Tremendo despropósito
Por Miguel Carrillo
Bascary
Con esta breve nota respondo
la consulta de la “Asociación Belgraniana
de Olavarría”, cuyo presidente, el amigo Germán López, me expone:
“He observado con preocupación que en algunas escuelas se está enseñando que en los días patrios donde se conmemora el fallecimiento de un prócer no se debe usar escarapela, y les dicen a sus alumnos que está prohibido.
¿Existe algún documento o norma que diga esto?"
La respuesta es negativa, totalmente. Como sabemos, la escarapela nacional es un emblema
de argentinidad y no un símbolo patrio,
ya he tratado reiteradamente el tema en este blog[1].
Su uso solo está reglamentado como emblema de los uniformes militares, también hay algunas resoluciones ministeriales que disponen su uso a nivel escolar, pero ninguna norma prohíbe llevar escarapela, salvo que la haya dictado el Ministerio de Educación de la provincia de Bs. Aires y que a la misma no se la haya dado difusión fuera de este ámbito en particular. Eventualmente que esto fuera así, tal norma contradeciría gravemente un uso consuetudinario pacíficamente aceptado.
De hecho, se admite por
tradición que hasta los extranjeros
pueden lucirla, como un gesto de agradecimiento al país o de cortesía,
tratándose de visitantes.
Respecto de la prohibición
apunto que hace ya muchos años se divulgó un error, verdadera fake
news, de que la escarapela solo podía usarse durante la “Semana de
Mayo”, los 25 de mayo, 20 de junio, 9 de julio y 17 de agosto, es decir las
llamadas “fiestas patrias”. Algo totalmente equívoco ya que nada obsta a que luzca en los pechos
argentinos durante el año entero.
La escarapela es de naturaleza neutra, consuetudinariamente se emplea tanto durante las fiestas
patrias, como en cualquier otra circunstancia.
Lo que se me anoticia, que
estaría ocurriendo en la zona de Olavarría es
totalmente inédito, por buscar adjetivar con delicadeza la situación.
La escarapela no es un emblema festivo, como sugiere el criterio de algún funcionario que equívocamente
estaría censurando el uso de la cocarda nacional en las escuelas de esa
jurisdicción.
El desacierto de lo que
plantea ese funcionario se prueba por el
ridículo ya que, si así fuera ni el 20 de junio, “Día de la Bandera Nacional”
y día del paso a la inmortalidad del general Manuel Belgrano, ni tampoco el 17
de agosto, en que recordamos similar circunstancia referida al Libertador José
de San Martín, sería admitido usar escarapela. ¡Un verdadero absurdo!
Comparto plenamente la preocupación que conlleva la consulta. Me preocupa como argentino
que estas cosas estén circulando. Me preocupa como padre de familia que alguien
pretenda erigirse en legislador del despropósito. Me preocupa como docente que algún
funcionario presionen a otros colegas para que cambien pautas de conducta que
son carne en el sentir del pueblo argentino.
Entiendo que no podemos permanecer pasivos ante este
tipo de cosas, se impone exponerlas en todas las redes sociales a nuestro
alcance, hacer presente nuestra preocupación a las autoridades ministeriales
competentes, no solo de manera verbal, también por las vías formales, poniéndolas
en conocimiento circunstanciado estos graves hechos. También cabe requerir la colaboración del periodismo escrito,
radial y televisivo llamando la atención sobre tan vasto error como que alguien
poco preparado busca imponer.
En lo que a mí respecta informaré al señor Presidente del Instituto Nacional Belgraniano, Lic. Manuel Belgrano.
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Adenda: un amigo lector me hace saber que la justificación de prohibir el uso de la escarapela para los aniversarios de los próceres radica en que quienes sostienen esto manifiestan que es un "distintivo de júbilo" y que no corresponde usarla como muestra de alegría en las conmemoraciones de sus fallecimientos. En lo personal, más allá de respetar toda opinión diferente reitero que: la escarapela fue concebida como emblema militar (no de júbilo), el propio Belgrano lo solicitó al Triunvirato considerándolo imprescindible si llegara a trabarse batalla con los enemigos de la Patria, así lo manifestó en el oficio del 13 de febrero de 1812: “Parece llegado el caso de que Vuestra Excelencia se sirva declarar la escarapela nacional que debemos usar, para que no se equivoque con la de nuestros enemigos, y no haya ocasiones que puedan sernos de perjuicio; y como por otra parte observo que hay cuerpos del ejército que la llevan diferente, de modo que casi sea una señal de división, cuyo nombre, si es posible, debe alejarse,..."
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