jueves, 3 de julio de 2025

Pálido recuerdo para tantos héroes

Postrer homenaje al “soldado desconocido”

Urna votiva, Catedral de Bs. Aires (1945)

Por Miguel Carrillo Bascary

Guarda la Historia que algo más de 5.000 hombres integraron el Ejército de los Andes que protagonizaron la liberación de Chile, muchos de ellos también hicieron la campaña del Perú. 

De esa ingente legión solo 78 volvieron al país[1], los mandaba quien tenía la más alta graduación, el paraguayo José Félix Bogado, quien se sumó a los Granaderos de San Martín como “trompa de órdenes”, cuando fue liberado de los españoles, luego del combate de San Lorenzo. Nombrado por el Libertador teniente coronel quedó a cargo del resto de los últimos argentinos que quedaron combatiendo en el Perú.

José Félix Bogado (1777-1829)

El 9 de diciembre de 1824 se consumó la caída del último resto del otrora poderoso ejército realista, fue en la batalla de Ayacucho, con ello los últimos efectivos del ejército sanmartiniano emprendieron el regreso. Debieron recorrer un largo periplo. Habían sido olvidados, tanto por su patria como por los gobiernos de Chile y el Perú. Se embarcaron en el puerto de El Callao en junio de 1825 y llegaron a Valparaíso el 10 de julio. Estaban literalmente sin recursos y desprovistos de vestuario, cuesta poco imaginar el lastimoso aspecto que presentaban.

Un antiguo camarada de armas, el general Ramón Freire, a la sazón, director supremo de Chile los auxilió con una exigua suma que les permitieron subsistir hasta el verano, en que emprendieron el cruce de la Cordillera. Finalmente partieron el 13 de enero de 1826, algo más de un mes les demandó llegar a Bs. Aires, lo que ocurrió el 19 de febrero.

La ciudad los recibió con total indiferencia, haciendo realidad el axioma que dice: los pueblos se olvidan de sus soldados una vez que alcanzaron la paz. Es una constante, en todas las naciones y en todas las épocas. Los argentinos tenemos bien presente lo que pasó en Malvinas. Rivadavia disolvió formalmente el glorioso Regimiento, que solo existía en alguna olvidada carpeta. Los sobrevivientes que así lo quisieron fueron agregados a la escolta del presidente y del general en jefe del Ejército, Carlos M. de Alvear; dos notorios enemigos del general San Martín.

Solo siete veteranos quedaban de quienes formaron en los escuadrones del heroico regimiento en 1817. Entre los otros no todos eran héroes, tres llegaron como prisioneros, habían participado del motín que permitió la recuperación del fuerte de El Callao (5 de febrero, 1824) por parte de los realistas. Un desgraciado trio que acaso soñó que se les perdonara aquella acción que emprendieron cegados por el hambre y el olvido. No ocurrió así, un consejo de guerra los halló culpables y fueron colgados de la horca en la plaza del Retiro el 25 de noviembre de 1826.

¿Qué pasó después?

El “Regimiento de Granaderos a Caballo” sería recreado y reorganizado el 25 de mayo de 1903 por decreto de otro gran denostado por la opinión pública actual, el presidente y general Julio A. Roca. Para resaltar los servicios que acreditaba a la libertad del continente, por decreto del 31 de octubre de 1911[2] el presidente Roque Sáenz Peña ordenó que llevara el nombre de “General San Martín”.

De los caídos nadie se acordó. Fue recién un siglo más tarde del arribo de los veteranos desde el Perú, cuando se organizó un acto de homenaje que, mirado con los ojos actuales, puede interpretarse más como una justificación de la culpa nacional o como una herramienta emotiva instrumentada para resaltar la gestión del gobierno de facto del GOU[3].

El 5 de julio de 1945 el gobierno de facto del general Edelmiro Farrell, del que era ministro de Guerra, el coronel Juan D. Perón emitió el Decreto Nº14.932/ 45. Su texto puede verse en las siguientes imágenes, destaco particularmente sus “considerandos”, donde se justifica el proceder en la imposibilidad de repatriar los restos de tantos compatriotas que cayeron en las campañas de Chile y del Perú. Por ende, ase dispuso hacerlo con algunos restos que simbolizaran a ese todo, caracterizados bajo la significativa designación de “cenizas del soldado desconocido que luchó por la Independencia” entre los que se contaban también “los marineros que sucumbieron en los ríos y mares del Sud”. Contenidos en una urna se ordenaba que fueran depositados en el mausoleo dedicado al general San Martín, en la catedral de la ciudad de Bs. Aires. A tal fin designaba una comisión ad-hoc presidida por Farell y consagraba el día 17 de agosto para rememorar en forma conjunta al Libertador y a esos soldados desconocidos.

Mayores precisiones

En la fan page “Granaderos Bicentenario” puede leerse interesantes detalles, lo que resumo.  Se trajeron restos de soldados muertos en el Uruguay. De Riobamba (Ecuador), al no poder establecer el lugar de enterramiento, se extrajo tierra del lugar del combate, al igual que en Paracas (Perú), sitio del desembarco de la Expedición Libertadora del campo de batalla de Pasco. En Ayacucho, Chacabuco y Maipú se pudieron extraer algunos huesos. Desde Bolivia se trajeron restos óseos extraídos en La Florida, Huaqui, Suipacha y Sipe-sipe. En Salta y San Lorenzo se tomaron algunos restos, no así de Tucumán, por lo que se sumó algo de tierra del Campo de las Carreras. El rastreador Drummond extrajo arena de las costas de la isla Martín García, en donde varó la fragata Hércules al mando de Brown, lo que fue el aporte de la Armada. Las osamentas se incineraron y todo se colocó en la gran urna de bronce que permanece frente al túmulo dedicado al homenaje a San Martín en la Catedral de Bs. Aires. El 29 de agosto de 1945, a las 15:30 la urna fue cerrada (soldada) y colocada en ese lugar. (Ver foto al inicio de esta nota)

Providencialmente la urna no fue profanada cuando en junio de 1955 hordas fanatizadas saquearon e incendiaron parcialmente el templo porteño.

Referencia colocada en el atrio del templo

Años después el 17 de junio de 1957, como parte de las ceremonias que inauguraron el Monumento Nacional a la Bandera, en Rosario, otros restos óseos tomados del enterratorio del Convento de San Lorenzo fueron colocados en el Propileo, bajo la “Llama de la argentinidad”, encendida en homenaje al “soldado desconocido muerto en las luchas por la independencia”.

Puede ampliarse al respecto en de la llama de la eternidad en: https://banderasargentinas.blogspot.com/2023/04/los-restos-del-soldado-desconocido.html

"Llama de la argentinidad", Rosario



[1] Otras investigaciones amplían algo este número.

[2] Boletín Oficial del 16.11.1911 https://www.boletinoficial.gob.ar/detalleAviso/primera/11376841/19111116?busqueda=1

[3] Sigla que usualmente se traduce como “Grupo de Oficiales Unidos”, del que fue figura principal Juan D. Perón.

miércoles, 2 de julio de 2025

Historia y épica

La bandera de Jujuy y su corbata

Corbata de la bandera oficial de Jujuy

Por Miguel Carrillo Bascary

Esta nota integra la serie dedicada a las corbatas de banderas[1], elementos que las complementan. Un tema tan particular que muchos ni siquiera lo consideran pero que en este Blog tiene cabida. Les comparto los hechos recopilados y les presento mis reflexiones.

Normativa aplicable

Mucho antes que le Ley nacional Nº27.134[2] reconociera como “símbolo patrio histórico” a la Bandera Nacional de la Libertad civil, la provincia de Jujuy la adoptó como su enseña oficial mediante la Ley Nº4.816[3], aprobada en 1994.

Fue en el año 2015 que la Ley Nº5.772[4] perfeccionó la disposición y definió el modelo patrón la bandera de esta provincia que indica al respecto:

“Art. 3º. […] 7 b) Se colocará, junto a la lanza, una corbata de color celeste y blanco, tal como están dispuestos en el Pabellón argentino.

En su brazo superior, se bordará en letras doradas de 5 (cinco) centímetros de altura, con caracteres sencillos y legibles, la fecha “23 DE AGOSTO DE 1812”, en recuerdo del Éxodo, máxima gesta del pueblo jujeño.

En el otro brazo, se bordará simétricamente y con iguales caracteres la fecha “18 DE NOVIEMBRE DE 1834”, en memoria de la fecha en que se alcanzó el pleno ejercicio de la autonomía provincial”.

Jujuy, Bandera de ceremonia

Cromatología

Lo primero a señalar es que la corbata de la enseña de Jujuy será “de color celeste y blanco, tal como están dispuestos en el Pabellón nacional”, de manera que la entelequia del precepto remite a la normativa que rige para la “Bandera Oficial de la Nación”. Esto es, el Decreto Nº1.650/ 2010 que aprueba la Norma IRAM-D 7675, relativa a las unidades de ceremonia. Pero, para el común de las personas no es necesario recurrir a la precisión técnica del caso, basta destacar que se remite a los colores: celeste-blanco-celeste de la Enseña patria.

Respetar lo que manda la ley no es una cuestión menor, todo lo contrario, la “Bandera de la Libertad Civil”, en su versión de símbolo provincial, evidencia un carácter esencial, destacar el carácter nacional del lábaro, tal como se concibió en 1813.

Pese a tan claro mandato legal, algunos fabricantes de banderas comenzaron a vender corbatas en azul, blanco y azul; al parecer como una mala lectura derivada de considerar que la oscura primera mitad del escudo que se inscribe en el paño debía trasladarse al complemento. Este equívoco podría ser explicable en los primeros meses de dictada la ley de referencia, el año 2013.

Lo que resulta francamente inaceptable es que desde entonces han pasado doce años y se siguen ofreciendo en el mercado ejemplares donde el azul sustituye el celeste. ¿Qué corresponde hacer al respecto? Simplemente, no comprar esta mercadería.

Un problema a encarar. Según resulta de observar las banderas que las escuelas presentan en los actos patrios, no son pocas las que mantienen en uso las corbatas con laterales azules. Para subsanar la anomalía el único camino es reemplazarlas, el monto del costo está relacionado con la realidad de cada establecimiento, pero no es demasiado elevado. Las hay de $20.000 (unos u$s20), otras llegan a $30.000.

Existe otra patología que atañe al color de la corbata de Jujuy. Por alguna antojadiza cuestión también hay comercios del ramo que venden la pieza con una corbata completamente blanca, situación sobre la que advertí en una nota anterior[5].

Las leyendas

Para los no versados en la historia particular de la Provincia se hace necesario referenciar las que se incluyen en las cintas[6] de la corbata de su bandera de ceremonia.

Por orden cronológico, la primera se inscribe en la cinta derecha, “23 DE AGOSTO DE 1912”, alude al llamado “Éxodo Jujeño”.

Esta fue la gesta cívico-militar que en 1812 protagonizó el pueblo de esa provincia acompañando la retirada estratégica del Ejecito Auxiliador del Alto Perú, que al mando del general Manuel Belgrano, determinó el despoblamiento de la región y la eliminación o inutilización de cuantos recursos pudieran echar mano los invasores realistas que avanzaban contra el gobierno revolucionario. Si bien este desplazamiento de la población comenzó varias semanas antes, se toma como referencia al 23 de agosto porque en esa fecha abandonó la ciudad el general Belgrano junto a la retaguardia del ejército, cuando las tropas realistas estaban ya muy próximas.

En la cinta izquierda se consigna el “18 DE NOVIEMBRE”, que remite al momento en que Jujuy asumió en plenitud su autonomía provincial. Fue a consecuencia del triunfo sobre las tropas de Salta (provincia de la que dependía) en la batalla librada en el campo de Castañares.

Ambas fechas son hitos de honor para la historia particular de Jujuy, lo que justifica ampliamente que se destaquen como expresión de la identidad y de las tradiciones implicadas en la bandera local. Su captación define un claro designo pedagógico ya que, se entiende, todo jujeño buscará satisfacer su curiosidad por conocer la razón de esas referencias; ni qué decir de la persona que no tenga esa localía.

Cuestiones marginales (o no tanto)

1 - ¿Las leyendas, deben ir en mayúscula, en minúscula o en una combinación de ambas (“23 de Agosto de 1812” y “18 de Noviembre de 1812”)?

También acá la interpretación del texto de la Ley es la clave. Si la ley utilizó las mayúsculas, este criterio debería trasladarse a la pieza en concreto, con lo que corresponderá rechazar otras opciones.

2- ¿Qué estilo-tipo (fuente) utilizar?

La Ley no lo expresa, por lo que podrá ser cualquiera de los considerados “clásicos”, como ejemplo: Times New Roman, Georgia, Baskerfiel Old, Bell MT, Arial, Calibri y otros similares. No corresponde dar lugar a las fantasías de un eventual fabricante que busque imponer una fuente exótica.

3 - ¿Cómo irán las cargas? Aunque también la Ley lo establece con claridad, las leyendas deben bordarse en dorado, no en otro color. Se destaca lo expuesto porque suelen verse ejemplares que emplean el negro. Tampoco se admite que la leyenda lleve las letras pegadas, sublimadas o estampadas.

Cuestión de dimensiones

Se ha constatado que algunos fabricantes utilizaron un volumen de fuente que demandó extender en demasía las cintas de la corbata, de tal forma que los extremos ocultan parcialmente el escudo que carga el paño. No es lo que corresponde ya que desfigura el emblema. 

Los brazos deben tener una extensión idéntica a los de la Bandera Oficial de la Nación, 500 mm de largo, según lo prevé el Art. 3.2, Norma IRAM DEF-D 7675, del Decreto Nº1.650/ 2010. Contradecir el precepto es una desprolijidad evidente que debe enmendarse. Dentro de esos 500 mm deben dimensionarse las leyendas. Nada más ni nada menos.

Concluyendo

  •    La bandera de la provincia de Jujuy, en sus versiones de ceremonia y de sitio, por disposición de la Ley Nº5.772, deben llevar una corbata con los colores nacionales, en tres franjas, bordando esas fechas tan significativas para la historia local.
  •    Para más, la similitud entre la corbata de la Bandera Nacional y la jujeña plasman el carácter de “nacional” con que la Ley Nº27.134 reconoció el emblema.
  •    Estas cargas son, en sí mismas, timbres de honor que enorgullecen a ese pueblo.


[1] Las corbatas de las banderas. Elementos complementarios, no accesorios https://banderasargentinas.blogspot.com/2025/06/las-corbatas-de-banderas.html 

[6] También se las puede denominar como “brazos” o “caudas”, aunque este último término es muy poco usado.

Otra nota de la serie: De cintas a corbatas. El caso de la bandera de La Rioja https://banderasargentinas.blogspot.com/2025/06/de-cintas-corbata.html

domingo, 29 de junio de 2025

Vinchina, en sus banderas

Un diseño verdaderamente telúrico

Bandera del departamento Vinchina (La Rioja, Argentina)

Por Miguel Carrillo Bascary

Vinchina es un departamento, organización de tipo municipal que abarca varios centros poblados. Se ubica al Norte de la provincia de La Rioja (Argentina). Su ciudad cabecera es la  Villa San José de Vinchina. La jurisdicción tiene algo menos de 3.000 habitantes, se halla a unos 345 km de la capital provincial y a unos 1.100 km de Bs. Aires. Tiene un perfil netamente agrario. El clima de montaña presenta una gran amplitud térmica.

Recientemente se dio a conocer que el diseño de los jóvenes Bautista Casas y Yalén Abarca, presentaron bajo el seudónimo “Colores de la Memoria”. Fue seleccionado como bandera de la localidad, de entre once proyectos, en un concurso que promovió meses atrás el Concejo Municipal.

Se basa en la llamada “estrella diaguita”, el más significativo  de los geo glifos[1]  que se encuentran en las cercanías. El mayor mide 10 metros de diámetro. Completa el diseño el perfil de los montes aledaños.

La diaguita es una de las culturas originarias del Nor Oeste argentino, por esto Bautista explicó que la estrella representa a la historia local.

Mientras que el celeste remite al límpido cielo del lugar, en tanto que el amarillo alude al suelo y al polvo que desprende el viento zonda que sopla fuertemente en la región. 

El medio que tomo como fuente de la noticia, “Nueva Rioja[2]”, informó que el emblema se presentará oficialmente el próximo 9 de julio, durante los actos oficial en los que se conmemorará la Independencia nacional.

El Facebook de FM “La Troya” difundió el pasado 18 de junio los tres diseños que se juzgaron más destacados. Se reproducen[3] los identificados con los números 2 y 3, el 1, que se muestra al inicio, fue el seleccionado:

Diseño 2 

Diseño 3 

Cumplo en referenciar que Wikipedia daba cuenta de una eventual bandera de Vinchina elaborada y difundida “Polifemo Campos” desde el 17 de junio de 2024, que también tomó como referencia la estrella diaguita:

Propuesta de Polifemo Campos

La iniciativa finalmente seleccionada presenta varias virtudes entre las que destaca la originalidad, su referencia con la cultura local y el atractivo equilibrio de colores. En lo persona hubiera sumado un muy fino perímetro blanco a la estrella para que destaque sobre el fondo.


[1] Mayor información en: Adriana Callegari, Gisela Spengler y Silvia de Acha. “Estrellas Riojanas. Geoglifos del norte de la provincia de La Rioja, Argentina”. En Boletín del Museo Chileno de Arte Precolombino. Vol. 24, Nº1. Santiago de chile. Junio,  2019. https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0718-68942019000100011

sábado, 28 de junio de 2025

El Ceremonial de estado, más allá de los conflictos

200 años de relaciones argentino/británicas

Por Miguel Carrillo Bascary

Advertencia

La imagen que abre esta nota y otras que le seguirán plantean una polémica de la que no escapará mi comentario. Desde ya pido disculpas si molestara a algunos y, al mismo tiempo, reclamo el respeto pertinente propio del análisis profesional de la temática.

Todavía están demasiado abiertas algunas heridas, a más de 40 años de la Gesta de Malvinas y tampoco pueden soslayarse las antinomias propias de las relaciones entre Argentina y el Reino Unido, tal como lo expresa la historia.

Alguien me dijo una vez que ambas naciones se asemejan a una pareja, donde en relación tóxica y, al mismo tiempo, mutuamente enriquecedoras, donde sus miembros estrechan vínculos, una y otra vez, pero otras tantas se disgustan, se celan, pelean, se odian y, también, se anhelan.

No me detendré a reflexionar sobre esto, mi enfoque se limitará al estudio de las fotografías desde la perspectiva del Ceremonial, que es la temática del Blog.

Lo cierto es que los doscientos años de relaciones diplomáticas entre Argentina y el Reino Unido, tal como se expresó en el “Tratado de Amistad, Comercio y Navegación”, suscripto el 2 de febrero de 1825, es tiempo más que suficiente para tener mucha historia en común, con todo lo que esto significa: bueno, regular y malo.

Ese acto formal ocurrido hace dos siglos, fue lo que dio lugar al evento que se realizó en el emblemático Teatro “Colón”, que también sirvió como despedida de la embajadora británica, Kirsty Hayes, ya terminada su gestión en el país.

Destaco por sobre todo que, si bien la actividad se cumplió en la ciudad de Bs. Aires, la diplomática oficio de anfitriona, una condición que definen los comentarios que seguirán.

De lo dicho, a los hechos:

Foto 1

En la toma destaca el isotipo del encuentro. La referencia al emblema británico aparece a la derecha, lo que ab initio implicaría una señal de precedencia respecto del que identifica a la Argentina, lo que a algunos podría molestar. Sin embargo, esto es lógico ya que, como se dijo, la anfitriona es la embajadora británica.

Destaco un aspecto aparentemente menor, pero que no puede pasar desapercibido, el Sol es el que define la normativa nacional para nuestra enseña patria (Decreto Nº1.650/ 2010); es lo correcto, no siempre ocurre.

 

Foto 2

Aunque se trataba de un evento social, no puede soslayarse, por, sobre todo, que fue una actividad oficial, propia de la Embajada del caso. Por esto es lógico y natural que se dispusieran las banderas que vemos.

Acá cabe destacar que los vexilos corporizan tanto a los pueblos que identifican como a los gobiernos que estos se han dado en ejercicio del derecho de representación. Dicho de otra manera, más allá de los anfitriones e invitados, también ambos pueblos estuvieron presentes en la ocasión.

En cuanto al armado del dispositivo de ceremonial, la ubicación de las banderas se corresponde con el centro de atención de los presentes, conformado por el espacio donde se ubicó el solista y el piano que lo acompañó.

Analicemos la forma en que se ordenaron las precedencias. La Unión Flag ocupó el centro del conjunto, disposición correcta por oficiar de anfitriona, sin embargo, la Enseña argentina debió ir a la derecha de la anterior, ya que así correspondía, toda vez que la representativa de la CABA es de rango inferior. Una desatención grave, dado el ámbito formal del evento y el compromiso profesional en materia de Ceremonial que cupé exigir. Esta negativa responsabilidad debe cargarse a la organización.

Interesa señalar que la presencia de la bandera de la CABA estaba justificada, por cuanto el Teatro “Colon” es administrado por el gobierno local, a través de su Ministerio de Cultura, si bien lo opera un ente autárquico oficial.

Otras observaciones merece la presentación de los vexilos. Se observará que los tres utilizan astas idénticas, munidas de la moharra de reglamento para la Bandera argentina, como corresponde. También muestran corbatas, de conformidad con la normativa nacional, la correspondiente al lábaro argentino y al de CABA, según es de practica. A esto se suma la que luce el británico que, aunque no está prescripto en los usos de origen, se justifica en la ocasión para no desentonar con los restantes, lo que también es correcto.

Empero, aparece una falla que hace poco favor al profesionalismo de los responsables de la organización, esta radica en la falta de armado de los paños que se visualizan sin el volumen que les debió aportar el uso de expansores, con ello pierden presencia; nunca debió ocurrir.

Un punto positivo a destacar es que, el paño de la Bandera argentina es el normado por el Decreto Nº1.650/ 2010, no siempre ocurre así, aún en ámbito oficiales. Por su parte, la Union Flag muestra un fondo azul cerúleo en vez del oscuro tradicional, tal como se viene empleando en este estado desde hace varios años.

Foto 3 - El Secretario de Finanzas del gobierno nacional, Lic. Pablo Quirno

Ya entrando en detalles, se advirtió que la mayoría de los funcionarios del gobierno nacional llevaron en las solapas de sus sacos pequeñas banderas nacionales. Algo sumamente válido y oportuno, dada la ocasión. No ocurrió lo propio con otros invitados argentinos, como en el caso del Ministro de Justicia, un olvido que no debió ocurrir bajo ningún aspecto. Esta ausencia también se advirtió en las damas, aunque justo es reconocer que varias llevaron prendedores con los colores nacionales.

Foto 4 – La embajadora saliente y el Ministro de Justicia de la Nación

Numerosos invitados aceptaron un pequeño pin que reprodujo el isotipo del acontecimiento.

               Foto 5 - El embajador de Italia, Fabrizio Lucentini

En resumen

- Hubo varios aciertos, pero también errores, algunos francamente inaceptables considerando que se trataba de un ámbito diplomático.

- Sirva la experiencia para advertir que lo que pudo pasar desapercibido en el momento, cobra dimensión en las imágenes generadas que se difunden por los medios magnificando las faltas de profesionalismo.

- Un aspecto importante, los funcionarios argentinos tendrían que extremar sus cuidados en aquello que se relaciona con la imagen institucional que invisten, lo que debió ser considerado muy particularmente dada la historia bifronte de las relaciones argentino-británicas/ británico-argentinas. 

¿No les parece?

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Notas:

La viñeta de apertura está tomada del diario La Nación (Bs. Aires) https://www.lanacion.com.ar/opinion/el-reino-unido-y-la-argentina-un-vinculo-que-trasciende-el-tiempo-nid02022025/

Las fotografías son de Jaime Olivos, fueron tomadas del medio Infobae https://www.infobae.com/fotos/2025/06/26/40-fotos-la-celebracion-del-bicentenario-entre-el-reino-unido-y-la-argentina-en-el-teatro-colon/

viernes, 27 de junio de 2025

Nacimiento de Belgrano y la prueba del absurdo

Por favor, ¡basta de fantasías!

El niño Manuel y su madre, María Josefa (imagen referencial)

Por Miguel Carrillo Bascary

En las últimas semanas se difundió ampliamente un documento que aventura que el general Manuel Belgrano nació en 1767 y no en 1770, como lo acredita la historia.

La noticia se presentó con caracteres sensacionalistas y no faltaron algunos que creyeron poder reescribir la historia del gran hombre[1]. Como muestra reproduzco un titular, de los que hubo parecidos: “Un descubrimiento que cambia la historia argentina”. Ni más, ni menos.

Captura de pantalla de la emisión

Varios amigos y lectores me solicitaron un parecer al respecto, lo que hago en las siguientes líneas.

Bautismo del futuro prócer

Desde ya, ratifico con certeza basada en documentos, que el Manuel Belgrano, al que reconocemos como padre de la patria, nació el 3 de junio de 1770 en la ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Santa María de los Buenos Aires, hoy CABA[2].

Sus felices padres, Domingo Belgrano Peri y María Josefa González Casero, en nombre de su octavo hijo, pidieron a la Iglesia que fuera bautizado. Estoy ocurrió precisamente el 4 de junio de 1770. Como católicos bien formados, quisieron que el niño recibiera el sacramento lo antes que sea posible, para que no quedase sin la gracia de Dios ni un solo día.

Ese 4 de junio el canónigo Juan Baltazar Maciel[3] impuso a la criatura los santos óleos y el agua bendita que prevé el ritual, dándole el largo nombre que todos conocemos, sobre el que seguramente habrán cavilado sus causantes. Seguidamente se tomó razón de los dichos del progenitor, quien afirmó que el pequeño había nacido “… ayer, 3 del corriente (sic). Así consta en el acta registrada en el Libro de Bautismos de la parroquia. Este asiento comprueba, tanto el nacimiento aseverado como el sacramento discernido con efectos ante la ley civil y la religiosa.

Dicho de otra forma, fue entonces que el párvulo quedó registrado como súbdito del Rey de España y como miembro de la Iglesia Católica.

Antigua pila bautismal, Catedral de Bs. Aires
(no consta que haya sido la usada para bautizar a Belgrano)

Cabe destacar que en aquellos tiempos el acta de baptismo era el documento que acreditaba la identidad de una persona. Así continuó ocurriendo hasta 1884, en que la Ley N°1.565 creó el Registro Civil. Cuando los nacidos con anterioridad necesitaban acreditar su nacimiento bautismo[4] a los efectos de algún trámite debían pedir una constancia en la parroquia del caso, que se extendía en forma de certificado, un documento que usualmente se llamaba “partida” o “fe de bautismo”.

Se transcribe el texto del asiento referido a Manuel Belgrano que obra en las fojas 43 y 44, tomo 1769-1775, del Libro de Bautismos, de la Catedral de Buenos Aires[5]:

En cuatro de junio de mil setecientos setenta años el señor Doctor Don Juan Baltasar Maciel, canónigo magistral de esta Santa Iglesia Catedral, Provisor y Vicario General de este Obispado, y Abogado de las Reales Audiencias del Perú y Chile, bautizó, puso óleo y crisma a Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús, que nació ayer 3 del corriente: es hijo legítimo de don Domingo Belgrano Peres[6] y de doña María Josefa González. Fue padrino Don Julián Gregorio de Espinosa: de que doy fe=testado=Con mi licencia el Señor Provisor=no vale=Doctor Miguel de Leyva” [rúbrica]

Acto seguido se reproduce la imagen del asiento, que se fraccionó entre el fin de una página y el comienzo de la posterior.


Acta de bautismo del niño Manuel Belgrano Pérez

Belgrano estudiante

Cuando recientemente se presentó como una “noticia-bomba” el documento que probaría que Belgrano nació en 1767 y no en 1770, se concretó de tal forma que algunos desatentos pudieron pensar que era el propio interesado quien lo suscribió.

En realidad, el joven porteño no firmó ese certificado, simplemente porque no le correspondía. De su contexto queda en claro que cuando terminó sus estudios universitarios, solicitó a la Chancillería de Valladolid que se lo habilitara para el ejercicio de su profesión, petición sí que suscribió de su puño y letra. En la oportunidad acompañó los otros requerimientos de práctica, entre los que se halló la partida que probaba la inscripción de su bautismo en el registro parroquial, en donde consta que vio la luz en 1767. Se transcribe y reproduce el folio pertinente:

"El bachiller[7] Manuel Belgrano Pérez, natural de la Ciudad y obispado de Buenos Aires, digo que estoy graduado en la Facultad de Leyes en la Real Universidad de esta ciudad. Y he cumplido los cuatro años de prácticas que previenen nuestras reales leyes[8]. Como consta, de certificación del grado y demás documentos, cuáles en la fe de bautismo, presento y juro. Solicito recíbame de abogado ante su Alteza, suplico se sirva, se me dé pleito, en qué recibiré mercedBachiller Manuel Belgrano” [signatura]

Al final del folio obra la constancia de recepción, con la firma del Secretario de la Chancillería.

Se transcribe acto seguido la certificación sobre el bautismo de Belgrano que se acompañó con la solicitud ante la Chancillería de Valladolid, la que reza:

El Dr. Don Juan Cayetano Fernández de Agüero, cura Rector más antiguo de esta Santa Iglesia Catedral de la muy noble y muy leal ciudad de la Santísima Trinidad y Puerto de Santa María de los Buenos Ayres, examinador sinodal de este Obispado del Río de la Plata, comisario jubilado del Santo Oficio de la Inquisición. Certifico en cuanto puedo, que en el Libro parroquial de Bautismos de personas españolas que empezó desde el año mil setecientos sesenta y seis, y acabó en el de mil setecientos setenta y cinco, se halla al final de la Página cuarenta y tres y principio de la cuarenta y cuatro la fe de bautismo del tenor siguiente:

En cuatro de Junio de mil setecientos sesenta y nueve años, el Señor Don Juan Baltasar Maciel canónigo magistral de esta Santa Iglesia Catedral, Provisor y Vicario general de este Obispado, y Abogado de las Reales Audiencias del Perú y Chile, bautizó puso Óleo y Crisma a Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús, que nació ayer tres del corriente; es Hijo legítimo de Don Domingo Belgrano Perez, y de Doña Josefa González. Fue padrino Don Juan Gregorio de Espinosa, de que doy fe. Doctor Miguel de Leyba.- Como del citado Libro parroquial consta y concuerda esta copia con su original, a que me refiero, y en el que se halla firmada la Partida, a fe de mano y letra según parece del expresado Cura Rector (...)”

Con lo que queda expresada la parte pertinente, continuando el documento según resulta de la imagen reproducida. Se hace evidente entonces que el documento certifica que es copia de la partida previamente expedida, con la notoria diferencia en el año atribuido al nacimiento de Manuel. La ampliación de la imagen[9] permitirá apreciar la correspondencia con la transcripción realizada.


Resumiendo

Para desarrollar la temática se tomaron como referencias el acta obrante en el Archivo de la Catedral, y la copia de la partida, tomada del documento pre mencionado, actualmente habida en el Archivo de la Chancillería.

Es obvio que, atento a lo expuesto, el asiento de la primera debe prevalecer, por constituir un documento público de probada autenticidad, lo que implica que Manuel Belgrano nació el 3 de junio de 1770, incuestionablemente.

Por esto, el año consignado en la constancia guardada en Valladolid no se corresponde con la verdad, sin perjuicio de todas las especulaciones que puedan hacerse al respecto.

En Derecho, lo que vale es el documento, no su copia. Así también lo entiende el sentido común.

Prueba del absurdo

Podrían volcarse numerosas consideraciones sobre esta evidente contradicción y traerse a colación otros documentos, pero no entraré en tal análisis. 

Me bastará recurrir a una prueba irrefutable que acredita la verdad fáctica y para esto me valdré del absurdo.

Si se tiene presente que el matrimonio Belgrano–González casero tuvo dieciséis hijos, hay que verificar cómo se dieron estos nacimientos. La siguiente imagen consigna los datos genealógicos de la esposa de Domingo Belgrano, las referencias sobre su casamiento y la extensa descendencia de ambos [10].

En lo pertinente, se verá que en 1767 nació la sexta hija de la pareja, María Josefa Anastasia, con lo que resulta imposible que Manuel haya venido al mundo el 3 de junio del mismo año[10].

Conclusiones

-   Fuera de toda duda, el documento legalmente válido es el acta que consta en el Libro de Bautizos de la catedral porteña, que señala a 1770 como año de nacimiento de Manuel Belgrano, como siempre se ha sabido.

-   El nacimiento de María Josefa Anastasia en 1767 invalida en forma absoluta que, en ese año, casi dos meses después haya visto la luz su hermano Manuel.

-   La trascripción de la partida que presentó Belgrano ante la Chancillería de Valladolid yerra en afirmar que el nacimiento del prócer ocurrió en 1767.

-   De donde, no hay nada novedoso en el documento sedicentemente revolucionario que se difundió recientemente. De hecho, no hay ninguna nueva Historia que escribir. Lo escrito, bien escrito está. 



[1] Entrevista de Adrián Cragnolini, a Javier Carles Urclé, nota de Cadena 3, https://www.youtube.com/watch?v=TG4FthoR0-8; que fue levantada por otros medios. Por ejemplo: https://www.canal26.com/historia/2025/06/20/con-la-firma-de-manuel-belgrano-un-documento-en-espana-revela-un-dato-que-cambia-la-historia-argentina

[2] Para quienes no sean argentinos la sigla corresponde a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

[3] Es curioso que el canónigo fue tío de Cosme Maciel (1784-1850), regidor de tercer voto de Santa Fe, a quien la tradición sindica como la persona que izó por primera vez la Bandera nacional, el 27 de febrero de 1812, en la batería "Libertad", poblado de la Capilla del Rosario.

[4] Por ejemplo: para recibir los sacramentos de la confirmación, el orden sagrado o para bendecir un matrimonio.

[5] Para facilitar la entelequia de los documentos transcriptos se modernizó su redacción.

[6] En su origen, el segundo apellido de Domingo Belgrano era Peri, que al radicarse en los dominios hispanos se transformó tanto en Pérez como en Peres.

[7] El de bachiller era el grado menor de los estudios universitarios, que franqueaba al ejercicio de una profesión sin necesidad de llegar a los grados mayores, la licenciatura y el doctorado.

[8] Esto se acreditó con dos certificados que dan cuenta del ejercicio de sendas pasantías que Manuel Belgrano cumplió en dos estudios jurídicos.

[9] Imágenes tomadas del Archivo de la Cancillería de Valladolid, Secretaría del Acuerdo, Caja 23.46.

[10] https://www.genealogiafamiliar.net/getperson.php?personID=I8796&tree=BVCZ

[11] Con el tiempo, la citada casó con José María Calderón de la Barca con quien concibió once hijos y entregó su alma al Creador el 22 de junio de 1834, a sus 67 años https://gw.geneanet.org/gentuc?lang=es&n=belgrano+gonzalez&p=maria+josefa+anastasia

María Josefa Belgrano González