jueves, 30 de mayo de 2024

Banderas de los Jardines de Infantes

Los niños también hacen bandera

Por Miguel Carrillo Bascary 

La “Semana de los Jardines” es ya una tradición en Argentina, durante la misma se destaca la enorme función formativa de este nivel de la educación y su importantísimo rol en la formación de los niños, en un tiempo de su maduración y socialización que cada vez se valoriza más; asimismo reconoce la esforzada labor de las maestras jardineras. Esto da lugar a una serie de actividades compartidas entre los pequeños, sus docentes, los padres y familiares. No pasa desapercibida ni siquiera para quienes no tengan hijos, nietos o sobrinos de la edad implicada ya que las calles florecen con láminas, se adornan con cintas y banderines.

La conmemoración fue consecuencia del “7º Encuentro Nacional de Maestras Jardineras”, realizado en Santa Fe (1971), cuando por disposición del gobierno nacional se incorporó al Calendario Escolar tomando como referencia el fallecimiento de la pedagoga Rosario Vera Peñaloza, quien falleció el 28 de mayo de 1950. Fue ella quien en 1900 fundó el primer jardín de infantes de Argentina, como un anexo a la Escuela Normal de La Rioja; lo que replicaría en Córdoba, Buenos Aires y Paraná, al par que promovió la profesionalización de los docentes del nivel.

Llegado el año 2013 la Legislatura de la Ciudad de Bs. Aires dictó su Ley Nº4.817, que estableció el “Día de los Jardines de Infantes”, varias provincias las que siguieron el precedente hasta que se institucionalizó a nivel nacional con la Ley Nº27.059 (2014) que consagra a esa fecha como “Día Nacional del Docente de Nivel Inicial[1]”, cuya nominación plantea un concepto ciertamente gremial a despecho de la más abarcativa con que se concibió.

Los pequeños embanderados

Nadie podrá negar la enorme simpatía que despiertan los alumnitos de jardín de infantes portando la Bandera Nacional en las conmemoraciones patrióticas. En la inocencia y alegría de esa edad de tantos descubrimientos, es un valor asociado al más antiguo de nuestros símbolos patrios que predispone a la toma de conciencia sobre su rol en la sociedad futura. Vemos en ellos la continuidad de nuestra Nación y la pervivencia de los valores implicados. Sus sonrisas nos alientan en el difícil camino que los mayores transitamos hasta nuestro presente. En sus caritas vemos que los esfuerzos valieron la pena y nos incitan a continuar para dejarles un mundo mejor.

La ocasión

También los 28 de mayos se conmemora al “Día Nacional del Ceremonial” como lo recordé en una nota anterior[2], lo que avala que les comparta algunas reflexiones.

Es obvio señalar que la temprana etapa de integración a la sociedad que protagonizan los pequeños supone la que posiblemente sea su primera experiencia como miembros de la sociedad política que integrarán andando el tiempo.

Seguramente que el empuñar banderitas y celeste-blanca, ver sus salitas adornadas con estos colores, llevar la escarapela en su pecho, dibujarla en sus cuaderno y pizarras, compartir los tradicionales pastelitos (muchas veces amasados por ellos mismos), revestirse con los atuendos que remontan a los tiempos de nuestra independencia, escuchar los sones del Himno, son experiencias que les dejaran una impronta emotiva imborrable.

En tal contexto llevar la Bandera en sus manitas, escoltarla munidos de las bandas distintivas, resulta un complemento notablemente especial. Como esto implica participar en las ceremonias organizadas en su establecimiento y, quizás en otros ámbitos, es necesario capacitarlos mínimamente para que puedan transcurrir esta vivencia sin mengua alguna para el símbolo al que acompañan. Esto se concretará en forma lúdica, partiendo con el armado de la bandera y el reconocimiento de las partes del conjunto.

La maestra jardinera tiene la capacitación para hacerlo, tanto en la faceta de caracterizar al símbolo como en la habilidad para concretarlo con un mínimo de prestancia y con los debidos cuidados, al par que los introducen en los valores implicados. De más está decir que esta labor es inexcusable.

Permítanme un aporte al respecto, se hará bien en inculcar que estas funciones son un acto de compañerismo (de servicio) y no un galardón para lucir como mérito personal. Esto demanda que exista rotación en los niños encargados de cumplir esas funciones, descontando por supuesto que su elección no encubra ni siquiera una sospecha de favoritismo.

La Bandera de los Jardines

Retomando el títula esta nota es adecuado referirnos a la normativa que rige las características de la Bandera nacional de ceremonia de los jardines. Ella resulta ser la Norma IRAM – DEF D 7679*: 2002[3] y está contenida en el Decreto Nº1.650/ 2010 que le dio ejecutoriedad y que establece las medidas, las características de la tela y los colores. En consecuencia, las que empleen los jardines debe responder íntegramente a lo estipulado.

Pongo especial empeño en destacar la necesidad de que el Sol tenga el diseño ahí previsto, el que se reproduce seguidamente.

4. 5.- Confección. La Bandera se debe confeccionar en tela doble. Los detalles de confección están incluidos en IRAM - DEF D 7674. 

4. 5. 1.- Imagen del Sol. El Sol se debe bordar en ambas caras, en relieve, sin relleno, con hilo metálico bañado en oro o similar dorado, con los rasgos y estrías en castaño según el numeral 3. 4. 4. La Norma IRAM – DEF D 7677 que determina el diseño de la Figura 1:

 

Figura 1 y otra, similar, bordada 

4. 5. 2.- Aspecto y terminación. El color y el acabado serán uniformes.

Glosa:  Puede extrañar que lo recalque, pero se hace necesario ya que según me comentan algunos lectores de este Blog, en algunos establecimientos se ha llegado a sustituir al astro por dibujos con caritas sonrientes, por las manitas estampadas de los niños y por otras fantasías similares. En principio estos equívocos podrían parecer muy simpáticos y originales, pero en sí mismos implican una banalización del símbolo que compromete a los responsables que los auspicien o toleren. Entiendo que no hay dogmatismo en mi parecer sino una eminente razonabilidad en el concepto.

Contra de lo que suele pensarse, la norma citada no estipula dimensiones obligatorias para los ejemplares que se usarán en el nivel inicial, pero sí aporta “medidas sugeridas” (Anexo C), que son:

Ancho del paño

450 mm

Largo del paño

720

Ancho de la franja

150

Diámetro externo del Sol

125

Diámetro interno del Sol

  50

Accesorios

Su regulación surge de la Norma IRAM-DEF D 7675: 2003, contenida también en el Decreto Nº1.650/ 2010, que trata sobre las características del asta, la corbata, el tahalí y el pie soporte.

3. 1. 1.- Palo del asta

Figura 2

3. 1. 1. 2.- Niños. Debe ser de madera de palo blanco (Calycophyllum multifiorum) u otra similar, dura y torneable, teñida símil cedro y lustrada. Debe tener un largo de 1,2 m y un diámetro de 22 mm. Debe llevar cuatro anillas ovaladas (ver 3.1.1.1) por las que se pasan las cintas destinadas a unir la bandera con el asta (ver Figura 2).

3. 1. 2.- Moharra y regatón

Figura 5

3.1.2.2.- Niños. Deben ser de bronce o aleación de aluminio (zamac), pulido y cromado. La moharra debe tener 165 mm de largo total, y debe llevar una media luna de 73 mm, medidos desde la parte externa de ambos extremos (Figura 5). El regatón debe ser de 50 mm de largo (Figura 4 b).

Figura 4 b

3. 2.- Corbata. La corbata debe estar conformada por dos partes: el moño y las cintas. Ambas partes debe ser confeccionadas con cintas de tela doble, de igual tela y colores que la bandera (IRAM - DEF D 7679), de 100 mm de ancho para adultos y de 70 mm de ancho para niños.

3. 2. 2.- Moño para niños. Se debe confeccionar con una cinta de 500 mm de largo unida en los extremos, de tal forma que esta unión quede en el medio de la parte posterior. En consecuencia, el ancho del moño resulta ser de 250 mm.

En el centro, debe llevar una traba con cinta de tela doble, de 40 mm de ancho para reducir el ancho de la cinta del moño a 20 mm. En la parte posterior se debe coser una cinta blanca de 10 mm de ancho y de 500 mm de largo, repartida en dos partes, para sujetar la corbata al mástil.

3. 2. 4.- Cintas para niños. Consisten en dos cintas de 400 mm de largo, como mínimo, cosidas en la parte posterior, sobre el borde inferior del moño. Ambas cintas deben llevar, como ornato, en la parte inferior, flecos de 50 mm de largo, confeccionados con hilo tipo “lurex” dorado, u otra fibra similar que simule hilo metálico de oro.

Glosa: es factible bordar en las cintas el nombre y número del establecimiento; se hará en dorado y con letras mayúsculas

3. 3.- Tahalí. Consiste en una banda de cuero forrada de tela de iguales características y colores que la bandera (IRAM - DEF D 7679), cuyos extremos se unen en una cuja del mismo material y características.

3. 3. 2.- Niños. La banda debe ser de 1000 mm de largo y 60 mm de ancho. La cuja debe ser de 30 mm de diámetro interno y 60 mm de largo.

3. 4.- Pie soporte. Consiste en una base redonda de madera dura, con un tubo en su centro de acero pulido y cromado, como porta asta. Puede ser de otra forma, pero debe estar inscripto en un círculo de igual diámetro que el indicado en cada caso. Además, puede ser de otro material distinto de la madera, pero debe mantener, como mínimo, la masa indicada en cada caso.

Glosa: el pie soporte se utilizará para mantener enhiesta la bandera mientras no sea portada.

3. 4. 2.- Niños. Debe tener una base redonda de 240 mm de diámetro, como mínimo y debe llevar unido a esta, un porta asta cilíndrico, de 360 mm de altura por 41 mm de diámetro. La masa de la base de madera debe ser, como mínimo de 0,90 kg.

Glosa: el Decreto no contiene una imagen de este accesorio, pero para ilustrar lo expuesto se acompaña una:

Como nota, la normativa omite caracterizar a las bandas de los escoltas, pero por uso y costumbre consistirán de cintas con los colores nacionales de ancho conveniente, que se apoyen en el hombro derecho, atraviesen el pecho y la espalda, para ir a juntarse a la izquierda, la altura de la cadera. Esta es la posición correcta[4], lo que se resalta debidamente ya que no es extraño ver que en algunas jurisdicciones se indica lo inverso.

Lo estipulado se aplica a las banderas provinciales y cualquier otra que se emplee.

Finalmente, cuando un conjunto no se adecúe a la normativa vigente y no sea factible reemplazarlo, podrá seguir en uso hasta que sea posible.

Nota, también puede verse: Jardines de infantes: pautas para el acto del Día de la Bandera https://banderasargentinas.blogspot.com/2023/06/jardines-de-infantes-pautas-para-el.html

miércoles, 29 de mayo de 2024

Los otros ceremonialistas

Reconocimiento en el “Día Nacional del Ceremonial”



Por Miguel Carrillo Bascary

El 28 de mayo de 1810 la Primera Junta de Gobierno dictó la primera norma de protocolo de nuestro país, o sea la “Instrucción para el Despacho y Ceremonial” o “Reglamento para el Ejercicio de la autoridad de la Junta Provisional Gubernativa del Río de la Plata”, más conocido como “Decreto de supresión de honores”. Andando el tiempo cuando el Decreto N°1.574 de 1993 consagró esa fecha como “Día Nacional del Ceremonial”. Quienes trabajamos en la materia lo tenemos muy presente y cada uno lo celebra en la mejor forma que la resulta posible.

En esta oportunidad y contra lo que puede pensarse quiero extender mi reconocimiento a muchos, verdaderamente muchos, que a despecho de la aparente indiferencia del gran público se preocupan por cumplir con las pautas de ceremonial para honrar debidamente a nuestros símbolos nacionales. Aunque no sean profesionales hay en ellos un sentimiento especial, un gran amor y respeto, que los impulsa a conocer y a llevar a la acción los contenidos propios de la especialidad. Los cientos de consultas que recibo constantemente testimonian su sensibilidad.

Un ejemplo concreto fue el “Seminario Práctico sobre Ceremonial Gaucho” que protagonizó un centenar de personas, la mayoría representante de instituciones tradicionalistas de la provincia de Jujuy con quienes tuve el gusto de compartir.

La actividad estuvo dedicada a explicar el Ceremonial de la Bandera Nacional y de la Libertad Civil, aplicable a las actividades que protagonicen instituciones gauchas en sus desfiles y presentaciones, en cuyo transcurso se abordaron los siguientes temas: Los gauchos y los símbolos nacionales. Referencias históricas sobre ambas Banderas Nacionales y las provinciales. Su significado y sus partes. Adaptación del Ceremonial a los jinetes. Presentación. Formaciones. Ceremonias. Desfiles y homenajes. Tránsito por los caminos públicos. Preparación de los montados y del equipo. Cuidado y baja de banderas. Tratamiento de los errores más comunes y la forma de superarlos.

Se concretó en la más que bicentenaria “Sala de Vargas” de Yala, con la organización del Instituto Belgraniano de Jujuy y el apoyo de la Fundación “Nación Gaucha” actuó como anfitrión Don Carlos Gauna, referente del sector. Se contó con la adhesión del Instituto Nacional Belgraniano, del Centro de estudios Belgranianos rosario Siglo XXI y de la Municipalidad de Yala. El evento fue declarado “de interés cultural” por los ministerios de Educación y de Cultura de la provincia de Jujuy.

En representación del Gobierno provincial estuvo presente el Secretario de Cultura de la Provincia, José Rodríguez Bárcena. Destacaron también el chozno nieto del general Güemes, Martín Güemes Arruabarrena, el chozno nieto del coronel Manuel Álvarez Prado, Luis Martín Álvarez Prado y el costumbrista Antonio Cachirichi Herrera junto con las escritoras Susana Quiroga y Susana Aguiar.

En la importante cobertura que realizó el diario “El Tribuno-Jujuy[1]” se reseñó la presencia de representantes de las siguientes instituciones:  Centro Gaucho "Coronel Manuel Álvarez Prado" de Tilcara, Centro Gaucho Yala, El Bagualero de Yala, Centro Gaucho Los Nogales, Centro Gaucho Juan Antonio Rojas de Tilquiza, Centro Gaucho de Alto Calilegua, Centro Gaucho "Coronel Manuel Álvarez Prado de Las Capillas, Centro Gaucho de La Mendieta, Centro Gaucho de El Moreno, la Asociación Civil La Gauchita y "Grito Coplero”, entre otros. Desde Tucumán se apuntó la presencia de una importante delegación de las Damas Patricias Belgranianas de esa provincia, encabezada por la ewscribana Lidia Pardo, vicepresidenta también de la Confedaración Gaucha Argentina y de Salta se llegaron representantes del Fortín Coronel Luis Burela de Chicoana.  Hubo también invitados especiales llegados desde la ciudad y la provincia de Buenos Aires, Tucumán, Rosario y Rafaela. Al finalizar, como no podía ser menos en una reunión gaucha, se pudo escuchar a la pianista Mirta Lucía Díaz y a los guitarristas Cacho Cruz y Mario Garzón.

Carlos Gauna, Miguel Carrillo, Silvia Yapura, Joaquin Carrillo y Eugenia Puca

En suma, para todos fue una experiencia riquísima, profundamente emotiva referenciada con la calidez que se generó en la concurrencia y con el afán de perfeccionarse en todo aquello que contribuya a enaltecer las tradiciones y el amor por nuestros símbolos.

Facundo Alarfcón y Rafael Frías preparando la pasada

¿Qué mejor para conmemorar el “Día Nacional del Ceremonial” que este recuerdo?

martes, 28 de mayo de 2024

Visión retro del Escudo Nacional

Imagen institucional del Vocero presidencial

Isologos: diciembre 2023/ mayo 2024

Por Miguel Carrillo Bascary

Por iniciativa del Gobierno nacional se presentó hace pocos días una nueva versión del emblema que utiliza la Oficina del Vocero oficial, lo que ha dado mucho que hablar. Algunos distraídos plantearon que es un intento de reemplazar al Escudo Nacional y  lo que sería muestra del “autoritarismo” en ciernes. ¡Nada de eso!

Como se adelantó en la primera línea de esta nota la viñeta solo identifica a una repartición y sustiye el que comenzó a usar en los primeros momentos de la gestión Milei, al que dediqué dos notas difundidas desde este mismo blog[1].

Es oportuno consignar que no hay ninguna disposición que obligue a utilizar el Escudo Nacional para identificar las reparticiones nacionales. Es cierto que algunos gobiernos establecieron pautas generales al respecto, pero estuvieron limitadas solo al tiempo en que estuvieron en el poder.

En líneas generales el emblema recuerda a versiones usadas en el siglo XIX, donde el campo heráldico se acompañaba con profusión de banderas, dos antiguos cañones y, a veces, sumaban otros elementos bélicos, como cajas de guerra, balas y fusiles. Estas reminiscencias definen una tendencia revival, lo que sería coherente con la recuperación del brillante futuro de orden y progreso que auguraba al país a fines del siglo XIX y comienzos del XX, que posicionaron a la Argentina entre los principales paises del mundo, como reiteradamente lo cita Milei.

Ejemplar datado ca. 1841, con banderolas que llevan los escudos de provincias

Litografía de R. Rocabert, ca. 1880

Pero, en realidad la aparición de banderas y piezas de armamento es muy anterior ya que la primera vez que la elipse de nuestro escudo se acompañó de esta manera fue en 1813, cuando el gobierno de la Asamblea General reunida ese año mandó acuñar las que se conocen como “primeras monedas patrias”. Una de ellas, la de oro, muestra al blasón rodeado de cuatro vexilos, sin que pueda atribuírseles algún significado cierto. Algunos han señalado que correspondían a las principales ciudades del Virreinato del Río de la Plata: Buenos Aires, Charcas, Asunción y Montevideo, pero solo son especulaciones sin posibilidad de comprobación. En cuanto a las armas, remitirían a las luchas que demandaba el momento, pero también que su presencia obedecía solo al estilo decorativo vigente por entonces.

Escudo de 1813 (anverso)

Lo importante es señalar que como la Asamblea no definió un modelo patrón del símbolo los sucesivos gobiernos, sus reparticiones, y hasta  cada artista se sintieron con la libertad de emplear diversas viñetas. Así ocurrió desde aquél momento fundacional hasta 1944, en el ínterin aparecieron decenas y decenas de escudos que resistieron varios intentos de unificación. En la década de 1940 los estudios del académico Dardo Corvalán Mendilaharsu dieron pie a que por medio del Decreto Nº10.302/ 44 se fijara un diseño oficial para el Escudo. Su empleo se impuso, pero nunca alcanzó a eclipsar a las variantes. Prueba de esto es que durante la gestión De La Rúa se adoptó un diseño de líneas más simples elaborado por Esteban Guerrini, con lo que se buscaba representar la modernidad que quería mostrar ese gobierno. Los presidentes sucesivos continuaron empleándolo, hasta la actualidad, aunque también se emplean otros una situación decididamente anómala.

Isotipo creado por Guerrini

Volviendo a tiempos pretéritos algunas viñetas impresas en Londres incorporaron numerosas banderas, a veces intercaladas con fusiles. Esto da pasto para que al emblema del Vocero se le asigne orígenes británicos, pero por paradoja, fue la composición que con más asiduidad se usó en el gobierno de Juan M. de Rosas que, como se sabe, enfrentó al Imperio. De todas formas, por entonces no alcanzó exclusividad, ya que convivió con muchas otras variantes hasta bien entrado el siglo XX.

Proclama datada en 1845 (AGN)

Sus componentes

Isotipo implementado desde el 25 de mayo de 2024

Como se dejó trascender desde el gobierno, la novedad implica:

  •  Mostrar las banderas de los 24 distritos del país (las 23 provincias y Ciudad Autónoma de Bs. Aires), reforzando la imagen de federalismo que impulsa el gobierno nacional y que también proclaman ellos, anticipando las nuevas formas que debería adoptar el sistema con perspectiva de futuro.
  • Introducir una cartela en donde se lee la frase “En unión y libertad”, que es “icónica de la historiografía oficial del país”, que de hecho es el lema que identifica a nuestra Nación desde 1813, tal como se plasmó en la primera monada patria. (No lo veo bien, superponer una cartela al campo de un escudo es una posición condenada por la Heráldica)
  • Usar un Sol con el entrecejo contraído, lo que podría referenciarse con la determinación del Gobierno en el marco de la gestión que desarrolla. Algunos comentarios señalan una semejanza con la mirada del dirigente libertario Ramiro Marra, considero que esta opinión implica un subjetivismo extremo, similar a los “parecidos” que suelen encontrarse entre el rostro de un niño con el de su mamá o papá.

Captura de pantalla relativa al parecido 

Señalo por mi parte otra novedad, la frondosidad de los gajos de laureles que flanquean la elipsis, no conozco que otros analistas hayan señalado esta característica. Esto contrasta vívidamente con la espartana simplicidad de los que vemos en la versión tradicional del blasón. Aventuraría que esto intenta mostrar la vitalidad del proceso político en curso, anticipando un futuro venturoso. Este tipo de follaje nos remite al modelo de escudo nacional que el Ministerio de Relaciones Exteriores impuso a sus oficinas en 1885.

La visión del emblema proyecta una lógica imagen de orden, explicitaría un sistema equilibrado, pese a estar formado por muchos elementos. La impronta mostraría la serenidad y la referencia de las figuras tradicionales inscriptas en la elipsis y, contrastando, el dinamismo plástico que sugiere la posición de las banderas.

En mi parecer hubiera reemplazado las lanzas por el modelo de moharra que es clásico en la historia nacional. El nuevo isotipo recuerda indudablemente a las aguzadas puntas que se ven en los emblemas de los Estados Unidos, aunque no puede olvidarse que hacia 1910 esta forma fue muy popular en las representaciones de nuestro escudo, donde cada una se particularizaba con pequeños escudos de cada provincia ubicados en sus bases. En el detalle se apreciará que hay astas sin escudo que corresponden a las antiguas gobernaciones, que se convirtieron en provincias durante la década de 1950.


Detalle

No veo razón alguna para incluir ambos cañones, ya que aparecen descontextualizados. A mi juicio son rémoras del diseño inspirador que pudieron haberse eliminado.

Otra nota particular que acentúa el aspecto retro es el uso de la madera para formar la corona externa, donde se identifica a la repartición, y en el marco de la elipsis.


[1] Presidencia Milei: Apuntes de su asunción/3. Logos de identidad, imagen institucional  https://banderasargentinas.blogspot.com/2023/12/presidencia-milei-apuntes-de-su_21.html y Milei y ¿el nuevo Escudo argentino?https://banderasargentinas.blogspot.com/2023/12/un-nuevo-escudo-argentino.html


lunes, 27 de mayo de 2024

Banderas, astiles y cintas

¿Sí o no?

 

Inusual presentación

Por Miguel Carrillo Bascary

Las fotografías ciertamente curiosas que me manda en consulta una lectora del Blog que recientemente visitó la turística localidad de El Calafate (provincia de Santa Cruz, Argentina) justifican esta nota que aborda un tema que considero no ha sido estudiado previamente.

Observación previa

Interesa aportar algunas referencias sobre el término “astil”, que no podemos asimilar ni al mástil ni al asta.

Se caracteriza a un astil como un elemento rígido (de madera o metal), que se coloca en ángulo con la superficie de fijación mediante un mastelero en el que se inserta, aunque también los hay que se instalan en forma perpendicular. Las banderas se le adosan con cintillas, generalmente, y que ocasionalmente con una driza. Su tope o punta, podrá ser de diferentes características, aunque predominan las lanzas, los cónicos y los esféricos. Como pauta general el astil medirá el equivalente a cuatro veces el ancho del paño-bandera, como máximo, y al menos dos veces el ancho del paño, como mínimo; según lo determinan los usos y costumbres. Se utilizan para exhibir vexilos en espacios donde un mástil perpendicular al suelo resulta excesivo y cuando hay razones que impiden colocar una bandera de sitio instalada en un asta. En la República Argentina este implemento no está regulado.

Complementariamente se llama “asta” al implemento a los que se adosa una bandera para ser transportada o presentada en vertical. En Argentina las astas de las enseñas de ceremonia están fijadas por la Norma IRAM-DEF D 7675, incorporada al Decreto Nº1.650/ 2010.

El caso en estudio

La imagen que abre estas líneas es suficientemente descriptiva. Como se verá consiste en una bandera nacional colocada en el astil instalado en el frontis de la delegación de Parques Nacionales de dicha ciudad.

 Oficina de la Administración de Parques Nacionales, El Calafate

Junto al tope muestra una larga cinta con los colores argentinos. De esta toma se deduce una pregunta obvia:

¿Es válido exhibir una enseña con el aditamento del caso?

Lo primero a señalar es que la legislación argentina no prohíbe ni ordena accesorio textil alguno para banderas exhibidos en astiles. Salvo el que se muestra, no conozco precedentes similares. Lo cierto es que a primera vista lo extraño contrasta vívidamente con la imagen que tiene incorporada la memoria social y las prácticas consuetudinarias del Ceremonial. A varios amigos a quienes mostré estas fotos me respondieron sin dudas que “no era reglamentaria”, lo que me incitó a procurar un juicio más acabado, de lo que resulta esta nota.

Así, reflexiono que, ante la falta de prohibición expresa, el principio de libertad implícitamente lo autorizaría esta práctica, a condición de que guarde cierta razonabilidad, como podría ser el caso mostrado, donde el grosor de la cinta no opaca al paño y existe similitud cromática.

Como ejemplos de circunstancias no razonables podríamos señalar: que las cintas tengan otros colores que los nacionales, que incorporen leyendas (excepto quizás las que particularizan a la entidad que muestra el elemento), las excesivamente anchas o largas, y similares.

¿Hay antecedentes en otros estados?

Responder esto implicaría hacer un relevamiento extenso, lo que dejo a otros curiosos. En lo personal he visto cintas que complementan banderas en algunos países centroeuropeos, ninguno en nuestra región.

¿Una o más cintas?

Si bien la foto muestra una solitaria cinta, en principio nada obstaría que fueran más.

¿Qué función tienen estas cintas?

Entiendo que su ondear en la brisa permitiría llamar la atención del observador sobre la ubicación de la bandera, ya que su menor peso específico favorece la acción con referencia al paño, que siempre será más pesado y que por eso flameará menos.

¿Dónde y cómo debería colocarse?

Detalle de la fijación de la cinta

La cinta de la foto se anuda en la base de la lanza, lo que es lógico ya que jamás debería coserse al paño porque esto implica una intervención no prevista en la normativa (Decreto Nº1.650/ 2010)

¿Se visualiza algún factor negativo?

Por mi parte señalo la posibilidad de que la atadura llegue a soltarse. Además, se demanda que el aditamento se mantenga en buenas condiciones de higiene a integridad. Por otra parte, implica un costo, si bien pequeño.

En resumen

  • Considero que, si bien no infringe ninguna norma el adosar cintas a las banderas que se muestran en astiles lo atípico inquieta al observador y esto, en materia de Ceremonial, no es adecuado.

  • En consecuencia, desde mi subjetiva posición, desaconsejo su empleo.