Un reinado de Amor
Por Miguel Carrillo
Bascary
Podría pensarse que la solemnidad de “Nuestro Señor Jesucristo,
Rey del Universo” proviene del Medioevo, cuando se creía que las
monarquías eran determinadas por Dios en beneficio de quien llegaba a detentar
una corona.
Nada más equivocado, la estableció el Papa Pío XI en 1925 para reivindicar el
reinado del Amor de Dios, como un vínculo personal y eterno con cada ser humano.
Es un llamado expreso a la acción de los católicos en la sociedad.
Es también un alegato
contra la secularización y el ateísmo, contra los absolutismos de entonces,
el nazismo, el fascismo, el comunismo los totalitarismos laicistas en México y
en otros estados de Centroamérica. Por extensión años más tarde se sumarían a
esta condena el régimen franquista, el corporativismo portugués, los
totalitarismos del siglo XX y los que continúan vigentes.
Como curiosidad, también celebran a fiesta de “Cristo Rey” algunos estados
donde el culto oficial es cristiano, pero no católico.
Esta dimensión del Cristo Rey es de tanta importancia
que mereció nada menos que la encíclica QUAS PRIMAS que puedes leer desde: http://www.aciprensa.com/fiestas/cristorey/enciclica.htm
Pío XI referenció este peculiar reinado con la declaración fundamental del “Primer Concilio
Ecuménico”, que se realizó en la ciudad de Nicea
(en Asia Menor, hoy Turquía), en el año 325, donde se definió “Cristo es Dios, Luz de Luz, Dios verdadero
de Dios verdadero", clarificando su indubitable naturaleza divina, en
el marco de la herejía sostenida por los arrianos, que rechazaban el dogma de
la Trinidad, considerando que Jesús fue creado por Dios Padre.
La solemnidad conmemoración es el último domingo de
octubre y cierra el año litúrgico de
la Iglesia Católica, de manera que oscila entre el 20 y el 26 de noviembre.
La tradición asocia a este reinado místico el símbolo de la Cruz, por lo que se establece
una natural correspondencia con el antiquísimo himno VEXILLA REGIS (La Bandera/ Estandarte del Rey), que
recibe este nombre por ser este el primer verso de la obra. Se dice fue
compuesto en el siglo VI por San Venancio
Fortunato y es una alabanza a la Cruz, símbolo de la entrega de Cristo, por
eso es tradicional que se cante los Viernes Santos y en la solemnidad de la
Exaltación de la Cruz.
Para que lo
conozcas te dejo un link (https://www.youtube.com/watch?v=QjLfZrt38O4)
que te llevará a la versión de los monjes benedictinos de la abadía de Ligugë
(Poitiers, Francia), que fue fundada por el obispo San Martín de Tours en el
año 361. El cántico es en latín, pero al pie de cada imagen se trascribe en
español, mientras se escucha la música. Aunque solo sean 4 minutos, se trata de
una experiencia inolvidable, profunda, hermosa. No te la pierdas. Hay una brevísima
introducción de pocos segundos y comienza el cántico.
La iconografía
suele presentar a Cristo de diversas maneras. Crucificado, tocado de una corona
y vistiendo una túnica de estilo romano orlada, de purpura (símbolo de la
realeza) o con un manto de este color. También como un rey en su trono,
sosteniendo un cetro en su mano izquierda o bien con un orbe[1],
mientras con la derecha imparte una bendición. En otras representaciones, más
modernas y menos solemnes, mantiene la corona, pero sus brazos están abiertos
en actitud de amable recepción.
La liturgia del
día alude a diversas expresiones vinculadas al carácter real de la misión
de Jesucristo, las lecturas son de igual carácter. Al finalizar la misa, el
celebrante imparte una bendición especialmente solemne.
Notas:
Sobre las banderas de Cristo en el arte religioso: http://banderasargentinas.blogspot.com/2021/04/banderas-en-el-arte-religioso-la-pascua.html
Sobre el Agnus Dei:http://banderasargentinas.blogspot.com/2020/04/el-agnus-dei-en-la-emblematica.html y http://banderasargentinas.blogspot.com/2020/04/significado-del-agnus-dei.html
[1] El orbe es símbolo de poder imperial, consiste de una esfera de oro
coronada por una pequeña cruz.
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