Consideraciones diferenciadas
Por Miguel
Carrillo Bascary
La Heráldica cuenta con un desarrollo que hace siglos supo conocer su
edad dorada, pero que continúa vigente a despecho de la modernidad. En cuanto a
la Vexilología, nace
convencionalmente a fines de la década de 1950 y su explosivo desarrollo indica
que todavía está lejos de alcanzar su mayor potencial. No puede establecerse una división tajante entre ambas disciplinas,
aunque, de hecho, así lo planteen ciertos doctrinarios pretendidamente puristas.
Si bien los vexilos fueron
indudablemente anteriores que los escudos, la sistematización de la
disciplina que los estudia es muy anterior
Los vínculos entre ambas disciplinas son innegables y, en la actualidad, ambas se influyen mutuamente. Valga como ejemplo que la Vexilología reconoce que existen las “banderas heráldicas” cuyo diseño, si no copian, se basan sustancialmente en blasones. También son muchos los vexilos que cargan escudos, muebles y otras figuras heráldicas como principal elemento de su diseño. Desde una perspectiva histórica, que ubicamos en la Baja Edad Media, las banderas fueron netamente heráldicas y esta característica prácticamente se mantuvo hasta comienzos del siglo XIX, cuando surgieron las que identifican a los estados nacionales.
Un buen ejemplo es la del estado de Maryland (E. Unidos), que reproduce fielmente el blasón de George Calvert (1580-1632), primer barón de Baltimore y fundador de la colonia. Se comenzó a usar como enseña extraoficial en 1880 y se oficializó en 1904, aunque en origen era de paño azul cargado con el escudo, mantelado y con tenantes. Más tarde, el lábaro se simplificó y adoptó la forma más conocida Está cuartelado con los colores de los Calvert, lores de Baltimore, y los de Crossland, linaje materno de Cecil Calvert (1605-1675), hijo del propietario original. En ocasiones se representa con tenantes y en otras con dos leopardos como soportes.
Lo que contrasta es que, para la Heráldica, las banderas y estandartes son elementos menores, hasta
el punto que se los clasifica entre los ornamentos
de los blasones, ya que van por fuera, acompañándolos.
Una observación, puede caracterizarse a los
estandartes como aquellos vexilos que emplean las caballerías[1],
en tanto que “banderas” son todos los que se emplean en otro tipo de circunstancias,
con excepción del término “pabellón”, que en la Náutica se reserva para el
vexilo que acredita la nacionalidad o estado. Existen otros ornamentos a los
que se aplican similares reglas, como las banderolas, pendones y gallardetes,
por caso.
También toman forma de cargas, pero casi siempre como parte de un mueble[2],
no como elemento autónomo. Veamos algunos ejemplos de blasones cívicos
españoles que incorporan banderas:
Diversas banderas de ciudades españolas (Francisco
Piferrer)
La colocación externa de vexilos se manifiesta en
forma diversa. Generalizando, se
observa en España, Alemania y en Italia, también en Francia, con la
peculiaridad que además se los ve en posición de cimeras, particularmente como
referencia a los cargos desempeñados. En Inglaterra, Flandes y en Borgoña mayormente
aparecen referidos a tenantes y soportes[3].
Más adelante se incorporan imágenes que amplían este panorama.
Según toda evidencia las banderas ubicadas por fuera de los
blasones indican: pertenencia a un linaje, referencias a trofeos obtenidos
en batalla o a plazas tomadas, al origen territorial, a la cantidad de heridas
o distinciones recibidas, al ejercicio de comandos o de cargos honoríficos, y
también pueden interpretarse como evidencia de las unidades o de los ejércitos
en los que se ha servido. Estas remisiones se concretaban respecto del
protagonista y, en principio, no resultaban trasmisible a los descendientes.
Los blasones de los virreyes del Río de la Plata son buenos ejemplos.
Se muestras dos:
Escudo de Armas de Santiago de Liniers, Conde de Bs. Aires y virrey del Río de la Plata (1807-1809), rodeado de las banderas conquistadas a los británicos en 1806 (diseño recreado)
Piferrer[4]
también señala la existencia de banderas que son simples soportes de otro elemento simbólico, por ejemplo cuando el
paño ostenta una letra que compone o remite a una divisa.
Ampliando la óptica se ofrecen otros ejemplos de diversas épocas:
[1] Los cuales tienen forma cuadrada o aproximada a esta figura, bien sea
con farpas o sin ellas.
[2] Muebles son todos los elementos que se colocan sobre el campo de un
blasón, pero no deben confundirse con sus particiones, ni con las piezas
heráldicas.
[3] GARCÍA CARRAFFA, Arturo y
Alberto. Enciclopedia Heráldica y
Genealógica Hispanoamericana. Tomo I, p. 170. Madrid. 1920. https://www.raicesreinovalencia.com/sala/Biblioteca/Enciclopedia_Her_ldica-_Hermanos_Garc_a_Carraffa.pdf
[4] PIFERRER, Francisco. Tratado de heráldica y blasón, p.
173. 1858. https://archive.org/details/bub_gb_A61AAAAAcAAJ/page/n71/mode/2up?q=banderas.




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