Símbolos nacionales de Ucrania
Por Miguel Carrillo Bascary
Es imposible permanecer indiferente a la guerra desatada por Rusia contra Ucrania. Mucho aprendí sobre el
pueblo ucraniano cuando en el año 2021 una referente de esa comunidad en mi
ciudad (*) (Rosario, Argentina) me solicitó que elaborara una presentación sobre la
trayectoria de su bandera, lo cual hice con mucho gusto motivado por la
simpatía que me despertaba su historia de continuas luchas.
En este contexto y como humilde homenaje
al coraje de ese pueblo dedico esta nota a los millones de ucranianos que
hoy enfrentan el poder de la Rusia de Putin y a la gran colectividad de Argentina,
que con justificada angustia siguen los acontecimientos que afectan a su país
de origen.
Referencias
mínimas
Algunos de los nombres
citados han sido adaptados al español.
El vocablo “Ucrania” puede traducirse al
español como sinónimo de “región fronteriza”. Como muchas naciones se forjó a
lo largo de los siglos a través de múltiples vicisitudes, muchas de ellas aún
más dramáticas que las presentes. Desde 1991 se reorganizó como el estado soberano que es hoy.
Su población ronda los 52.000.000 de
habitantes, de los que un 18% presenta raíces étnicas y fuertes lazos cultuales
con Rusia. Existen arraigadas comunidades
de origen ucraniano en los Estados Unidos, en Argentina y aún en la misma
Rusia. El 87% confiesa como religión
a la cristiana, en sus vertientes católica y ortodoxa, la que incluye varias
filiaciones. Con sus 600.000 km2 es el país más grande de Europa, luego de Rusia. Se trata de un estado multiétnico, donde confluyen
herencias de los eslavos, tártaros, nórdicos, lituanos, polacos, turcos y aún
iranios.
Políticamente se organiza
como una república, su ejecutivo lo
desempeña un presidente, el legislativo se corporiza en el Parlamento (Rada)
que tiene importante injerencia sobre el anterior, además del poder judicial, lógicamente.
Constituye un estado unitario, al
igual que la inmensa mayoría de los europeos.
Entre los eruditos hay
consenso en que la historia de Ucrania se remonta al Rus (país) de Kyiv
(Kiev), que se estructuró sobre esta milenaria ciudad, aunque como entidad
política desapareció hacia el siglo XII.
Por su ubicación geopolítica Ucrania ha sido y
es objeto de enormes tensiones que la moldearon a lo largo de los siglos a
partir de injerencias de estados circunstancialmente más poderosos, como las
hordas mongolas, Rusia, Prusia, Hungría, Polonia, Lituania, Suecia, Rumania y
el régimen nazi. Por lo demás remito a los interesados a las diversas
caracterizaciones sobre Ucrania que abundan en las redes sociales.
Tradicionalmente su
principal riqueza natural ha sido la
feracidad de sus tierras, lo que la transformó en principalísimo productor de trigo
(una referencia que se trasunta en sus símbolos, como se verá), girasol, papas,
centeno y maíz, se afirma que posee potencial para alimentar a 600 millones de
personas. También goza de importantísimos yacimientos
de carbón, manganeso, hierro, mercurio y titanio.
Símbolos
de Ucrania
Como muchos pueblos de Europa en el turbulento período entre las dos guerras mundiales, Ucrania quedó bajo la influencia soviética hasta que la eclosión del régimen comunista en 1989, permitió que sus nacionales formaran un estado que en 1996 se dio constitución, en cuyo artículo 20 puede leerse:
“Los
símbolos estatales de Ucrania son la bandera del Estado, el escudo de armas del
Estado y el himno del Estado de Ucrania”.
El trizub y el escudo
El primer símbolo de
la identidad de Ucrania es el trizub que aparece en las monedas del
rey de Kviv, Esviatoslav I (942-972), el Conquistador. Su forma evolucionó con los tiempos, como lo
evidencian las acuñaciones durante el reinado de Vladimir, el Grande (958-1015)
y de Jaroslav, el Sabio (978-1054), todos pertenecían a la dinastía Riuryk (862-1610).
Habitualmente se
considera que el trizub representa a un tridente, lo que remitiría al atributo Poseidón,
el dios marino, que adoraban los colonos griegos asentados en las costas del
Mar Negro; por esta razón suele llamárselo el “tridente de Vladimir”. Otra
versión señala que es la forma
estilizada de un halcón blanco precipitándose en picada, que se justifica
en la cetrería, un arte cultivado por los señores de la región durante siglos.
A partir del
desarrollo de Ucrania como estado, en las postrimerías de la I Guerra Mundial
se consagró al trizub como emblema principal de su escudo, tal
como se divulgó a partir de 1917, también se lo incluyó en las banderas. El
símbolo consta en el blasón simple del estado y fue consagrado en la
Constitución de 1996, como quedó dicho.
El campo azul sobre
el que se incluye al trizub es
idéntico al que lleva la bandera, posee una tonalidad cerúlea que la ley no definió y que no es el clásico azur de la Heráldica. Fue adoptado formalmente
el 19 de febrero de 1992. En el año 2009 se presentaron al Parlamento sendos proyectos para el gran escudo nacional que incluye tenantes y otros emblemas heráldicos
complementarios. El diseño de las artistas Oksana Bilosyr, Anna Herman y Katerina
Vashchuk es menos convencional. La cuestión quedó sin decisión.
La bandera de Ucrania
El lábaro adoptó el
clásico formato cuadrilongo que
predomina en los de todos los estados del mundo[1], aunque
también se emplea en vertical, un
estilo muy difundido en la Vexilología centro europea.
Como ocurre en muchos
casos, los colores de Ucrania no se fijaron tomando como referencia a alguna las escalas cromáticas de uso
internacional. Esta indefinición formal admite que puedan representarse en
diversos tonos. Empero, la tradición consagra que la franja superior se
corresponde al color de los cielos,
el celeste, y que la inferior es amarilla por representar al trigo maduro. No entraré en esta
cuestión que sin bien apasiona a los que estudian las banderas (vexilólogos),
implica una complejidad tediosa para el lector promedio. Veamos algunas variantes:
Esta es la enseña que
a la fecha puede verse de múltiples maneras en manos ucranianas y de todos los que se solidarizan con el drama causado
por la agresión rusa. Es la que se refleja sobre los monumentos y edificios
característicos de todo el mundo, al par que se trasuntan de mil formas a
través de las redes sociales. Es “la
bandera del cielo y del trigo”, a la que bien correspondería sumar el rojo de la sangre vertida por sus
mujeres y hombres.
Banderas
del pasado
A lo largo de los
siglos en la región que hoy se reconoce como Ucrania flamearon diversas enseñas. Su sola mención implicaría notable
extensión y demandaría numerosas observaciones históricas que nos desviarían
del eje de esta presentación, por lo que me limitaré a un panorama sintético.
El primer vexilo a mencionar remite al rey
Danilo (Daniel) de Rutenia (1201-1264) a quien se recuerda por haber fundado la
ciudad de Lviv, en 1256. El monarca se identificó con un estandarte de fondo azul-celeste
que cargó con un león rampante en oro (amarillo), quizás como referencia al
episodio bíblico del profeta Daniel y los leones (Libro de Daniel, capítulo 6), elementos que persisten en la insignia de esa ciudad. De esta divisa derivarían los colores característicos de Ucrania. El lábaro local de Lviv, también llamada Leópolis o Lemberg, manifiesta una notoria influencia del estandarte de su fundador.
En los siglos posteriores
proliferaron señoríos semiautónomos de
clanes cosacos que por la fuerza de sus sables dominaban diversas regiones en
alianzas sucesivas, algunas veces existieron vínculos dinásticos y en otras se
emplearon al servicio de monarcas, duques y condes de la Europa del Este.
Seguidamente se muestra una recopilación,
ciertamente parcial, de sus estandartes, varios tienen forma trapezoidal o son
farpados, estructuras muy apropiadas para ser portadas por la caballería, arma
y señora de las planicies inmediatas a los ríos Dniéper, Dniéster y Danubio.
En
1489 Rusia conquistó Kyiv, con lo que se inició una dominación que con diversos
avatares se prolongó hasta el siglo XX, con algunos paréntesis, si bien la injerencia
de esta potencia fue muy variable, en lo que hace al efectivo ejercicio del
poder como en su extensión territorial. También Austria, Polonia y hasta
Lituania hicieron sentir su influencia
política y militar sobre las llanuras ucranianas.
Entre 1650 existió también el territorio libre (slobodá)
de Ucrania, enclavado entre Rusia y los kanatos tártaros de Crimea, en 1775 se
convirtió en una gobernación dependiente de la zarina Catalina II que luego experimentó
diversas formas de administración hasta desaparecer en 1835. Se identificó con
una bandera celeste, amarilla y negra, directo antecedente de la actual enseña
ucraniana.
En octubre de 1848 y siempre bajo la hegemonía rusa
los nacionalistas conformaron el Consejo
Supremo de Rutenia, que reunido en Lviv, adoptó como divisa el celeste y el oro (amarillo) en un orden que no fue estable, tanto
en lo que hace a la tonalidad como a la disposición de las franjas. Además, se
fijó como blasón a un león coronado,
mientras que el trizub se representó
en las banderas. Esta lejana identificación alcanzó el carácter de un verdadero
acto fundacional para los ucranianos
pues evidenció su unidad por sobre sus diferencias políticas y dinásticas más
que centenarias.
El nacionalismo
continuó en progreso y hacia el
1900 se formó la sociedad ucraniana de deportes y lucha contra incendios, que
impulsó la tendencia. Una importante corriente de emigrados fluyó hacia Estados
Unidos y Canadá, también a la Argentina[2] y
al Brasil, llevando su cultura.
A partir
de la desestabilización del zarismo
y su posterior desintegración la situación en la actual Ucrania presenta
múltiples aristas para alguien con limitados conocimientos sobre la historia de
la región, como quien esto escribe. Hecha esta observación como justificación
de algún seguro error o descripción parcial de los hechos podemos avanzar en el
desarrollo.
La República Nacional de Ucrania (RNU) fue proclamada el 20 de noviembre de 1917 como paso previo a integrar una eventual federación rusa que nunca se concretó. El parlamento, donde actuó su principal figura, el académico socialista Miguel Hrushevsky, aprobó la combinación de los colores celeste y oro como la bandera oficial del país.
Cuando los bolcheviques tomaron el poder en Moscú, Ucrania, declaró su total independencia el
22 de enero de 1918 y poco después reivindicó al amarillo sobre el azul
claro como bandera nacional. En 1918 se formó también la Rep. Popular de Ucrania (RPU) al que reemplazó por algunos meses el régimen totalitario del "Segundo Hetmanato”. Luego la Rep. Popular se restableció, hasta desaparecer en 1921.
Mientras a fines de 1918, comprendiendo regiones de Galitzia,
Bucovina y Transcarpatia, se declaró una República
Nacional de Ucrania Occidental (RNUO), cuya bandera también fue azul sobre
amarillo. En enero de 1919 se unificaron la Rep. Nacional y la de Ucrania
Occidental, en cuanto a la bandera se afianzó el uso de los colores tradicionales en distintos formatos, muchas veces incluyendo leyendas de tenor político
y el trizub, mientras que en la navegación comercial se usó sin
carga alguna en el paño.
La región se
convirtió en un verdadero tembladeral sacudido por las luchas entre los
soviéticos, los rusos blancos y milicias de varias etnias. También surgieron regímenes anarquistas locales, entre
los que estuvo encabezado por Néstor Makhno, conocido como el territorio libre de Majnovia,
que se mantuvo entre 1919 y 1920/1921.
La interacción de todos estos elementos políticos dio lugar al surgimiento aleatorio de un conglomerado de micro estados efímeros que la historia conoce como repúblicas ucránidas, entre las que se cuentan: Hutsul, Verkhovyna, Przemysl, Komancza (Rep. de Lemko Oriental) y la Rep. Popular Rutena de los Lemkos.
También la Rep. de Jolodnoyarsk o del Yar Frío, último territorio en el que los ucranianos se mantuvieron como un pequeño estado independiente antes de su total anexión a la Unión Soviética, el negro de su bandera sumaba al trizub en su centro.
La hegemonía comunista se afianzó a partir de la formación de la Republica Socialista de Ucrania (RSU) en
1919 que apenas encubrió la total dominación de los soviets y el desarrollo de políticas
discriminatorias hacia la población local.
La fracasada reforma agraria, desde 1932 precipitó a Ucrania
en un proceso que la Historia conoce como el Holomodor, al que se considera un verdadero
crimen contra la humanidad por haber
causado la muerte por hambre de un número de personas imposible de verificar y
que, según las fuentes, habrían sido desde unos 2 millones hasta los doce, y
más también. Como parte de la política
de rusificación implantada, centenas de miles de ucranianos fueron
desplazados a regiones apartadas de Siberia y del interior de Asia, el idioma
local fue suprimido y las purgas
entre los propios comunistas ucranianos alcanzaron a la mitad de los afiliados
al partido.
La lucha por liberarse de la dominación soviética alcanzó diversas formas. Entre ellas, el movimiento conocido como la Organización de Nacionalista Ucraniana (ONU), formada en 1929, que se identificó con el rojo y el negro para distinguirse de otro grupo igualmente nacionalista que usó una bandera azul con el trizub. Esto explica que la televisión internacional haya mostrado enseñas rojinegras en distintos puntos del país.
Hacia 1941 se organizó como rama
armada de la ONU el Ejercito Insurgente
Ucraniano, que actuó en la clandestinidad contra los nazi y comunistas. La
reacción soviética no se hizo esperar e implicó la deportación de unos 500.000 ucranianos a Siberia. Aun así, entre
1938 y 1939 llegó a formarse el efímero Estado
de Ucrania de los Cárpatos que mantuvo la bandera roja de los soviets, con
el agregado del azul y amarillo en el cantón, posteriormente fue absorbido por
Hungría, en su escudo campaban los colores ucranianos y el trizub.
La invasión del Tercer Reich en 1942 generó lógicas turbulencias en
donde algunos ucranianos procuraron sacudirse la dominación roja aliándose a
los nazis. Por otra parte, se gestó un vigoroso movimiento de resistencia inorgánicamente constituido que contó con
algún apoyo soviético, pero que también fue sacrificado por los comunistas en
numerosas acciones. Cuando el Ejército Rojo rompió el frente nazi sus fuerzas
hollaron a Ucrania con el típico proceder de una fuerza de ocupación y a su amparo se reorganizó la República Socialista Soviética de Ucrania,
siempre bajo las directivas de Moscú, por supuesto que su bandera continuó
siendo la roja, con las siglas de ese estado y el símbolo comunista en el
cantón. Pese a tan críticas circunstancias la resistencia ucraniana persistió en algunas regiones donde pudo sostenerse hasta comienzos de la década de 1950.
Al formarse las
Naciones Unidas, la U.R.S.S. operó hasta conseguir que sus satélites, las R.S.S.
de Ucrania y de Bielorrusia se sumaran como estados nominalmente soberanos, lo que de hecho extendió la
representación numérica del régimen comunista en esa entidad. Fue así que desde
1949 se vio en los foros internacionales la bandera de la R.S.S. de Ucrania, formada por un paño rojo y un zócalo celeste,
cargando la hoz y el martillo de los comunistas. Este lábaro siguió como en uso
hasta 1991. También se vio una variante con el celeste sobre el asta.
Por más de cuarenta años se mantuvo el
régimen rojo sobre Ucrania, en los que el sentimiento nacionalista y la aspiración de libertad se
manifestaron esporádicamente. Como ejemplo puede citarse la demostración del 1º de mayo de 1966, cuando los jóvenes Víctor Kuksa y Jorge
Moskalenko, cosieron sus bufandas de colores amarillo y azul improvisando
una bandera en la que pintaron el trizub
y los primeros versos del himno ucraniano "Ucrania aún no ha muerto".
La izaron sobre el Instituto de Economía de Kyiv, lo que suscitó honda
repercusión. Por su acto fueron aprendidos y sufrieron una dura condena.
Desde noviembre de 1989
la descomposición política de la Unión Soviética
que se inició en Polonia, bajo la conducción de Lech Walesa y que fue alentada
por el hoy santo papa Juan Pablo II, permitió reavivar la llama de la libertad en
toda la Europa del Este, con lo que numerosas naciones pudieron romper sus
vínculos con el Kremlin y organizarse como estados soberanos.
Sin embargo, el pueblo ucraniano debió esperar. El
régimen comunista consideraba que Ucrania
era esencial para su continuidad, no solo por sus ingentes recursos
naturales, sino también por sus importantes establecimientos industriales, por
la existencia de numerosas bases misilísticas y centrales nucleares, por la
estratégica base militar de Sebastopol en la región de Crimea y por tener otro
puerto de gran importancia sobre el Mar Negro, Odesa.
En Kyiv, el 24 de julio de 1990, se izó una bandera
azul y amarilla sobre el Ayuntamiento. Fue recién el 21 de agosto de 1991
que Ucrania pudo romper sus cadenas
y proclamar su derecho soberano de autogobernarse. El emblemático monumento a
la independencia levantado en Kyiv así lo testimonia.
Al año siguiente, el 28 de enero, se
aprobó oficialmente la bandera azul
cerúleo y amarilla como símbolo nacional de Ucrania y en 2004, el
presidente firmó un decreto que establece el “día nacional de la bandera de Ucrania”, que se celebra anualmente
el 23 de agosto, víspera del aniversario de la declaración de la independencia.
De esta manera los
colores de la bandera de Ucrania se trasladaron a múltiples expresiones de la cultura local, como por ejemplo a las
casacas de los equipos deportivos que representan al país.
Por su parte las Fuerzas Armadas ucranianas poseen una
bandera común, sin perjuicio de que el Ejército, la Marina, la Aeronáutica, la Guardia Costera, la Defensa Aérea y la Guardia Nacional se identifican con sus propios vexilos. Se presentan según el orden de mención.
El
Himno nacional de Ucrania
Su música fue compuesta en 1862 por el sacerdote
católico Miguel Verbitski. Su primera
presentación pública ocurrió en 1864 en el Teatro Popular de Lviv. El poeta Pablo Chubinski, escribió su letra, que
es similar al himno de Polonia y presenta algunas semejanzas conceptuales con
el de Israel. En el año 1917 fue escogido de hecho como símbolo nacional de la
República Ucraniana. En marzo de 2003, el Parlamento le introdujo algunas
modificaciones ya que contenía alusiones a Polonia y Rusia propias de la época
en que fue escrito, cuando aún no existía un estado ucraniano. En consecuencia,
la versión oficial cuenta con solo
cuatro versos y un coro:
Letra:
Aún no ha muerto la gloria
ni la libertad de Ucrania,
Aún a nosotros, hermanos
compatriotas, nos sonreirá el destino.
Se desvanecerán nuestros
enemigos, como el rocío bajo el Sol.
Gobernaremos nosotros,
hermanos, en nuestra propia tierra.
Coro:
El alma y el cuerpo
sacrificaremos por nuestra libertad,
Y mostraremos que nosotros,
hermanos, somos de la nación cosaca.
Para terminar, los invito a escuchar y a interiorizarse de esta canción que evidencia una enorme esperanza de libertad, la que a la luz de las presentes circunstancias adquiere una épica que emociona. Bastará linkearse a https://www.youtube.com/watch?v=41Ea6cUt658
¡Salve pueblo de Ucrania, mártir de la libertad!
(*) La Asoc. Civil y Cultural Ucraniana de Rosario "23 de Agosto"
[1] Las excepciones son las de Suiza, el Estado del Vaticano y Nepal;
aunque los dos primeros admiten que se adecuen sus paños con fines
ceremoniales.
[2] Se considera que el 1% de la población total de Argentina posee
raíces ucranianas, aunque cabe mencionar que a su ingreso muchos emigrantes
fueron registrados como “polacos” o “rusos”.
muy bueno!
ResponderEliminarAgradezco mucho la atención de hacerme conocer tu opinión.
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