martes, 30 de abril de 2019

El distintivo azul y el legado de Miranda

¿Amanece la libertad en Venezuela? 


Por Miguel Carrillo Bascary

Las últimas noticias dan cuenta de la fractura en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, uno de cuyos segmentos se ha puesto a las órdenes del gobierno del presidente Guaidó. Una noticia que alienta esperar que los venezolanos puedan reemprender su vida en libertad.

Para diferenciarse de la fracción militar que sigue prestando apoyo a Maduro utilizan bandas de color azul, como puede verse en diversas fotografías que han circulado al exterior de ese martirizado país.


Voceros del gobierno democrático y testimonios obtenidos desde el lugar de los hechos indican que “La banda identifica a los venezolanos con o sin uniforme que se activan para el cese de la usurpación”.


Se ha explicado que esta elección identifica al azul como al “bando propio” en los “juegos de guerra” con que se entrenan las fuerzas militares de todo el mundo; mientras que el “bando colorado” hace lo propio con las fuerzas “enemigas”. Por lo que el distintivo posee connotaciones muy significativas que supera el objetivo de diferenciar a grupos antagónicos que visten un mismo uniforme.

Agreguemos aquí que los partidarios de Maduro y, anteriormente de Chávez, que no visten uniforme se auto identifican con camisas y gorras rojas; por lo que la correspondencia entre los grupos en pugna con los contendientes en los “juegos de guerra” es absoluta.


En estas dramáticas situaciones en que pareciera alborear la libertad de Venezuela, no podemos olvidar que el color azul tuvo un temprano protagonismo en la historia de ese país.

Fue el 2 de febrero de 1806 cuando Francisco de Miranda, precursor de la independencia americana, desembarcó en las playas de Ocumare y de Coro, actual estado Falcón, comandando las fuerzas patriotas que lo acompañaban, dando inicio a la lucha contra la opresión española.

La enseña ondeaba en la arboladura de la corbeta “Leander” usada en la ocasión, por lo que la historia venezolana la conoce como “bandera naval de Miranda”. Lamentablemente no se ha conservado pero diversos testimonios indican que era de color azulado, con un Sol naciente, representativo de la libertad y una luna llena que expresaría la plenitud de la victoria que se esperaba alcanzar. Un gallardete rojo que ondeaba sobre aquella llevaba bordado en blanco la consigna de aquellos revolucionarios “MUERA LA TIRANÍA Y VIVA LA LIBERTAD”, que hoy tiene plena vigencia.



Esta bandera inspiró el diseño del nuevo emblema del estado Falcón (2006), que consta de consta de un paño azul oscuro correspondiente a “la unión entre el cielo y la tierra que esta presenta en la vista de todos los habitantes de Falcón”, que suma una franja roja en la parte superior donde se muestra la consigna de Miranda. 


Sustituyó a la empleada por Falcón entre 1997 y 2006, la que se definió oportunamente por medio de un concurso.



lunes, 29 de abril de 2019

Banderas de Cristo (cuarta entrada)

Banderas de Cristo resucitado 
#(Ejemplares atípicos)

Detalle de la imagen Nº 1

Por Miguel Carrillo Bascary

Con esta entrada culmina la serie que les dedicáramos a las banderas que evidencian el triunfo de Cristo sobre la muerte.

Imagen 1


A esta antigua y preciosa iluminación contenida en un misal del siglo XIII, llamado “de Enrique de Chichester”, se la designa como “Christ steps from the tomb on to the sleeping body”.

El estandarte de Nuestro Señor es básicamente blanco, pero. Como se observa en el detalle que preside esta entrada, lleva cargado un león rampante, un símbolo que muchas veces las tradiciones antiguas atribuyen a Cristo. Este gran felino es de gules (rojo), lo que también remite al martirio. Sendas guardas en oro y sinople (verde) resaltan la figura. La realeza de Cristo se trasunta además en su túnica cuajada de estrellas y de forro de púrpura real.

Los ángeles celebran su triunfo con música, mientras los guardias duermen, cegados por su falta de fe a la más maravillosa de las noticias de toda la Historia; obsérvese que dos de ellos tienen la tez oscura, referencia a la piel de los infieles sarracenos; otro lleva un yelmo integral que lo cubre, pero su arma es netamente oriental; mientras que la cara del restante soldado es clara, evidencia de la ignorancia del divino mensaje, aún entre los europeos. El soldado de la izquierda sostiene una bandera caudal roja, cruzada por finas líneas blancas, en triángulo, similares a las que utilizaba la pequeña nobleza en aquella época. La pieza se encuentra en la Biblioteca de la Universidad John Rylands, Manchester.

Imagen 2


Este fresco de Giotto di Bondone denominado “Noli ma tangere” se encuentra en la Capilla de la Arena, que recibe este apelativo por haberse construido sobre un anfiteatro romano de ca. 60 A.C., también llamada “de Reginaldo degli Scrovegni”. La pintura puede datarse entre los años 1302 y 1305.

La imagen nos muestra  a Cristo resucitado que se aparece María Magdalena; con su mano izquierda sostiene un originalísimo estandarte de tres farpas despuntadas, con una fina cruz en negro con inscripciones en latín que rezan “VIC/ TOR - MOR/TIS”, proclamando la derrota de la Muerte.

 
Detalle de la bandera

Imagen 3

  

La composición de Giotto parece inspirada en esta iluminación de un antifoniario preservado en la Catedral de Padua, datado aparentemente en 1306 cuya autoría discuten los eruditos. Contrasta con el “Noli ma tangere” en que el estandarte es el clásico blanco y rojo, que se nos ofrece también farpado en tres puntas truncas, pero de una extensión muy superior al que analizamos previamente.

Imagen 4


En la visión del desconocido artista de la escuela alto peruana que ejecutó este “Cristo Resucitado” (1596-1603), que se exhibe en la iglesia de la Compañía de Jesús, en Arequipa, aparece un curioso estandarte farpado bicromático. En él se sintetizan el simbolismo del blanco con todo su significado de alegría y pureza por sobre el rojo del martirio.

El lienzo blanco que viste Cristo está consustanciado con su imagen; mientras que el manto rojizo que lo recubre parece señalar que su oblación en la Cruz es un medio, una transición entre la realidad de Su vida terrena y la eternidad de Su reinado sobrenatural.

Es muy significativa la dualidad que expresan los atributos del estandarte y del ropaje, como señalando la doble naturaleza del Hijo de Dios.

Imagen 5


Una composición compleja por la variedad de personajes es la de Theodoor van Thulden (1606 – 1669), “Jesús resurrecto se aparece a su Madre” realizada en 1642, la que encontramos en el Louvre.

El Salvador dirige toda su atención a María en una escena en la que todos los figurantes manifiestan gran alegría, excepto quizás la Virgen, cuyos labios apenas esbozan una sonrisa mientras que su rosto que parecería expresar alivio al reencontrarse con su hijo.

En lo que es materia de nuestro estudio, el pendón triunfal es portado por un ángel; no termina en una cruz como suele ser común. El paño es de un desacostumbrado color azul, al que el artista ha sabido darle un aspecto aterciopelado que realza su riqueza, así como la filigrana dorada de sus bordes; junto con la pasamanería que lo complementa. Para apreciar la calidad del estandarte puede comparárselo con el manto de Nuestra Señora.

Los querubines acompañan el sentimiento de alborozo ejecutando diversos instrumentos musicales; al tiempo que otros esparcen pétalos de flores; otros más despliegan una cartela que celebra a la “Reina del Cielo”, mientras que otro angelote le quita el velo luctuoso de su cabeza.

Imagen 6


El “Típtico de la Resurrección” flanqueada por San Sebastián, el protomártir, y los apóstoles que asisten a la Asunción, de Hans Memling (1433 - 1494) nos ofrece otra curiosidad: la acostumbrada cruz procesional que Jesús sostiene con su izquierda lleva un paño verdoso, anudado a la base del lábaro, como al descuido. La obra se habría ejecutado hacia 1440; hoy se encuentra en el Louvre.

Imagen 7


El salterio de Rheinau, confeccionado hacia 1289 que hoy se conserva en la Biblioteca Central del cantón de Zurich contiene bellas miniaturas. La que se analiza manifiesta la Resurrección donde, en contraste con otras composiciones del mismo tema, los soldados observan a Cristo con sus ojos bien abiertos.

Un Cristo con reminiscencias bizantinas se presenta saliendo del sepulcro mientras sostiene con su mano izquierda pende un estandarte de color rosa. Podría pensarse que este tono es consecuencia de la decoloración del material empleado, pero si se observa bien el reverso del paño es de un rojo subido, lo que configura la originalidad del color elegido por el artista. Más aún en la superficie del paño carece de la acostumbrada cruz; en él vemos un círculo de un rosa algo más oscuro que parece corresponderse con los discos que componen el marco de la imagen

 
Imagen 8

 

Lucas Cranach, de quién ya comentara otra de sus obras en la entrada anterior nos ofrece aquí “La Resurrección de Jesús”, de gran luminosidad, plagada de delicados detalles.

 Lleva en su mano izquierda una pequeña cruz procesional enclava sobre un asta blanca; de su extremo superior surge un conglomerado de cintas predominantemente blancas finalizadas en peines de flexos dorados; aunque todas ellas parecen estar ligadas a través de otra cinta color rojo. El palo, levemente inclinado aporta notable dinamismo a la escena, que se corresponde con la tapa del sepulcro, casi palpable, inserta entre las grandes masas del segmento inferior de la composición.

Imagen 9


“La Crucifixión”, del Museo de Bellas Artes de Lyon, fue elaborada para la capilla privada del canciller Pierre Séguier por Simón Vouet (1590 – 1649), nos presenta un Cristo en posición triunfal, centro de la composición; sin embargo, compite con su figura la enorme bandera de paño blanco y cruz roja de tipo escandinavo, en donde el brazo horizontal es asimétrico, quedando en posición desplazada hacia el asta. la que vemos rematada con una pequeñísima cruz.

Concluyendo

De esta manera termino el análisis de las banderas que en la concepción de los artistas nombrados habría utilizado Nuestro Señor Jesucristo para manifestar su triunfo sobre la muerte y la esperanza de la vida eterna que nos ofrece a la Humanidad.

Una humilde manera de asociar a este Blog al júbilo de la Pascua, desde la particular visión de la Vexilología. Espero que les haya gustado.

Eso sí, por supuesto que debemos tener presente que atribuir a Cristo una bandera solo es un recurso pictórico al que apelaron los artistas para representar el triunfo por sobre la muerte "el último enemigo que ha sido vencido". 

sábado, 27 de abril de 2019

Estandarte histórico de los Blandengues

De fortines, caballos y de Historia


Por Miguel Carrillo Bascary

Noticias sobre los “Blandengues”

El extraño apelativo que distingue a los “Blandengues” ha sido objeto de muchas hipótesis y da lugar a un debate no resuelto, que posiblemente nunca tendrá respuesta, pero ellos son parte misma de la historia de ambas márgenes del gran río de la Plata.

Los orígenes del cuerpo pueden remontarse a la autorización que dio Felipe V, por Real Cédula del 18 de agosto de l726 para formar una fuerza que defendiera a la ciudad de Santa Fe a lo que siguió la reunión de la “Compañía de Caballos Coraza”, creada en Montevideo en 1730.

Pero fue en 1752, cuando se formaron las primeras unidades que se conocieron con el nombre de “Blandengues”. Estas recibieron designaciones que son toda una definición: “La Valerosa”; “La Invencible” y “La Atrevida”, cuyo principal objetivo fue guarnecer la ciudad de Santa Fe y demás poblaciones de la gobernación de Bs. Aires. Posteriormente el modelo se extendería a la Banda Oriental (Real Orden de 12 de mayo de 1797). No actuaban solo como defensa contra el accionar de los malones, también lo hacían como policía rural y más tarde oficiaron de reserva para los cuerpos veteranos de tropas ante las agresiones lusitanas y británicas.

En consecuencia, los “Blandengues” fueron las milicias formadas en la región del Litoral paranaense y bonaerense lo que convalidó Carlos III en 1760 y que fueron regladas cuatro años después. Luego de 1874 evolucionaron y se los reconvirtió como cuerpo de veteranos (Real Orden de 3 de julio de 1784). Más tarde participaron en la lucha por la independencia de Argentina y de Uruguay; se reconvirtieron y adoptaron diversas denominaciones, como la de “Caballería de la Patria”, pero en el imaginario popular el nombre y el espíritu del cuerpo persistió.

Julio Bordas Martínez nos ilustra sobre su equipo original: “El uniforme de los Blandengues era sombrero y botas negras, casaca azul con botones blancos y calzón encarnado, abrigándose con un poncho durante el invierno austral. Su distintivo era una placa ovalada azul con una cruz de Santiago roja en medio, con las letras B y F, por Blandengues de la Frontera, a los lados de la cruz y cubierto dicho óvalo por una corona real y en la parte inferior, en letras negras sobre una cinta blanca, el lema «Plus Ultra». Su armamento principal eran las lanzas de caña de tacuara con punta metálica, sable, carabina y dos pistolas, acompañados de un caballo, que debía llevar el recluta, de su propiedad”. (Ver ref. 2)


En pleno siglo XXI puede decirse que los “Blandengues” son los antecesores de dos unidades históricas. En Argentina, el Regimiento 6 de Caballería de Tanques “Blandengues”, con asiento en Concordia, y en Uruguay, el Regimiento “Blandengues de Artigas Nº1 de Caballería, escolta del presidente uruguayo. También puede reconocerse como sus herederos a la Gendarmería Nacional y a la Policía de la provincia de Santa Fe (Argentina) cuyo cuerpo de "Dragones de la Independencia" es guardia personal de su gobernador.

Morrión de los "Dragones de la Independencia"

Los "Dragones", durante una guardia de honor

Es mucha la bibliografía que existe en la red sobre los “Blandengues”. Por caso, les apunto:

Bandera conmemorativa

El pasado 23 de abril la Caballería de Argentina celebró el día de su santo patrono, San Jorge, que sirve de base para conmemorar el “día del Arma”.

La ocasión parece propicia para rendir nuestro homenaje a la Caballería que mucho contribuyó al logro de la independencia nacional y lo hacemos describiendo la bandera conmemorativa histórica que emplea el Regimiento 6, recreación del estandarte del histórico cuerpo de “Blandengues de la Frontera”.

Un blindado del Regimiento 6

Las imágenes que sirven de base a esta entrada están tomadas de “Banderas de los Cuerpos Patriotas formados con motivo de la Primera Invasión Inglesa al Río de la Plata – 1806”, obra de Juan Manuel Peña y José Luis Alonso. Fueron elaboradas por Francisco Gregoric. Trabajo reproducido en nuestro Blog (http://banderasargentinas.blogspot.com/2016/08/banderas-de-los-cuerpos-patriotas.html)

Es de forma cuadrada; su paño es borra vino; doble; su borde exterior lleva flecos plateados; excepto el lado de la vaina; va festoneado con una guarda de gajos vegetales; en plata.


En su anverso carga al centro el blasón real español; aplicado sobre un escudo de “piel de toro” azur (azur); por cimera, una corona imperial. Todo, circundado por el collar de la Orden del Toisón de Oro; ornamentado por seis banderas; las cuatro primeras de paño gules, con la Cruz de Borgoña en plata; las dos inferiores, son a la inversa; y varios trofeos en souter; cuatro cañones y dos trompetas; todo en oro; al pie: algunas balas de cañón, en plata; y un barril de pólvora, en oro.

Su reverso carga al centro el blasón de la ciudad de Buenos Aires; con forma de “piel de toro”; de campo en punta; cuyo cuartel en jefe es celeste y carga una paloma, pasmada, en plata, representativa del Espíritu Santo, de la que se desprenden los rayos de la gracia, en oro; por sobre dos navíos acolados, pardos, sin velamen; la campaña (punta) es plata; y carga un ancla semi sumergida, mostrando solo una uña, en sable (negro); timbrado con una corona imperial, acompañada de una cartela en plata donde puede leerse “CVERPO DE - BLANDENGVES DE LA FRONTERA DE - BVENOS AYRES”, en sable.

En nuestro anteproyecto de “LEY SISTEMICA DE SÍMBOLOS NACIONALES, EMBLEMAS Y SU CEREMONIAL”, numeral 9.10 del Anexo IX – “DISTINTIVOS PATRIOS”, presentado a consideración del Congreso Nacional (expte. Nº016-P-2019), planteábamos que su ancho y largo se debe corresponder con el largo de la Bandera Nacional de Guerra a la que acompaña en las ceremonias donde participa el Regimiento.

lunes, 22 de abril de 2019

Banderas de Cristo (tercera entrada)

Banderas de Cristo resucitado #3
(Hoy, las de paño rojo) 


Por Miguel Carrillo Bascary

Así como en su momento le dediqué una entrada a las banderas de paño blanco con que se representa a Cristo resucitado (http://banderasargentinas.blogspot.com/2019/04/la-bandera-de-cristo-resucitado-2.html) hoy haré lo propio con aquellas de fondo rojo.

Lo primero que llama la atención es que cuantitativamente son mucho menos los artistas que apelaron a esta forma se presentación. Veamos los ejemplos que he seleccionado.

Imagen 1

Abre esta entrada la composición debida a Lucas Cranach (1472 – 1553), confeccionada alrededor de 1537/8, existente en el “Pabellón de Caza” de Grunewald, hacia el Oeste de Berlín. La posición estática de Cristo, de pie sobre el sarcófago, contrasta ampliamente con el dinamismo que expresan el ondear de su manto y del pendón que sostiene con su izquierda, cuyo paño es rojo, sumando una gran cruz blanca de gruesa sección.

Imagen 2
  

“La resurrección de Cristo”, ca. 1480, existente en la “Galería Real de Pinturas Mauritshuis”, de La Haya, Países Bajos, es obra del holandés Dirk Bouts (1410/20 – 1475) 

Aquí llama la atención que la sencilla asta, a veces con forma de cruz ha sido sustituida por un elaborado ejemplo de lábaro procesional, finamente trabajado, que se complementa con un pendón rojo de tres farpas que lleva una relativamente pequeña cruz alba. En la imagen, Cristo bendice con su diestra y lleva el emblema con la siniestra, como es general en estas composiciones.

Imagen 3


Una obra previa, del mismo artista, realizada hacia 1455 que se preserva en el “Norton Simon Museum of Art” de Pasadena (E. Unidos) evidencia una sencillez notablemente mayor en su diseño y colorido. En cuanto al motivo central, Cristo, porta una simple cruz procesional, en donde el estandarte es de mínima superficie, con doble cauda, pero igualmente rojo, con una crucesita colorada.

Imagen 4


Se analiza ahora “La Resurrección de Cristo”, óleo sobre tabla, fechado en el primer tercio del siglo XVI, atribuido al “Maestro de Astorga”, aunque recientemente la experta Irune Fiz expresó que es factible que sea obra de alguno de sus colaboradores o de un desconocido discípulo.

Como detalle, la enseña es en realidad una flámula, enteramente roja, al igual que la túnica; mientras que la cruz posee netas características procesionales.

Imagen 5


Melchior-Paul von Deschwanden (1811 – 1881) nos ha dejado su “Cristo resucitado se aparece a su Madre”, iglesia parroquial de la Asunción, en la pequeña localidad de Selzach , Norte de Suiza.

Al observar el pendón de la cruz procesional que sostiene el ángel, es imposible abstraerse de su similitud con la bandera de Suiza, cuya forma actual ya era común al tiempo de pintarse la obra. En lo que se aparta del eventual modelo es en la extensión del brazo inferior, lo que se disimula con la proyección hacia atrás del textil. En esta peculiaridad encontramos una referencia directa con la nacionalidad del artista.

Imagen 6


En el Museo de Bellas Artes (France) está “La resurrección de Cristo” del longevo  Laurent-Pecheux (1729 – 1831). En el caso, Cristo se acompaña con una inmensa bandera roja que lleva en su derecha, sobre el paño resalta su cuerpo resucitado.

Imagen 7


La espectacular “Resurrección de Cristo” del sevillano Bartolomé Murillo (1817 – 1682) fue elaborada ca. 1640. Hoy en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Madrid Jesús se nos presenta con un estandarte farpado enteramente rojo.

Imágenes 8 y 9

Imperdonablemente no guardé las referencias de las imágenes que siguen, de características bizantinas.


La primera Interesa a este breve estudio de las banderas rojas en la Resurrección por cuanto muestra una muy definida cruz negra en el pendón rojo.


En esta segunda la bandera farpeada lleva una cruz fimbriada en blanco, tan roja como el paño donde apenas se dibuja.

Nota: en una última entrada de esta serie compartiré algunas otras imágenes que por diversos motivos escapan de los cánones de las precedentes.