Temprana contribución del Gobierno provincial
Por Miguel Carrillo Bascary
Será eterna la puja entre Rosario y Santa Fe/ Santa Fe y Rosario, lo que es fuente de incontables anécdotas de todo tipo. Muchas de ellas encierran dramáticas realidades, vergonzosos celos, innumerables muestras de envidia y otras bajezas (de los dos lados).
Rosario es “cuna de la Bandera Nacional” y Santa Fe la “ciudad de las constituciones”, cada una tiene lo suyo y por lógica están muy orgullosas de esto. Bien está. Claro que como capital de la provincia y sede de su gobierno, Santa Fe tiene ventajas en la asignación de presupuestos públicas, así lo dicen los rosarinos y lo niegan los santafesinos.
Tras este planteo, volvamos la vista atrás para recordar las innumerables gestiones de Rosario en pos de ver construido el Monumento que todos los argentinos levantaron a nuestra Bandera. Desde el siglo XIX existieron varias comisiones populares que bregaron para concretarlo.
El propósito de esta nota es poner en evidencia la notable muestra de sensibilidad de que dio cuenta en 1937 quien fuera interventor de la provincia, el Dr. Joaquín Francisco Rodríguez, quien dispuso un muy generoso donativo en favor de la “Comisión Popular Pro-Monumento a la Bandera”.
Por aquel entonces esta Comisión trabajaba de mil maneras para recabar los recursos que se volcarían en tan magna obra. Así, fueron muchos los despachos visitados, innumerables los pedidos a empresarios y comerciantes, hasta los niños de todo el país aportaron sus moneditas a través de una colecta donde también colaboraron sus maestros y profesores. Muchas veces alcanzaron el éxito, pero también aquilataron crueles amarguras como, por ejemplo, cuando el gobierno de una provincia aledaña negó los fondos pedidos aduciendo que no había ninguna razón para levantar un monumento a la Bandera.
Eran tiempos de estabilidad monetaria y los fondos recaudados se colocaron en diversas letras y bonos para que dieran su interés. Cuando en diciembre de 1942, se definió el presupuesto para la obra fue de $1.295.743,47, solo para las esculturas se calcularon $531.190. La estructura de hormigón importó $328.900. Destaco esto para que se dimensione la importancia del aporte que dispuso el entonces interventor de la provincia, $100.000, es decir casi el equivalente de un 10%.
Interesa destacar la motivación que se expresó en el
decreto que asignó la contribución, a cuyo efecto se incluye seguidamente:
Personalidad
del funcionario[1]
El doctor Rodríguez era un santafesino de pura cepa, nacido en la capital provincial el 4 de junio de 1886. Se recibió como bachiller nacional en el "Colegio de la Inmaculada Concepción" en 1902, de allí pasó a estudiar Derecho en la "Universidad de Buenos Aires", en la que se doctoró en 1907. Su preparación profesional quedó acreditada durante su corta carrera y su personalidad comenzó a ser públicamente reconocida cuando ese mismo año fue designado secretario de la Convención Reformadora que sancionó la nueva constitución de la provincia.
Su temprana vocación política lo llevó a ocupar una banca como diputado provincial en representación del departamento San Justo. Más tarde fue Fiscal de Gobierno y Tierras Públicas durante el gobierno del radical Rodolfo Lehmann y años llegó al importante cargo de Ministro de Gobierno de la Provincia. El 1º de julio de 1918, Rodríguez asumió la intendencia de la ciudad Santa Fe, cargo que desempeñó hasta el 29 de junio de 1920. Durante su gestión presidió y organizó los actos conmemorativos del centenario del paso a la inmortalidad del general Manuel Belgrano, que tuvieron lugar los días 18, 19 y 20 de junio de 1920.
Ejerció la profesión liberal y fue presidente del Colegio de Abogados. Asumiendo con generosidad su rol dirigencial se desempeñó como profesor de "Derecho Comercial" en la Facultad de Derecho de la "Universidad Provincial de Santa Fe", cuando esta se transformó en la Universidad Nacional del Litoral, asumió como titular de la cátedra de "Derecho Civil Comparado".
No me consta que esta que comentamos haya sido la única contribución provincial para construir el Monumento, sin dudas que habrá tenido beneficios impositivos o de otro carácter, pero como hemos visto en aquella oportunidad de 1937 los santafesinos y rosarinos olvidaron sus diferencias para nuclearse en el propósito de rendir condignos honores a la Bandera de todos los argentinos.
[1] Referencias
curriculares aportadas por el Dr. Diego Reynoso Mantaras.