Promesa de lealtad a la Bandera, algunos ejemplos
Por Miguel Carrillo Bascary
Al aproximarse el "día de la Bandera" resurgen algunas preguntas sobre el tema del título que intentaremos resolver.
¿Se promete o se jura lealtad a la Bandera? Cuando la costumbre se radicó en el sistema escolar argentino se siguieron los precedentes llegados de otras latitudes y los niños del cuarto grado juraban fidelidad y lealtad a nuestra Bandera al par que se comprometían a defenderla. Posteriormente ese juramento fue reemplazada por la "promesa". La razón del cambio se encuentra en la naturaleza misma del juramento, un tema sobre el que nos explayaremos en otra ocasión. En el sentir general quién jura compromete formalmente una opción de vida y es tanta la seriedad que ello implica que se entiende que solo puede hacerlo una persona mayor de edad, por ello los niños "prometen".
¿Por qué los alumnos prometen a la Bandera cuando cursan el cuarto grado de escolaridad primaria? No son claras las razones que determinaron por qué la normativa estableció esta pauta que se ha mantenido con el tiempo. Mi posición personal sugiere que para ello se tomó como base la convención generalizada de que a partir de los siete años los niños cuentan con "uso de razón", como se decía antes. Pero en aquellos tiempos, donde la escolaridad a nivel general comenzaba precisamente en esa edad, los esfuerzos pedagógicos radicaban en lograr la alfabetización mínima y el dominio de las dos operaciones matemáticas esenciales. Conceptos sociales más abstractos como los relativos a la identidad social (la Patria y sus símbolos) ya eran materia de la currícula del "primer inicial"; pero es evidente que en un grado muy incipiente.
Los conocimientos elementales de Historia nacional y la praxis experimentada por las primeras vivencias al respecto (participación en actos cívicos; las cotidianas ceremonias de izamiento y arrío de la Bandera; asistencia a desfiles; etc.) se acentuaban en los siguientes grados de la escolaridad, hasta llegar así al cuarto, en donde los niños contaban en promedio entre 9 y 10 años.
Con estos antecedentes traemos a colación que en las primeras décadas del siglo pasado eran numerosos los alumnos que al llegar a esa edad debían dejar las aulas para insertarse en el mundo laboral acuciados por las necesidades familiares y ciertas formas de vida que así parecían demandarlo.
En consecuencia, el cuarto año se transformaba para muchos en la última oportunidad de manifestar su lealtad a la Bandera nacional; ello habría demandado que las autoridades educacionales adoptaran este grado. La realidad a cambiado, elevando hoy ese umbral de quiebre de la escolaridad, al menos en la mayoría de las realidades del presente, pero el cuarto año quedó enclavado en el sentir ciudadano como una costumbre de notorio arraigo.
La realidad HA cambiado...
ResponderEliminarTengo entendido q durante la promesa la única bandera presente es la Argentina. Me puede confirmar. Gracias
ResponderEliminarNo hay ninguna disposición al respecto pero resulta lógico ya que ella es la que debe lucir; sin embargo nada obsta a que estén presentes las otras que usa el establecimiento.
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