jueves, 25 de febrero de 2021

El Libertador San Martín y una sorpresa inaudita

San Martín ¿nació en Salta?

Serie: Errores de Ceremonial y Protocolo


Esfinge del Libertador general José de San Martín
flanqueado por la primera bandera peruana y la de Salta
A la izquierda, el busto de O´Higgins
"Panteón Nacional de los Próceres del Perú"

Por Miguel Carrillo Bascary

Hoy 25 de febrero, se recuerda el nacimiento del Libertador José de San Martín, héroe de la Patria americana. Es conocido por todos que el acontecimiento ocurrió en Yapeyú, lugar donde se desempeñaba su padre, teniente gobernador en las Misiones, actual provincia de Corrientes.

Sin embargo, gracias a la advertencia de una lectora de este Blog que nos hizo llegar la fotografía que vemos parece que el héroe ¡habría nacido en Salta!

La toma se realizó en el magnífico “Panteón Nacional de los Próceres” de Lima. Allí, en el lugar de honor que le reconoce la Historia, puede verse un busto del general José de San Martín. A su derecha, como corresponde por tratarse de un monumento levantado en tierra peruana, se advierte una bandera de sitio que representa al Estado del Perú y, a su izquierda, se encuentra la enseña de Salta, una de las provincias de Argentina; cuando lo que corresponde acorde a todas las reglas del Ceremonial y el protocolo; así como lo testimonia la Historia es que en este lugar debiera lucir la Bandera oficial de la nación argentina.

Realicé la consulta a una fuente autoriza y se me explicó que hace algunos años una delegación salteña de visita en el lugar entregó un ejemplar de la bandera de su provincia. Lo que resulta inexplicable es que este lábaro haya sustituido de hecho al pabellón argentino y que genere confusión respecto del origen del Prócer.

En la página producida por el “Centro de Estudios Histórico Militares del Perú”, ¡nada menos! (https://cehmp.wordpress.com/2020/12/10/efemerides-inauguracion-panteon-nacional-de-los-proceres) hay una completa descripción del memorial donde puede verse lo siguiente:

Captura de pantalla del día 25 de febrero, 2021 

Ampliación de la referencia 

Más adelante obran las fotografías en primer plano de varias enseñas: la primera bandera oficial del Perú, que como se sabe fue diseñada por el mismísimo José de San Martín; la bandera de la provincia de Salta y la de la Gran Colombia, justificada por la presencia de un busto de Simón Bolívar.

La circunstancia expuesta es verdaderamente grave. No puede entenderse como un circunstancial desliz. San Martín es el padre de dos naciones la peruana y la argentina, por esto es un justo reconocimiento que su busto se presente flanqueado por ambas enseñas.

A los ojos de una persona no informada la disposición de las banderas en análisis , donde se excluye a la Argentina y aparece en un lugar indebido a la salteña, hace pensar que el prócer nació o representó a Salta, no a la República Argentina. 

Confiemos que las autoridades peruanas sabrán superar lo que queda testimoniado.


Adenda: 



Reivindicando la memoria sobre los orígenes del Libertador en este Blog he publicado dos notas que revelan aspectos poco conocidos sobre sus familias, la paterna y la materna, los invito a leer y a mirar:

https://banderasargentinas.blogspot.com/2020/07/agosto-mes-sanmartiniano-nota-1.html

https://banderasargentinas.blogspot.com/2020/08/agosto-mes-sanmartiniano-nota-2.html


Adenda: La detenida observación del video "1" cuyo link se proporciona seguidamente, permite verificar que CON ANTERIORIDAD A LA PRESENCIA DE LA BANDERA DE SALTA EXISTIÓ LA BANDERA ARGENTINA. Esto ratifica el despropósito de haberla reemplazado por la enseña salteña. 

Captura de pantalla (27 de febrero, 2021)

Nota: quien quiera ver un par de interesantes videos sobre el memorial podrá hacerlo desde:

1) https://www.peru.travel/peru360/es/view/museo-panteon-nacional-de-los-proceres-casona-de-san-marcos y  2) https://www.youtube.com/watch?v=hC_UZzPK12A


lunes, 22 de febrero de 2021

Un esfuerzo de miles para homenajear a la Bandera

Una estampilla que apuntaló la construcción del Monumento Nacional a la Bandera

 

Por Miguel Carrillo Bascary

Una muy humilde estampilla sin valor postal posiblemente sea el testimonio de mayor amor que recibió la Bandera argentina por parte de una generación, hace poco menos de un siglo. Efectivamente, la imagen que abre esta nota revela una imaginativa forma de recaudar fondos destinados a levantar el gran testimonio a nuestra Bandera que le tributó el pueblo argentino. Hoy debería ser una motivación para quienes la reverenciamos.

La iniciativa parece muy original a quienes vivimos el siglo XXI, pero a comienzos del anterior era común contribuir con alguna cifra monetaria, para adherir a un gran objetivo comunitario. Como muestra de haberlo hecho recibían una señal en forma de un lazo de colores; una pequeña silueta; una florcita de papel; en fin, cualquier elemento sencillo, que el contribuyente lucía con orgullo en su solapa; sombrero o pegaba en alguna de sus pertenencias.

En la Europa posterior a la Primera Guerra Mundial estas colectas públicas se destinaban a los inválidos; huérfanos y viudas de los combatientes fallecidos. Más tarde, la costumbre se extendió a otros objetivos. En Argentina todavía habrá algunos que recuerden las campanitas verdes del “Patronato de Leprosos” o los corazoncitos de paño rojo para ayudar a los enfermos cardíacos.

También se hizo común que los correos emitieran sellos cuya recaudación por la venta se destinada a fines altruistas: ayuda a refugiados; a la niñez carenciada; para atender a las víctimas de alguna catástrofe; etc. En nuestro Blog dedicamos una entrada a los “emblemas pro-patria” http://banderasargentinas.blogspot.com/2017/08/emblemas-propatria-por-miguelcarrillo.html

A mediados de la década de 1930 la ciudad de Rosario había visto fracasar una y otra vez su proyecto de levantar un gran monumento nacional que recordara la creación de la Bandera Argentina. Todos se habían frustrado, pero los rosarinos persistían en su empeño.  En concreto, en 1936 se formó un grupo promotor para poner “en la agenda pública”, diríamos hoy, levantar ese orgullo nacional que hoy es el Monumento a la Bandera, inaugurado finalmente el 20 de junio de 1957.

Por entonces era intendente de la ciudad, Miguel Culaciati, un activo dirigente rosarino que, con los años, estaría llamado a ser quien generó al proyecto oficial de ley que permitió iniciar las obras. Desde su función nucleó al efecto un pluralista conjunto de vecinos, pero, en cuanto a lo monetario, era evidente que la obra excedía largamente la posibilidad de hacerlo confiando en el presupuesto local.

Aprovechando el fervor patrio motivado por la celebración del 25 de Mayo, cuatro días más tarde quedó constituida formalmente la “Comisión pro-Monumento a la Bandera” que presidió el propio intendente. Muchos eran los rosarinos comprometidos con la idea.

Ya formado el lobby rosarino, sin atender a banderías políticas o ideológicas, la dirigencia local se movilizó y, tras experimentar la indiferencia de las autoridades santafesinas se optó por interesar directamente al Gobierno nacional, por entonces, bajo la presidencia de Agustín P. justo. Lamentablemente, tampoco se logró el éxito esperado, aunque se multiplicaron las expresiones de aliento a la propuesta.

En concreto, por Decreto Nº84.678 del 18 de junio de 1936; se dio carácter oficial a esa comisión con el encargo de “preparar y dirigir los trabajos del Monumento a la Bandera”, de conformidad a lo autorizado por la Ley Nº6.286 del año 1909. Formaban la misma 84 hombres provenientes del ámbito social; empresario; agrícola; ganadero; de la banca; del comercio y de las más diversas profesiones. Entre ellos estaban: el obispo de Rosario, Mons. Antonio Caggiano, miembro de la Academia de la Historia; el Dr. Calixto Lassaga, impulsor de la propuesta para solemnizar como feriado el “día de la Bandera” y su discípulo, el Dr. Rafael Biancofiore, que desde su banca de diputado impulsaría fijar el 20 de junio, como se hizo por ley Nº12.361 de 1938. La sola referencia de los restantes nos llevaría a una extensión que comprometería el objetivo que me he propuesto. Sí corresponde mencionar por sus roles institucionales a los designados como vicepresidentes, los doctores Fermín Lejarza y Emiliano Pareto; al eficientísimo secretario, Dr. Juan José Colombo Berra, y al tesorero, Leopoldo Uranga.

La Comisión, encaró una intensísima actividad procurando formar conciencia en la población argentina sobre la justicia del reconocimiento perseguido. Se multiplicaron las conferencias; notas periodísticas; actividades escolares y populares. Las gestiones ante autoridades provinciales y gubernamentales fueron incesantes. En algunos casos la respuesta fue francamente fría, como las del gobierno de una provincia vecina que se expresó diciendo que, como la Bandera era un símbolo nacional, no había porqué levantarle un monumento en Rosario, sino que en todo caso correspondía hacerlo en la Capital Federal. Afortunadamente esta fue una amarga excepción, en general la propuesta fue muy bien recibida, pero, la provisión de recursos se hacía desear.

En este trance, la Comisión propuso realizar una gran colecta nacional, que se canalizó como la emisión de una estampilla sin valor postal que importaba una contribución de diez centavos para formar un fondo destinado a la magna obra; esta es la cuya imagen abre la nota. El Gobierno nacional autorizó su venta en las escuelas por decreto del 28 de septiembre de 1936, con lo que se obtuvo la autorización para enviar las estampillas a los directores de escuela quienes quedaban responsabilizados de su venta y posterior remisión a Rosario de los fondos afectados.

 Bloque de estampillas

Fue así que la suscripción pudo extenderse hasta las más recónditas y humildes escuelas del país. En 1943, año en que se iniciaron las obras, el Ministerio de Educación de la Nación, por resolución del 4 de noviembre, renovó la autorización para la colecta escolar. La intensa actividad quedó plasmada en decenas de volúmenes donde detalladamente se consignó el nombre del niño o docente adquirente y el de la escuela que remitió los fondos; se preservan en el archivo de la Dirección General del Monumento a la Bandera. Una ficha de referencia, elaborada por el ya fallecido profesor Oscar Ensink, miembro de la Academia Nacional de la Historia, consigna que entre los alumnos del Colegio Nacional de Bs. Aires se registraron las compras de los muy jóvenes: Marco Denevi, luego afamado escritor; José M. Mariluz Urquijo, más tarde renombrado historiador; y de quien con el tiempo será ministro y economista de nota, Roberto Teodoro Alemann.

Volviendo a los trabajos de la Comisión Nacional, fue también en 1939 cuando el Decreto Nº25.828 firmado por el presidente Roberto M. Ortíz el 14 de marzo, la reorganizó incluyendo a representantes de la Dirección Nacional de Arquitectura; de la Comisión Nacional de Bellas Artes; de la Comisión de Cultura; del Museo Histórico Nacional; de la Academia de la Historia y del Ministerio del Interior; además, se crearon subcomisiones.  Su función era la de organizar una subscripción popular; llamar a concurso; establecer premios; contratar la construcción y administrar los fondos.

Meses más tarde se sancionó la Ley Nº12.575, que autorizó un presupuesto de $1.000.000 para construir el Monumento; sin perjuicio del peculio que se hubieran reunido o pudiera allegarse por medio de otras actividades o contribuciones de los estados provinciales. Detrás de tan positivos resultados se encontraba la eficaz acción de Culaciatti. Su reiterada mención nos habilita a referencias que se trataba de un destacado abogado apoderado de firmas cerealistas y de la Bolsa de Comercio local; radical; fue dos veces intendente de Rosario y diputado nacional; y que entre 1941 y 1943 se desempeñó como ministro del Interior del presidente Castillo, oportunidad en que la obra del Monumento se adjudicó y comenzó a levantarse; luego participará en la Comisión Ejecutiva que controló su avance.

Dr.  Miguel Culaciati

Al iniciarse, los trabajos se centraron en la entonces plaza “Belgrano”, un espacio que hoy está totalmente cubierto por el Monumento; ahí yacían los fragmentos estatuarios del conjunto que debió ejecutar Lola Mora para el “Centenario”, que quedó inconcluso. A decir verdad. el importe recaudado por estas colectas a lo largo de los años, fue sumamente reducido. En algún momento se dispuso aplicarlo a los gastos de construcción y se desactivó la venta de estampillas, con lo que miles de planchas quedaron sin destino.  Se hizo evidente así que la suscripción popular solo fue un medio para motivar la oportunidad de construir el Monumento; había logrado su efecto.

Con los años de esta colecta se perdió el recuerdo, hasta que en 1991 la entonces directora del Monumento, Graciela Greppi, consideró que era oportuno dar un destino a los sellos que quedaron sin vender. En consecuencia, las hizo colocar en una vistosa tarjeta de cartulina que por muchos años después se entregó a los niños de las escuelas y otras personas que visitaban el Monumento, a manera de emotivo recuerdo. Una decisión muy acertada que permitió perpetuar la hermosa historia de las estampillas y recobrar memoria del esfuerzo patriótico que hicieron sus adquirentes.

En apretada síntesis, queda expuesto el accionar de los rosarinos que tuvieron la creatividad y la responsabilidad de llevar adelante los esfuerzos hasta alcanzar el objetivo que planteó Eudoro Carrasco en 1872 y que desde 1898 vitalizaron los herederos de ese humilde pueblo de la Capilla del Rosario, en el ya lejano día en que la Bandera Nacional ondeó por primera vez en la “Barranca de las Ceibas”.

Adenda: en 1959 se distribuyó sin cargo en las escuelas otra estampilla, sin valor postal, como una motivación para participar de los actos alusivos al “Día de la Bandera”, cumplo en consignarlo.

 

sábado, 20 de febrero de 2021

Sepelio de Menem: ¿y la banda presidencial?

Dos llamativas ausencias

 Carlos Menem con sus atributos presidenciales
en las fotos oficiales de su primer y segundo mandato

Por Miguel Carrillo Bascary


Con motivo de los “Apuntes al funeral de Menen” (Ref.: http://banderasargentinas.blogspot.com/2021/02/el-ceremonial-y-el-funeral-de-menem.html), algunos amigos me han preguntado por qué no se mostró la banda presidencial. Intentaré explicar la cosa.

Llamó mucho la atención la falta de la banda y del bastón de mando sobre el féretro de Carlos Menem quien,  como expresidente de la Nación su familia tenía el derecho de así disponerlo.

Ambos son atributos del cargo que ostenta el investido y los recibe a título personal, inmediatamente luego de asumir, representan al poder que ejerce. Solos se usan en las ceremonias más solemnes y formales. Ninguno es un símbolo nacional, aunque su inclusión en el Decreto 10.302/ 1944 que legisló sobre ellos ha confundido a algunos.  Dice esta norma:

a) En sus considerandos:

(…) “Que en cuanto a la Banda que distingue al jefe del Estado sancionada por la Soberana Asamblea en enero de 1814, y reformada por la ley de la Bandera Mayor, corresponde confeccionarla fielmente con los colores, forma y distintivo establecidos en 1814 y 1818;

b)  En el articulado:

“Art. 4° – La Banda que distingue al Jefe de Estado, autorizada por la Asamblea Constituyente en la Reforma del Estatuto Provisorio del Gobierno, de 26 de enero de 1814 y alcanzada por la distinción de 25 de febrero de 1818, ostentará los mismos colores, en igual posición y el sol bordado de oro de la Bandera Oficial. Esta insignia terminará en una borda de oro sin ningún otro emblema”.

Como tales, son de propiedad personal del presidente, de manera que cuando termina su mandato los conserva en su poder. Así ha sido consagrado por una práctica inveteradas desde que cuando asumió Sarmiento recibió uno que le había hecho fabricar el primer presidente constitucional, Justo José de Urquiza. Cuando finaliza el mandato su titular los mantiene en su poder y tras su fallecimiento en algunos casos quedan en la familia, el Museo de la casa Rosada conserva la mayoría. Existe el error de que Perón regaló el bastón de su primer mandato presidencial a la comunidad mapuche de Curruhuinca, localizada en cercanías de San Martín de los Andes; pero, en realidad, se trató del que usaba en su carácter de general.


Bandas y bastones presidenciales; Museo de casa Rosada 

No hay ninguna norma que disponga sobre la presencia de la banda y del bastón para el caso de sepelio de sus titulares. La costumbre establecida era que en los sepelios de los expresidentes ambos atributos estuvieron siempre presentes, por lo que llamó la atención su omisión en las exequias de Menem. 

Raúl Alfonsín

Fernando de la Rúa

Néstor Kirchner 

Hasta el momento no han trascendido las causas de la ausencia de estos atributos sobre el ataúd del expresidente Menem.

viernes, 19 de febrero de 2021

¿Por qué suelen verse banderas en un edificio en construcción?

Banderas en obras en construcción

El Monumento a la Bandera en Rosario, ca. 1954

 

Por Miguel Carrillo Bascary

 

Ver una bandera en lo alto de una obra es una costumbre extendida, particularmente en Europa, pero también goza de validez universal.

El origen de esta tradición es tan antiguo que enraíza en la Edad Media, más concretamente en el tiempo en que levantaban las más grandes catedrales; fortalezas y palacios. Podría pensarse que es una demostración del orgullo que implicaba la misma construcción, pero en realidad entrañaba un código profesional.

 

Característica de estas súper construcciones del período era la necesidad de formar los arcos que debían sustentar la techumbre. Para la operación se empleaban andamios construidos en madera, como todavía ocurre hasta cierto punto en la actualidad. Complejos aparejos permitían izar los bloques de piedra, que debían colocarse con verdadera maestría. Cualquier imprecisión podía ocasionar un desastre y, peor aún, si ocurría un derrumbe ya que quedaban esterilizados días y hasta semanas de duro trabajo; amén de los costos incurridos. En la ecuación, la menor pérdida estaba en la vida de los obreros.

 

Construyendo la catedral de Estrasburgo

 

Uno de los factores que podía incidir en la siniestralidad era la fuerza del viento y particularmente, un brusco cambio en su dirección. Para apercibir a los trabajadores de este peligro se recurrió a un método empírico, pero ciertamente efectivo, consistió en colocar a la mayor altura posible una banderola triangular, que con su ondear daba cuenta aproximada de la intensidad y dirección de los vientos; en la misma forma que los conos de viento que se emplean en los aeropuertos.

 

 

En cuanto era posible hacer el cierre de los arcos, se indicaba el logro con otra banderola, que señalaba el tiempo de tabicar; con lo que la gravedad del peligro disminuía.

 

Una vez que el segmento o la obra misma quedaban terminados y la posibilidad de derrumbe desaparecía, al menos en lo que podía resultar previsible, se reemplazaban estas señales con una bandera que con toda lógica expresaba el orgullo de la tarea bien cumplida


Esta enseña bien podía ser la del señor feudal que solventaba la obra; la de la orden religiosa implicada o la del obispo del lugar; también la del arquitecto o el constructor principal o bien la del gremio.

 

La ocasión era motivo de celebración y en ocasiones se montaban verdaderos festivales en los que se compartía el logro con los vecinos y se honraba a los maestros constructores. Las características de la fiesta daba lugar a diversas tradiciones, propias de cada lugar. En comunidades religiosas previamente se celebraba una misa de acción de gracias, en la que también se oraba por los fallecidos durante la construcción.

 

Aquellos que se dedican a este metier profesional y quienes tengan vivencias comunitarias  acendradas tendrán muy presente cuando se termina la techada de una construcción, en la que muchas veces han participado vecinos y amigos, la ocasión sirve como pretexto para una comida en común (un asado, en el caso de Argentina) que recrea aquel primitivo ágape medieval, aunque nadie lo recuerde.

 

El auge de la construcción de “rascacielos” a comienzos del siglo XX hizo revivir la costumbre de exhibir de banderas en lo alto, como un gesto de orgullo profesional y hasta nacional.



Dos ejemplos en Nueva York

 

La usanza se extendió a los grandes puentes, una costumbre de la que el de Brooklyn es un buen exponente.


 

 

Hoy cuando los edificios poseen alturas inconmensurables en comparación de aquellos, ya no tiene sentido izar banderas en la altura porque apenas pueden ser vistas desde el suelo. Sin embargo, es bastante usual izar banderas nacionales de las grúas utilizada en las operaciones de montaje.

 

 

Seguidamente mostramos otros ejemplos que avalan lo dicho:


Un caso en Indonesia


Monumento a San Salvador, patrono de los pescadores

Mar del Plata (Argentina), en 1977 y una vez terminado


Casa Mila (La Pedrera); Barcelona


Monumento a los Expedicionarios a la Patagonia; Choele-Choel (1947)


Palacio Nicolás Boero, Rosario; 1930

Obsérvense las banderas de Argentina y del reino de Italia
(Fuente: "Fotografías y estampas del Rosario Antiguo") 

jueves, 18 de febrero de 2021

UTN: ¿un problema de identidad institucional?

La multiforme bandera de la Universidad Tecnológica Nacional

 

Isologotipo de la Univ. Tecnológica Nacional


Por Miguel Carrillo Bascary

 La referencia a la Universidad Tecnológica Nacional permite señalar la anarquía de hecho que parece existir en cuento al uso de su bandera; en todo caso esto no afecta su calidad de sus servicios educativos, pero sí perjudica la imagen que debería trasuntar.

Al respecto lo primero que debe aclararse es que es una entidad de carácter oficial, ya que fue creada por una ley nacional y se rige por la normativa de este orden, en lo que goza de un amplio margen de autonomía.

Precisamente, la adopción de una bandera evidencia su carácter autónomo, un valor capital en la vivencia universitaria desde la Reforma de 1918. En teoría su adopción debió ser dispuesta por una resolución de su Consejo Superior, convalidada por su rector. Lamentablemente no haber podido verificar la norma ya que en el home web no hay ninguna referencia a esto. En su caso agradeceré toda información que permita completar este aspecto.

En la práctica el uso de la bandera de la UTN usa su bandera, revela diversas características. Les presento algunas de ellas:





El emblema que carga en su paño blanco, tradicionalmente se lo llama “arañita”, es un isotipo que está bastante bien explicado en https://www.frvt.utn.edu.ar/UTN_Simbolo.utn#gsc.tab=0; fuente a la que derivo, sin dudas les resultará de interés.


Pero es más común que se lo emplee como un imago tipo: 


Para distinguir las diferentes unidades académicas se ha visto variedad de banderas, entre las que puede señalarse un ejemplo formado por un isologotipo; presentamos un ejemplo:


Conclusión: De la breve referencia expuesta resulta evidente que la UTN debería disponer un modelo único para representar a la entidad en forma de bandera.

Terminología:

  • Isotipo: símbolo que caracteriza a una marca o institución

  • Imagotipo: combinación de una imagen y texto que eventualmente tienen funcionalidad diferenciada.

  •  Isologotipo: conjunto formado por imagen y texto que se emplean en conjunto


miércoles, 17 de febrero de 2021

El Ceremonial y el funeral de Menem

Apuntes de Ceremonial

Zulema Menem quebrada por el dolor de su pérdida

 Por Miguel Carrillo Bascary

No por previsible, debido a su delicado estado de salud, la muerte del ex – presidente Carlos Menen sorprendió a los argentinos el pasado domingo. Su vida moldeó todo un período de la Historia nacional, con sus luces pero también con profundas oscuridades por lo que un juicio justo hoy resulta aventurado; máxime tratándose de un hombre público, multifacético y carismático.

En este aporte me permitiré puntualizar diversos apuntes, a riesgo de la inmediatez temporal y de haber sido un mero testigo televisión, por supuesto. Los juicios de valor que realizaré son estrictamente vinculados a las disciplinas del Protocolo y el Ceremonial

Una apreciación primaria y general me lleva a decir que careció de la espectacularidad farandulesca que quizás podría haberle gustado el expresidente. Se trató de una ceremonia sobria; ordenada; sin desmesuras; por momentos, cálida; donde la intimidad del dolor de la familia fue el rasgo más destacable.

Conocida la noticia, la Presidencia de la Nación dictó el pertinente decreto que dispuso duelo nacional por tres días, un lapso acorde a los últimos precedentes, de los expresidentes: Fernando de la Rúa (2019), Raúl Alfonsín (2009) y Néstor Kirchner (2010). Respecto de las implicancias de este tipo de honras fúnebres me referiré en una próxima oportunidad.

Pese a la alta investidura del fallecido no se trató de un verdadero “funeral de Estado”, como los que se tributaron a Raúl Alfonsín; Kirchner y de la Rúa. Es indudable que la ceremonia tuvo aditamentos oficiales, pero, reitero, fue una ceremonia familiar.

Por supuesto que la peculiar intimidad de las exequias no fue extraña a ciertos rasgos propios del ceremonial oficial, atento a la condición de expresidente y de senador del fallecido. Donde más se evidenció fue en la guardia de honor de 4 miembros del regimiento escolta presidencial, los Granaderos a caballo de San Martín; según lo prevén las regulaciones castrenses que acompañaron el féretro en todo momento. El histórico regimiento tuvo a su cargo la recepción del féretro, su custodia y el traslado, hasta instantes previos a la sepultura, cuando fueron relevados por familiares y amigos del difunto.

La bandera de guerra y los honores póstumos de Granaderos

Asimismo, se notó la presencia de una segunda guardia de honor, que se emplazó en un segundo plano, por detrás de los símbolos religiosos; estuvo formada por cadetes de cada instituto de formación de las Fuerzas Armadas, que en uniforme de gala representaron al “Colegio Militar de la Nación”; a la “Escuela Naval” y a la “Escuela de Aviación Militar”. Una guardia militar se vio en los sepelios de otros expresidentes.

Los restos fueron trasladados en un simple vehículo mortuorio, al igual que se hizo con los de Kirchner y de la Rúa; en contraposición con lo ocurrido en el cortejo fúnebre de Alfonsín, donde el ataúd se montó sobre una cureña a remolque de un vehículo militar. En el caso de Menem, dos rodados militares antecedieron a la misma.

Traslado de los restos del expresidente Menem 

Traslado de los restos del expresidente Alfonsín

Como Menem falleció en el curso de su mandato de senador nacional por la provincia de La Rioja fue natural que el velatorio se realizara en el palacio del Congreso, un ámbito “políticamente neutral” por ser la sede del Poder Legislativo, del que participan las principales fuerzas del país. Para la ceremonia fúnebre del último expresidente fallecido, Fernando de la Rúa, se había elegido el “Salón de los Pasos Perdidos”. Es factible que en el caso de Menem se haya considerado la opción, pero finalmente se optó por el “Salón Azul”, antesala del recinto de sesiones de la Cámara Alta; el mismo lugar donde se veló al Dr. Raúl Alfonsín. En cuanto a Kirchner el ámbito elegido fue el “Salón de los Patriotas Latinoamericanos” en la “Casa Rosada”.

La capilla ardiente en el “Salón Azul” del Senado Nacional

Vista lateral

Fue igualmente natural que la presidenta de la Cámara y vicepresidenta de la Nación, actuara como autoridad anfitriona; lo que justificó que fuera recibiera a los restos y acompañara brevemente a los deudos más cercanos al fallecido.

La hija del difunto, Zulemita, acompañada por sus hijos, Luca y Paolo Bertoldi, y también en forma aleatoria, Zulema Yoma, su ex esposa, y el hermano del fallecido, Eduardo Menem, junto a otros parientes atendieron los saludos de los concurrentes. En algún momento también estuvo Nair, el tercer hijo del fallecido. Esto contribuyó a perfilar el carácter familiar de las exequias.

A todas luces fue Zulemita quien se destacó como la verdadera anfitriona, expresando un muy sentido dolor filial y desplegó su don de gentes en una forma que corresponde destacar. En distintos momentos tuvo la delicadeza de acercarse hasta la fila de los particulares concurrentes; dialogó con ellos; les tomó de las manos; en algunos casos hasta aceptó abrazos y se la vio atenta a las expresiones de cariño que recibía para con su padre. Dadas las circunstancias y del alto número de particulares concurrentes, esta actitud fue de extrema calidez y consideración. Algo muy poco habitual tratándose de personalidades públicas.

Zulemita atendió personalmente los saludos de muchos visitantes

En el contexto de la pandemia el personal del servicio estuvo permanentemente atento para ofrecer a Zulemita alcohol vaporizado, en el curso de sus saludos a la gente. Ella misma tenía en su cartera un aerosol que empleaba periódicamente. Todos los concurrentes emplearon barbijos y, lo que es aún menos habitual, los llevaban correctamente colocados. Eso sí, el distanciamiento social fue prácticamente inexistente y los abrazos a los deudos, repetidos y prologados.

Durante las horas en que el acceso al recinto estuvo abierto, los particulares que se acercaron a darle el último adiós al fallecido entregaron a su hija flores y algunos otros presentes; entre los que se vieron rosarios y decenarios. Uno de ellos, de grandes cuentas plateadas, fue cuidadosamente colocado sobre el ataúd, por propia mano de Zulemita.

La hija de Menem acaba de recibir el testimonio religioso de una doliente

Para los servicios fúnebres la familia eligió a una reconocida y tradicional empresa, cuyo profesionalismo contrastó con la que se contrató hace pocos meses en ocasión del sepelio de Diego Maradona. Fue evidente la sobriedad y tino que desplegó su personal.

Una decisión familiar determinó que el velatorio se hiciera “a cajón cerrado”, al igual que cuando la muerte de Néstor Kirchner. No ocurrió así con Alfonsín, ni con de la Rúa.

Los restos son ingresados al Congreso Nacional

Cuando el ataúd llegó al Congreso fue recibido por varios granaderos. En esos primeros momentos se advirtió que el cajón estaba lustrado en negro, con aditamentos plateados. En la tapa pudo verse, el símbolo del Islam, la Luna en cuarto creciente (hilal) y la estrella (el planeta Venus) en metal plateado; y un Crucifijo, en bronce, sobre madera oscura.

Familiares del fallecido rodean el ataúd, a poco de habilitarse el velatorio

Llamó la atención que se privilegiara ese primer símbolo, ya que Menem practicaba la religión católica. Es conocido que el ex –presidente había sido bautizado en esta fe, por lo que cuando en su tiempo se postuló como candidato a presidente contaba con el requisito confesional, que por entonces exigía la Constitución nacional en su texto de 1853 (artículo 76). Esta demanda encontraba explicación, no como una prebenda en favor de esa religión, sino porque el primer magistrado debía ejercer funciones de patronato sobre la Iglesia Católica; lo que implicaba la presentación de obispos al Papa; admitir órdenes religiosas en el país y autorizar el “pase”, es decir, la autorización para dar a conocer oficialmente y para que se aplicaran en el territorio argentino diversas disposiciones papales; según lo preveían los incisos 7 y 8 del artículo 67 de la Constitución histórica. Este privilegio estatal desapareció formalmente con la Reforma constitucional de 1994, por lo que la confesionalidad del presidente también dejó de exigirse. Por otra parte, el ex secretario privado de Menem, Julio César Aráoz, dio cuenta en un reportaje que antes de iniciar sus tareas oficiales solía participar muy frecuentemente en la misa. Como un gesto de apertura hacia sus orígenes familiares, durante su mandato Menem autorizó la construcción de la mayor mezquita de Sudamérica y, accediendo al pedido de su ex esposa, inhumó a su hijo Carlos en el cementerio musulmán de San Justo (La Tablada, provincia de Bs. Aires).

La dualidad de estos símbolos religiosos también se plasmó en la capilla ardiente; allí se vio un gran Crucifijo, a la derecha, y el emblema islámico, a la izquierda; lo que de alguna manera expresó una compensación respecto de la posición de ambos en la tapa del féretro.

Un sacerdote católico reza en responso en sufragio del alma del fallecido

A lo largo del velatorio hubo varios oficios religiosos a cargo de ministros de diversas religiones. En todos los casos su hija y sus nietos acompañaron las oraciones. En esta pluralidad cabe encontrar un reconocimiento de los distintos cultos hacia un expresidente, que en el curso de su mandato mantuvo lógicos contactos con las iglesias establecidas en el país.

Un dignatario ortodoxo reza por el expresidente

Zulemita Menen también se ocupó de informar a los medios que, “a pesar de que (el expresidente) profesaba la religión católica, va a estar en el Cementerio Islámico con mi hermano (Carlos)". Según lo anticipado, en los instantes previos al sepelio, fue un imán musulmán quien dirigió el rito conforme a las prácticas de esta fe.

Ritual islámico previo a la inhumación de los restos

Completando los accesorios mortuorios se instalaron dos grandes candelabros con sirios de cera, emblema tradicional en este tipo de circunstancias. En los sepelios de los otros expresidentes, su número había sido mayor.

Las tradicionales coronas fúnebres que enviaron autoridades; embajadas; sindicatos; empresas y otras entidades, se dispusieron en un discreto tercer plano, ubicadas sobre los soportes de práctica. Durante el cortejo se cargaron en un trasporte especialmente acondicionado que precedió al del féretro y, ya en el cementerio, se dispusieron en cercanías del enterratorio. Las cámaras de televisión apenas si se detuvieron en las bandas que denotaban su procedencia.

En contraposición con lo visto en el reciente velatorio de Maradona las ofrendas que realizaron los miles de dolientes que se acercaron por el Congreso, fueron sumamente medidas y muy sencillas. Muchas flores; pocos ramilletes; en general rosas, particularmente rojas y amarillas, esta últimas símbolo del optimismo y de la energía, empleadas en circunstancias como la ocurrida. Los visitantes no las arrojaban hacia el féretro, sino que las entregaban al personal del servicio que discretamente las tomaban y colocaban sobre el piso, a los pies del cajón, bien ordenadas. En ocasiones, cuando era Zulemita quien las recibía, ella misma las disponía en igual forma y posición; demostrando así el respeto por las humildes ofrendas que recibía su padre. 

Zulemita coloca las ofrendas florales que acababa de recibir

Periódicamente el personal del servicio quitaba estas ofrendas florales para evitar que se acumularan de manera informe; todo un detalle. En el segundo día de las exequias se dispusieron al efecto varios floreros de cristal.

 
Posición de los floreros

También pudo observarse que un particular entregó a Zulemita una camiseta de la Selección Argentina de futbol; que ella colocó sobre el extremo del ataúd, sobre la bandera riojana. En este gesto está implicado la afición del fallecido por los deportes.

Zulemita tras recibir la camiseta del Seleccionado nacional

La liturgia partidaria se hizo presente cuando algunos de los presentes corearon en alta voz la “marchita peronista”, acompañándola con gestos propio de una concentración política. Esto marcó un vívido contraste con el mensaje de placidez y reflexión trasmitido por la canción “A mi manera”, interpretada por el conocido “Cacho” Castaña, la que se oyó repetidas veces en suave volumen durante varios momentos de las exequias. Ya en el cementerio volvió a escucharse, lo que se explicó en la predilección que el fallecido tenía por la pieza.

Algunos corearon "la marchita"

Cuando los restos fueron retirados rumbo su última morada, los despidió desde la escalinata del Congreso la fanfarria “Alto Perú”, de Granaderos. Una vez allí, acorde a los esporádicos rasgos oficiales que se cumplieron durante la ceremonia, en momentos previos a la inhumación, un clarín realizó el toque de silencio a cargo de un efectivo de la banda del histórico Regimiento de Artillería 1 “Brigadier General Tomás Iriarte”, escolta del Ministro de Guerra de la Nación; luego ejecutó una marcha fúnebre.

La fanfarria despide los restos al salir del Congreso 

Estudio sobre las banderas

En este tipo de ceremonias y en contra de lo que suele pensarse, las banderas no son elementos decorativos; en absoluto. Menos aún Bandera Oficial de la Nación; ella entraña un profundo simbolismo, propio de la representación del pueblo argentino y del Estado. Para la ocasión en la capilla ardiente se sumó la bandera de la provincia de La Rioja, en razón del mandato senatorial que Menem ejercía a la fecha de su muerte; también estuvo justificada por haber sido dos veces su gobernador y como muestra del amor al terruño natal que siempre evidenció el expresidente. 

Las banderas oficial en posición

Fue patético escuchar que uno de los locutores de un canal televisivo se refirió a ella como “la bandera de Siria de donde eran oriundos los padres del fallecido”. Como vemos, las diferencias entre ellas son harto notorias:

                                         La Rioja                                                        Siria

Ambas se presentaron con el asta, la moharra y el pie soporte que fija el Decreto Nº1650/ 2010; una pauta de elemental observancia en el Ceremonial vigente. Ninguna llevó el lazo negro previsto para las enseñas militares y que es usual en el ceremonial de otros estados, por no ser esta la costumbre en Argentina. Durante la formación realizada en el cementerio pudo verse este complemento fúnebre en la “bandera de guerra” y en la del “Ejército de los Andes”, que oficia de divisa particular del Regimiento de Granaderos a Caballo,

Debemos detenernos muy especialmente a considerar las piezas que se dispusieron sobre el féretro, cuando ya este se encontraba en la capilla ardiente. Como expresidente fue natural ver la Bandera nacional extendida en todo su lago, se trató de un ejemplar luctual, el que se caracteriza por llevar el Sol girado y cintillas en cada vértice del paño, lo que permite fijarla a las manijas del cajón para que permanezca firme y no se deslice. En cambio, la enseña provincial se colocó en forma transversal, en el extremo inferior del ataúd, para no ocultar el Sol de la Nacional; carecía de fijación particular.

Disposición de las banderas obre el ataúd

Detalle del lazo que une la bandera luctual con una de las asas del féretro

No ocurrió así en el funeral de de la Rúa donde se empleó una bandera común, por lo que sus vértices debieron anudarse a las asas.

Durante el traslado hasta el cementerio y hasta instantes mismo de su inhumación ambos paños estuvieron fijados mediante un dispositivo de cuerdas blancas entrelazadas, las que luego sirvieron para concretar el descenso de la caja a la tumba. Obviamente que las banderas fueron retiradas antes de esta última operación; y se entregaron a uno de los granaderos de la Guardia.

 Disposición de las cuerdas de fijación y descenso

Hubo un aspecto que rompió el pertinente protocolo, lo que incomodó a algunos puristas y quizás, a cierta parcialidad deportiva. Se trató de un gesto de notoria familiaridad, protagonizado por los nietos del fallecido (Luca y Paolo), que dispusieron sobre las banderas una camiseta del “Club Atlético River Plate”, del que era notorio fanático el expresidente. A lo largo de las exequias la pieza ocupó distintas posiciones y en ocasiones llegó a cubrir buena parte de la enseña riojana, lo que no está bien. En lo particular creo que cabría disculpar este gesto emotivo, aunque en lo formal no sea pertinente; recordemos que no se trataba de un “funeral de Estado”.

Luca Bertoldi acomoda la casaca deportiva ocultando parcialmente las banderas

Ya en el cementerio se vio al más pequeño de los nietos de Menem, que luego de retirarla abrazó la casaca amorosamente.

El pequeño Paolo Bertoldi con la camiseta de River

También fu visible la casaca de la Selección Nacional de futbol que uno de los visitantes entregó a Zulemita luego de darle su pésame, ella misma se ocupó de disponerla sobre el extremo inferior del ataúd; como particularidad la camiseta llevaba una silueta en negro de Diego Maradona. Esta pieza no fue vista cuando se concretó el traslado. 

Zulemita acaba de recibir la camiseta nacional

De esta manera considero cumplido el cometido de reflejar los aspectos más salientes de la ceremonia desde la perspectiva del Ceremonial; por supuesto tan subjetivas apreciaciones quedan abiertas a un respetuoso y profesional del debate.

Nota: para componer este análisis se tomaron fotografías difundidas por el Senado Nacional y los medios: Telam; Clarín e Infobae. Cumplidas gracias.