Logo “Bicentenario de la Independencia Argentina”
Por Miguel Carrillo Bascary
El
presidente argentino, Mauricio Macri, sorprendió a los argentinos con un
mensaje por Twitter donde anunció:
"Te presento el logo que vamos a usar para
las celebraciones de los 200 años de nuestra Independencia …una escarapela con
un sol brillante en su centro"
Con estas simples palabras quedó
presentado el logo que usará el gobierno nacional en todas las actividades
destinadas a celebrar la magna fecha; también podrán usarlo los particulares
que lo deseen.
Para los amigos de este blog que
no sean argentinos les cuento que el 9 de julio de 1816, en la ciudad de
Tucumán se declaró la independencia de las “Provincias Unidas en Sud América” lo
que implicó que Argentina surgiera como una nación libre a independiente.
El emblema tiene una clara
reminiscencia con el que se utilizó en el año 2010, aludiendo al primer grito
de libertad (25 de mayo de 1810) y a la formación del primer gobierno patrio.
Este surgió de un concurso convocado durante la presidencia de Cristina
Fernández. Fue profusamente usado tanto en aquél entonces como con
posterioridad.
El logo de 2010 se estructuró
sobre la base de la escarapela nacional a la que se adicionó el Sol idealizado
que puede verse en la Bandera argentina (“Sol de Mayo”). Su aspecto fue
identificado jocosamente como “un huevo frito”. Nunca faltan los detractores.
La comparación entre el diseño
del 2010 y del 2016 queda plasmada en la siguiente imagen.
Esta similitud no es casual,
ambos fueron diseñados por Hernán Berdichevsy.
La analogía esconde un profundo
significado, con la adopción del nuevo emblema el gobierno de Macri establece
una continuidad conceptual y semiótica entre el acontecimiento de 1810/ 2010 y
de 1816/2016 que trasciende la identificación oficialista que para algunos pudo
generar el uso del primero.
En este sentido, el actual
Gobierno está llevando un claro mensaje a la sociedad diciéndonos que la unidad
de los argentinos en la gran causa nacional de la Independencia debe superar
toda antinomia.
Críticas y nuestra respuesta
La sociedad acogió la
iniciativa con comentarios de todo tipo. La principal objeción fue “que había
desaparecido el Sol”, lo que en el parecer de los críticos “devalúa el nuevo
diseño”.
Por nuestra parte, acotamos que en
el 2010 se había cuestionado la propuesta, justamente “por llevar el Sol”.
Entonces se dijo que era “un sol desproporcionado”; que los tradicionales
colores argentinos “quedaban eclipsados por la magnitud del Astro”; que el Sol
como tal no existía en la iconografía de la cultura vigente en 1810 y que no
fue sino hasta 1813 que hizo su aparición en la Historia, plasmado en las
primeras monedas patrias que se acuñaron ese año.
Como vemos la crítica por la
crítica misma tiene un accionar pendular.
En realidad el Sol no ha desaparecido
de la propuesta 2016, sino que se representa con todo su potencial, dinamizando
los colores nacionales que conforman su contorno.
Trataremos de explicarlo con los
siguientes términos. Si representamos al Sol en un dibujo partimos de un
círculo, naturalmente amarillo y le agregamos rayos, así lo concibe la cultura
humana más allá de apreciaciones de detalle. Pero, si miramos directamente al Astro
rey no vemos ese círculo áureo sino un núcleo blanco, enceguecedor, que
difumina el contorno circular de la estrella.
En consecuencia, en el logo del
2016 el Sol está; pero está potenciado, en plenitud de su brillo, señalando una
evolución plenamente dinámica que supera el diseño usado hace seis años.
Esto es, precisamente, lo que el
autor y el Gobierno quisieron simbolizar en el nuevo emblema.
El mensaje subliminal que nos envía
el actual Gobierno es muy claro, su gesto tiende una mano entre los argentinos
divididos actualmente por una “grieta” ideológica, como muchos comunicadores coinciden
en definir.
¿Cómo surgió el emblema?
Berdichevsky, en declaraciones al
diario “Clarín” nos ilustra sobre estas circunstancias:
“Apenas hicimos el logo
del 2010, con el equipo nos pusimos a pensar qué haríamos si nos llegaban a
llamar en 2016 para un nuevo logo. No creíamos que fueran a hacerlo, pero en
febrero [2016] nos llamaron del nuevo gobierno (1) y nos dijeron: 'Queremos
saber tu opinión sobre el futuro del Bicentenario'. El símbolo anterior tuvo una aceptación enorme y me pareció que tirar
eso abajo y construir algo nuevo iba a ser algo tonto. Por eso, lo mejor que
pudimos hacer [era tomar] ese símbolo, que ya tiene una representación,
modificarlo, evolucionarlo, pero no borrarlo. Un poco la idea es unir esta
'grieta' de la que todos hablan”.
Siguió
diciendo:
“El otro tenía 20 pétalos para representar
las 20 décadas. Ahora, esa representación es con 20 líneas. Que se van a mover
en el formato digital y van a crear nuevas estructuras. El logo ya no es
estático, es dinámico, está en constante movimiento".
Ezequiel
Colombo, subsecretario de Contenidos de Difusión del Gobierno coordinó la selección. Al parecer se realizaron
consultas a otros diseñadores. Berdichevsky a través de su estudio “BrandVrew” le
presentó en abril tres ideas para satisfacer la consulta realizada y, aclaró:
"... eligieron
la tercera, la única que no tenía el sol amarillo en el medio. Y también nos parecía
la mejor".
Otros
aportes:
En las últimas semanas se conocieron también
otras propuestas similares estructuradas por instituciones diversas.
El propuesto por la Universidad Nacional de Tucumán,
difundido desde el año 2015
Emblema definido por la Municipalidad de Tucumán
de la
provincia de Tucumán
Desde el Gobierno nacional se indicó que
ninguno de estos diseños era incompatible con los restantes y que cada uno podría
emplearse en los respectivos ámbitos de origen.
También se computan más propuestas:
Para saber más:
Sobre el emblema del 2010 puede ampliarse en; http://comunidad.catedrasalomone.com/forum/topics/identidad-del-bicentenario?id=4393032%3ATopic%3A845&page=3#comments
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