Lo que nos cuenta el Censo de 1815/6
Manuel Belgrano y María Catalina Echevarría de Vidal
Por Miguel
Carrillo Bascary
A comienzos del siglo XIX,
cuando la Patria sumida en entre la lucha armada y limitaciones de todo tipo,
los ejércitos no contaban con sistemas logísticos para atender a sus
necesidades. Se les hacía forzoso “vivir
del territorio” lo que se traducía en confiscaciones de elementos,
impuestos de guerra y requerimientos de servicios a la población civil.
En febrero de 1812 el entonces
coronel Manuel Belgrano llegó al
pequeño poblado de Rosario y tanto él como sus oficiales fueron alojados en las
casas de los rosarinos que se prestaron a esto. Era lógico, considerando que en
el lugar no había cuarteles.
La tradición oral conserva que habitó en la casa de familiares de su
amigo el Dr. Vicente A. Echevarría, ubicada en la hoy esquina de las calles
Córdoba y J. M. de Rosas, a pocas decenas de metros del lugar donde ya se
estaba trabajando para levantar la batería “Libertad”, lugar donde hoy se
emplaza el Monumento Nacional a la Bandera. Era un sitio inmejorable que
permitía a Belgrano controlar el avance de la obra.
Ahí en una típica casa de gruesas
paredes de adobe, tirantería labrada con hacha y techo plano de tejas[1],
habitaba la familia Tuella formada
por el maestro Pedro[2],
convencido español, y su esposa Nicolasa Costey. El matrimonio había amparado a
los hijos menores de su amigo, el vasco Fermín Xavier Echevarría y de Thomasa de
Acevedo, rosarina, cuando estos fallecieron[3].
Hacia 1812, María Catalina Echevarría, nacida en
1784, habitaba con sus ya ancianos padres adoptivos a quienes cuidaba, al par
que atendía su negocio que funcionaba en el lugar. Había contraído matrimonio
con Juan Manuel Vidal, el 26 de
septiembre de 1810, era madre de su primera hija, Josefa; encontrándose
embarazada de su segundo, al que bautizarían como Pedro.
Regía al país el Director
Supremo nombrado por la Junta de Observación. En mayo se sancionó el Estatuto
Provisorio de 1815 que disponía levantar un censo en todo el territorio y, sobre la base de su resultado elegir
representantes al gobierno. En el partido de los Arroyos donde se encontraba
comprendido la capilla de Nuestra Señora del Rosario, nombre que recibía el
poblado, el censo se comenzó a fines de
1815 y quedó cerrado el 16 de enero de 1816 bajo responsabilidad del
alcalde de hermandad Bernardino Moreno. Sus originales obran en el Archivo General
de la Nación[4].
Del mismo resulta que el
inmueble habitado por la viuda de Tuella y la familia Vidal-Echevarría quedaba
en la manzana 5ta., comprendida por las hoy calles Córdoba, J. M. de Rosas,
Rioja y Buenos Aires. Como era lógico el censista tomó como cabeza familiar a
Doña Nicolasa Costey, originaria de
Montevideo, de 66 años, salvo indicación expresa todos los otros eran nacidos
en Rosario. Quedaron censados también a: [Juan] Manuel Vidal y Lucena, quién
declaró ser empleado, de 31 años, casado con [María] Catalina Echevarría, de 30; padres de [María] Josefa [Antonia],
de 5; Pedro, de 3 y [María] Manuela [Josefa], de 5 meses.
También habitaban la
propiedad los cinco esclavos de la
familia: Juan José, nacido en Angola, negro, de 40 años, Victoriana, parda,
de 37; Francisco Antonio, pardo, de 26, zapatero; Josefa, parda, de 23, y Faustino,
pardo, de 19 años. Juan José y Victoriana estaban casados. Finalmente encontramos
un decimosegundo habitante de la casa, el negro Matías, nacido en Benguela,
Angola, de 31 años, liberto al servicio
de la casa. Por su condición no se registraron sus apellidos, aunque puede
suponerse que llevaban el de la familia, tal como era usual.
Salvo los niños más pequeños,
con ellos convivió Belgrano desde su
llegada a Rosario, ocurrida el 7 de febrero de 1812 y el 3 de marzo, en que
partió rumbo al Norte para hacerse cargo del Ejército Auxiliador del Perú.
Notas y referencias
[1] Subsistió hasta la primera década del siglo XX.
[2] Tuella (Huesca, 1738 – Rosario, 1814) había sido maestro y funcionario
de la administración hispánica, un hombre culto que también ejercía el comercio
en el lugar.
[3] Fermín fue muerto por una partida de indios en 1783 y Thomasa
falleció en 1786.
[4] Para componer esta nota me baso en la investigación de Wladimir Mikielievich, “Rosario en 1816”, publicado en el Anuario del Instituto de Investigaciones Históricas, Nº9. Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional de Rosario.
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