domingo, 31 de mayo de 2020

Tapabocas y gestión del Ceremonial: tema 2

Estética y función


Por Miguel Carrillo Bascary

En una anterior entraba presenté una perspectiva desde las disciplinas del Ceremonial sobre el uso del cubreboca; tapaboca; barbijo o mascarilla. https://banderasargentinas.blogspot.com/2020/05/tapaboca-y-gestion-del-ceremonial-tema-1.html

Hoy abordaré cuestiones relativas al aspecto de este elemento en función de las relaciones interinstucionales y personales.

En la elección de un barbijo deben tenerse presente diversas circunstancias entre las que podría puntualizar algunas, sin que la nómina quede agotada:
  • La imagen de sí mismo que su portador desee proyectar
  • La cultura institucional implicada
  • El rol social de quien lo lleva
  • Su edad
  • La circunstancia social en la que se usa
  • La edad
  • La vestimenta de contexto
  • El desempeño laboral 
Cualquiera sea la elección un tapabocas incide en la presentación de su portador ante la sociedad por esto habrá que elegirlos muy bien, más aún que cuando seleccionamos una vestimenta, ya que el elemento debería ir bien con varias. Podríamos decir que hay que tener tanta prudencia como cuando elegimos una joya; una corbata; un sombrero o una pasmina, por ejemplo.

Me animaría de definir una pauta general: un cubreboca no transformarse en un muro de Facebook donde cada quién expresa lo que se le pueda ocurrir; se trata de una prenda de vestir y como tal debe tratárselo.

Como un avance en este tema que seguramente será de gran actualidad en el futuro cercano, compuse una suerte de clasificación para mirar, pensar y debatir.


Los habituales barbijos blancos y lisos

Se trata de la forma primaria del adminículo; obviamente la más generalizada. Es propia de contextos donde se demanda higiene, por lo que su imagen se nos representa complementando la bata de un profesional de la salud o el delantal de un operario de la industria alimentaria. Obviamente que este color induce a un mayor control sobre su limpieza.

El blanco siempre quedará bien con todo, pero convengamos que, por lo común, nos resulta aburrido; sin gracia; sin personalidad.


Como variante, hay algunos que tiene un recubrimiento levemente celeste propio del material.

Los verdes son decididamente de quirófano.




Los cubrebocas de colores lisos

Entiendo que son los que mejor se prestan a las actividades de Ceremonial. Los colores más oscuros (negro y azul) implican un uso netamente formal; aspecto que se reciente algo si utilizamos otros, igualmente sobrios pero en verde oscuro; gris; perlado y, quizás, celeste.


Aquellos de colores vivos permiten expresar otras connotaciones y habrán de usarse con la debida precaución para que no desentonen con la vestimenta. Eventualmente pueden elegirse con un recubrimiento idéntico al material y color que la ropa o que la complemente.


Cubrebocas institucionales

Estos tienen por función expresar una imagen corporativa. Para elegirlos habrá que aplicar los criterios que definen la vestimenta o uniforme colectivo.

Al respecto cabe felicitar a la Sastrería Militar por la definición de los cubrebocas hoy en uso de “Patricios” y “Granaderos”, donde al sobrio negro elegido se le sumaron los emblemas de tan históricas unidades.


Capitalizando este acierto, portar el logo (1) o emblema institucional siempre será un acierto ya que vincula al portador con la empresa o entidad a la que pertenece o representa.

Entiendo que este es el modelo que mejor se adecua a la mayoría de las exigencias del Ceremonial, sin dudas será el que predomine.

Barbijos con banderas

Como una forma de identificar a su portador con la nación a la que pertenecen, se han visto tapabocas que reproducen su bandera.



En lo personal no lo comparto porque implica dar al símbolo nacional un uso no ceremonial; diríase que profano.

La bandera de una nación representa a un pueblo en su conjunto, por esto nunca debería emplearse como prenda de uso personal, aunque quien lo haga sea una autoridad electa.

Desde una perspectiva positiva expresa la decisión de presentarse como parte de una nación; pero desde un ángulo inverso connota presuntuosidad; como reza el “más boquense que Tevez”; diría un amigo.

Otra cosa sería emplear los colores nacionales para componer el barbijo; lo que podría ser procedente ya que no implica apropiarse de un símbolo común para uso personal.

Sobre este tema no puedo prescindir de mi formación como abogado. No todo cubreboca que aparenta ser una bandera argentina es una “bandera argentina”. Trataré de explicarlo: para que nuestra enseña sea ella misma se requiere que, además del celeste y blanco, lleve un sol en su centro. Por esto los implementos que lucieron los funcionarios de la Ciudad Autónoma de Bs. Aires el pasado 25 de Mayo, no son banderas; de manera que tal empleo no encuadra en la observación disvaliosa que hice más arriba.

Sin embargo, la generalidad de las personas no tiene por qué tener presente esta sutileza, por lo que en su mirar, aparece que la bandera argentina se usó como tapaboca. A algunos pudo gustarle, sin dudas que a otros no.

En consecuencia, creo que sería una actitud prudente de que en el futuro se eviten usar estas composiciones que generen objeciones, máxime que nuestra Bandera pueda quedar implicada.

De todas maneras, un barbijo-bandera-argentina-con sol sería visualmente muy poco elegante. El siguiente fotomontaje lo demuestra.


Cuando la bandera sea de pequeño formato ya cambia en lo visual pero en lo sustancial la crítica persiste.


Una variante podría estar en representar una bandera nacional con los llamados “colores de baja visibilidad”; pero en lo personal tampoco me convence.


Los estampados

Sus posibilidades son infinitas; pero siempre se requerirá una especial prudencia si se requiere usarlos en circunstancias protocolares.

Al respecto habrá que considerar múltiples factores. Pueden ser muy sencillos o ciertamente complejos.


 


 Los fashion

Seguramente que los diseñadores de modas tendrán en estos elementos un motivo más para manifestar sus creaciones. Muchos serán armónicos; en otros se expresará la fantasía del diseñador; con sus más y con sus menos.

  


 Los histriónicos

Obviamente que su uso será absolutamente limitado. Inaceptables en cualquier ocasión seria pero eventualmente aceptable para encuentros sociales que admitan un humor explícito. Seguramente recordemos que se venden corbatas con el Ratón Mickey, ¡yo nunca me pondría una!




Los deportivos

Los seguidores de un club determinado o los cultores de una especialidad deportiva tendrán posibilidad de expresarlo en sus cubrebocas. Quienes se dedican al merchaidising deportivo solo esperan el reinicio de las actividades para lanzarlos al mercado.



  
Los barbijos “con mensaje”

Su superficie se presta para trasmitir todo tipo consignas; con las que coincida el portador, lógicamente.



Las fantasías

Su tenor será infinito. Muchas podrán ser acordes para el uso en ocasiones de Ceremonial; otras, decididamente no. Será fundamental la correcta ubicación del usuario con el ambiente y con el resto de su vestimenta.


Eso sí, siempre será recomendable no afectar la sensibilidad de quienes hayan sufrido la pérdida de un ser querido o que lo tengan cursando la infección; de manera que los estampados que aludan a la muerte deberían recibir la condena social, resulta evidente que en el contexto actual, además de ser de muy mal gusto, constituyen toda una agresión.


  
Los personalizados

La tecnología disponible permite confeccionar barbijos que reproducen fielmente la parte del rostro que oculta el elemento. Personalmente pienso que éstos serán los que se impondrán, en definitiva.


Es claro que su coste es relativamente superior a los tradicionales, pero tienen la ventaja de que serán apreciados por quienes tengan alta visibilidad pública, lo que en Ceremonial resultará definitorio. Sería el caso de altas autoridades; artistas; personalidades; hombres de negocios; deportistas; etc.
 



Los subjetivos

La creatividad como forma de expresar una personalidad permite manifestarse en la decoración de cualquier barbijo, por sencillo que sea.

  
Los de superhéroes y personajes de TV

Particularmente recomendados para los niños, son una vía factible para ayudarlos a que incorporen su uso como algo lçudico y cotidiano.

Los que evidencien relaciones de grupo

Mediante su empleo podrá evidenciarse la pertenencia a un grupo; clan o una cultura determinada.


  
Los floreados

Es sabido que con lo lindas que son las flores su uso en indumentaria presenta grandes complicaciones; no siempre quedan bien. Veamos:


Los de “baja visibilidad”

En la industria se llaman así a los estampados destinados a que el usuario se mimetice con su entorno. Usarlos para barbijos es toda una contradicción.

Los trasparentes 

Especialmente indicados para quienes interactúan con personas con hipoacusia hay mascarillas trasparentes que permiten leer los labios.


En conclusión

Les he presentado un panorama muy general, más que nada como ejemplo, podrían sumarse muchos otros estilos, pero pienso que como muestra ya es suficiente.

Quienes hacemos trabajamos en ámbitos del Ceremonial; para los que diseñan, confeccionan o simplemente siga las cosas de la moda, sabemos muy bien que: sobre gustos no hay manda escrito.

Lo que resulta indudable es que el barbijo ya es un aspecto crucial de nuestra gestión profesional.

Si debiéramos definir los que más se prestan a la función de Ceremonial me inclino por el uso de colores lisos; sin fantasías de texturas; a lo sumo con el logo; escudo o siglas institucionales que correspondan.

Notas

(1) Logotipo; consiste en un texto; es representación gráfica de una marca. El isotipo: simboliza a una marca, generalmente va en conjunto con el logo. La palabra isotipo hace referencia a lo que es “igual al tipo”; constituye el símbolo que define una marca. Generalmente va unida al logotipo. El imagotipo: combina el ícono característico de una marca (sin nombrarla) y un texto, que puede ir junto o por separado. Mientras que un isologo, se compone de texto e ícono integrados en un solo elemento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario