La Bandera de la Libertad Civil desfiló en la primera Marcha Evocativa
Imagen de la primera Marcha Evocativa (1957), donde se ve la réplica de la bandera legada por Belgrano.
Al momento de postear el presente en la ciudad de Jujuy (Argentina) se rememora la salida del pueblo de esa provincia en retirada estratégica según órdenes del general Manuel Belgrano, con el propósito de dejar tierra arrasada al ejército realista que avanzaba incontenible.
Este episodio de la guerra por la emancipación nacional se conoce en la historia como el "Éxodo Jujeño" que posibilitó el triunfo en la batalla de Tucumán (24 de septiembre de 1812); que se reafirmó en Salta y que luego permitió liberar la ciudad de Jujuy.
Este enorme sacrificio, incomprensible a la voluntad y a los sentimientos actuales mereció el reconocimiento del general Belgrano que el 25 de mayo de 1813 entregó a Jujuy la "Bandera Nacional de la Libertad Civil" que aún conserva como preciosa reliquia.
Esa primera "Marcha Evocativa" de 1957 cimentó una tradición que hoy se cultiva como verdadero patrimonio histórico y cultural de los jujeños.
Sea este un homenaje a ese pueblo mártir que tanto dio por la Patria.
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"Una réplica de la Bandera de
la Libertad Civil desfiló en la carreta insignia de la primera "Marcha
Evocativa", que tuvo lugar el 22 de agosto de 1957
.
El doctor Mario Iturbe, presidente de
la "Federación Gaucha", institución que tuvo la iniciativa de realizar
la recreación histórica del Éxodo de 1812, recuerda en unas memorias sobre cómo
nació la "Marcha Evocativa" que la réplica de la bandera fue
realizada por la profesora de Artes, Berta Garnier, quien la pintó sobre un
paño blanco.
La réplica desfiló en la carreta
insignia de la marcha, que era tirada por dos bueyes.
Aunque la "Bandera de la Libertad
Civil" no había sido aún creada por el general Manuel Belgrano en 1812,
los organizadores de la Marcha consideraron que no podía faltar en la evocación
del Éxodo, con lo que ponían de manifiesto la íntima relación que existió entre
la emigración de los jujeños y la creación y entrega de la enseña por el
general Manuel Belgrano, en 1813, cuando los expatriados pudieron regresar al
terruño, tras salvarse la Revolución en los campos de Tucumán y Salta.
El doctor Iturbe [Mataco, para los
amigos] recuerda que la primera marcha partió al atardecer del 22 de agosto de
1957 desde la punta del Parque "San Martín" y llegó hasta la plaza
"Belgrano", donde se habían apagado algunas lámparas del alumbrado
público para una mejor ambientación, que se completó con fuegos en las calles
que no eran otra cosa que tachos con querosene que se encendieron al paso de
hombres, mujeres y niños.
En predios del Colegio Nacional, se
habían levantado ranchos que fueron quemados “para poder dar más color a la
pintura que se estaba creando”, agrega el doctor Iturbe.
La colaboración y asesoramiento del
padre Germán Mallagray – señala - fue muy importante para los organizadores de
la primera "Marcha Evocativa". El sacerdote se ocupó de que las
campanas de la Iglesia Catedral acompañaran a la marcha doliente con sus estremecedores
repiques y prestó la sotana y la Biblia para Hugo Wilde, quien encarnó al
canónigo Gorriti.
En las memorias de la "Marcha
Evocativa", Iturbe destacó la labor de numerosas personas e instituciones
que hicieron posible montar una recreación compleja que comprometió la
participación no sólo de numerosas personas, grandes y chicos, sino también de
caballos, mulas, bueyes, ovejas y otros animales domésticos que le dieron gran
realismo a la evocación".
“En 1955 uno de los socios fundadores don Enrique Walter
López Salgado recibió la sugerencia de su madre, doña Emérita Salgado, de
realizar una marcha evocativa en homenaje al Éxodo Jujeño. Junto a otros socios como don Mario
"Mataco" César Iturbe, don Abel "Chiquito" Aguiar y don
Misael Soria, se realizaron reuniones,, invitaciones y gestiones para llevar a
cabo esta idea.
El 22 de agosto de 1955, en las playas de Río Chico, o
Xibi- Xibi se dramatizó la quema de la ciudad arrasada y el canchón de Vialidad
de la Provincia de Jujuy, fue el sitio elegido para iniciar la marcha. Allí se
congregaron, en su mayoría, los socios de la “Federación Gaucha Jujeña”, sus
familiares y amigos. Mujeres y hombres de todas las edades, vestidos con
atuendos de época, iniciaron el éxodo en carretas tiradas por bueyes, en
caballos y a pie; llevando hatos, enseres y animales. Durante la presidencia de
Iturbe en 1957, se realizó una reunión con miembros de la comisión directiva en
la Municipalidad, convocada por el entonces intendente Horacio Calvó con la
finalidad de obtener apoyo oficial para la realización.
Se logró conseguir todos los elementos con la
colaboración de otras agrupaciones gauchas, como la de San Antonio, y con el apoyo
de los miembros de la comisión directiva y de los asociados.
Monseñor Germán Mallagray asesoró sobre aspectos
históricos y monseñor José Gottau prestó los hábitos para representar al
canónigo Gorriti. Autoridades de la guarnición militar de Jujuy y de la Policía
de la provincia facilitaron los enseres y elementos para la representación de
las tropas. La familia Agostini y otros asociados como la familia Burgos
Carenzo, Javier Cazón y Julio Carlos Burgos pusieron a disposición carruajes,
bueyes, mulas y caballos. Don Arturo Burgos llevo en una carreta a la Virgen
que luego acompañaría a todas las marchas.
Algunos carros fueron transformados en carretas en las
márgenes del Xibi-Xibi, allí se mojaron los cueros y las cañas, que habían sido
provistas por “La Mendieta”. Los dueños, de los bueyes pusieron como condición
para prestar los mismos que fueran manejados por sus boyeros. Como anécdota se
puede mencionar que un grupo de asociados consiguieron convencer a un grupo de
burreros que llegaban del Norte con sal y pellones de ovejas y llama para
permutarlos por harina y maíz, que acampaban en las playas del río Grande, que
se uniesen a la marcha.
Se incorporó a la evocación, una réplica de la “Bandera
de Nuestra Libertad Civil” - que aún conserva la institución- cuya confección
fue realizada por la señorita Garnier, profesora de pintura, que fue colocada
en la carreta insignia. La marcha se realizó bajo una total oscuridad, llevando
como única iluminación en las carretas faroles con velas
El 22 de agosto de 1957, desde los terrenos ubicados
sobre avenida España y acceso a Ciudad de Nieva, partió la caravana bajando por
España, Alvear hasta Senador Pérez y luego por San Martín, pasando frente a la
Intendencia Municipal, en donde el intendente s ofreció un brindis.
Posteriormente continuaron su recorrido hasta “Casa de Gobierno”, donde
depositaron una ofrenda floral en el “Salón de la Bandera” y luego prosiguieron
la marcha hasta completar dos vueltas a la plaza, para desconcentrarse luego en
el canchón de la Policía. Durante la marcha por la plaza las campanas de la
Catedral repicaban, accionadas por el sacristán Marcial.
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