jueves, 12 de julio de 2018

Celeste vs. Verde

La dramática historia de dos pañuelos

Una foto idílica, ¿una realidad inconciliable?

Por Miguel Carrillo Bascary


Quienes vivimos en Argentina parecemos destinados a una eterna división desde los orígenes mismos de nuestra historia nacional. En concordancia con estas banderías, los argentinos asumimos diversos símbolos que identifican esos antagonismos. Las primeras escarapelas; la cinta punzó; las boinas blancas y rojas; los puños en alto; los dedos en “V”; son solo algunos de los emblemas a los que me refiero.

Por si fueran pocos los males que nos aquejan, la mayoría por culpas propias, en los últimos años surgió otra enorme división atizada desde el poder como una herramienta a su servicio. Se trata de la tristemente famosa “Grieta” que literalmente separó familias y desquició amistades de años.

Pero no para aquí la cosa, cual “caja de Pandora” a comienzos de año se generó otra profunda huella que separa a los argentinos con motivo del debate sobre la legalización del aborto. Surgieron así otros símbolos que tomo como objetos de este post.

El pañuelo verde


Los impulsores de la ley del aborto auto titulados “Campaña nacional por el derecho al aborto, legal, seguro y gratuito”, comenzaron a preparar su militancia en una fecha que convencionalmente se remonta al año 2005, cuando un plenario de mujeres sesionó en la ciudad de Córdoba. Una de sus referentes explica que para identificar sus ideas tomaron el pañuelo blanco de las “Madres de Plaza de Mayo”, cuyo color cambiaron por el verde que ya se había usado como distintivo abortista en el “Encuentro Nacional de Mujeres” realizado en el año 2003, en Rosario. En un primer momento, se confiesa la directiva, se pensó adoptar el violeta o el lila, pero se desechó “por estar identificados con algunos grupos feministas”.

En cuanto al verde, se justificó su elección en que no era usado por ningún partido político y que como era el emblema del movimiento internacional ecologista tenía, de por sí, una fuerza legitimante que le daba una penetración importante en la opinión pública.

Advertimos aquí una dualidad, se desechó al violeta por sus vinculaciones con ciertos grupos, pero se tomó el verde, que caracteriza a otro, perfectamente individualizado.

Agregamos por nuestra parte que el verde tiene netas condiciones positivas en la Psicología de los colores; en las sociedades occidentales se lo relaciona con la esperanza; con la vida; la renovación de la Naturaleza; el estilo de vida sano; etc.; etc.

Digamos también, que la historia de los emblemas políticos señala que los colores blanco, verde y violeta fueron los mayoritariamente usados por el movimiento sufragista femenino, que a comienzos del siglo XX luchó por el reconocimiento de los derechos políticos y sociales de la mujer.

 

Tomadas en su conjunto, estas referencias sobre el verde impactaron con un mensaje subliminal de progresismo.

Fue así, que desde el 2005 el pañuelo verde se extendió como símbolo de las demandas del colectivo social aludido y se transformó en el emblema de la campaña pro ley del aborto. Su significado no es unívoco y hoy es usado con diversas connotaciones asociadas a las reivindicaciones del sector.


En cuanto a la forma de pañuelo, fue un acierto impensado. Su sencillez permite manufacturarlo con toda facilidad y a un escasísimo costo; puede adaptarse a todos los atuendos (tanto de varones como de mujeres); es factible portarlo al cuello como atado a la muñeca; a una cartera o mochila; permite cubrirse con él la cabeza y además cabe emplearlo como bandera, extendiéndolo con ambas manos.

El pañuelo celeste


Surgí recientemente como símbolo de la posición contraria a la ley de aborto, también conocida por el lema “Cuidemos las dos vidas”, aludiendo a las de la madre y a la del niño aún no nacido.

La iniciativa correspondió a la ONG “Más Vida” que se exteriorizó en público por primera vez frente al Congreso Nacional el día 15 de mayo de 2018, mientras transcurría el debate del proyecto de ley en la Cámara de Diputados. Allí un grupo de militantes pro vida de diversas instituciones se dieron cita para repartir pañuelos celestes a cuantos simpatizaran con la causa.

Mujeres pro-vida manifestando frente al Congreso (15 de mayo de 2018)

La difusión que el pañuelo celeste alcanzó en pocas semanas fue verdaderamente espectacular; los grupos pro vida de diferentes concepciones religiosas; filosóficas y sectoriales lo adoptaron con pasmosa amplitud como un emblema de unidad en la defensa de los no nacidos. Hoy es una suerte de contrapunto al pañuelo verde.

Pero, en realidad el pañuelo celeste tiene un origen más antiguo y es de neto significado solidario. Nació en el año 2001 por impulso de la Ong “Mujeres por una Nación Diferente”, cuyos afiliados prestaban servicio de asistencia social a los desposeídos afectados por la gran crisis socioeconómica que por entonces afectó a a la Argentina.

Desde esta perspectiva de solidaridad con los más desprotegidos halló justificación en la defensa de niños no nacidos, los seres humanos más desvalidos de todos.

Otro modelo 

En el marco del debate sobre la legalización del aborto, a mediados de abril aparecieron algunos pañuelos celestes y rosas; fue ahí que la organización “Más Vida” decidió tomar el primero de esos símbolos y darle un “impulso” propio.

Pañuelos celestes y globos rosas

Uno de sus dirigentes aclaró que: “El color a favor de la vida en los distintos países va variando, pero en general el que más se presenta es el rojo, el color de la sangre, del amor, de la pasión”.

Efectivamente, como lo demuestran algunos ejemplos de otros países, el rojo está bastante difundido entre las agrupaciones pro vida.



En nuestro país el rojo también puede verse en algunas manifestaciones:


Sin embargo, continuó el dirigente, se optó por el celeste por cuanto remite a uno de los que están presentes en la bandera argentina y por ello se identifican con la identidad nacional.

Estos grupos adoptaron también otros emblemas, como la escarapela pro-vida de la que hay varios formatos:


Como nota de color, la creatividad de los activistas se extendió hasta involucrar a las estatuas, algo que también contó con manifestaciones entre los verdes:

Monumento Nacional a la Bandera (Rosario)

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