El “verdadero” traje de Santa Claus
Por Miguel Carrillo Bascary
En el incosnciente colectivo los occidentales caracterizan a Santa Claus
como un jovial y corpulento viejo de larga barba blanca, con grandes bigotes;
vestido con un grueso traje rojo ribeteado de piel blanca, gorro cónico de
similar característica terminado en un pompón y fuertes botas de charol negro.
Debido a su “avanzada” edad también usa anteojos.
Sin embargo el mito de Santa entronca con antiguas leyendas nórdicas y célticas;
con acontecimientos históricos que se remontan hasta el siglo IV y con otras
tradiciones que se entrelazan formando una verdadera maraña de aportes que
sincretizan tan diversos orígenes culturales.
Centraremos nuestro análisis en los atuendos que el imaginario popular
asigna Santa Claus
a lo largo de los siglos, con particular referencia a las experiencias sociales
más recientes que convencionalmente ubicamos en los siglos XIX y XX.
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Para esto es forzoso recordar que las referencias históricas caracterizan a
Santa a partir del obispo Nicolás, con sede en la ciudad de Myra, región de
Licia, que hoy forma parte de Turquía; en cercanías de la actual ciudad de
Demre, Anatolia. Myra fue conquistada por el califa de Bagdad hacia el año 800,
poco después cayó en el abandono. Hoy solo se conservan restos de la otrora
floreciente población que era la capital de su jurisdicción.
Nicolás obispo de Myra, también
recordado como “Nicolás de Myra” y
en Occidente como “Nicolás de Bari”
ha trascendido a los siglos como un santo de las iglesias Católica y Ortodoxa
que en forma anónima dotó a varias jóvenes de escasos recursos para que
pudieran casarse y evitar caer en la prostitución; sin perjuicio de otras
muchas obras de amor que dispensaba en forma de regalos o de oportunas ayudas a
los más necesitados de su pueblo. Para ello aplicó la gran fortuna que heredó
de sus padres. Falleció el 6 de diciembre del año 343; otras fuentes hablan del 352.
Antiguo sepulcro del Santo (Foto: Eigene von Aufnahme)
Este santo cobró extraordinaria popularidad entre los
siglos VI y XI. Su tumba fue venerada en la catedral de aquella ciudad por casi
setecientos años; hasta que en 1087 sus restos fueron trasladados a Italia en
1087, cuando la ciudad ya había caído en manos de los sarracenos. Por aquél
entonces, en una verdadera “operación comando”, la tripulación de un navío de
Bari pudo sustraerlos y llevarlos a esta última ciudad donde hoy se los venera.
Catedral de Bari (Italia)
Es el santo patrono de Rusia; Grecia y Turquía; también de los marineros,
particularmente los del Mediterráneo oriental. Se le atribuyen numerosos
milagros; entre ellos la resurrección de tris niños asesinados cuyos cuerpos
habían sido colocados en salmuera.
San Nicolás salvando a los marineros en peligro
Como personajes poderosos en lo
espiritual pero también en lo material, la
antigua iconografía representaba a los obispos vistiendo atuendos de púrpura,
el color propio de los grandes dignatarios por su alto costo de producción. Como
una derivación de este uso los cardenales de la Iglesia Católica aún usan
sotanas de este color. Esto motivó que a
San Nicolás se lo conciba con túnica o casulla roja, con detalles en blanco,
lo que resalta aquél color.
La posterior derivación de San
Nicolás a Santa Claus, y a sus variadas denominaciones, trasladó también la combinación cromática; que hoy es aceptada
mayoritariamente.
Para la Navidad de 1810 la tradición del Sinter Klass, como se
lo denomina en Holanda, era muy fuerte en Nueva York (antigua Nueva Amsterdam),
un movimiento de reivindicación histórica encabezado por Johnn Pitard derivó a
que se contratara al artista Alexander Anderson que elaboró la imagen que vemos
reproducida, donde el parecido del Santo con el aspecto que se le atribuía a
Santa resulta más que evidente.
La iconografía de Sinter Klass lo representa a caballo, revestido con atuendo
episcopal y una roja mitra. En esta versión es acompañado por su paje: Peter,
el Negro.
Existen numerosos testimonios que identifican a Santa con el rojo y el blanco; desde
mediados del siglo XIX. Sin embargo, una suerte de mito popular atribuye la
asignación de estos colores a la campaña publicitaria que Coca-Cola encaró
durante la Navidad de 1931 que lo contó como protagonista central.
Paralelamente, la identificación del
Santo con ciertas tradiciones germánicas y celtas determinaron que Santa Claus
usara abrigaras prendas confeccionadas
con pieles, en su color natural. Esta es una manifestación ecológica de la
leyenda.
También se lo divulgó a Santa ataviado de verde, lo que le permitía
pasar desapercibido en los densos bosques de Europa para lo cuál se camuflaba
con muérdago y follaje, una clara referencias a los druidas.
Esta interesante imagen muestra una
ligazón entre el “Santa Rojo” con una guirnalda de muérdago.
Por su parte, en ciertas regiones de Rusia se le atribuye el uso de un manto azul;
cuya intensidad también era característica de riqueza y distinción.
En este panorama tampoco pueden
faltar los Santas de traje blanco,
cuya justificación es similar a la perseguida por aquellos que usan el verde;
pero esta vez para mimetizarse con el manto níveo del invierno boreal. Sus
vestiduras albas también infieren a una designación específica de Santa,
aquella que lo llama “Padre Invierno”.
También podemos hallar una minoría
de Santas con vestimenta amarilla,
un color que es tan poco habitual que cuesta conceptuar su origen. Sin embargo,
a poco que recordemos que el mito se origina en un obispo, veremos que este
color tiene razonable fundamento.
En primer lugar, si se recuerda que
la Liturgia Católica autoriza el uso de
casullas doradas, especialmente utilizadas en las solemnidades; pero que
también es una suerte de comodín que reemplaza a los otros colores
ceremoniales.
S<an Nicolás y el papa emérito, Benedicto
XVI, revestidos con casulla dorada
La referencia al dorado podría
resultar fundamenta en la enorme popularidad del Santo difundida en íconos bizantinos profusamente decorados
o recubiertos en hojuelas de oro.
Todas estas explicaciones justifican
que Santa Claus sea ocasionalmente representado en amarillo.
Pero, sin duda la más extraña vestimenta de Santa podemos hallarla en la II Guerra
Mundial, durante su desarrollo, la propaganda bélica de Estados Unidos llegó a
representarlo con el tradicional
uniforme caqui del Ejército norteamericano, sin olvidar el reglamentario
casco modelo M1, usado entre 1942 y 1985 ¡Claro está! Como “accesorio” este
bélico Santa Claus empuña el fusil M 1 “Garand” (utilizado entre 1936 y 1959).
Una interesante histórica iconográfica de Santa Claus puede verse en: https://publicdomainreview.org/collections/a-pictorial-history-of-santa-claus/
me gusto mucho esta informacion
ResponderEliminarGracias por tu comentario, trabajé mucho para componer esta entrada. Feliz Navidad para vos.
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