viernes, 12 de septiembre de 2025

Un día de gloria: Rosario ciudad autónoma

Historia, actualidad y proyección

Escudo y bandera de Rosario

Por Miguel Carrillo Bascary

El presente, avizorando el futuro

Aunque pocos rosarinos lo hayan tenido presente hoy, el 12 de septiembre del 2025 es una jornada histórica para Rosario. La nueva Constitución de Santa Fe finalmente consagró la autonomía plena de la ciudad, un objetivo que nuestros antecesores se prometieron hacia fines del siglo XIX. El proyecto se frustró repetidas veces, generalmente por la mezquindad política de algunos que buscaron mantener a Rosario bajo la dependencia de un poder centralizado.

Quizás convenga recordar que, en definitva, la autonomía que buscó Rosario se plasmará cuando dicte su propia constitución local, lo que el Derecho Comparado denomina “carta orgánica”. Esto implicará que los propios rosarinos, reunidos en una convención particular, definirán cómo se organizará el gobierno local, sin más marco que los principios que establecen la Constitución Nacional y la de Santa Fe. Surgirá así un gobierno diseñado a la medida de las aspiraciones y realidades de Rosario; o sea, la forma en que el pueblo protagonizará su futuro.

De hecho, el reconocimiento de este nivel de autonomía da cumplimiento a lo que estableció en 1994 la reforma de la Constitución Nacional, que en su artículo 123 consagró el mandato y que desde entonces algunos grupos políticos obstruyeron obstinadamente para no perder ciertos privilegios y negar la posibilidad de reelección a los gobernadores. ¡Nada menos que 31 años pasaron desde entonces, en que la provincia de Santa Fe venía incumpliendo la Ley Fundamental de la Nación! Hoy termina la privación del derecho básico que esa misma gran norma otorga a los municipios.

La tarea inmediata será que, a la brevedad posible, seguramente en el curso del 2026, mediando comicios locales, se elija a un grupo de rosarinos quienes tendrán la responsabilidad de acuñar la manera en que se organizará nuestro gobierno con vistas a su futuro, inmediato y mediato.

Por ahora, sin perjuicio de celebrar la gran noticia, los rosarinos tenemos la enorme tarea de pensar en ese órgano que definirá nuestro porvenir. Para concretar ideales que tendrán que ponerse en acto y definirse por escrito, como guía de un mañana trascendente. Una tarea que demandará la participación activa, comprometida, plenamente responsable, de los distintos actores sociales, grupos de interés y de todo conjunto humano que tenga legitimidad para hacerlo. Desde el actual gobierno municipal, tanto el oficialismo como los sectores de la llamada oposición, deben dar el marco necesario para el debate y la libertad para decidir con amplitud, sería inaceptable que la carta orgánica termine redactándose en los recovecos del poder y de los grupos vinculados a su ejercicio o, lo que es igual, de espaldas al pueblo, a sus necesidades y aspiraciones.

¿Cómo llegamos hasta acá?

Haciendo rápida memoria podrían señalarse diversos hitos en este trayecto que hoy termina su etapa fundacional. Como método prescindiré de nombres propios, que los hay y muy valiosos, el logro es de los rosarinos en conjunto. Es necesario retroceder en el tiempo y meritar que cuando Rosario fue reconocida como ciudad, en 1852, eran 3.000 sus habitantes. En 1895 eran unos 90.000 y en 1914 sumaban 222.000; doce años después llegaban a 407.000. Estas cifras evidencian el progreso marcado, sin necesidad de acudir a más abstractos conceptos como el producto bruto y otras referencias económico sociales. Prácticamente no existía del desempleo y la urbanización crecía año a año, al par que se vivenciaban enormes carencias en materia de salud pública, seguridad, educación y de otros rubros esenciales, así como los condicionamientos en materia judicial y registral, que las autoridades de la provincia no conseguían atender, excedida ampliamente las posibilidades locales ya que en este nivel prácticamente no existían medios ni materiales ni, sobre todo, institucionales para hacerlo. La concepción era clara “la riqueza generada en Rosario debía subsidiar al Norte provincial”, un axioma dicho por lo bajo que trascendió gobiernos y que se transformó en una constante a lo largo del siglo XX. Fue entonces que comenzó un activismo que forjó la identidad rosarina “hija de su propio esfuerzo”, que ya se venía perfilando desde varias décadas atrás.

Para males, a ese florecer de la rosarinidad se respondió sin piedad desde el poder constituido. En diciembre de 1890 se quitó a Rosario la posibilidad de elegir su intendente y se negó el voto a los extranjeros, que por entonces eran más de un tercio de la población. También ese año se subdividió el territorio provincial en 18 departamentos (7 en el Sur y 11 en el Norte), se restó participación a Rosario en el Senado y con ello se disminuyó su potencial político

En 1898 los rosarinos y muchos habitantes de la zona aledaña demandaron al gobierno provincial la autonomía, hoy felizmente reconocida. Fue entonces que se fundó la “Liga del Sur” un nucleamiento informal ampliamente pluralista, en todo sentido. Sus dirigentes eran los protagonistas de aquel presente pujante de Rosario que, sin distinción de ideologías, sector social e intereses económicos, buscaban un mejor futuro para la región a partir de obtener el marco político que potenciara la vida institucional de aquel entonces.

Así, en el diario “La República[1]”, en su edición del 29 de diciembre de 1898, se llegó a leer: “En vista de la campaña contra la prosperidad de esta ciudad emprendida por el gobierno [provincial] “La República” discute la conveniencia de crear un nuevo estado federal [o sea, una nueva provincia] con el Rosario y los departamentos del Sur”.

Más tarde, al no encontrar ámbito para satisfacer sus demandas, la Liga se transformó en un partido político que, como tal, tomó algunas de las banderas primigenias, por sobre todo la autonomía cívica. Este espíritu original de coincidencia, cooperación y promoción de Rosario persistió en muchas instituciones señalando una evolución en el tiempo que sería complejo intentar siquiera referenciar en pocas palabras. En este panorama surge como paradigma las repetidas veces que se negó a Rosario tener una casa de altos estudios, lo que parcialmente se revirtió, parcialmente, en 1919 cuando se creó la “Universidad del Litoral”. Por entonces dos tercios de las rentas provinciales se generaban en el Sur.

En el año 1921 una reforma constitucional permitió la autonomía plena, tanto a Rosario como a Santa Fe. La meta añorada parecía alcanzada, pero un formalismo legal permitió que el gobernador la declarara inválida. En 1931 la coyuntura política la rehabilitó y Rosario pudo dictar su carta orgánica en 1933, aunque su vigencia fue efímera.  Cuando el Gobierno nacional intervino la provincia en 1935, se volvió al régimen anterior donde, de hecho, el voto de un habitante del Norte valía tres veces más que uno del Sur.

Cuando en 1962 se dictó una nueva constitución provincial, tampoco tuvo cabida la autonomía municipal. Más aún, el artículo 107 dispuso: “Queda facultada la Legislatura para cambiar con carácter general el sistema de elección de los intendentes por cualquier otro modo de designación” o, lo que es igual ¡se previó la posibilidad de que una simple ley quitara a las ciudades la elección de sus intendentes! Una verdadera espada de Damocles sobre el régimen municipal que persistió hasta el día de ayer, literalmente.

Fue así que, negada la posibilidad de una autonomía municipal plena, en distintos momentos se llegó a pensar en formar una nueva provincia que abarcara desde el río Barrancas hacia el Sur. Una idea que afloró con los años una y otra vez y que llegó a la dimensión del delirio geopolítico planteando que esa provincia abarcara Rosario, Venado Tuerto y San Nicolás, junto a las poblaciones intermedias. Incluso, se sugfirió ponerle un nombre; para algunos sería la provincia “Del Rosario” o “General Belgrano”, para otros “Rosafé”.  Ciertos criterios también postularon trasladar la capital a Rosario. No se piense que estas perspectivas son anécdotas anticuadas. En el año 1982 renacieron con renovado ímpetu, como lo testimonian entre otros medios las páginas del principal diario rosarino.

Restaurada la democracia a fines de 1983 hubo sucesivos intentos de consagrar la autonomía de Rosario y, eventualmente, de otras grandes ciudades santafesinas. Diversos sectores del amplio arco político coincidían en esto, al menos en teoría. Se debatía si era imprescindible la reforma constitucional o podía ser por ley. En las sombras, los egoísmos de siempre y las ecuaciones electorales lo impidieron. Así fue hasta el presente año, donde la confluencia política permitió elaborar una nueva constitución que, en Justicia, habilita la autonomía municipal plena, dando tardío cumplimiento a la Constitución argentina de 1994, como se dijo.

En esta fecha venturosa, en que la posibilidad autonómica augura una nueva era en la institucionalidad de Rosario y, también de la provincia, saludemos a todos aquellos que soñaron con el logro y bregaron por conseguirlo. Ahora se abre un nuevo tiempo, el de las realizaciones, quiera Dios iluminar las mentes de nuestros dirigentes, quieran sus voluntades seguir los caminos que generen una autonomía operativa, concreta, que supere las declamaciones y atienda a las necesidades del pueblo.

Terminando:

En este panorama el escudo de Rosario y la bandera que inspiró, son testimonios válidos de la identidad de nuestra ciudad, emblemas de su ser y de su porvenir. En ambos destaca otra impronta del ser rosarino, la creación de la Enseña patria, hasta el punto de que la ciudad es considerada como "cuna de la Bandera nacional". 

Nota - Para los que buscan profundizar en la identidad rosarina y para los docentes, formadores de los rosarinos de hoy y del mañana, les aporto algunas de las publicaciones que este autor volcó en su blog. www.banderasargentinas.blogspot.com:

- El escudo de Rosario en un soporte de uso cotidiano - http://banderasargentinas.blogspot.com/2017/08/el-escudo-de-rosario-en-unsoporte-de.html

- El Escudo oficial de Rosario - http://banderasargentinas.blogspot.com/2016/02/el-escudo-oficial-de-rosario-por-miguel.html

- La bandera de la ciudad de Rosario - http://banderasargentinas.blogspot.com/2016/02/la-bandera-de-la-ciudad-de-rosario.html

- El nacimiento de un símbolo. Genealogía de la Bandera Municipal de Rosario - http://banderasargentinas.blogspot.com/2020/08/el-nacimiento-de-un-simbolo.html

- Hitos institucionales de Rosario. Así se definió su identidad - http://banderasargentinas.blogspot.com/2022/02/hitos-institucionales-de-rosario.html

- Documentos sobre el escudo de Rosario. Una curiosa y muy accidentada trayectoria -http://banderasargentinas.blogspot.com/2022/01/documentos-sobre-el-escudo-de-rosario.html

- Ciudad de Rosario Historia de su bandera - http://banderasargentinas.blogspot.com/2017/09/ciudad-de-rosario-historia-de-su.html

- Rosario, banderas coincidentes. Como si hubiera un designio -https://banderasargentinas.blogspot.com/2024/10/rosario-banderas-coincidentes_21.html

- “Rosario, Cuna de la Bandera” - https://banderasargentinas.blogspot.com/2025/04/rosario-cuna-de-la-bandera.html

- 7 de Octubre: Nuestra Señora del Rosario y el General de la Bandera -http://banderasargentinas.blogspot.com/2015/10/7-de-octubre-senora-del-rosario-y-el-de.html

[1] Diario rosarino de filiación radical que se editó hasta mediados de la década de 1980, siendo su último editor Luis Felipe San Miguel, uno de los fundadores de la Junta de Historia de Rosario, descendiente de quien estuviera al frente del periódico en 1898.

jueves, 11 de septiembre de 2025

80 años del “Día del Maestro”

1945 - 2025

Por Miguel Carrillo Bascary

Ochenta años ya de una vigencia que con cada hoja de calendario alienta a quienes comparten su día con lo mejor que tenemos, nuestros hijos … y nietos. Un agradecido recuerdo para aquellos que pasaron por mi vida. Sirva como medio esta nota que rescata del olvido la norma que implementó el homenaje en el ya lejano 1945.

Los orígenes

Soy un convencido de que la población en general merece conocer el porqué de las conmemoraciones públicas. No aparecieron por generación espontánea. Cada una surgió con motivaciones concretas, en un tiempo determinado y, en su mayoría, por una disposición normativa en que contribuyó a su arraigo.

En 1943, cuando el mundo estaba conmovido por el curso de la Segunda Guerra Mundial, se reunió la “Conferencia Interamericana de Educación[1]”. Un claro signo de que el continente apostaba a su desarrollo económico y social, más allá de las contingencias planetarias. Entre las diversas resoluciones del foro se acordó valorizar la tarea de los docentes estableciendo una fecha común, se eligió el 11 de septiembre, en recuerdo de ese gran promotor de la escolaridad general y gratuita que fue Domingo F. Sarmiento, fallecido en Asunción, ese mismo día, pero de 1888.

En Argentina se formalizó lo decidido por el decreto que el día anterior firmó el entonces presidente de facto, Edelmiro Farrell. Desde entonces se implementó en todas las escuelas del país, hasta la actualidad y constituye una de las efemérides más arraigadas en la conciencia popular.

La norma:

Según el propósito fijado les comparto su texto:

Decreto Nº21.215/ 1945

Buenos Aires, 10 de septiembre de 1945.

Que la primera Conferencia de Ministros y Directores de Educación de las Repúblicas Americanas, que se celebró en Panamá en 1943, instituyó como día del maestro el 11 de septiembre de cada año –aniversario el fallecimiento de Don Domingo Faustino Sarmiento- como homenaje de gratitud y devoción de los maestros de América al prócer que con abnegación y sacrificio enseñó y orientó a los pueblos del continente.

Que debe hacerse efectiva la resolución de la precitada Conferencia de Panamá, honrosa para la Argentina, cuna del ilustre patricio;

Por ello, el Presidente de la Nación Argentina, DECRETA:

“Artículo 1º.- Instituyese como Día del Maestro el 11 de Septiembre de cada año, aniversario del fallecimiento de Dn. Domingo Faustino Sarmiento, que deberá ser conmemorado en todos los establecimientos educativos del país”. 

(El Artículo 2º es de forma).

Comentarios

Como se observa, el Decreto es muy escueto. En la práctica, el Consejo Nacional de Educación, que por entonces coordinaba la acción oficial en la materia, emitió una serie de resoluciones que a lo largo de los años sustentaron la ejecución de lo indicado.

Particularmente, la persona de Sarmiento se me presenta con brillantes claros, particularmente en su accionar en pro de la educación general, pero también con grandes sectores oscuros, muy oscuros. Creo que esta impresión es común a muchos. No es el momento para polemizar, un vocablo que el “Maestro de América” conyugó cada día de su vida pública.

Hoy, “Día del Maestro” (tal la designación establecida), mi condicionado reconocimiento al prócer, y mi homenaje a todos los educadores sin que el uso del neutro acorde con la Academia implique soslayar a “las Maestras” que hoy por hoy componen la inmensa mayoría de quienes se consagran a tan esencial actividad.


[1] La de Panamá no fue la “primera” de estas conferencias continentales, calificativo que corresponde a la que se llevó a cabo en Atlanta (Estados Unidos) del 1º al 3 de julio de 1929. Aclaro esto porque en diversas fuentes se incurre en el error que resulta de lo expuesto.

martes, 9 de septiembre de 2025

Futbol y banderas

Pasiones al viento (¡nota polémica!)

El hallazgo de esta imagen justifica esta breve aproximación entre el mundo futbolero y los paños donde se plasman sensaciones que son todo un sentimiento.

                                                                                    Por Miguel Carrillo Bascary

El Futbol

Prácticamente desde sus inicios el futbol argentino alcanzó una notable calidad que encuentra su mejor expresión con el desempeño de su seleccionado nacional encabezado por Lionel Messi y conducido por Lionel Escaloni. A nivel de clubes también registra incontables logros internacionales, un ámbito donde Independiente y Boca Juniors destacan por derecho propio, seguidos de cerca por River Plate.

El primer torneo oficial, de carácter amateur se remonta a 1891. La historia inmediata es muy rica y, al mismo tiempo, muy compleja en lo que hace a la institucionalidad del deporte. Pero hay consenso en que alcanzó su madurez en 1934 cuando se formó la Asoc. del Futbol Argentino (AFA) entidad rectora de la actividad hasta nuestros días.

Se afirma que en 1937 nació el concepto de agrupar a los principales clubes bajo el título (extraoficial) de “los cinco grandes”. Fue ese año que la AFA estableció el voto calificado para sus asambleas, otorgándoles tres a las instituciones que acreditaran: 1) contar con más de 15.000 socios; 2) tuvieran más de veinte años de participación consecutiva en los campeonatos oficiales; y 3) hubieran logrado al menos dos títulos de la liga.

De esta forma emergieron los “cinco grandes”: Boca (fundado en 1905), Independiente (1905), Racing (1903), River Plate (1901) y San Lorenzo (1908), a los que ordeno por estricto orden alfabético. Por su parte, a Estudiantes de La Plata (1905) y Huracán (1908), se les reconocieron dos votos, por lo que podríamos considerarlos “medianos”; este último accedió al conjunto superior en 1941, mientras que Chacarita Juniors (1906) y Gimnasia y Esgrima de La Plata, pasaron a tener doble sufragio[1]. Esto subsistió hasta 1955, cuando se eliminó el voto calificado del estatuto de la liga, pero el apelativo ya estaba firmemente arraigado en el argot futbolero.

Con los años, los logros alcanzados, incluso de nivel internacional, el número de socios y el protagonismo en los campeonatos nacionales plantea una dura e indefinible pugna. A riesgo de ser juzgado como “parcial”, puede señalarse con base objetiva que también otros clubes acreditan méritos para sumarse al selecto grupo de los “grandes”: Estudiantes, Huracán, Rosario Central (1889) y Vélez Sarsfield (1910); hago constar que N.O.B. (1903) también pide pista, pero atendiendo a sus resultados en concreto viene algo más atrás. Además, si se consideran las actuaciones de las últimas décadas, otros clubes del interior aspiran a sumarse al selecto conjunto, como: Belgrano de Córdoba (1905), Colón de Santa Fe (1905), Atlético Tucumán (1902) y Talleres de Córdoba (1913), aunque todavía adeudan un mayor nivel de rendimiento en números de campeonatos.

A los interesados por el tema les recomiendo el artículo “Cinco grandes del futbol argentino”, en el portal Wikipedia[2]. Precisamente, ahí aparece la ilustración que motiva este post y que será objeto de análisis en los próximos párrafos. 

Las banderas

Con el auge de los deportes y la popularidad consiguiente, la competencia dio lugar a las “hinchadas”, término que se usa en Argentina para designar las parcialidades que apoyan a todos y cada uno de los contendientes. En un fenómeno que estudia la Psicología Social sus integrantes se identifican de tal forma con sus equipos favoritos que surgen un marcado fanatismo, más allá de toda razón. Esto se expresa en las banderas y en un verdadero cotillón que los aficionados utilizan para alentar a sus equipos.

Nada parece suficiente, hasta el punto de comprometer sus propios cuerpos en pluralidad de tatuajes y pintura en sus rostros. Lejos, lejísimas han quedado las vestimentas que nos ofrecen las viejas fotos de los hinchas, mayormente varones, que hasta la década de 1960 concurrían a los estadios ataviados de traje, corbata, chaleco y hasta sombreros. 

Tribuna popular de antaño

Hoy las gradas se tiñen de los colores de los equipos, mientras las once camisetas por equipo que se veían en las canchas hace setenta años han proliferado en las decenas de miles que llevan puestas los aficionados.

Recordemos que solo en 1953 la FIFA autorizó cambiar un jugador lesionado, siempre y cuando ocurriera en el primer tiempo[3].

Las iniciativas personales están tan arraigadas en el futbol que no existe un canon que regule la confección de las banderas. En todo caso, la manifestación de identidad se da en los colores no en la forma que adquieren los vexilo. La cromatografía resulta de los escudos y, por supuesto, de las camisetas oficiales. Una cosa es clara, en el futbol es más importante el color, no la forma de las banderas, a las que con toda familiaridad se denominan “los trapos”.

 Portada de la publicación en comentario (1941)

Las dirigencias han evitado plantear regulaciones al respecto y, si lo hubieran hecho, sin dudas habrían fracasado su propósito. Quizás por este motivo resulta singular la imagen que abre esta nota, que data de 1941. La editorial responsable se encontraba en el pasaje “Rauch” Nº1847, pleno barrio de La Boca, desde 1973 denominado “Enrique Santos Discépolo”, el popular compositor y dramaturgo porteño.

Como se verá, el orden expuesto en esa lámina consagra al club de la Ribera en primer término (a la derecha, conforme el orden protocolar), luego se ubican, River, Racing, Independiente y cierra San Lorenzo; un posicionamiento acorde a los logros habidos en la década de 1940. A la fecha, "los Rojos" han superado netamente a la “Academia”, tanto a nivel local como en títulos internacionales[4].

Desde la perspectiva actual, las banderas que aparecen en la publicación lucen excesivamente formales, rígidas, por calificarlas de alguna manera. 

Estadio "El Gigante de Arroyito", Rosario Central, 2017

Estadio "Libertadores de América - Luis E. Bochini", Independiente, 2023

Hoy las divisas son mucho menos estructuradas, prescinden de las astas con que las vemos (excluidas de los estadios por razones de seguridad), las piezas se muestran en manos de los aficionados, algunas alcanzan a cubrir tribunas enteras, otras se extienden como largas cintas, sostenidas por cientos de partidarios cuyos pechos alientan a sus favoritos más allá de toda medida… ¡como corresponde en el futbol!

Adenda: Los escudos de los cinco grandes


Post scriptum: Nuestro amigo Francisco Gregoric, a quien desde ya agradecemos, hace saber que San Lorenzo tiene definido en su estatuto la bandera oficial del club, sin embargo no se la utiliza. Este es su aspecto, en donde destacan rayas y estrellas que, representan a los nueve fundadores de la institución, segun consta en la web oficial de la entidad.

Imagen: NehuenCasla _PR (Wikipedia)


[1] A fuer de presentar un panorama más completo, agrego que: durante la primera mitad de la década de 1950 pidieron obtener tres votos en las asambleas de la AFA: N.O.B., Vélez, Platense (1905) y Lanús (1915), en cuyo caso habrían ingresado a la nómina de los "grandes", pero no se hizo lugar a lo solicitado.

[3] La regla de once jugadores por equipo en partidos oficiales fue inflexible, hasta que se autorizó un recambio por lesión, pero solo para la clasificación al Mundial de 1954, autorización que se generalizó en 1958. Fue recién en 1967 que la FIFA habilitó universalmente un reemplazo por razones tácticas, al año siguiente se admitieron dos y para el Mundial de 1970 esto quedó consagrado. Con los arqueros hubo diferencias, pero no es el caso abundar al respecto. La Historia continúa.

[4] A Boca se lo llama "club de la Ribera", por su ubicación geográfica. Los "Diablos Rojos", son los fanáticos de Independiente, dado el color de su casaca, y a Racing se lo denomina la "Academia", porque entre 1913 y 1919 alcanzó siete campeonatos consecutivos.

lunes, 8 de septiembre de 2025

La pluma de ñandú

Símbolo de la Constitución

 

Por Miguel Carrillo Bascary

En esta nota se rescata para la posteridad el emblema que adoptó la Convención Reformadora de la Constitución Argentina reunida en 1994. Un símbolo ya histórico, pero igualmente efímero, casi perdido en los meandros del tiempo.

Prolegómeno

Transcurría el 25 de mayo de 1994, no sería un día más, fue entonces que se concretó la primera sesión preparatoria de la Convención Nacional que daría una nueva constitución a la República Argentina. Eran las 16,30 horas. En el Teatro Municipal “3 de Febrero”, de la ciudad de Paraná[1], capital de la provincia de Entre Ríos. Estaban presentes 292 convencionales, entre ellos el gobernador anfitrión, Mario A. Moine[2], e invitados especiales, donde destacaba el entonces presidente de la Nación, Carlos Menem.

Recinto del teatro inaugurado en 1852

Como correspondía a una ocasión tan solemne lo primero que se concretó fue el izamiento de la Enseña patria y, a continuación, se entonó el Himno Nacional. Seguidamente, correspondió a que Moine hiciera uso de la palabra, oportunidad en que circunstanció la ocasión y dio la bienvenida a los presentes. Al terminar, el locutor oficial expresó[3]:

            “… el poeta entrerriano Don Guillermo Saraví[4] define sucintamente el uso de la pluma del ñandú en la simbología de Entre Ríos durante el gobierno del general Francisco Ramírez, diciendo que esta era emblema de libertad y de autoctonía”.

Fue entonces que Moine concretó la entrega al titular del Ejecutivo Nacional, de una pequeña reproducción del elemento, labrado en oro, a manera de recuerdo de tan singular ocasión, así consta en el Diario de Sesiones[5] de la corporación. Lamentablemente no se dispone de una foto en detalle de esa pieza, pero sí del momento indicado[6]. Lo acontecido podría haber quedado como un acto protocolar destinado a perderse en la memoria, pero no fue así, como se verá seguidamente.

Menem recibe el presente

La pluma de ñandú en la Convención

1.- Proyecto y resolución

Reciento de sesiones del paraninfo de la Universidad del Litoral (Santa Fe)

Semanas más tarde, cuando la Convención ya sesionaba en la ciudad de Santa Fe, el convencional oficialista Augusto Alasino, quien también se desempeñaba como senador por la provincia de Entre Ríos, en conjunto con otros miembros de su bloque Alberto Pierri, Eduardo Menem y Alberto Balestrini, presentó un proyecto de resolución [7] promoviendo que se adoptara “… como símbolo de la Convención Constituyente, la pluma del ñandú”. Al fundamentarlo expresó:

          En la Antigüedad, grandes civilizaciones como la griega y romana adoptaron la pluma como símbolo de equidad, justicia y libertad.

Reconocidos arqueólogos encontraron figuras de plumas en tablillas de arcilla realizadas por los sumerios, 4.000 años antes de Cristo. Es uno de los símbolos más antiguos de todos los tiempos.

En nuestro continente, pampas y charrúas[8] usaban la pluma de ñandú como símbolo de libertad.

En este sentido, el general Francisco Ramírez la incorpora al escudo de Entre Ríos y los soldados la ostentaron en sus morriones con verdadero sentimiento federalista y libertario.

Equidad, justicia, libertad y federalismo están representados en esta figura. Por ello, Señor Presidente, propongo adoptar la misma como símbolo de la Convención Constituyente y de los señores convencionales en su tarea tan trascendente como es la de reformar nuestra Constitución Nacional”.

El expediente se derivó a la Comisión de Peticiones para su tratamiento, la que creyó “innecesario abundar en mayores detalles que los expuestos en los fundamentos”. Solo le agregó la referencia temporal que cierra el Artículo 2º. El proyecto pasó al plenario y, el 25 de julio de 1994, sin mediar debate, se aprobó como resolución de la Convención[9]. A continuación se copia el texto sancionado

Artículo 1º.- Adoptar como símbolo de la Convención Constituyente y distintivo de los señores convencionales la pluma de ñandú, entregada en la jura llevada a cabo en su oportunidad, que identifica los sentimientos de equidad, justicia, libertad y federalismo.

Artículo 2º.- Disponer que el mencionado símbolo acompañe todas las comunicaciones formales de la Convención a partir de la aprobación de la presente”.

2.- Implementación

La Presidencia, a cargo de Eduardo Menem, se ocupó de coordinar la preparación de los distintivos que fueron idénticos al que el Gobernador entregó al Presidente. Lamento no contar con referencias sobre la identidad del artesano o empresa lo elaboró, se agradecerá cualquier información al respecto.

Consistió en un pequeño dije o pin en forma de pluma de ñandú[10], bañada en oro, que mide unos 15 mm de largo. Para esto se tomó como referencia la pluma que contuvo el sello oficial que la provincia de Entre Ríos[11] usó en el papel sellado para la documentación oficial, entre los años 1821 y 1822. El elemento porta la leyenda “República de Entre–Ríos”, denominación con la que por entonces se conocía a esta provincia en conjunto con los territorios de Corrientes y Misiones. Esta entidad política fue proclamada con ese título por Francisco Ramírez[12], en septiembre de 1820. El apelativo cobra singular relieve en el marco de la anarquía en que se precipitó el país a partir de ese año y fue la primera manifestación de la identidad política entrerriana. Obviamente, su caudillo se manifestó sostener la forma federal de estado. Su posterior derrota a manos del gobernador de Santa Fe, Estanislao López, determinó su muerte y, a poco, la desaparición de la “República”.

Documento de la época[13]

Detalle del margen superior
El emblema ampliado

Para reafirmar la importancia que Ramírez daba al sello cabe citar que el Artículo 46 de los “Reglamentos para el orden interno de los Departamentos de la República [14]”, determinaron que, en su sección “Orden Económico”, se dispusiera:

"Artículo 46.- Todo el que falseara el sello de la receptoría [la República], (...) será tenido por infame y castigado con la última pena".

Su diseño es muy simple, como se ve. La carga central es la pluma, a la que se adiciona la leyenda, que se desarrolla a manera de una hipotética bordura[15]. La joya se entregó sobre una superficie afelpada de color azul, con una sumarísima tarjeta explicativa. Se adjuntan las fotos del ejemplar que perteneció al convencional Guillermo Estévez Boero[16] La ocasión es propicia para agradecer a su esposa, la Dra. Inés Bertero y a su hijo, Enrique Estévez, por la gentileza de haberme facilitado las imágenes que comparto con los lectores:



Nobleza obliga, los distintivos fueron costeados por los propios constituyentes. En lo cotidiano les servían como una credencial para franquear el ingreso al recinto de sesiones, distinguiéndose del vulgo que pululaba por los pasillos y salones de la Convención. Los varones los portaban en sus sacos, como solaperos, mientras que las damas lo hacían sobre el lado izquierdo del pecho, a manera de prendedor. Por esta razón se llevó un estricto control del número que se elaboró.

Una vez que la Convención finalizó sus tareas, una comisión ad-hoc se ocupó que el cuño usado fuera debidamente destruido para asegurarse la perpetua exclusividad. Con posterioridad, cuando los convencionales mandato cumplido, se reúnen de manera informal o en actos alusivos a la nueva Constitución, suelen lucir las doradas plumas de suri.

3.- Comentario y evaluación

En el plano de los ideales el mejor distintivo de los convencionales debió ser su espíritu de servicio, pero de alguna manera debió elegirse un atributo material que los singularizara, lo que no está mal. El problema es que la vanidad de algunos de esos hombres y mujeres determinó que aquella inocente pluma de ñandú alimentó peligrosamente ciertas vanidades y alentó la soberbia de sentirse superiores al mandato de representación que recibieron del pueblo que los encumbró.

Hay divergencias sobre el significado que en 1821 pudo tener la pluma como divisa de partido. Los más indican que lo introdujo Ramírez como representación de libertad y autonomía, esta sería la interpretación que la dieron los convencionales de 1994. Otros señalan que es un atributo del federalismo que impulsaba Artigas, jefe de la “Liga del Litoral”, en cuyo marco se desarrolló primariamente el poder de Ramírez. Ambas corrientes coinciden en que la pluma de choique es un símbolo tradicional del sentir entrerriano. Esto justificó el presente protocolar que el gobernador de la provincia litoral entregó al Presidente de la Nación cuando la Convención iniciaba sus sesiones.



Los convencionales Eduardo Menem, Pierri, Alasino y Alfonsín

Al decir de Saraví, de Linares Cardozo[17] y de otros tradicionalistas la relación entre la pluma del ave y el sentir entrerriano devendría de que las etnias originarias la consideraban un signo de libertad y testimonio de igualdad, paz, justicia y amistad. Además, en las costumbres camperas el ñandú ocupa un lugar señalado, a su cuero y plumas se les daba diversos usos, incluso como adorno personal, mientras que sus huevos y carne eran parte de la dieta cotidiana. Sedicentes “expertos” han intentado plasmar la correspondencia entre el ptilo del suri con la tarea de los legisladores, un craso error ya que no se empleaba como útil para escribir debido a lo quebradizo de su canuto.

Otra referencia indica que los “Dragones de la Muerte[18]”, guardia personal de Ramírez, ornamentaban sus morriones con esta pluma. Su considerable largo y abundosos vexilos (barbas) facilitaba el distinguiles y eran de fácil obtención, pues los estos animales abundaban por las planicies y cuchillas (sierras) entrerrianas.

Soldado de Ramírez”, dibujo de Aimé Bonpland (1773-1858)

Una referencia de interés, que es un reconocimiento explícito y documentado de la aceptación de esta pluma por la tradición local, radica en que se la adoptó como símbolo central del escudo del “Estudiantes Football Club”, fundado en 1905 y transformado desde 1929 en el “Club Atlético Estudiantes de Paraná” (CAE). Una fecha lejana respecto de la publicación de Saraví.

Escudo municipal de Concepción

En 1960 la Municipalidad de Concepción del Uruguay, segunda ciudad de la provincia en número de habitantes, quiso identificarse con un blasón cívico[19]. Su campo oval reproduce el diseño de la bandera que usara Francisco Ramírez, en posición de bordura incorporó la leyenda alusiva a la “República de Entre Ríos” y, en el centro, carga una pluma de choique, en monocromo.


También se ha hecho costumbre presentar una pluma como manifestación del ser provincial. Como ejemplo[20] puede citarse el presente entregado al entonces Ministro de Cultura de la Nación, durante su visita oficial a Entre Ríos, en octubre del año 2021:

A manera de cierre

- La pluma del ñandú fue un significativo símbolo en la etapa final de la reforma constitucional de Argentina.

- Fue entonces se precisó y actualizó su significado, destacándola como expresión del federalismo que presidió ese proceso institucional.

- A más de tres décadas de haberse implementado, parecía oportuno historiar lo referente al distintivo.

Más información:

Dossier Legislativo (Nº291 junio 2004). Reforma Constitucional- Convención Constituyente de 1994 (Texto completo de las sesiones de la Honorable Asamblea Constituyente): https://bcn.gob.ar/uploads/adjuntos/Dossier-291-Reforma-Constitucional-de-1994-Convencion-Constituyente.pdf


[2] Pertenecía al movimiento Justicialista, por lo que era afín al entonces Presidente de la Nación.

[3] Convención Nacional Constituyente, 1ª Reunión - Sesión Preparatoria, 25 de mayo de 1994, p. 5; https://www.senado.gob.ar/parlamentario/convenciones/descargarDiario2/0

[4] Nació en 1899, falleció en 1965. También se lo conoce como historiador, archivista y periodista. Ref.: https://autoresdeconcordia.com.ar/articulos/1495 y https://paranahaciaelmundo.com/guillermo-saravi-el-poeta-de-parana/, entre otras.

[7] 12ª Reunión, 3ª Sesión Ordinaria, del 19 y 20 de julio de 1994; Número de Orden 340; p. 1940;

https://www.senado.gob.ar/parlamentario/convenciones/descargarDiario2/16

[8] Etnias originarias de la región.

[9] Convención Nacional Constituyente. 16ª Reunión- 3ª Sesión Ordinaria (Continuación), 25 de julio de 1994

Asunto: 4, p. 1938; https://www.senado.gob.ar/parlamentario/convenciones/descargarDiario2/16

[10] Rhea americana, también llamado suri, choike o avestruz americano. Es un ave corredora, que puede alcanzar 180 cms. de alto. En el siglo XIX habitaba silvestre la gran región pampeana, entre la que se encuentra Entre Ríos.

[11] Saraví, Guillermo. El Escudo de Entre Ríos. Imprenta de la Provincia. Paraná. 1941.

[12] Nacido en Concepción del Uruguay en 1786, asesinado en Chañar Viejo, en 1821. Militar artiguista, caudillo de su provincia quien reivindicó el derecho de Entre Ríos que reivindicó su derecho de equipararse a las que forman el resto del país, bajo una forma federal de estado.

[13] Suele citarse como referencia histórica el que preside el papel sellado en el que consta copia de la partida de bautismo de Justo José de Urquiza, gobernador de Entre Ríos entre 1842 y 1852 y primer presidente constitucional argentino (1854-1860). Le fue expedida en la ciudad de Concepción del Uruguay el 28 de septiembre de 1821, por el cura a cargo de la parroquia, Pbro. Juan José Castañar.

[15] Concomitantemente, se empleó un emblema más complejo compuesto por una balanza inclinada y una lanza con su punta hacia abajo como emblema de "justicia y paz", en donde la violencia implicada en el arma queda dominada por el Derecho.

[16] Nació en 1930 y falleció en el 2000. Como fundador del Partido Socialista Popular tuvo destacada actuación política. Mayores referencias en: https://www.estevezboero.com.ar/index.php/geb/biografia

[17] Nombre artístico de Rubén Manuel Martínez Solís 81920-1996). Folklorista, poeta, educador, autor de “Soy entrerriano” composición a la que se considera himno popular de la provincia.

[18] La unidad fue creada en 1821, los avatares de la historia determinaron su pronta disolución, pero en el imaginario social persistió su recuerdo. El gobernador Lucio Uranga los recreó en 1960 como una sección de honor de la policía de Entre Ríos, que hizo su presentación al año siguiente en las ceremonias de inauguración del túnel subfluvial Santa Fe-Paraná.

[19] Se estableció por medio de la Ordenanza Nº2.002/ 1960.