Una aparente alteración a la regla de la derecha
Por Miguel Carrillo Bascary
Si bien la normativa, usos y costumbres en materia del
Ceremonial de Estados, coinciden en muchísimos aspectos, es un dato de la
realidad que las particularidades culturales aportan curiosidades, que se
apartan de los cánones más generalizados.
A partir de una consulta que me hizo una reconocida colega de Tucumán, les
comparto la fotografía que abre este comentario. Data de marzo del año 2012 e
ilustra la visita que hizo a Kabul (Afganistán) el entonces presidente de
Francia, oportunidad en que se entrevistó con su par local.
Como se observa, para la presentación ante la prensa
internacional se dispusieron dos podios idénticos, desde los que los
mandatarios se dirigieron a la prensa, en cada caso los flanqueaban sus respectivas
banderas nacionales, según es lo usual.
Vemos que Kazai, como jefe de estado huésped, cedió la
derecha a Hollande, esto fue reproducido por el posicionamiento de ambas enseñas,
lo que en América es una práctica de excepción en el Protocolo. Nada objeto sobre que el jefe de Estado local ceda la derecha al
visitante, pero considero inapropiado que ocurra lo propio con las banderas nacionales.
Desde la perspectiva a la que adhiero, la enseña local
nunca debería ceder su natural primacía, ya que ella evidencia la soberanía del
pueblo huésped, sin perjuicio que su primer mandatario considere políticamente adecuado
intercambiar su lugar con el foráneo, como un gesto de galantería extrema.
Dicho esto, volvamos al caso los invito a un análisis más detallado, a tal fin es necesario observar las fotografías con
detenimiento.
Ambas banderas están sobre sendos pies-soportes, lo
que destaco en la Foto 2.
Los militares tienen la función de extender los paños para facilitar que se visualicen mejor (particularmente en el caso de la enseña afgana que carga el escudo nacional en su centro). La asignación no es de poca importancia, sino que, en primer lugar, debe interpretarse como un verdadero acto de servicio y, en segundo, como una comisión de honor para la que fueron designados por sus superiores. Véase lo destacado a continuación:
Ambos son miembros de las fuerzas armadas locales (lo
que se evidencia en sus gorras y puños de las casacas), aunque la lógica
indique que cada bandera debería ser asistida por un militar correspondiente a
su nacionalidad. Lo que se muestra no me parece adecuado, claro está que mi
perspectiva es netamente subjetiva. Como argentino entiendo que en el marco de
una ceremonia de Estado la Bandera de mi Nación debe estar al cuidado de un connacional,
jamás de un militar extranjero. Para el caso, debió ser un militar francés quie asumiera el rol, los había en Afganistán. Entiendo que muchos de los que leen estas
líneas coincidirán con mi apreciación, aunque admito que otros puedan pensar
diferente.
El principio de la igualdad jurídica de los estados, un paradigma básico en el mundo del Derecho Internacional Público, no se respetó en la ocasión. Esto se evidencia en los paños de ambas banderas, ya que la afgana está jerarquizada respecto de la francesa, por llevar una guarda de flecos dorados; lo correcto hubiera sido que ambas contaran con flecos o, en contrario, ninguna. Ver la Foto 3. En consecuencia, se expone una poco sutil práctica en beneficio al pabellón local, lo que me parece francamente improcedente.
Interesa explicar, además, por qué el militar que
sostiene la enseña francesa se coloca a la derecha de su asta, lo que visualmente contrasta
con su compañero que hace lo propio con la afgana. Todo está determinado por la
cobertura periodística del evento.
Cuando la toma abarca a ambos jefes de Estado, la cosa no es muy notoria,
pero encuentra justificación si se realiza un plano medio sobre alguno de
ellos.
En el caso del dignatario francés, el plano medio lo
enfocará, pero la vista de su bandera, quedará interferida por la imagen del
militar. Para que esto no ocurra, la única solución es colocar al soldado a la
derecha del asta/bandera, lo que aparentemente la desjerarquiza. Digo que esto es solo una apariencia, ya que el militar NO LLEVA LA BANDERA CON LA IZQUIERDA, ya que se limita a extender el paño. Distinto es el caso inverso, porque tanto el
mandatario como el militar se identifican con la enseña afgana.
Convengamos que todo esto es muy sutil, hasta el punto en que el gran público difícilmente aprecie lo expuesto, pero es indudable que ver la bandera de Francia, aparentemente a la izquierda de un militar extranjero, llama mucho la atención y que a los nacionalistas sin mayor conocimiento de Ceremonial y Protocolo les debe parecer muy chocante. Espero haber hecho entender.
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