Dominando el viento, pero sin mutilar el paño
Por Miguel Carrillo Bascary
Es práctica universal que las banderas tengan forma de cuadrilátero, con sus lados en
paralelos de a pares, lógicamente. Entre aquellas que forman la comunidad
nacional de estados la excepción es Nepal, cuya divisa la componen dos
triángulos superpuestos unidos, que alguna vez gozaron de independencia.
Representados sobre un papel, los vexilos lucen muy
bien, prolijamente explanados, mostrándonos todas sus cargas y permitiendo que
se aprecien debidamente sus detalles y colores. Sin embargo, esta asepsia expositiva dista de reflejar la
realidad, por donde se la mire.
Es que en lo cotidiano la misma naturaleza de los textiles hace que las banderas adopten formas tan
caprichosas como las llamas de una cálida fogata. Responsable de esta infinita
variedad es la fluida dinámica que les impone el aire que juguetea formando pliegues
y contra pliegues, como escondiendo el paño a los ojos del observador, por más
que se esfuercen en captarlo. Esto nos lleva a recordar aquello de que “una bandera es un dispositivo aerodinámico fijo
por uno de sus lados”.
La maravilla de la percepción integradora que se forma en el cerebro de quien mira una
bandera ondear al viento es la que nos permite desentrañar su identidad y su
mensaje, aquello que plasmaron las manos de quien la compuso.
Sabemos bien que toda
bandera tiene dos funciones básicas: mostrar una pertenencia y señalar una
posición. El concepto de estos vexilos los hace sumamente apetitosos para las
Ciencias de la Comunicación, para lo cual se aspira a que puedan ser vistos con
la mayor precisión posible, aún a despecho de la brisa, prueba está en el
amplio uso publicitario, aun en la época tecnológica.
A través de diversos
artilugios el hombre intentó dominar el viento para poder mostrar sus
banderas a propios y extraños. Se inventaron así los tutores longitudinales en diversas formas son intervenciones demasiado
evidentes que engrillan la vitalidad del flameo hasta el punto que, por lo
general, no gustan a nadie, ni tampoco aseguran el resultado esperado. Algunos
se envainan con el paño, otros son groseramente externos; ciertamente que hay
aquellos que recorren todo un lado, otros abarcan el sector más próximo al
asta, pero ninguno, repito, satisface.
Sin embargo, el ingenio humano no ceja en su empeño de
dominar la naturaleza, aunque se trate de establecer un pacífico matrimonio
entre banderas y el viento. En este cometido la simpleza es buena herramienta, no será perfecta, pero sirve como
buen intento.
La imagen que abre esta nota nos muestra una
particular concepción factible para aquellas banderas destinadas a mostrarse en astiles. Goza de amplia difusión
en el Reino Unido y que por extensión hallamos en muchas regiones donde el pretérito
imperio ejerció su influencia y donde aún persisten pautas de su cultura.
Analicemos
la fotografía, en donde lo primero
que nos llama la atención es el perímetro del vexilo, donde el lado de la driza
difiere del que forma el vuelo, en su extensión y en el ángulo. si no me
acuerdo mal de mi época escolar, es un “trapecio
rectángulo”, donde los dos ángulos rectos definen el extremo volado, el
superior del lado de la vaina es agudo y el cuarto es obtuso.
Así el lado de mayor longitud se proyecta desde el
vértice superior al asta hacia el punto identificado como el “centro del lado
inferior”. Obviamente que esto implica un recorte significativo del paño, lo que en principio determina que la
aparente solución se haga inaplicable
en muchos casos.
Cuando un paño adopta esta peculiar forma favorece que
al impulso de la brisa la mayor parte de su superficie se muestre a quien lo
observa. Esto ocurre por efecto de la
gravedad que por el propio peso del textil “tira” el lado del vuelo hacia
la superficie ubicada más abajo.
Si nos atenemos al diseño de las banderas usadas los estados que forman la comunidad internacional, son muchos los que permiten esta particular conformación sin que esto implique privarlos de algún elemento significativo que hagan a su misma identidad.
En la fotografía tenemos un buen ejemplo con la Union Flag. También admiten la estructura trapezoidal las
compuestas por bandas horizontales y las de franjas verticales. Lógicamente
tendremos que deberán pasar el teste de admisibilidad, para lo cual habrá que
analizar si las cargas que llevan mantienen razonablemente su integridad.
También
admitirían el recorte, las enseñas de paño liso, excepto las que lleven inserto
algún elemento de gran volumen, como: Bangla Desh, Brasil, y Turquía. Quizás
algunas permitan la licencia de desplazar ligeramente el atributo central hacia
el lado del vuelo para que resalte con mayor claridad, sería el caso de: Japón,
Belice Kirguistán, Zaire, Somalía o Vietnam, pero convengamos que esto podría
escandalizar a muchos.
Son
absolutamente refractarias a la forma de trapecio aquellas que llevan sus
cargas sobre el lado del asta. Es el caso de: Cuba, Corte del Norte, Filipinas,
Costa Rica, Mongolia, Mozambique, Portugal, Singapur, Turkmenistán, Grecia, Eslovenia,
Nauru, Sudan, Grenada, Bulgaria, Guinea –Bissau, Uruguay, Vanuatu, Salomón, Papúa-Nueva
Guinea, Samoa, Liechtenstein; Tonga, Guyana y muchas otras.
A
estas sumamos todas las que muestran la Union Flag u otro cuadrángulo en el cantón
superior, como: Australia, Nueva Zelanda, Fidji, Tuvalu
y Georgia
Otros diseños pueden ser generosos y admiten un recorte: Madagascar u Emiratos Árabes. Pero no es el caso, por ejemplo, de: Arabia Saudita, Santa Lucia, Irak, Corea del Sur, China, Malasia y Chile Bután, Comores y todas las de los paises escandinavos.
Como vemos, las “excepciones” se transforman en una
generalidad, por lo que la estructura
trapezoidal no resulta válida para armar dispositivos de Ceremonial que
incluyan una pluralidad de banderas ya que la mayoría aparecerían parcialmente mutiladas.
La
conclusión es clara, si bien
factible en su técnica estructural, la forma de trapecio cuadrangular solo tiene
validez para las enseñas de un reducido, aunque significativo número de
estados.
Y, finalmente, una pequeña apostilla que también podemos apreciar en la fotografía
inicial. Se trata del uso de una brida,
un delgado pero fuerte cabo que permite fijar el Angulo inferior del vuelo a un
punto exterior. Para conocer más sobre este dispositivo al que me referí hace algún
tiempo, los interesados podrán acceder mediante el siguiente vinculo: http://banderasargentinas.blogspot.com/2021/08/util-complemento-para-las-banderas-de.html
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