Detalles que no son detalles
Por Miguel Carrillo Bascary
En la ciudad de Salta se realizó “9ª. Asamblea del Consejo Regional del Norte Grande”, foro gubernamental de primer nivel en la dinámica federal de la República Argentina, que reúne a las provincias de Jujuy, Salta, Tucumán, Catamarca, La Rioja, Santiago del Estero, Formosa, Chaco, Misiones y Corrientes. En la oportunidad estuvo también presente el Jefe de Gabinete de la Nación, quien además es gobernador electo de Tucumán.
La
temática fue trascendente ya que se
debatió sobre la sanción del “Tratado de Integración Regional del Norte Grande”
y la creación de la “Agencia de Inversión y Comercio Exterior del Norte”.
En resumen, fue una reunión institucional de alto nivel que no se merecía el imperfecto entorno que implicó la forma de disponer las banderas.
Para este taller tomamos como referencia la fotografía que ilustra esta nota, que difundieron ampliamente los servicios oficiales de comunicación de las provincias citadas.
Para quienes no sean argentinos corresponde señalar sobre el segmento de la derecha, la presencia de las banderas: Nacional (en primera posición de precedencia), seguida de las que identifican a las provincias de: Catamarca, Corrientes, Jujuy, Misiones y Tucumán. En el otro sector: la primera es la de Salta, en su carácter de anfitriona, seguida a su vez por las de: Chaco, Formosa, La Rioja y Santiago del Estero. En consecuencia, suman 6 en un lado y 5 en el otro, con lo que la última en el orden de precedencias habría sido la de Tucumán, que aparece relegada con respecto a las restantes.
De lo visto, resulta que los organizadores adoptaron la disposición conocida como “de centro vacío”, en donde se colocó un gran panel alusivo al evento, mientras que las otras enseñas se posicionaron de forma alternada, según sus nombres.
El problema es que al presentarse un número impar de banderas debió pensarse en una solución diferente.
a) La más obvia
hubiera sido componer un friso de
banderas con la Nacional en el centro, por detrás del plano frontal de la
mesa, desplazando contra el cielo raso el panel indicador de la jornada o bien,
disponerlo en el espacio inferior, entre la superficie de la mesa y el solado. Con
esto se habría disimulado la postergación de Tucumán, por lo que el
ordenamiento tampoco satisface al protocolo.
b) En lo
personal habría optado por una solución
diferente, esto es adicionar al
conjunto a la Bandera Nacional de la Libertad Civil, enseña patria histórica
que es de uso opcional (Ley Nº27.134), con la que en el caso se hubiera
alcanzado un número de vexilos equilibrado (12).
Esto
hubiera permitido presentar dos agrupamientos iguales entre sí, de 6 elementos
cada uno, y mantener la disposición del centro vacío al gusto de los
organizadores, sin variar el posicionamiento del cartel alusivo.
En este caso, el primer lugar de precedencia hubiera sido para la Bandera Oficial de la Nación, el segundo para la de la Libertad Civil, ya que tiene naturaleza nacional (con lo que pasaría a ocupar la posición que en la foto tiene la de Salta) y en tercero correspondería a la enseña de la provincia anfitriona, que habría pasado a la derecha de la Nacional. Las otras se habrían ordenado por sus nombres, lógicamente. De tal forma el ordenamiento habría sido totalmente simétrico y no habría desentonado para nada.
Otras deficiencias observables
1) ¿Astas
de primera y de segunda categoría?
Estos
elementos evidencian una infracción al principio inveterado de la igualdad jurídica entre los estados,
que fue establecido en 1648 por la “Paz de Westfalia” y que, en cuanto a las
provincias argentinas, ratifica la Constitución Nacional que establece la igualdad
absoluta entre ellas.
El
problema surge porque para la Bandera nacional y la enseña de Salta, se
emplearon astas con moharras, tal
como bien lo define el Decreto Nº1.650/ 2010, pero esto no ocurrió con respecto a las otras divisas provinciales. De
esta manera constituye un menosprecio objetivo hacia las provincias
invitadas.
Puntualizo:
el problema radicó en destacar a Salta
por sobre el resto de las provincias, ya que el privilegio de la localía no se extiende a las astas-moharra, se limita a la posición.
Consultado un personal de la organización, se le explicó que la Gobernación local no contaba con el número suficiente de astas reglamentarias, lo que desde ya es un desliz
poco profesional, si consideramos el alto nivel del evento.
En cambio, si se hubiera optado por presentar en el conjunto a la Bandera Nacional de la Libertad Civil podría habérsele asignado a ésta el segundo ejemplar de asta con la moharra reglamentaria, con lo que su falta en las divisas provinciales, si bien no quedaba justificada, al menos se habría disimulado.
2) Falta de corbatas
Otra
deficiencia imperdonable en un evento de tan alta jerarquía consistió en presentar tres banderas provinciales sin sus
corbatas. Esto ocurrió en los casos de Jujuy, La Rioja y Santiago del Estero. Los organizadores no dieron ninguna explicación al respecto.
Aclaro que el uso de corbatas es un detalle de ornato que jerarquiza a las banderas de ceremonia/sitio, como mínimo su falta indica una desatención de los organizadores, pero el hecho de que haya banderas que sí muestran el accesorio señala un menosprecio objetivo para con las que carecieron de ellas. No es poco, no es vanal.
3) Modelo erróneo de la bandera de Jujuy
Esta provincia normalizó el diseño de su bandera mediante su Ley Nº5.772, sancionada en el año 2015, hace siete años ya. La misma estableció un modelo patrón y dispuso que todas sus representaciones debían contar con el diseño previsto. Inexplicablemente son muchos los casos en que se utilizan ejemplares parecidos, pero que no se ajustan a la reglamentación. En la fotografía, la diferencia se observa en la bordura del escudo cuyo fondo es amarillo, cuando debió la ley establece que sea blanco.
Cuando esto ocurre en tan alto nivel como el evento
del caso, la irregularidad se transforma en una confesión patente de improvisación y falta de profesionalismo. Para
más, las relaciones entre Salta y Jujuy son intensísimas, por lo que nada explica
el uso de un modelo antirreglamentario de bandera. Seguidamente se muestra el modelo correcto:
4) Un cartel sobredimensionado
La estrechez del espacio utilizado destacó en demasía el cartel alegórico, con ello desplazó a las banderas hacia los laterales. No se trata de una mera cuestión estética, ya que las enseñas no son elementos decorativos de uso tradicional, sino que corporizan la presencia de los pueblos a los que representan, algo que lamentablemente suele olvidarse. Esta es la razón que demanda el debido cuidado para resaltar y presentar las enseñas.
En el caso, el panel pudo reducirse drásticamente, colocando el perfil de la provincia local, sobre las tres primeras letras de “Argentina” y desplazar la referencia a Salta hacia la izquierda. Nada se hubiera perdido y habría sido posible destacar mejor las banderas.
Una buena
Para atender a las tomas de medio plano de la TV, atinadamente los organizadores utilizaron banderitas de mesa, presentes frente a cada uno de los gobernadores y del jefe de gabinete nacional, cuyo sitio quedó señalizado con una pequeña enseña nacional.
Conclusión
Mucha tela para cortar en una sola fotografía. El principal perjudicado, el Gobierno de
Salta, cuya imagen institucional quedó empañada, debió ser un momento para
lucirse.
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