martes, 15 de abril de 2025

Ideología y Ceremonial

Adaptación en un contexto diplomático

Imágenes equívocas, conclusión errónea

Por Miguel Carrillo Bascary

Agradezco al amigo que me mandó las imágenes que abren esta nota. Siempre son bienvenidas las colaboraciones porque enriquecen el conocimiento de temas que interesan a muchos de los lectores del Blog.

En esta nota me permito acotar algunas observaciones y proporciono el acceso a un estudio más completo que, entiendo, ilustrará en mayor medida la temática vinculada a los ultrajes de los símbolos nacionales.

Confieso que antes de abordar el caso tuve mis dudas. Soy bien consciente que las connotaciones ideológicas que entornan los hechos pueden no gustar a quienes no simpaticen con el Gobierno nacional o con Israel, pero es necesario trascender esta perspectiva política para aportar el criterio que se reclama a un Blog como el que conduzco.

El análisis no busca "defender" a nadie pero, tratando de ser ecuánime, el principio de buena fe obliga a poner las cosas en su lugar.

En concreto

Destaco el sentimiento patriótico de quien hace correr el posteo, pero la afirmación que realiza está totalmente equivocada. El epígrafe reza tal como puede verse:

“ESCANDALO. En Argentina. Ultraje en vivo a la Bandera Nacional. Embajador de Milei en Israel: Axel Wahnish. ARTICULO 222 CP (nota del autor: Código penal). Será reprimido con prisión de uno a cuatro años el que públicamente ultrajare a la Bandera, el Escudo o el Himno de la Nación”.

Como resulta evidente las imágenes muestran un mínimo de información sobre la circunstancia ilustrada, lo que empobrece su análisis. Sin embargo, en la red se pudo identificar la fuente de donde se tomaron:

Fuente: ElCanciller.com               @elcancillercom            https://x.com/elcancillercom/status/1892929443926008174

Texto:  "Duelo nacional": Axel Wahnish, embajador en Israel, colocó un luto en la bandera argentina, en homenaje a la familia Bibas.

El video no tiene sonido. En él se verá que el funcionario se acerca a una Bandera Argentina y en forma ceremoniosa coloca sobre el paño un pequeño lazo negro. El texto explica que se trata de un postrer homenaje a la familia Bibas[1].

El contexto indica:

El Gobierno argentino, por medio del Decreto Nº118/ 2025[2], del pasado 25 de febrero ordenó dos días de duelo nacional  tras confirmarse el cruel asesinato de Shiri, Ariel y Kfir SILBERMAN BIBAS a manos de organizaciones terroristas, por ende dispuso que la Bandera Nacional permaneciera izada a media asta durante ese término, como es tradicional.

Las víctimas tenían nacionalidad argentina e israelí[3]

En el video se observa la actitud de respeto que evidencia el funcionario, lo cual merece destacarse.

Observaciones:

Lo primero en destacar es que en Argentina no está legislado cómo se expresa el luto en las banderas de sitio o de ceremonia, aunque la costumbre indica colocar un crespón negro en la base de la moharra, una práctica que está particularmente ordenada en ámbito castrense[4].

Colocar el lazo de luto en el paño de la Enseña Nacional no implica ultrajarla. El delito que tipifica el art. 222 del Código Penal demanda, sí o sí, que exista un propósito indubitable de ultrajar al símbolo, afectando su dignidad. Objetivamente del video no se configura.

En este Blog he analizado la temática en varias ocasiones. Sirvan como referencia las notas tituladas: “El luto en las banderas. Principios generales y su expresión en las banderas de ceremonias y enastadas[5]”, “Ni agravio a la Bandera, ni divisa de la izquierda[6] y “Agravio a nuestra bandera. Penosa constatación[7].

Con mayor especificidad también podrá leerse : “Ultraje a símbolos nacionales o provinciales”, en la web del Instituto Nacional Belgraniano: http://manuelbelgrano.gov.ar/bandera/ultraje-a-simbolos-nacionales-o-provinciales/[8]  

Queda fundamentado así que la actitud del funcionario no es un agravio al símbolo patrio.

Desde una actitud de sana crítica, debe señalarse es que no corresponde a la tradición nacional aplicar moños negros a las banderas nacionales en señal de luto, sino que se debió colocar un crespón de ese color en la base de la moharra o terminal del asta.

Por lo tanto, una conclusión apresurada indicaría que el proceder verificado no es correcto, pero exige un mayor análisis de lo que me ocupo en las siguientes líneas.

¿Cuál pudo ser la razón de esta conducta?

Para responder cabe advertir que el Estado de Israel sigue la tradición ceremonial europea, donde se estila adicionar moños o lazos a los paños de banderas que no se icen en mástiles en ocasión de un duelo nacional.

Como el acto del embajador se concretó en territorio israelí es evidente que se procedió así para expresar el luto oficial a la usanza local, de manera que allí fuera inequívocamente comprendida.

Fachada del Correo Real, Madrid

Fundamenta el criterio que expongo la “Convención de Viena sobre Relaciones Consulares[9]”, tratado internacional celebrado en el marco de las Naciones Unidas, del que Argentina es parte y que se encuentra vigente desde hace sesenta y ocho años. El incido 3 del artículo 29 establece con toda claridad la adaptación del uso de la Bandera nacional acorde a “las leyes, reglamentos y usos del Estado receptor”. Se reproduce el texto aludido:

Artículo 29 - Uso de la Bandera y del Escudo nacionales.

1. El Estado que envía tendrá derecho a usar su bandera y su escudo nacionales en el Estado receptor, de conformidad con las disposiciones de este artículo. (…)

3. Al ejercer los derechos reconocidos por este artículo, se tendrán en cuenta las leyes, los reglamentos y los usos del Estado receptor”.

Concluyendo

La crítica que resulta de las imágenes iniciales no corre con razón. No hubo ultraje algún a la Bandera Argentina, el proceder del embajador fue una adaptación a la costumbre ceremonial del país en donde se encuentra acreditado.


[8] Consigno el link de referencia por cuanto en la nueva versión de esa web seguramente por un error involuntario no se transcribieron las citas jurisprudenciales que sí aparecen en el original. (Ref.: https://inbelgraniano.cultura.gob.ar/noticia/ultraje-a-simbolos-nacionales-o-provinciales/)

[9] https://tratados.cancilleria.gob.ar/tratado_multi_ficha.php?id=kp+llw==

domingo, 13 de abril de 2025

¿Escarapela o banderita?

Pequeña historia de una opción

Por Miguel Carrillo Bascary

Las escarapelas se impusieron como emblema de nacionalidad en el siglo XVIII, como forma de distinguir en el fragor del combate a la tropa propia de la enemiga. Era necesaria establecerlo ya que por entonces no existía el concepto de uniformes diferenciados de cada país. En consecuencia, eran distintivos militares que, habitualmente se llevaba sobre en el sombrero y se construían en tela de colores, que se atribuían a cada nación o región.

Cuando con la Revolución Francesa surgió el ejército popular, se difundió extraordinariamente el gorro rojo que usualmente sumó una escarapela tricolor de forma redonda; desde entonces también los civiles comenzaron a usarla prendida al pecho, a la altura del corazón o en el pelo, las mujeres. Más tarde desapareció el bonete y quedó la cucarda. 

Foto: Santiagonostalgico/ Flick

A principios del siglo XIX las escarapelas redujeron su tamaño y se las comenzó a construir con mostacillas o chapa de metal pintada; al par que se divulgaron ampliamente entre los civiles. Paralelamente se difundieron las llamadas “divisas”, inspiradas en las cintas que reproducían las medidas de la imagen de una Virgen, santo o santa, que gozaban de popularidad den los santuarios. Por entonces las hoy muy comunes, medallitas, tenían un costo estaba fuera de las posibilidades de los peregrinos.

Medidas de la imagen de Ntra. Sra. del Pilar, Zaragoza

Siempre según el precedente de las medidas, las divisas incluyeron: lemas, siglas, figuras de todo tipo y hasta perfiles de gobernantes. En Argentina las divisas federales y unitarias marcaron una época, particularmente trágica.

Divisa federal - Confederación Argentina, ca. 1840

Cuando los uniformes nacionales se universalizaron en los ejércitos la escarapela pasó a ser un complemento esencial e, incluso, trascendió del ropaje y se pintó en los equipos militares. No sorprendió entonces que pasara a los tanques y aún a los aviones[1]; un uso que persiste hasta hoy, pese a que la tecnología permitiría prescindir de ellas ya que no se necesita visualizar ningún elemento para identificar a la propia tropa.

Biplano Nieuport, Aviación Francesa, I Guerra Mundial

Blindado MC 36 - Guerra Española

El advenimiento de la educación sistemática en escuelas públicas determinó que se estableciera el uso de escarapelas como distintivo común tanto para los cursantes como para los docentes, particularmente durante las fiestas patrias. Esto se positivizó a través de normas que impusieron su uso obligatorio. La industrialización permitió preparar escarapelas en gran número, tanto en metal como con textiles, en una enorme cantidad de diseños. De esta manera la escarapela trascendió los ámbitos de la castrenses y escolares para expandirse en todas las clases sociales, más allá de la actividad que realizara el portador.

Su sencillez, bajo costo y forma aleatoria son factores que caracterizan al emblema, mientras que aseguran su popularidad.

Como reflejo de este fenómeno, los funcionarios gubernamentales adoptaron la escarapela en sus atuendos. De esta manera evidenciaron su nacionalidad y el orgullo de representarla. En los varones, las escarapelas siempre fueron muy simples y se acomodaron en las solapas, hasta el punto que muchos trajes aún hoy llevan un ojal sobre el lado izquierdo, que originalmente se les destinó. Por parte de las damas la creatividad de su vestir permitió fantasías en forma de lazos, piedras, esmaltes, flores, etc.; generalmente como broches decorativos.

Entre tanta variedad también aparecieron pequeñas banderitas. Un ejemplo clásico, al menos para la cotidianeidad argentina, es el suntuoso broche que lució por primera vez Eva Duarte de Perón, primera dama del país, en acto en que se juró la Constitución Nacional de 1949. La fabricó con zafiros y brillantes por la afamada casa de joyeros Oscar Heyman Hnos. de origen ucraniano, afincados en Nueva York desde 1912 Esa joya en particular fue adquirida a la firma Van Cleef & Arpels, de la que Heyman era proveedora. Se la denominó “Sol de Mayo”.

"Sol de Mayo", 1948/ 1849

Este tipo de realizaciones ya era bastante común a fines del siglo XIX, confeccionadas en metal esmaltado en colores. El estilo art nouveau les dio un sofisticado impulso. Vale recordar que Heyman confeccionaba diminutas banderas de E. Unidos y del Reino Unido con pedrería engarzada en oro y platino desde el año 1917; son verdaderas joyas, de alto costo. Otros artistas siguieron el ejemplo.

Primeras creaciones de Heyman

Más allá de la sofisticación informada el uso de banderitas como broches para la mujer y de solaperos para los hombres se ha desarrollado con preponderancia en las últimas décadas. Esto marca una disociación entre la clásica escarapela en forma de botón, cuadrado o incluso triángulo, de neto origen militar con las banderitas que abundan en la actualidad.

Luis Caputo (Min. Economía, Argentina) - George Biden (Presidente de E.U.)

Claro está que aquellas que tiene la naturaleza de verdaderas joyas quedan relegadas a las grandes recepciones o a ocasiones especialísimas, pueden alcanzar precios superiores a la decena de miles de dólares.

Otro diseño de Heyman que bien puede oficiar de escarapela argentina

Nada impide que en otras circunstancias menos solemnes se empleen banderitas esmaltadas o confeccionadas con piedras o cristales industrializados; bien sean estáticas o flameantes, a gusto del usuario.

Con origen en los estados Unidos, como tendencia hoy predomina al uso de banderitas por sobre el de las escarapelas, aunque estas tienen gran aceptación den Latinoamérica.

De una forma u otra tanto las escarapelas como las banderitas demuestra a propios y extraños la nacionalidad de su portador o portadora.

miércoles, 9 de abril de 2025

Acto de entrega de banderas

Razón de una tradición


San Martín presenta la bandera al Ejército de los Andes (Mendoza, 1817)

Por Miguel Carrillo Bascary

Al aproximarse las Fiestas Patrias es natural que en algunas escuelas o instituciones se programe entregar/ recibir una nueva Bandera nacional. En esta nota aporto algunas referencias para planificar el acto y se explica el origen de la tradición que lo inspira.

Digamos para empezar, que la legislación argentina no ordena la forma en que se debe presentar una nueva bandera de ceremonia. Sobre las de izar me expresaré en otra oportunidad.

Este silencio autoriza diversos procedimientos, a condición de que la pieza no se vea afectada en su dignidad ni quede desplazada en la atención de los presentes. Advierto esto ya que en la práctica proliferan circunstancias que contravienen los principios indicados, con lo negativo que esto resulta.

En todos los casos se la entrega/ recepción se concretará en una ceremonia formal, con la participación de la comunidad con la que la enseña se caracterizará. Generalmente se integrará en el acto donde se conmemore una fiesta patria u otra o circunstancia especial como, por ejemplo: en la fecha que recuerde la inauguración de una escuela, el aniversario de la institución, el 2 de Abril y similares. La ocasión es un excelente medio para reflexionar en lo que significa nuestra Bandera, fortalecer la identidad común y afianzar los valores inherentes.

Las siguientes líneas también podrán aplicarse cuando se trate de una Bandera Nacional de la Libertad Civil, de las enseñas provinciales, de ciudades o pueblos. Igualmente, con respecto a las de otros países, lo que ocurrirá cuando la escuela lleve su nombre, o se trate de una institución referenciada con aquellos; en estos casos la actividad será en una fecha vinculada con dicho estado o con el establecimiento en sí mismo, ya que no corresponde en una fiesta patria.

En consecuencia, se definen dos formas básicas para el acto: la bandera se podrá entregar armada en su asta o plegada. Eventualmente es factible que se presente contenido en un cofre vidriado. 

La entrega de una bandera encofrada, puede servir como referencia

En ningún caso abullonada o encestada, una manera que se reserva para las enseñas de izar.

Nos detendremos ahora en analizar cómo proceder cuando la pieza se presente plegada.

Según la tradición, lo más solemne será hacerlo sobre una bandeja de plata, pero no es imprescindible que sea de este material, bastará con que tenga la debida dignidad. Hasta que la entrega se consume la fuente estará depositada sobre un tapete que recubrirá una mesa apropiada.

Origen

Es interesante referenciar la génesis de esta usanza, que nos remite al 5 de enero de 1817, cuando el general San Martín presentó la bandera que debía guiar al Ejército de los Andes en su campaña libertadora. Afortunadamente contamos con un relato minucioso que nos dejó el general Gerónimo Espejo[1], por entonces joven oficial. En sus célebres memorias, publicadas con el nombre de “El Paso de los Andes[2]” nos comparte sus vivencias, de las que extraemos lo pertinente:

“La columna hizo alto al llegar a la esquina del convento de San Francisco (noroeste de la plaza), para esperar que saliera del templo Nuestra Señora del Carmen, patrona electa, y escoltada como prescribía el ceremonial. Salió la procesión encabezada por el clero secular y regular, presidiéndola el Capitán General, acompañado del Gobernador Intendente, del Cabildo, los empleados y los más distinguidos ciudadanos, siguiendo majestuosamente la marcha hasta la iglesia Matriz[3], donde en un sitial cubierto con un tapete de damasco[4], estaba doblada la bandera sobre una bandeja de plata. En este momento, entró al templo una guardia de honor al mando de un capitán, compuesta de piquetes de las compañías de granaderos de los cuatro batallones de infantería y un abanderado que se situó en la nave del costado del Evangelio[5]. (…) el General San Martín se levantó de su asiento y subiendo al presbiterio[6] acompañado de dos edecanes, tomó la bandeja con la bandera y la presentó al preste (sacerdote) Este la bendijo en la forma del ritual (…) El General por su mano amarró la bandera en el asta, y colocándola de nuevo en el sitial volvió a tomar su asiento (…) y luego, tomando la bandera, se acercó al perfil de la plataforma, donde en alta y comprensible voz pronunció las siguientes palabras : - SOLDADOS: ESTA ES LA PRIMER BANDERA QUE SE HA LEVANTADO EN AMÉRICA-, la batió[7] por tres veces cuando las tropas y el pueblo respondían con un VIVA LA PATRIA, rompieron dianas las bandas de música, de cajas y clarines, y la artillería hizo otra salva de 25 cañonazos. El General entregó la bandera al abanderado para llevarla a su puesto, (…)”

Se advierte que la iconografía con la que distintos artistas han intentado representar la ceremonia, incluso la imagen que abre esta nota, adolece de diversos errores a la luz del testimonio del general Espejo.

La cita nos ofrece varias referencias que podrían adaptarse a nuestra realidad al momento de planificar la ceremonia.

Por ejemplo, en la provincia de Jujuy se estila presentar una bandera sobre un característico poncho[8] local.

La enseña también puede mostrarse en la caja con que los fabricantes suelen presentar sus productos. 

En este caso, jamás, debería hacerse con la tapa colocada, el vexilo debe verse con toda claridad, no solo para destacar la dignidad del símbolo, también porque de lo contrario pareciera que lo entregado es una pizza.

Una empresa en particular ofrece cajas con visor que permiten observar la pieza; es una solución creativa; aunque en siempre será preferible que en el acto se presente el vexilo habiéndose retirado la tapa.

Se advierte que, si en la misma caja se acompaña la corbata y/o el tahalí, conviene colocar estos elementos bajo el paño, para que no tapen el bordado del Sol.


Bandera de E. Ríos, casi totalmente cubierta por la corbata y el tahalí

Cuando la bandera venga en una bolsa de material transparente, lo adecuado será quitarla previamente.

En cuanto al tapete

En 1817 se usó una pieza de damasco, textil de calidad que habitualmente es rojo pero que bien pudo ser de otro color, como dorado, blanco, bronce, verde, naranja o azul.

No lo aclaró Espejo, pero la tradición consagra el uso del colorado.

Obviamente que este tipo de tela tan fino puede no estar disponible, en cuyo caso la opción más general será emplear una de color blanca, sin estampado alguno, o bien, puede ser un género azul oscuro, gris o negro, para que la bandera destaque con toda nitidez. Otro material habitualmente utilizable es el terciopelo.


Si fueran varias las banderas a entregar se ubican sobe una misma mesa procurando resaltarlas debidamente.

Jamás de los jamases se utilizará una bandera para recubrir la mesa del caso. De hecho, servirse del símbolo nacional para estos menesteres u otro parecido es, objetivamente, una supina falta de respeto.

Tras la recepción …

Recordando lo ocurrido en 1817 durante el acto se podrá armar la enseña colocándola en el asta que le estuviera destinada[9]. La operación la protagonizará el/la titular del establecimiento o entidad, con la ayuda de una o más personas. En el trámite se evitará que el paño toque el piso. Advertimos que el procedimiento puede presentar su complejidad por lo que conviene ensayarlo previamente. Posteriormente dicha autoridad entregará el conjunto al abanderado quien estará acompañado de los escoltas.

Enastando una bandera de Entre Ríos

Obviamente que la Bandera argentina es conocida por todos, pero si fuera la Bandera Nacional de la Libertad Civil, la de una provincia, ciudad o pueblo, es factible que esto no ocurra y que exista una cierta curiosidad al respecto. En consecuencia, la persona que recibió la pieza bien podrá desplegarla, para que aprecie el diseño, lo hará preferentemente con ayuda de un tercero y luego la plegará para colocarla en su caja o la bandeja.



Claro que se debe cuidar de presentar correctamente el paño

Observaciones finales

Será elemental precaución asegurarse que la bandera se corresponda exactamente con el modelo oficial. Nada más patético que constatar que no es así. 


El Sol de la entregada no corresponde al legal

Recordemos que las características técnicas de la Bandera Oficial de la Nación están reguladas en el Decreto Nº1.650/ 2010.

Esquema de colores

Proporciones

De mostrarse la bandera en su caja corresponderá estar atento para que el Sol “mire” a los presentes o al objetivo de la cámara. Es bastante usual que se encuentre invertido o torcido y esto afecta a la solemnidad del momento.

Si estuviera previsto hacer bendecir el símbolo, el sacerdote lo hará con el mismo enastado, en su caja o sobre la bandeja, nunca con el paño desplegado sobre la mesa. De ser varios ejemplares, es factible que el acto litúrgico sea conjunto.

Finalmente, es fundamental señalar que un correcto dispositivo de ceremonial evidencia la imagen institucional de la entidad o escuela que lo protagonice. Es factible que cualquier desliz pueda ser percibido por los presentes, pero esto no quedará ahí; debido a la cultura de la imagen en que vivimos, cada filmación, cada registro fotográfico puede divulgarse por las redes proyectándose hasta el infinito.


[1] Nació en Mendoza en 1801 y falleció en Bs. Aires en 1889. Los interesados en su biografía tienen una síntesis a su alcance en: https://liceoespejo.edu.ar/lmge/biografia-del-general-espejo/

[2] Google Books aporta la versión virtual de esta interesantísima obra, que los interesados podrán leer o bajar íntegramente https://books.google.com.ar/books?id=Caw923yhBSQC&printsec=frontcover&redir_esc=y#v=onepage&q&f=false

[3] El templo matriz es el más antiguo de la ciudad.

[4] El damasco es un tipo de tejido de sarga o raso de seda, que se prepara formando dibujos característicos su anverso es brillante y mate el reverso. Toma su nombre de la ciudad de Damasco, por ser una producción originaria en el Medio Oriente.

[5] A la derecha del altar, izquierda de los fieles que participan de la ceremonia.

[6] El presbiterio es la parte del templo en donde se ubica el altar mayor, el lugar destinado a las ceremonias litúrgicas más significativas.

[7] El batir la bandera era una forma de proclamar la investidura que caracterizaba al vexilo.

[9] Es un requisito obvio que el asta y la moharra sean las reglamentarias, conforme al Decreto Nº1.650/ 2010.