Buenas intenciones, pero …
Por Miguel
Carrillo Bascary
La Universidad Nacional de Jujuy nació con dimensión local en 1972, al
año siguiente fue nacionalizada y a la fecha cuenta con unos 30.000 alumnos,
muchos de los cuales viene de las provincias aledañas, de Bolivia, Chile y el
Perú. Cuenta con 5 facultades y una escuela preuniversitaria. Sus actividades
se desarrollan en 8 sedes.
En el marco del cincuentenario de su nacionalización,
en el año 2023 se convocó a un concurso
para elegir una bandera que la identificara. Estuvo abierto a la presentación
de iniciativas por parte de estudiantes en actividad, docentes e
investigadores, no docentes y también egresados. Este universo implicó una amplitud
a destacar, ya que se incluyó a los egresados, reconociéndoles legitimación para
definir al símbolo buscado, de conformidad a la estructura cuadripartita consagrada por los principios del
reformismo universitario.
La convocatoria consignaba
como motivación que:
“El propósito de crear una bandera propia es generar un símbolo visual de identidad viva y latente que nos identifique como comunidad universitaria de Jujuy en la diversidad de lo que somos y que sea capaz de trasmitir los valores y la razón de ser de nuestra universidad”.
De entre los cientos de diseños recibidos fueron seleccionados cinco y en la instancia final se los expuso al voto de quienes quisieran manifestar su adhesión.Los guarismos señalaron
que la “Propuesta 1” resultó elegida por un 34% de votos por sobre la “2”, que
alcanzó el 31%. En consecuencia, la primera fue la seleccionada como emblema oficial de la Universidad.
La memoria del diseño explica cada una de sus características, por lo
que corresponde remitir a sus términos:
Análisis vexilológico
Más allá del respeto a la
voluntad expresada en el emblema elegido, desde la Vexilología es factible
formular señalamientos que teóricamente obstan a su acierto. Se entiende que
una sana crítica, propia del nivel universitario, puede contribuir a enriquecer
la experiencia, para el caso que otras instituciones tomen como referencia el
proceso cumplido en la UNJU.
Una omisión de bulto, común a todas las propuestas, radica en que ninguna tradujo los colores elegidos a una escala cromática de uso internacional. En consecuencia pueden registrarse variantes arbitrariamente elegidas por los proveedores de las piezas.
a) Sobre el Diseño 1
Primera observación
Incluye como motivo
central el escudo que hoy usa la Universidad, en lo que coincide con las
propuestas 2, 3 y 4. Desde ya que el incluir blasones en banderas no es lo
aconsejado por la Vexilografía, más allá de que por diversas razones existen
cientos que poseen esta característica.
Para desarrollar la crítica es imprescindible historiar el símbolo. El escudo de la UNJU se definió cuando fue creada, en 1973, utilizando la imagen siguiente, donde la bordura contiene el nombre de la institución y su lema: “Enciende tu llama en este fuego”.
El motivo central es la “Bandera Nacional de la Libertad Civil”, aquella que el 25 de mayo de 1813 el general Manuel Belgrano
entregó al pueblo jujeño como testimonio por su sacrificio en las luchas por la
emancipación y, particularmente, por su heroísmo en las batallas de Tucumán y
Salta. Desde entonces la pieza se guardó con toda reverencia y se preserva
recortada en sus extremos, en la sede de la gobernación provincial. En 1994
(Ley Nº4.816) fue oficializada como bandera oficial de Jujuy y en el 2015 la
Ley Nº27.134 la reconoció como “símbolo
patrio histórico” de la Nación. El término “libertad civil” alude al principio que hoy se conoce como “estado de derecho”; simplificando, referencia
la vigencia de los derechos humanos. Como vemos una alta valoración en lo histórico y en lo conceptual.
La imagen usada por
entonces no ofrecía objeción, aunque a la luz de la Ley Nº27.134, que data del
año 2015, ha quedado superada. La norma define que la Bandera Legada debe
representarse fielmente y a tal efecto incluye un diseño patrón de rasgos idénticos al de la pieza-reliquia, el que
se reproduce seguidamente.
Como se observa lo que
pudo ser válido en 1973 hoy ha dejado de serlo. Por lo tanto, correspondería que la UNJU reforme su
escudo para adecuarlo al modelo histórico y al diagrama contenido en la citada
ley, de tal manera que en la bandera que la identifica se muestre con todo
orgullo el preciado legado belgraniano que honra al pueblo de Jujuy.
Segunda observación
Al escudo incluso en el emblema
universitario que desde ahora se verá en la bandera institucional se le quitó la Bandera legada. El hecho
implica privar a Jujuy del enorme valor simbólico implicado en el emblema con
que el general Belgrano distinguió el heroísmo de sus ancestros. Objetivamente esta desmemoria resulta inexplicable y es
absolutamente injusta. No diré más, agregue el lector los calificativos que
pueda merecerle. Desconozco en qué momento ocurrió esta mutación, pero estimo
que debería existir una normativa que así lo haya dispuesto.
Para más, el motivo
central del blasón institucional lleva el diseño
elaborado por el diseñador Esteban Guerrini en las postrimerías de la
gestión presidencial de Fernando De la Rúa (1999-2001), que en la práctica
sustituyó al modelo patrón fijado legalmente en 1944, el que a su vez reproduce
el que utilizó la Asamblea General Constituyente de 1813. El propio creador
consigna[1]
que:
“[…] la intención era contar con una forma de representación del Estado que se diferenciase del gobierno anterior y que definiera, de alguna forma, al de ese momento, […]
Los presidentes
posteriores (Duhalde, Kirchner, Fernández de Kirchner, Macri y A. Fernández) continuaron usando la versión Guerrini
dejando en el olvido la establecida legalmente, la dispuesta por el Decreto
Nº10.302/ 1944, que continúa vigente. Considerando las imágenes queda plasmado
que la correspondencia es evidente.
De manera entonces que, esta segunda observación formulada podría
resumirse afirmando que en la nueva bandera debería haberse colocado el
motivo central de la “Bandera Nacional de
la Libertad Civil”, conforme al modelo patrón establecido por la Ley
Nº27.134.
Tercera observación
La representación de los
establecimientos que integran la UNJU y sus sedes académicas mediante estrellas de diversa magnitud resulta
muy pertinente, sin embargo, la crítica radica en la forma elegida. Esta puede
quedar muy bien en un modelo digital o aún en un medio gráfico, pero es imposible reproducirlas en un textil.
Desde antiguo, la Heráldica en primer lugar, y la Vexilología en segundo, han
plasmado a los astros con diversos trazos, pero siempre utilizando lados rectos
de tal forma que definen planos. Para acentuar su fulgor se han multiplicado
los rayos, eventualmente combinando algunos de mayor dimensión, pero en materia
de banderas no es factible hacerlo como consta en la “Propuesta 1”. La opción
sería que tales luminarias se representen en forma de estrellas de 8 puntas de color amarillo o, eventualmente, hacerlo
con ocho rayos largos y 8 cortos.
Cuarta observación
En cuanto a la confección, el diseño seleccionado
planteará extrema dificultad para llevarlo al paño de la bandera de ceremonia,
igual ocurre con el emblema central, lo que requerirá mucha mano de obra, con lo que se encarecerá el producto. Algo
similar ocurrirá con las piezas de flameo, salvo que se apele a la técnica del sublimado, que presenta factores
negativos a los cánones vexilográficos institucionales. En ambos casos esto
conspirará contra la difusión de la bandera, más aún en tiempos de austeridad
como los que transcurrirán a futuro.
b) Sobre el Diseño 2
Más parece un isologo que una bandera. Implica también una tautología, inaceptable en Vexilografía, cuál es consignar el nombre de la institución y su sigla. En cuanto al
escudo le caben las mismas observaciones que las formuladas respecto del Dibujo
1. Es previsible que su confección demandaría un costo mayor que el anterior.
c) Sobre el Diseño 3
Plantea una mixtura entre
la Bandera Nacional y el poncho con que se identifica la Provincia, sus rasgos conspiran contra su traslado a
un textil. En cuanto al escudo le caben las mismas observaciones que las
formuladas respecto del Dibujo 1. Además, incurre en una tautología, ya que en el escudo consta el nombre de la institución,
que se repite en el ángulo inferior del vuelo.
d) Sobre el Diseño 4
Su emblema central merece
el mismo juicio negativo que consta arriba. Para más, como se utiliza idéntico color
para el campo que el usado en la porción superior del paño, pierde todo contraste; su ejecución monocroma
acentúa la dificultad de percepción. La pequeña escala de sus elementos los
hace prácticamente indistinguibles en el caso de ir sobre una bandera de izar.
Y, si se analiza con detenimiento se descubrirá el dibujo que hoy se usa como
escudo de la Universidad, cuyos defectos se apuntaron. Además, plantea una incoherencia grave, ya que en la
cartela se lee “1972”, el año de su creación como establecimiento provincial,
mientras que la bandera se pensó para conmemorar las cinco décadas de nacionalización.
En suma, resulta una composición excesivamente compleja y sin personalidad.
e) Sobre el Diseño 5
Verdaderamente resulta incomprensible que haya llegado a la etapa definitoria. No corresponde a ninguno de los cánones de la Vexilografía. Si bien el concepto síntesis cultural que surge de la memoria puede ser válido, el alto grado de abstracción con que se plasma la chacana y la silueta del monumento a la Independencia Nacional (ubicado en Humahuaca) son poco menos que herméticos. También en este caso se observan leyendas y siglas, una pauta condenada por la Vexilografía. Para más, también se verifica una tautología, ya que se incluye el nombre completo de la Universidad y sus siglas. En el caso que hubiera sido el seleccionado, las dificultades para llevarlo a un paño hubieran sido realmente muy complejas.
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