto de silencio” virtual

Cuando las nuevas realidades demandan nuevas actitudes

Por Miguel Carrillo Bascary 

Co0ncretar el emotivo acto del “minuto de silencio” en el curso de una ceremonia sin duda alguna que es un gesto de homenaje al fallecido que le rinden los presentes y una manifestación de pesar por su falta.

Iniciada la ceremonia y cumplido el tributo a los símbolos nacionales, si es que forman parte de la misma, el “minuto de silencio” es lo primero en la secuencia del evento. Esto implica la presencia virtual del fallecido, que de esta forma “comparte” el momento de encuentro con el resto de los participantes.

Hasta aquí no hay novedad en lo dicho ya que consiste en una pacífica costumbre de Ceremonial, sin embargo, los modernos formatos que impuso la pandemia en que se genera una reunión virtual entre participantes que pueden hallarse en diversos lugares del mundo generan mutaciones que aún no han cuajado en usos universales, pero que no por ello debemos descuidar.

Es seguro que si compartiéramos vivencias serían muchas las variantes con que se concreta al póstumo homenaje.

Sobre esta base en concreto intentaré definir mi aporte, en muy pocas líneas.

En las reuniones que utilizan plataformas zoom, meet y tantas otras, la función “compartir pantalla” se presta maravillosamente para que el administrador presente una fotografía del rostro del fallecido.

Aquí se plantea una duda, ¿una foto cercana al fallecimiento? o ¿una de fecha anterior? La respuesta puede ser una sola. 

Si la muerte sorprendió al homenajeado en la plenitud de sus actividades, lo pertinente será presentar una foto reciente.

Si el fallecido llevaba ya un relativo tiempo alejado de las actividades comunes o bien, si el deceso ocurrió a consecuencia de una enfermedad que minó su físico y que se tradujo en su rostro, lo adecuado será exhibir una foto donde se lo muestre en su plenitud vital.

Siempre se privilegiará una toma de primer plano, pero de no conseguirse cabrá que sea de plano medio corto o un primerísimo plano. Pongamos en común de qué hablamos:


Claro está que el problema consiste en conseguir una toma adecuada, lo que será tarea de la organización a cuyo efecto podrá acceder a alguna que exista en la internet o requerirá la eventual cooperación de amigos y familiares del fallecido.

Es factible que la imagen necesite un tratamiento de fotoshop, para mejorar la presentación, su el encuadre o difuminar la toma de fondos o de terceras personas que hayan sido captadas, por lo que habrá que prever el costo del servicio y contar con suficiente tiempo para que pueda realizarse sin apuros.

Por supuesto que no es necesario que la imagen sea tipo “foto carnet”, cuando más natural y descontracturada mejor.

Si los homenajeados fueran varios, la solución es presentar un collage en donde las fotos que lo integran sean de igual tamaño y características, para que ninguno destaque por sobre el resto. En este punto corresponde en puridad tener presente las reglas de precedencia, aunque esto no debería ser un mandato ya que, en definitiva, la muerte iguala jerarquías.

Si la pluralidad es muy amplia, la solución estaría en presentar una placa ad-hoc, como la que resulta de los ejemplos siguientes:



En estos casos es válido insertar el logo de la entidad organizadora, del congreso, etc.; así como la fecha.

De no conseguirse una fotografía del homenajeado la opción radica en algo parecido a lo anterior, mostrar una placa en donde se consigna “Minuto de silencio en homenaje a (tratamiento del caso) N.N.” Eventualmente se podrá acompañar con la imagen de un lazo negro, una vela encendida, una flor o un ramo, etc. 

Si se considera, durante el minuto de silencio" puede difundirse una melodía apropiada a la ocasión o un emotivo toque luctual ejecutado con trompeta 

La actitud de los presentes virtuales

El mosaico de imágenes que plantean las plataformas de participación virtual nos llevan a reflexionar sobre la actitud de los “presentes”.

A mi juicio nada más frío que el mosaico muestre los rostros inexpresivos de los participantes. Peor aún, que se advierta que algunos apagan su cámara, ya que esto indica que se ausentan y una indiferencia supina por el homenaje que rinde el conjunto.

En consecuencia, ¿cuál ha de ser la actitud o posición gestual?

Desde ya que se debe desechar que los participantes se pongan de pie, ya que sus cámaras mostrarán un vacío o una porción inferior de su físico, nada elegante por supuesto.

Considero que se debe corresponder con la que es natural en una ceremonia en vivo, inclinar levemente la cabeza y bajar los ojos expresando una actitud reflexiva motivada por el recuerdo del homenajeado, de sus valores y realizaciones.

A esto agregaría el gesto de colocar la mano derecha sobre el corazón, referenciando el afecto o el sentimiento para con el fallecido.

Esta doble gestualidad es al mismo tiempo, sobria, respetuosa y formal.

Una observación, el participante deberá mantener su actitud la hasta el momento en que oiga al conductor que da por concluido el “minuto de silencio”, nada peor que anticiparse mirando de soslayo la pantalla.

Considero que estas líneas podrán servir de eficaz guía para consensuar los comportamientos en tan solemnes oportunidades, eventualmente mucho agradeceré vuestros aportes y reflexiones. ¿No les parece?

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