La casulla San Francisco Solano, preservada en Tucumán
Por Miguel Carrillo Bascary
En el templo de San Francisco de la ciudad de San
Miguel de Tucumán se preserva entre sus reliquias más antiguas y valiosas una
casulla que utilizó San Francisco Solano
Jiménez (Montilla, España, 1549-Lima, 1610), quién misionó en la región del
noroeste argentino entre los 1590 y 1594. En 1592 le fue confiado el convento
franciscano de Tucumán. Fue beatificado por el papa Clemente X en 1675 y lo
canonizó Benedicto XIII en 1726. Su festividad es el 14 de julio. Se lo llama “el
milagrero del Nuevo Mundo", por la gran cantidad de milagros que se le
atribuyen. Su biografía es particularmente asombrosa[1].
Como particular kerigma
de su actividad misionera el Santo se aprovechaba de su melodiosa voz, a la que
acompañaba con la guitarra, el sikuri[2]
y el rabel, un instrumento de dos o tres cuerdas semejante al violín. Su influjo le permitió
apaciguar la hostilidad de algunos aborígenes a los que se presentaba llevando
el mensaje de Cristo[3].
La
casulla es un ornamento litúrgico que
reviste el sacerdote durante la celebración de la Eucaristía (misa), colocada
sobre el alba, una suerte de túnica con mangas, que cubre el cuerpo del
celebrante. La que analizamos tiene una forma de guitarra propia del período
histórico aludido. Desde la reforma litúrgica propiciada por el Concilio
Vaticano II las casullas adquirieron una forma más amplia, como la que puede
verse en cualquier celebración eucarística actual.
Casulla, antigua
y moderna
La histórica pieza fue elaborada hacia 1590 por indígenas del Perú, casi seguramente
en algunos de los talleres que la Orden Franciscana había implementado en los
establecimientos que tenía a su cargo
Descripción
Agradecemos a
Miguel Alejandro Tucumanense las excelentes imágenes que nos muestra en su
Facebook el pasado 14 de julio, 2022 https://www.facebook.com/miguelalejandro.gomez.3
Está confeccionada
en hilos de seda, bordados en oro y plata, que entremezclan motivos de la
iconografía europea (ejemplificada en los angelitos que la adornan) y otros que
son propios de la concepción americana, como el Sol que figura en el reverso y
la ornamentación de la Sagrada Forma que se observa sobre un cáliz, en el frente.
Esta particular forma evidencia un clásico fenómeno de
transculturación, neologismo que señala
el proceso de asimilación mutua de cultura por otra, de lo que se origina una
nueva identidad social.
La reliquia está elaborada en tres segmentos que componen tanto el frente como el dorso, y que se
unen por su estrechura para insertarla sobre la cabeza del sacerdote, con lo
que los brazos quedan totalmente libres.
Se presenta ornamentada
con caracteres afines al estilo barroco
y cuenta con una bordura dorada, lisa. El fondo
de la casulla es rojo, color conmemorativo de los santos mártires.
Dorso
En el sector central ser observa:
Un Sol humanizado (“Sol de Justicia”), que se representa a Jesucristo
La corona de espinas de Nuestro Señor Jesucristo
Una cruz latina en oro, nimbada, sobre ella: los brazos con los estigmas de Cristo del fundador de la Orden Franciscana, formando el conjunto el emblema de la misma
El corazón lacerado por la lanza de Nuestro Señor, del que se proyectan los tres clavos con que fu fijado en la cruz, acompañado de cuatro llagas (de sus pies y manos traspasados)
Todo sobre un campo cuajado de flores, simbolizando sus gracias, el que se extiende abarcando los tres sectores de la casulla.
En el lateral derecho vemos:
La columna donde Nuestro Señor fue sometido a tormento y las ligaduras con que fue sujetado a ella durante la flagelación.
Un cáliz, destinado a contener la Sagrada Sangre luego de la consagración.
Finalmente, un angelito (puttis) genuflexo, sosteniendo un sirio encendido.
En su lateral izquierdo encontramos:
La escalera con que Cristo fue descendido de la cruz luego de haber entregado su alma al Padre
Un copón destinado a contener las Sagradas Formas de la Eucaristía
Finalmente, otro un angelito (puttis) en posición genuflexa, sosteniendo un sirio encendido.
Frente
El motivo del centro es una custodia[4] en la que se expone al Santísimo Sacramento a la adoración de los fieles
A sus pies cuatro hay querubines y una media Luna,
alegoría de la Virgen María en su advocación de la Inmaculada Concepción.
Todo sobre un campo cuajado de flores, simbolizando las
gracias dispensadas a la Humanidad.
En los planos laterales y en simetría se observa una porción de cielo cuajado de diez estrellas (5 por lado) y sendos angelitos (puttis) en posición genuflexa sosteniendo cada uno un sirio encendido.
[1] Una
excelente podrá verse en: https://dbe.rah.es/biografias/9867/san-francisco-solano
[2] Instrumento
de viento fabricado con varias cañas liadas entre sí, muy popular en toda la
región andina y en el Norte argentino actual.
[3] Como
forma de caracterizar al Santo, uno de sus hermanos en la Orden, Fray Juan
Gómez, aseguró bajo juramento: “Tenía un
arquito con una cuerda con la cual en su celda tañía y cantaba al niño Jesús y
le bailaba, con una simplicidad tan fervorosa y puesta en Dios, que convidaba.
Y era tanto el espíritu que mostraba en esto que le pedía a Fray Juan que
bailase y cantase en su compañía, y él lo hacía. Su alegría era tan intensa e
incontenible que, a veces, salía a los claustros del convento, dando voces y
pidiendo a todos que amasen y alabasen a Nuestro Señor”.
[4] Pieza
de orfebrería destinada a exhibir el cuerpo de Ntro. Señor Jesucristo en forma
de una gran hostia, contenida en un receptáculo de vidrio, cuyo derredor se ornamenta
con rayos. La custodia se dispone sobre un altar exponiendo el Santísimo
Sacramento a los fieles que la prestan adoración.
No hay comentarios:
Publicar un comentario