lunes, 30 de noviembre de 2020

Equívoca demostración de pesar

La Bandera Nacional que no debió cubrir un ataúd

La Bandera argentina cubriendo un ataúd

Por Miguel Carrillo Bascary

Hace unos días falleció en un accidente de helicóptero uno de los más importantes banqueros argentinos. Como toda muerte, la noticia es muy lamentable pero no deja de ser un acontecimiento que se desarrolló en el ámbito privado, aunque haya tenido la lógica repercusión en el sector empresarial.

Al difundirse la crónica del sepelio fue una sorpresa general conocer que el ataúd fue cubierto por la Bandera nacional, lo que fue señalado como un verdadero despropósito; para otros debió ser cosa válida.

Estas opiniones encontradas me llevan al presente comentario.

Es costumbre universal propia del ceremonial mortuorio que se cubra el ataúd con la bandera nacional solo en caso de que se trate de un héroe; de una persona caída en el cumplimiento de su deber para con la sociedad; de una alta autoridad electa por el pueblo; de un monarca o miembro de la aristocracia vinculada o de una personalidad merecedora del reconocimiento generalizado de toda la sociedad. Desde la perspectiva local un ejemplo reciente es el de Maradona.

No es el caso del banquero fallecido quien, sin disimilar su importancia como empresario, solo era conocido en el limitado mundo de los grandes negocios, por ende, su muerte no provocó un pesar público, simplemente por tratarse de un desconocido para la mayoría de los argentinos.

Corresponde señalar que, en Argentina, el uso de la bandera oficial en ceremonias fúnebres no está regulado por ninguna norma; con excepción de que sean miembros de las Fuerzas Armadas y de Seguridad y solo en las circunstancias expresamente reglamentadas. Como otra fuente de Derecho, la costumbre reserva el homenaje de cubrir con la bandera un ataúd a los casos expresados.

Lo ocurrido con el banquero no constituye en sí mismo un agravio a la Enseña patria, como alguno ha llegado a decir, pero a todas luces que no se adecua a la circunstancia del caso analizado. Cumplo en destacarlo.

Para mayor referencia, la Bandera patria es obviamente una representación de la Nación Argentina, no se trata de un complemento decorativo ni de un atributo válido para caracterizar honrar a una personalidad que no revista las condiciones antedichas. En todo tipo de demostraciones, además que prudente, su uso tiene que ser restrictivo, por toda lógica.

Volviendo a la realidad por la que atravesamos, es oportuno recordar a los cientos de miembros del personal de la Sanidad y de otros servicios esenciales que en los últimos meses ofrendaron sus vidas en el silencioso cumplimiento de sus deberes.

No conozco que la Bandera de Belgrano, San Martín y de todos los argentinos haya cubierto sus ataúdes. ¡Quisiera que hubiera sido así! Se lo merecían. Ellos no tuvieron honores pero les aguarda el premio eterno a su entrega.

En lo particular, mis oraciones en sufragio del fallecido y mis condolencias a la familia del empresario.

A quienes se equivocaron en los reconocimientos al empresario desaparecido, me permito pedirles una sincera reflexión. Hemos de tratar de no banalizar a nuestra Bandera ya que representa, nada más, ni nada menos, que a toda la Nación no a un sector particular de quienes tenemos el orgullo de ser argentinos.

La soledad de nuestra Bandera y de un ataúd





viernes, 27 de noviembre de 2020

El extraño caso de Ostende

Una bandera de 3 lados

Histórica bandera del balneario de Ostende 

Por Miguel Carrillo Bascary

La imagen define la historia e identidad de Ostende. Su forma y composición, aún para quienes la conocen no deja de llamar la atención. Como estamos entrando al verano del hemisferio Sur parece pertinente analizarla.

Ostende x 2

El nombre despierta sensaciones marinas, nos habla de las extensas playas; de la belle époque; donde la alta sociedad vacacionaba respirando los aires salobres, en la costa de Bélgica, cercanías de Brujas. Fue fundada en 1445 y su puerto ubicado sobre el Mar del Norte le dio cierta prosperidad. A mediados del siglo XIX se la conocía como como una “estación de baños” status que mantiene, aunque ya no sea tan exclusiva como antaño.

La plata de Ostende, Bélgica, en 1897 y su bandera local 

Pero esta entrada se refiere a “otro Ostende”, que se ubica en Argentina. Fue en su origen una costa medanosa de la provincia de Bs. Aires, a unos 300 kilómetros de la Capital, barrida por los vientos; frente a un mar inmenso. Ahí nació Ostende a comienzos de 1913.

Europa aún vivía en la belle epoque; las bicicletas hacían furor entre las jóvenes; los hombres usaban traje de tres piezas y los varoncitos vestían como “marineritos”; poco faltaba para que la I Guerra Mundial estallara en drama y sangre. Argentina acababa de festejar la gran fiesta del centenario, era una potencia en ascenso a nivel mundial, pero pesadas nubes se delineaban en su horizonte social.

En la inmensidad de una pampa el ferrocarril del Sud abrió un camino hacia el desolado litoral marítimo, corría 1908. Al año siguiente dos aventureros Ferdinand Robette (belga) y Agustín Poli (italiano), formaron una sociedad que proyectó establecer un balneario estilo europeo. Compraron una fracción tierras, mejor dicho, de dunas y delinearon una urbanización muy ambiciosa bajo parámetros higienistas para el placer de los veraneantes; quizás germen de un desarrollo mayor.


Vista general de la urbanización (la fecha señala el nacimiento de la rambla) 

Un mayor detalle 

Puede decirse que el primer hito fue la “Rambla Sur” cuyos restos, varias veces cubiertos por la arena fueron definitivamente desenterrados entre 1992 y 1993; mudo testigo de los sueños de aquellos pioneros.

Restos de la histórica rambla 

En diciembre se inició la construcción de un gran hotel de unas 80 habitaciones y todas las comodidades que exigiría la selecta clientela a la que aspiraba servir. Colonos japoneses afincados en las cercanías aportaron la mano de obra. Un pequeño tren especial vinculó al hotel con la estación donde terminaba la línea que llevaba a la capital Federal. Un muelle permitía recibir insumos.

El Hotel en sus inicios

Los primeros años fueron duros. Varios factores se sumaron para que el proyecto no llegara a buen puerto: primero fue el estallido de la Guerra Mundial que hizo que sus propulsores volvieran a Europa; luego, fue el viento y la arena lo que provocó que Ostende corriera serio riesgo de desaparecer engullido por la Naturaleza. Sin embargo, tuvo la simpatía de la sociedad porteña y recibió numerosos visitantes distinguidos. Los años 30 y 40 fueron sus tiempos de su mayor esplendor. Mucha de aquella magia todavía se conserva que el original “Termas Hotel”, sigue prestando sus servicios bajo el nombre de “Viejo Hotel Ostende”.

El "Ostende Hotel"

En 1943 comenzó otro proyecto cercano, Pinamar que con los años prevaleció y que ha llegado a convertirse en eje de un conglomerado turístico, muy lindo e importante. Cincuenta años después fue reconocido como cabecera del partido de su nombre, abarcando Valeria del Mar, Cariló, Montecarlo; Mar de Ostende y …, por supuesto, Ostende. En conjunto suman unas 26.000 habitantes permanentes (Censo 2010).

Puede advertirse la altura de las dunas con relación al Hotel 

Cercana al Hotel, sobre la playa, se levanta una modestísima construcción prefabricada en maderas que es considerada la primera residencia de veraneo de la localidad. que en los años 30 mandó construir para su esposa y familia el ex presidente de la Nación Arturo Frondizi.

"La Elenita", de la familia Frondizi

Ostende en sus banderas

La Vexilología nos enseña que las banderas pueden tener innumerables formas, aunque la mayoría sean rectangulares (alguna vez explicaré por qué); aunque en Europa y Asia pueden verse algunas que a los verdaderamente extrañas. Es posible que la de Ostende sea la única bandera triangular en Latinoamérica; hecha la salvedad respecto de los usos náuticos, donde abundan.

Diversas formas de banderas

El ventoso 6 de abril de 1913, el emblema de Ostende flameó por primera vez. Sus colores remiten a la ensaña patria argentina; al límpido cielo y a la espuma del mar, aunque también podemos ver reflejados en ellos a los trajes de baño de los caballeros de entonces. Una gran “O” dorada, particularizó el futuro que auguraban los visionarios empresarios. Por esas cosas del destino, este paño triangular quedó como testimonio vexilológico del hermoso proyecto que no pudo ser.

Si tuviéramos que caracterizarla podemos decir que es una pieza histórica. Así se la muestra en el museo local, acompañando al escudo que debió ostentar la frustrada ciudad.

Imagen que se muestra en el Museo Histórico local

Su blasón tiene mucho para decirnos, fue diseñado en el estilo naturista, propio de fines del siglo XIX. Tiene forma germánica, de los que se usaban en las justas medievales, con un recorte para permitir mayor maniobrabilidad a la lanza. Su campo carga un mar sereno; una canoa de pesca sobre la que se recuesta plácidamente una joven rubia, apenas cubierta por un lienzo celeste, notable premonición de los bikinis. En su mano derecha sostiene una caracola. Tan “lanzada” imagen, a principios del siglo XIX, nos habla de libertad (en todo sentido); pero también de un tranquilo un contemplar a la Naturaleza. Todo sobre un paisaje marino, con un cielo sereno y un Sol, rojizo, poniente, recordando que Ostende puede traducirse como “puerto del Oeste”; lo que indica el nombre del balneario belga.

El blasón diseñado para la ciudad de Ostende 

Por timbre, una muralla, emblema de la ciudad que aspiró a ser. En la ornamentación la bandera local; un delfín y dos aves marinas (¿gaviotas?) en vuelo. Por lema puede leerse el nombre de “Ostende” inscripto sobre típico aro salvavidas rosáceo.

Un conjunto insinuante de ejecución compleja a nuestros ojos, demasiado elaborado pero acorde a los usos de la época. En sí mismo constituye un elemento publicitario que lució en los prospectos destinados a promocionar la ciudad balnearia que nacía.

Escudo de armas de la ciudad de Ostende, Bélgica

Si lo comparamos con el blasón de la ciudad belga es imposible no observar cierta influencia en el diseño elegido por los emprendedores. Eso sí, lo flanquean una ninfa oceánide y un tritón; mientras que otros atributos heráldicos definen la impronta histórica del burgo.

Bandera de Pinamar  

Como Ostende integra Pinamar, la bandera del partido nos habla de los dos colores que predominan allí.


Nota: dedicado a mis amigos Ana María y Juan José Staffieri.


jueves, 26 de noviembre de 2020

Dos errores muy comunes

Un caso práctico en materia de banderas de posición

Presidencia de la Legislatura, Córdoba

Por Miguel Carrillo Bascary

 

La fotografía lo expresa todo. Ambas banderas de posición deberían estar flanqueando al sitial del presidente de la Cámara, de manera que sean fácilmente advertidas por el cuerpo principal de legisladores y de que no queden ocultas cuando las autoridades que lo flanquean tomen asiento.

Para corregir la desatención bastaría desplazar ambas las banderas unos pocos centímetros en dirección al centro métrico.

Este es un error que se repite harto seguido en diversos eventos, por lo que debería ser cuidadosamente controlado cuando se arma la presidencia.

La ocasión es oportuna para reiterar que la razón que justifica colocar “banderas de posición” es testimoniar la legitimidad de la autoridad a la que acompañan, sino ´que también representan al pueblo que le ha conferido el mandato que ejerce. ¡Nada menos!

Como un detalle más, el sostén oculto que permite desplegar parcialmente el paño de la enseña cordobesa tiene que estar igualado con el que corresponde a la de Argentina. En un ámbito formal del tipo que es el recinto de sesiones de una Legislatura, esta sutileza resalta.

Sí, son detalles, pero en materia de Ceremonial toda atención es poca y de no ser atendidos este tipo de desfasajes la imagen institucional que proyectan es negativa.

¿Algo más? Sí, adviértase el “protagonismo” desproporcionado que tiene el matafuego. Mayor incluso que el de las banderas. ¿No hubiera sido factible desplazarlo hacia su derecha?

Suele ser más común de lo que se piensa que escapen a la atención de una organización aspectos del entorno que inciden también negativamente en la prolijidad del armado.

Las flechas verdes señalan el correcto posicionamiento de ambas banderas.

Las rojas indican los lugares en los que primariamente se pudo colocar el matafuegos. Sin embargo, si de analiza el sector con mayor perspectiva, es evidente que el "intruso" pudo emplazarse algunos metros más hacia los lados. A los efectos de la seguridad no hubiera hecho diferencia.


En noviembre de 2019 la Legislatura se trasladó al moderno emplazamiento que hoy ocupa.

Aspecto externo

Vista del moderno y muy funcional interior

Vemos aquí que las banderas de posición se han multiplicado, respondiendo a una tendencia en boga. 

A la derecha del estado luce un solitario mástil destinado a la Bandera oficial de la Nación, es correcto. Ahora bien, tratándose de una legislatura provincial, creo que hubiera sido propio disponer un segundo mástil para izar en él la enseña de Córdoba. Espacio había y en el desarrollo del acto de inicio de las sesiones ambas podrían haberse elevado al mismo tiempo, con solo observar que la Nacional llegara el tope unos instantes antes. En definitiva, una forma más de acentuar la autonomía local, propia de un estado federal como el de Argentina.

jueves, 19 de noviembre de 2020

Armando el pesebre 3/ Belénes en pandemia

¿Cómo y porqué adecuarlos?

Un pesebre en pandemia, reflejo de nuestra actualidad y esperanza renovada 

Por Miguel Carrillo Bascary

La Navidad en pandemia

La Navidad 2020 se presenta a un mundo sumergido en el drama de la pandemia que enfrenta a la Humanidad con su propia contingencia. Este mal evidencia la transitoriedad de nuestras vidas frente a la aparición de esa pequeñísima partícula que llamamos virus.

No será ni la primera ni la última Navidad en la que una enfermedad planetaria condicionará las tradiciones con que solemos festejarla. Lo que es una verdad insoslayable radica en que los 7.700 millones de humanos que hoy pueblan el planeta no registran memoria vital de un evento similar.

Por esta razón, la parafernalia de costumbres, comidas, bebidas y todo tipo de ceremonias que con pasmosa diversidad ofrece cada cultura se verán ciertamente modificadas.

Despojada la Navidad de muchos de sus componentes adventicios y condicionada en las formas externas con que se manifiesta, es factible que para muchos recobre su sentido primario, esto es celebrar la encarnación del Hijo de Dios en la pequeñez del Divino Niño acabado de nacer. Un misterio con que la revelación nos informa que, en ese pesebre de Belén y en un momento histórico concreto, se presentó al mundo el Emanuel, como una sola persona, dotado de una verdadera naturaleza divina y de otra humana, igualmente verdadera. O bien, dicho de otra manera, como verdadero Dios y verdadero hombre.

No pretendo abundar acá sobre el significado de la Navidad, solo intento avocarme al terreno que me resulta conocido, es decir, el simbolismo entrañable de esa composición plástica que en algunas naciones se llama “pesebre” y en otras, “belén”.

Desde que San Francisco de Asís presentó la primera recreación estilizada del misterio de la Navidad, el pesebre mantiene su mensaje de alegría; como evidencia de sencillez y de pureza, alentando la esperanza sobre nuestras historias particulares ante el cambio de año civil que se avecina.

En 2016 compartí en este Blog mis experiencias sobre la costumbre universal de armar los belenes y hoy resulta muy válido recordarlo, como referencia para quienes pudiera interesar (ver nota al pie).

Más allá de lo dicho, vuelvo al común presente, donde la pandemia es parte de nuestra realidad y no parece oportuno que la representación del Nacimiento ignore las preocupaciones de la hora. No se da la espalda a las durezas de la vida, corresponde asumirlas desterrando el facilismo de negarlas.

De esto tratan las reflexiones que comparto, las que definirán los conceptos consecuentes. 

Desde la perspectiva de la edad

No olvidemos que el Santo Francisco creó su primer belén para manifestar la magnífica noticia evangélica al espíritu sencillo de los campesinos de su entorno. De esto se hoy se hacen eco los niños, con sus espíritus plenos de pureza y abiertos al asombro.

Los que a la fecha transcurrimos la madurez o el ocaso de su vida, cargados de los años vividos; aquellos que enfrentan el futuro desde sus proyectos aniquilados; quienes experimentan las tenazas dolorosas de la enfermedad; la opresión de la soledad o transitan situaciones límites; las víctimas de la guerra, del hambre, de la ignorancia, de la violencia, de la incomprensión y de las injusticias; al llegar la Navidad inevitablemente nos retrotraemos a esos primeros años, donde mirábamos arrobados las figuras que representaban al Niño Jesús; a su Madre; a San José, los pastores y reyes; mientras los coros angélicos proclamaban “Os ha nacido en la ciudad de David el Salvador que es el Cristo, el Señor” (Lucas 2; 11).

Precisamente, pensando en los niños de hoy, considero que los belenes/ pesebres podrían captar la realidad donde estos comienzan a conocer la dureza de ciertos aspectos de la vida. Por eso entiendo que cabría reflejar las conductas sociales marcadas por la pandemia, en el armado de los pesebres, como un mensaje propedéutico particularmente dirigido al presente de los niños.

Pautas para adecuar su armado 

Sin más preámbulos entonces, sugiero como oportuno y pertinente que, cuando próximamente se armen los pesebres consideremos representar a algunas de sus figuras con cubre bocas, al igual que se nos pide por razones sanitarias. Veamos de qué manera:

·      Los pastores y los reyes magos; sus servidores y cualquiera otra figura humana debería mostrarse con cubre boca/barbijo o máscara, según se denomina a este objeto en nuestras diversas sociedades. Aquí se resaltará el sentido solidario que entraña el uso del adminículo y la responsabilidad hacerlo, como una muestra de amor para con nuestros semejantes.

·      Lo mismo vale para el San José, en tanto que, como celoso custodio del Niño Jesús, se nos antoja que habría sido el primero en cumplir con las previsiones sanitarias. Esto servirá para resaltar la responsabilidad paterna en la observancia de los cuidados necesario y como modelo del acatamiento a los preceptos que regulan la vida en sociedad.

·      En cuanto a la madre del Salvador, la Virgen María, vale lo mismo que lo dicho para José pero, para diferenciarla, cabría hacerlo con un rasgo distintivo que nos permita sentirla más cercana, como que también somos sus hijos (Juan 29; 16). Para esto propongo que su tapa boca sea transparente, como también al algunos de uso cotidiano. Lo observado puede servir de disparador para que los niños reflexionen en lo especialísimo del vínculo entre Cristo y nuestra Madre Común; así como en la enorme dimensión del amor materno/filial; al par que concitará la observancia de María como modelo de entrega a Dios.

·      Como seres espirituales es obvio que no corresponde que los ángeles lleven sus “bocas” cubiertas. Con esto se podrá ilustrar a los pequeños sobre su naturaleza inmaterial y explicarles que, si bien los representamos como figuras humanas aladas se trata de un convencionalismo cultural.

·      Como un reflejo de la realidad actual, donde los bebés no usan cubre boca y como certificación patente de la divinidad del Niño, tampoco se lo debe presentar cubierto. De esta forma se reforzará el concepto del poder y de la eternidad del Niño Jesús; protagonista de la historia; vencedor del demonio; la muerte y de todo mal.

·      La otra prevención sanitaria con validez universal es el distanciamiento social, que también cabría respetar en la preparación de los belenes. Para esto bastará distanciar las figuras, de tal modo que los niños adviertan la diferencia respecto de las presentaciones de años anteriores. Eventualmente podría reflejarse el concepto de “burbuja”, con lo que los Reyes podrían agruparse entre sí, al igual que los pastores. De entre las conductas sanitarias que se nos requieren, el distanciamiento social posiblemente sea el que más nos cuesta y el que menos entendemos; por lo que la ocasión será buena para patentizar la necesidad de observar la conducta; con todo lo que esto implica, particularmente, la responsabilidad social para con los otros.

·      Otro detalle propedéutico, no sin reconocer su evidente anacronismo, sería la opción de colocar entre los partícipes alguna figura ataviada como médico o personal sanitario. De esta forma se patentizará el sacrifico de los profesionales que velan por la salud de los millones de afectados por la pandemia. También se podrían sumar otros participantes, que en su carácter de “personal esencial” coadyuvan a la presente situación, incluso a riesgo de sus vidas. 

En cuanto a la ejecución

Atención, no toda figura del belén admitirá la colocación de cubre bocas. Se evitará hacerlo con aquellas que por sus características sean de naturaleza patrimonial, particularmente las de antigua data, ya que podría dañarse su pintura o ciertos detalles del dorado a la hoja que tienen algunas.

Por lo demás, el aditamento puede confeccionarse con facilidad recortando una etiqueta autoadhesiva blanca, de esas que se usan para tareas escolares o prepararlo con una cinta plástica. Para el que use la Virgen bastará un fragmento de celofán o cinta traslúcida engomada, si la pieza fuera pequeña; en el caso que tenga un tamaño algo mayor puede improvisarse también con un recorte de plástico transparente.

La preparación de las figuras es una tarea que se presta como actividad lúdica de la que podrán participar hasta los más pequeños. Un factor de integración familiar que cabe capitalizar.

Cuando se trate de un belén instalado en un espacio público; en la vidriera de un negocio o en algún sector de un centro comercial, la presentación de las figuras pertinentes con cubre bocas cumplirá el mismo objetivo ejemplificador que el que se ha popularizado presentando los monumentos y estatuas con estos adminículos. 

Terminando

La diversidad de situaciones; disponibilidad de piezas; amplitud de espacio y otro sinnúmero de circunstancias determinarán variantes a la propuesta. En la composición de los pesebres la creatividad siempre ha sido la regla.

Por supuesto que lo fundamental será explicar a los niños las razones que inspiran estas innovaciones respecto del clásico modelo de pesebre, para lo que adaptará el lenguaje y se buscará hacerlo con formas accesible a sus realidades particulares. Para cumplir esta delicada función ¿qué mejor que los padres y eventualmente, los abuelos?

Lo propio ocurrirá con los referentes de otros conjuntos sociales en donde se presenten pesebres. Por ejemplo: municipios; parroquias; merenderos; establecimientos escolares que se encuentren habilitados y similares.

Cabrá comunicar el mensaje desde el asumir las duras circunstancias del presente proyectándolas en la dimensión de esperanza que implica la venida del Salvador a la historia humana y a nuestras historias particulares.

Obvio que la habitual composición del pesebre sin dudas que será la opción mayoritaria pero las referencias previas parecen oportunas para acompañar las circunstancias de la vida en el presente.

Nota:

Posición de las figuras en el pesebre navideño: http://banderasargentinas.blogspot.com/2016/12/posicion-de-las-figuras-en-el-pesebre.html

El “Niño Dios” ¿se coloca en el pesebre o se espera hasta Navidad?: http://banderasargentinas.blogspot.com/2017/12/el-nino-dios-se-coloca-en-el-pesebre-o.html

lunes, 16 de noviembre de 2020

Banderas locales, opciones superadoras

 Las banderas con doble diseño

Lomas de Zamora, bandera de izar y de ceremonia

Por Miguel Carrillo Bascary

En los últimos años se multiplicaron en Argentina las banderas municipales o comunales, pero es lamentable que por falta de un adecuado apoyo profesional muchas incumplen las pautas de diseño que aconseja la Vexilología (disciplina que estudia estos emblemas)

Apoyo profesional en Vexilología

Si bien son pocos los vexilólogos serios que existen en el país, esto no debería ser obstáculo para que un municipio o comuna pueda contar con un prudente asesoramiento. Entre otros aspectos positivos, un diseño de mejor concepción aumentará la posibilidad de que el símbolo alcance la trascendencia que de él espera.

La especificidad de la temática es de significación; implica vastos conocimientos de diversas vertientes que confluyen en la Vexilología.

Digamos desde ya, que las competencias profesionales de un licenciado en diseño no son suficientes. Tampoco un graduado en Comunicación; ni en Publicidad; ni en Bellas Artes; ni en Ceremonial cuentan con la capacitación objetiva que les permita diseñar una bandera acorde a las reglas vexilólogicas.

Como en cualquier orden además de un título universitario de base se deberá analizar la trayectoria laboral, como evidencia de competencia y de la responsabilidad implicada en la adopción de un emblema que representará a un conjunto social institucionalizado como municipio o comuna, nada menos.

Una dura realidad

Son verdaderamente excepcionales las ordenanzas que disponen modelos patrones de banderas confeccionados en forma acorde a las escalas de colores estandarizadas a nivel internacional; también es muy común que no contengan imágenes vectoriales, las que deberían asegurar la exacta reproducción del emblema. Además, muchísimas veces se omite disponer sobre las proporciones del paño; así como las características y colores de la corbata; del tahalí y de las bandas para escoltas.

¡Parecen ser demasiados olvidos para la importancia que se espera de una bandera municipal o comunal! Sin embargo, en la práctica suele haber urgencias políticas que demanden apurar los “tiempos” de los proyectos, lo que incide en el resultado final. En otras, los aspectos técnicos inherentes conspiran para el trámite de la norma por cuanto los legisladores dudan a consecuencia de no contar con asesoramiento idóneo.

Es lógico que cada comunidad adopte la bandera que ella misma decida. Generalmente lo hará a través de un concurso. Como evidencia de la autonomía de la voluntad, la decisión merece el condigno reconocimiento; pero no deja de ser una pena cuando vemos algunos muy pobres resultados.

En lo cotidiano es muy común que se aprueben enseñas que cargan en sus paños emblemas muy complejos. Más aún, algunas contienen excesivos elementos que se transforman en una mezcolanza ininteligible, particularmente cuando se izan en lo alto de un mástil.

A título de ejemplo se muestran algunos diseños de banderas locales, todas ellas de Argentina, que muestran un notorio alejamiento de los cánones vexilográficos:

San Antonio (Misiones)                              Ullum (Mendoza)

Pto. Gral. San Martín (Sta. Fe)           José C. Paz (Bs. Aires)

Colonia Protestante (Entre Ríos)            Cañada de Gómez (Santa Fe)

Va. Constitución (Santa Fe)                  Los Antiguos (Santa Cruz) 

En ocasiones la complejidad es de tal grado que el costo de los ejemplares llega a cifras considerables, debido a la gran cantidad de bordados o de los muchos colores que requieren. Este factor crematístico conspira contra la amplia difusión del símbolo. condición de base para que arraigue en el conocimiento popular. A mediano plazo el importe de las reproducciones determina que se abandone el uso de la enseña.

Procedimiento superador

En esta oportunidad me dedicaré a explicar uno de los medios que podrían mejorar el diseño de una bandera, sea que esta ya se encuentre en uso o que surja por medio de un concurso. 

Consiste en oficializar que el paño tenga sus cargas en dos dimensiones, ya sea de ceremonia o de izar. En consecuencia, constituirá una “bandera de doble diseño”, sobre lo que abundaré seguidamente.

Desde ya que existen dos opciones; ya se trate de la adopción de una nueva bandera o bien, que se procure reformarla, perfeccionándola.

a) Bandera en proceso de concurso

En este primer caso las bases del concurso se redactarán de tal forma que, contando con el asesoramiento vexilológico adecuado, la autoridad municipal pueda introducir algún cambio en el diseño que resulte ganador. Cabe descontar que la gestión que encare el proyecto aspira a que el emblema tenga la calidad técnica-vexilológica necesaria y que anhela que sea positivamente aceptado y mantenido por la comunidad.

En este caso, el pertinente asesoramiento permitirá corregir algún detalle de la composición para adecuarlo a los cánones requeridos, sin que el autor de la iniciativa deba verse molestado por la mutación y preservando a la autoridad local de todo cuestionamiento que pudiera generar un artista. Hay experiencias donde la sociedad misma se fracturó en torno a una controversia en la materia.

Un ejemplo paradigmático es la bandera de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. Del pertinente concurso fue seleccionado el proyecto de la arquitecta Teresa Martínez.                                    

Antes de ser aprobado se me consultó y sugerí una ligera modificación que permitió la confección de la para que resistiera mejor los fuertes vientos de la región. De haberse mantenido el diseño original los ejemplares de flameo habrían sido más susceptibles al desgarro. A la larga el ahorro presupuestario que esto implicó debe haber sido considerables. Las siguientes imágenes dan cuenta de lo que se adelantó:

  
                         Diseño original                                          Modelo oficializado

b) Banderas ya oficializadas

En el segundo caso cabrá dictar una ordenanza que reformule parcialmente la norma que oficializó el símbolo, en atención a las reglas que inspira la Vexilolografía.

Cuando una bandera vigente tenga una característica disvaliosa, puede ser factible superar el déficit sin incorporar una modificación sustancial al diseño que ya cuenta con la adhesión primaria de la población.

Lo primero será analizar el diseño para determinar si puede perfeccionarse el símbolo. Si así ocurriera, corresponderá dictar una ordenanza complementaria, aunque esto demandará una redacción técnica y jurídica forma muy cuidadosa.

Una forma de superar el problema de visualización de la bandera izada consiste en amplificar el emblema que cargue el paño y, eventualmente, modificar algunos de sus trazos. A veces la mutación será tan mínima que no será advertida por quien no esté en materia.

Un ejemplo muy interesante radica en la bandera del partido de Lomas de Zamora, provincia de Bs. Aires, cuya imagen abre esta nota. Fue concebida para solemnizar los 150 de la creación del partido (Ley provincial N°336 de 1861). Se preseleccionó a cinco diseños, de los que finalmente surgió el que se adoptó. Se presentó oficialmente el 9 de julio del año 2011. La propuesta ganadora correspondió a las niñas: Laila Castillo; Camila Ciccone y Carolina Gaja, alumnas del 3º Año de la modalidad “Arte” del Instituto “Presbítero Dr. Antonio Sáenz”, establecimiento que pertenece al Obispado de Lomas de Zamora.

Si se analiza detenidamente ser verá que el emblema central del ejemplar para izar es de mayores dimensiones que el que corresponde a la bandera de ceremonia. Con esto resulta fácilmente advertible por el observador que la contempla al pie del mástil o a la distancia. Por otra parte, el menor desarrollo de la carga en el paño de ceremonia, disminuye la magnitud del bordado y con ello se abarata el costo; además resulta una composición más delicada, menos masiva, que si tuviera el diámetro de la versión usada para izamientos.

 

Un ejercicio de aplicación

Para que el procedimiento sea más claro tomaremos la bandera de Turkmenistán en ella existe una guarda lateral que la convierte en una de las más complejas del mundo, ya que en ella se reproducen cinco diseños, típicos de las alfombras que enorgullecen a esta nación, los que representan a las etnias de mayor presencia en el país; con la sumatoria de las ramas de olivo que aparecen en la enseña de Naciones Unidas.

Cuando se exhibe en un mástil los detalles de la guarda son prácticamente ininteligibles. Izada en el mástil monumental emplazado en Ashgabat que con sus 133 metros es el quinto en el mundo, la aplicación se hace aún más confusa, pese a las dimensiones del paño. Lo que se agudiza si el viento no es suficiente para desplegarlo.

Mástil de Ashgabat

Eventualmente la legislación local podría autorizar que cuando se traten de banderas de izar de uso no oficial, se empleen ejemplares con rasgos simplificados (opción 1) o, más radicalmente, eliminarlos, quedando el color rojo ocupe todo el segmento (opción 2).

Turkemistán, diseño oficial

Variante 1, para izar                                   Variante 2, para izar

En definitiva, cuando existe voluntad política de perfeccionar la estructura oficializada,  las opciones son muchas. Hemos visto una de ellas. Lo fundamental será lograr un buen asesoramiento para intentar no incurrir en nuevos desvíos.