Nuestra Escarapela y un relato inaceptable
Por Miguel Carrillo Bascary
Convencionalmente, todos los 18 de mayo de cada año los argentinos recordamos a nuestra Escarapela. Ese emblema de nacionalidad que hoy lucimos con el orgullo de nuestro pasado y como anhelo de nuestro futuro como sociedad, es la divisa guerrera que el Triunvirato decretó formalmente a pedido del entonces coronel Manuel Belgrano, consagrando un uso previo y espontáneo cuyos orígenes no están suficiente esclarecido.
Contra lo
que nos inculcaron por años no es un símbolo nacional, lisa y llanamente es un
distintivo que nos particulariza como argentinos. Nuestros símbolos son: la Bandera;
el Escudo, el Himno (fueron definidos por el Decreto Nº10.302 de 1944, una
norma imperfecta pues también trata de los atributos del Poder Ejecutivo) y,
según la reciente ley Nº27.134, también lo es la “Bandera Nacional de la
Libertad Civil”.
Sabemos,
fuera de toda duda que nuestra escarapela no nació en la “Semana de Mayo” de
1810 como sostuvo la historiografía oficial en base a la recopilación que realizó
Mitre a mediados del siglo XIX. La leyenda de French y Beruti, comprando las
cintas en la Recova es solo eso, una leyenda almibarada y poéticamente
ensalzada; difundida hasta el hartazgo durante todo el ciclo escolar. Lo que ya
resulta imperdonable es que se siga enseñando como verdad revelada, cuando ya
hace tres generaciones que una investigación emprendida sobre bases
documentales, mucho más concreta y rigorista esclareció que aquellas “primeras
escarapelas” no fueron celestes y blancas.
Fue hace nada
menos que 77 años que el vicealmirante Ismael Galíndez, el general de división
Francisco Medina y el profesor Federico Santa Coloma Brandsen, miembros de la
comisión oficial convocada para investigar sobre los símbolos nacionales, dio a
conocer el informe sobre los enjundiosos estudios que habían emprendido desde tiempo
antes. Sus conclusiones vieron la luz en 1941 mediante en la publicación
titulada “French y la divisa de Mayo” (editorial Círculo Militar. Bs. Aires; 60
páginas).
Entre sus manifestaciones finales los autores indicaron algo que hoy
mantiene toda su lozanía y fuerza ante los embates de la realidad: “Entendemos
que la Historia debe ser una precisa reconstrucción del pasado y fuente de
ejemplares enseñanzas. Ambas cosas imponen exactitud, como el retrato y la
doctrina”.
Como
destacábamos, han pasado 77 años ya y la leyenda se resiste a desaparecer; más
aún continúa explayándose por la trama del espacio virtual y en la prédica
docente a las nuevas generaciones, mientras cada obra de teatro escolar aporta
su grano de arena para un monumento al despropósito. Se mantiene así un error
que hoy resulta inadmisible.
Correspondió
a Rosario ser el lugar donde por primera vez se lució en forma oficial la
escarapela nacional. Conocemos bien que Belgrano la solicitó al Triunvirato,
sin especificar cuáles debían ser sus colores. El decreto que la definió lleva
fecha 18 de febrero de 1812; y considerando que el despacho de partes militares
entre Bs. Aires y Rosario demandaba unos dos días, es factible que Belgrano
haya recibido la novedad el 20 de ese mes.
No es aventurado afirmar que las
rosarinas de entonces fueron convocadas por él y que debieron aplicarse
activamente a preparar las escarapelas destinadas a la guarnición que iba dotar
las baterías “Libertad” e “Independencia”. Tampoco hay certeza de su número
pues los autores difieren, serían entre 600 y 800 efectivos. Mucho trabajo
debieron empeñar las rosarinas para alistar las escarapelas que se habrían
lucido por primera vez en la ceremonia del 27 de febrero donde se izó nuestra Bandera
nacional.
Fue así que
ese pequeño poblado recostado a la vera del Paraná, ese paraje denominado
Capilla del Rosario resultó a la vez, “cuna de la Bandera y de la Escarapela”.
Aquella
primigenia escarapela no era similar a la que hoy conocemos… pero esta es otra
historia. Volveremos sobre ello.
Los
calendarios escolares conmemoran el “día de la Escarapela” el 18 de mayo. Los
avatares de tal referencia están debidamente documentados en www.me.gov.ar/efeme/18demayo/18demayo.html
al que remitimos.
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