Por Miguel Carrillo Bascary
En una anterior entraba presenté una perspectiva desde
las disciplinas del Ceremonial sobre el uso del cubreboca; tapaboca; barbijo o
mascarilla. https://banderasargentinas.blogspot.com/2020/05/tapaboca-y-gestion-del-ceremonial-tema-1.html
Hoy abordaré cuestiones relativas al aspecto de este elemento en función de
las relaciones interinstucionales y personales.
En la elección de un barbijo deben tenerse presente
diversas circunstancias entre las que podría puntualizar algunas, sin que la nómina
quede agotada:
- La imagen de sí mismo que su portador desee proyectar
- La cultura institucional implicada
- El rol social de quien lo lleva
- Su edad
- La circunstancia social en la que se usa
- La edad
- La vestimenta de contexto
- El desempeño laboral
Cualquiera sea la elección un tapabocas incide en la presentación
de su portador ante la sociedad por esto habrá
que elegirlos muy bien, más aún que cuando seleccionamos una vestimenta, ya
que el elemento debería ir bien con varias. Podríamos decir que hay que tener
tanta prudencia como cuando elegimos una joya; una corbata; un sombrero o una
pasmina, por ejemplo.
Me animaría de definir una pauta general: un cubreboca no transformarse en un muro de Facebook donde cada quién expresa
lo que se le pueda ocurrir; se trata de una prenda de vestir y como tal debe
tratárselo.
Como un avance en este tema que seguramente será de gran actualidad en el futuro cercano,
compuse una suerte de clasificación para mirar, pensar y debatir.
Los habituales
barbijos blancos y lisos
Se trata de la forma primaria del adminículo;
obviamente la más generalizada. Es propia de contextos donde se demanda higiene,
por lo que su imagen se nos representa complementando la bata de un profesional
de la salud o el delantal de un operario de la industria alimentaria.
Obviamente que este color induce a un mayor control sobre su limpieza.
El blanco siempre quedará bien con todo, pero
convengamos que, por lo común, nos resulta aburrido; sin gracia; sin
personalidad.
Como variante, hay algunos que tiene un recubrimiento
levemente celeste propio del material.
Los verdes son decididamente de quirófano.
Los cubrebocas
de colores lisos
Entiendo que son los que mejor se prestan a las
actividades de Ceremonial. Los colores más oscuros (negro y azul) implican un
uso netamente formal; aspecto que se reciente algo si utilizamos otros, igualmente
sobrios pero en verde oscuro; gris; perlado y, quizás, celeste.
Aquellos de
colores vivos permiten expresar otras connotaciones y habrán de usarse con
la debida precaución para que no desentonen con la vestimenta. Eventualmente
pueden elegirse con un recubrimiento idéntico al material y color que la ropa o
que la complemente.
Cubrebocas
institucionales
Estos tienen por función expresar una imagen corporativa. Para elegirlos
habrá que aplicar los criterios que definen la vestimenta o uniforme colectivo.
Al respecto cabe felicitar
a la Sastrería Militar por la definición de los cubrebocas hoy en uso de “Patricios”
y “Granaderos”, donde al sobrio negro elegido se le sumaron los emblemas de tan
históricas unidades.
Capitalizando este acierto, portar el logo (1) o emblema institucional siempre será un acierto ya
que vincula al portador con la empresa o entidad a la que pertenece o
representa.
Entiendo que este es
el modelo que mejor se adecua a la mayoría de las exigencias del
Ceremonial, sin dudas será el que predomine.
Barbijos
con banderas
Como una forma de identificar a su portador con la
nación a la que pertenecen, se han visto tapabocas que reproducen su bandera.
En lo personal no
lo comparto porque implica dar al símbolo nacional un uso no ceremonial;
diríase que profano.
La bandera de una nación representa a un pueblo en su
conjunto, por esto nunca debería
emplearse como prenda de uso personal, aunque quien lo haga sea una
autoridad electa.
Desde una perspectiva positiva expresa la decisión de presentarse como parte de una nación; pero desde un ángulo inverso connota presuntuosidad;
como reza el “más boquense que Tevez”;
diría un amigo.
Otra cosa sería emplear los colores nacionales para componer el barbijo; lo que podría ser procedente
ya que no implica apropiarse de un símbolo común para uso personal.
Sobre
este tema no puedo prescindir de mi formación como abogado. No todo cubreboca
que aparenta ser una bandera
argentina es una “bandera argentina”.
Trataré de explicarlo: para que nuestra enseña sea ella misma se requiere que,
además del celeste y blanco, lleve un sol en su centro. Por esto los
implementos que lucieron los funcionarios de la Ciudad Autónoma de Bs. Aires el
pasado 25 de Mayo, no son banderas; de manera que tal empleo no encuadra en la
observación disvaliosa que hice más arriba.
Sin
embargo, la generalidad de las personas no tiene por qué tener presente esta
sutileza, por lo que en su mirar,
aparece que la bandera argentina se usó como tapaboca. A algunos pudo gustarle,
sin dudas que a otros no.
En
consecuencia, creo que sería una actitud
prudente de que en el futuro se eviten usar estas composiciones que generen
objeciones, máxime que nuestra Bandera pueda quedar implicada.
De
todas maneras, un barbijo-bandera-argentina-con
sol sería visualmente muy poco elegante. El siguiente fotomontaje lo
demuestra.
Cuando la bandera sea de pequeño formato ya cambia en lo visual pero en lo sustancial la crítica persiste.
Una variante podría estar en representar una bandera
nacional con los llamados “colores de
baja visibilidad”; pero en lo personal tampoco me convence.
Los
estampados
Sus posibilidades son infinitas; pero siempre se
requerirá una especial prudencia si se requiere usarlos en circunstancias
protocolares.
Al respecto habrá que considerar múltiples factores. Pueden ser muy sencillos o ciertamente
complejos.
Seguramente que los diseñadores de modas tendrán en
estos elementos un motivo más para manifestar sus creaciones. Muchos serán armónicos; en otros se expresará la
fantasía del diseñador; con sus más y con sus menos.
Obviamente que su uso será absolutamente limitado.
Inaceptables en cualquier ocasión seria pero eventualmente aceptable para encuentros
sociales que admitan un humor explícito. Seguramente recordemos que se venden
corbatas con el Ratón Mickey, ¡yo nunca me pondría una!
Los
deportivos
Los seguidores de un club determinado o los cultores
de una especialidad deportiva tendrán posibilidad de expresarlo en sus
cubrebocas. Quienes se dedican al merchaidising
deportivo solo esperan el reinicio de las actividades para lanzarlos al mercado.
Los
barbijos “con mensaje”
Su superficie se presta para trasmitir todo tipo
consignas; con las que coincida el portador, lógicamente.
Las
fantasías
Su tenor será infinito. Muchas podrán ser acordes para
el uso en ocasiones de Ceremonial; otras, decididamente no. Será fundamental la correcta ubicación del
usuario con el ambiente y con el resto de su vestimenta.
Eso sí, siempre será recomendable no afectar la
sensibilidad de quienes hayan sufrido la pérdida de un ser querido o que lo
tengan cursando la infección; de manera que los estampados que aludan a la
muerte deberían recibir la condena
social, resulta evidente que en el contexto actual, además de ser de muy mal gusto, constituyen toda una agresión.
Los
personalizados
La tecnología disponible permite confeccionar barbijos
que reproducen fielmente la parte del rostro que oculta el elemento.
Personalmente pienso que éstos serán los
que se impondrán, en definitiva.
Es claro que su coste es relativamente superior a los tradicionales,
pero tienen la ventaja de que serán apreciados por quienes tengan alta visibilidad pública, lo que en Ceremonial
resultará definitorio. Sería el caso de altas autoridades; artistas;
personalidades; hombres de negocios; deportistas; etc.
Los subjetivos
La creatividad como forma de expresar una personalidad
permite manifestarse en la decoración de cualquier barbijo, por sencillo que
sea.
Los de
superhéroes y personajes de TV
Particularmente recomendados
para los niños, son una vía factible para ayudarlos a que incorporen su uso
como algo lçudico y cotidiano.
Los que
evidencien relaciones de grupo
Mediante su empleo podrá evidenciarse la pertenencia a un grupo; clan o una
cultura determinada.
Los
floreados
Es sabido que con lo lindas que son las flores su uso
en indumentaria presenta grandes complicaciones; no siempre quedan bien.
Veamos:
Los de
“baja visibilidad”
En la industria se llaman así a los estampados destinados
a que el usuario se mimetice con su entorno. Usarlos para barbijos es toda una contradicción.
Los trasparentes
Especialmente indicados para quienes interactúan
con personas con hipoacusia hay mascarillas trasparentes que permiten leer los
labios.
En
conclusión
Les
he presentado un panorama muy general, más que nada como ejemplo, podrían
sumarse muchos otros estilos, pero pienso que como muestra ya es suficiente.
Quienes
hacemos trabajamos en ámbitos del Ceremonial; para los que diseñan,
confeccionan o simplemente siga las cosas de la moda, sabemos muy bien que: sobre
gustos no hay manda escrito.
Lo
que resulta indudable es que el barbijo ya es un aspecto crucial de nuestra
gestión profesional.
Si
debiéramos definir los que más se prestan a la función de Ceremonial me inclino
por el uso de colores lisos; sin fantasías de texturas; a lo sumo con el logo;
escudo o siglas institucionales que correspondan.
Notas
(1)
Logotipo; consiste
en un texto; es representación gráfica de una marca. El isotipo: simboliza a una marca, generalmente va en conjunto con el
logo. La palabra isotipo hace
referencia a lo que es “igual al tipo”; constituye el símbolo que define una
marca. Generalmente va unida al logotipo. El imagotipo: combina el ícono característico de una marca (sin
nombrarla) y un texto, que puede ir junto o por separado. Mientras que un isologo, se compone de texto e ícono
integrados en un solo elemento.