jueves, 28 de abril de 2022

Promesa a la Constitución argentina, sugerencias para el acto

La promesa de fidelidad a la Constitución Nacional

 

Por Miguel Carrillo Bascary 


La Ley Nº23.463[1] de 1987 estableció que los miembros de las Fuerzas Armadas prestarán juramento de fidelidad a la Constitución nacional, este fue el precedente más significativo que replicó el solemne compromiso que hoy prestan los escolares.

 

La Ley Nº27.505[2] del año 2019 instituyó “la ceremonia escolar de Promesa de Lealtad a la Constitución Nacional el primer día hábil siguiente al 1° de mayo de cada año, en ocasión del Día de la Constitución Nacional[3]”, que prestan los alumnos del tercer año[4] y nivel secundario.

 

Es un acto cargado de profundo significado y que por sus características implica una honda emotividad se trasunta en una ceremonia solemne que remarca su trascendencia.

 

En respuesta a una consulta se brindan lineamientos básicos para concretar el acto de promesa y se aporta una fórmula alineada con el espíritu pluralista propio de su significado. 

Antes de comenzar el acto se concretará un breve ensayo que ayudará a los chicos a pronunciar su promesa unos momentos más tarde. (Siempre es conveniente, para que se descontracturen) 

Los alumnos que realizarán la promesa y aquellos otros que se encuentren presentes[5], estarán formados en el espacio en que se concretará el acto, el que bien podrá ser ornamentado con los colores nacionales. 

Se encontrarán presentes también la bandera de ceremonia de la institución, la que en se colocará al frente y de aquellas que hayan sido invitadas. También las autoridades invitadas, de la entidad organizadora, padres y familiares, así como otros miembros de la comunidad educativa y de la ciudad, pueblo o barrio.

Se inicia el acto con el izamiento de la Bandera nacional, si corresponde por la hora. 

Tras las palabras de bienvenido del maestro de ceremonias, la alocución inicial y la mención de las autoridades presentes, se invita a los presentes a entonar el Himno nacional.

La dirección del establecimiento pronuncia sus palabras de bienvenida, si así se ha dispuesto presentará a la más alta autoridad invitada, la que se dirige brevemente a los presentes, destacando el protagonismo de los niños que harán la promesa. 

El maestro ceremonia lee una introducción apropiada que parta de una brevísima relación histórica que aportará marco a la solemnidad del compromiso que se aprestan a manifestar los niños. 

Para referenciar la actividad que se concretará, se destacará la presencia de un ejemplar de la Constitución nacional, que se colocará frente a ante los alumnos formados[6]. Sobre la derecha se posicionará en cuja la bandera de ceremonia del establecimiento, portada por su abanderado, acompañado de los escoltas.

Seguidamente, la "máxima autoridad del establecimiento educativo" (artículo 3º de la ley)  requerirá la promesa, pudiendo dirigiéndose al alumnado con las siguientes palabras[7]: 

"Chicas y chicos (a bien: Niñas y niños), que cursan el tercer año del nivel secundario en (se menciona el nombre del establecimiento): 

Los miles de patriotas y los próceres que dieron su libertad al pueblo argentino a costa de   incontables penurias y sacrificios, aspiraron a tener una constitución que organizara el país.

La Constitución Nacional es el proyecto de una sociedad pluralista que se dieron los argentinos para orientar sus vidas, afianzar sus tradiciones reconocer sus raíces y concretar sus valores

Una sociedad que abrió sus brazos amistosos y que los mantiene abiertos para recibir a los hombres y mujeres venidos de naciones lejanas venidos para trabajar en paz.

En la Constitución están los derechos y los deberes que nos corresponden, para vivir nuestras vidas, formar nuestras familias y luchar por nuestros sueños

En la Constitución están definidas nuestras autoridades, que elige el pueblo bajo una forma republicana, sobre la base de la libertad, la igualdad, la división de poderes y la responsabilidad común.

En 1853 la Constitución nacional adoptó la forma federal de estado donde hay perfecta igualdad entre las provincias que componen la República Argentina, en conjunto con el gobierno nacional y el ejercicio pleno de las autonomías municipales.

En ella se ratifica la integridad territorial y la irrenunciable soberanía argentina sobre las Islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur."

(Se hace un alto, para señalar la importancia del momento y se continúa con énfasis la lectura de la fórmula del ritual cívico conforme lo dispone el artículo 3º de la Ley Nº27.505)[8]

 

“¿Prometen respetar y hacer respetar los derechos, deberes y garantías que la Constitución Nacional establece, hacer todo lo que esté a su alcance para cumplir y hacer cumplir sus preceptos y disposiciones, y respetar la autoridad de las instituciones que de ella emanan?”. 

El alumnado de tercer año responde a viva voz: ¡Si prometo! 

Se ejecutan los sones de práctica y todos aplauden, menos los abanderados y escoltas. 

Posteriormente el maestro de ceremonias manda poner en descanso las banderas presentes y comienza el epílogo del acto. 



Notas y referencias:

[1] Su texto, de netas características castrenses, como debe ser, puede verse en: http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/20000-24999/21987/norma.htm

[3] Fue establecido por la Ley Nº23.863, sancionada en el año 2004, a diez años de aprobarse la reforma a la Constitución nacional. Su texto en: http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/90000-94999/91818/norma.htm

[4] Se entiende que la promesa se presta en el tercer año, por cuanto es un hecho de la realidad de que muchos menores terminan su escolaridad al terminar el mismo.

[5] Es ideal que todos luzcan la escarapela nacional.

[6] La elección del portador o portadora permite creatividad. Puede ser una persona anciana, una personalidad distinguida en la comunidad, un ex combatiente de Malvinas, en exalumno que se haya destacado, etc., etc.

Considero que para este rol es preferible evitar que lo asuman las autoridades políticas, como una señal subliminal de que Argentina es una democracia, donde el protagonismo corresponde a los pueblos.

[7] En tanto que el Preámbulo de la Constitución nacional menciona a “Dios fuente de toda razón y justicia”, sin particularizar a la divinidad con un credo en concreto, en las escuelas confesionales que así lo consideren podrán sumar una monición, estructurada en los términos que defina la propia institución, que haga referencia al deísmo evidenciado.

[8] Al igual que se concreta cuando las autoridades electas prestan juramento de asumir sus cargos, extendiendo su mano derecha hacia adelante, como si quisieran proyectarla hasta tocar materialmente la Biblia o la Constitución, en su caso, que se les pone por delante, es factible que los niños hagan lo propio. Tras esta explicación es obvio que no se tratará de un “saludo nazi- fascista” como muchos pueden pensar. Según sea costumbre en la jurisdicción los promesantes colocarán la mano derecha sobre el corazón.

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