lunes, 25 de abril de 2016

Ceremonial Gaucho para gente de a caballo

CEREMONIAL  GAUCHO
DE  LAS  BANDERAS NACIONALES: la Oficial Argentina y la de la Libertad Civil
(Apuntes de Ceremonial para gente de a caballo)
Por Miguel Carrillo Bascary (1)

INTRODUCCIÓN

Es indudable que nuestra Argentina “se hizo a caballo”. Las épicas acciones de guerra de las caballerías gauchas en tiempos de la Emancipación nacional, perviven en todos los que hacen un culto de las tradiciones vernáculas. Hasta bien entrado el siglo XX y aún en la actualidad, en ciertas regiones, el equino fue un eficaz medio de producción al servicio del agro y de la ganadería. También de transporte en las vastas inmensidades de la pampa y la Patagonia, así como entre los montes y serranías. Aún más, en nuestra patria entre el hombre y el noble bruto existe un vínculo entrañable y esencial que se remonta que sus cascos volvieron a ollar la América traídos desde las colinas ibéricas y desde los desiertos norafricanos. Hoy le corresponde a nuestra generación mantener vigente este legado.
La presencia gaucha en las fiestas populares y en las conmemoraciones cívicas o patrióticas siempre se espera con particular ansiedad. Nadie deja de emocionarse a su paso. Los variados pelajes de los animales y sus diferentes aperos ofrecen un abanico único de colores, texturas y sensaciones. Las vestimentas de jinetes; hombres; mujeres; niños o ancianos, son valoradas por todos los públicos y expresan los ricos particularismos locales, tan cambiantes como los múltiples paisajes argentinos.
La gente goza con los desfiles gauchos; donde las banderas agitadas por la brisa al rítmico golpear de los cascos en la marcha, aportan un dinamismo particular y expresan su inocultable identificación con el sentir nacional.
El uso de banderas está íntimamente ligado con la tradición ecuestre argentina, por eso es natural que el Ceremonial se exprese en esta dimensión, tan cara a nuestros sentimientos y que se de al gauchaje el lugar que se merece.
Sabemos que en Argentina no hay una norma general que regule el ceremonial y el protocolo de las banderas. Las disposiciones que existen dejan muchas lagunas que se llenan apelando usos y costumbres, no siempre coincidentes.
Quienes hablan, escriben o trabajan con el Ceremonial y el Protocolo han omitido considerar cómo deben conducirse quienes tienen la alta responsabilidad de llevar las banderas a caballo en desfiles, actos y otras circunstancias. En esta publicación procuramos remediar la omisión.
Este ensayo aporta lineamientos específicos, pero no pretende ser una norma de acatamiento riguroso. Se trata de una guía, que recopila diversas disposiciones, usos y costumbres.
En el curso del año 2015 el Congreso Nacional reconoció a la “Bandera Nacional de la Libertad Civil” como “símbolo patrio histórico” (Ley Nº27.134) este hecho tan significativo nos motivó para preparar este aporte. Consideramos que así lo demandaba una bandera de tamaña significación, reverenciada por los gauchos jujeños desde el mismo momento que el general Belgrano se las entregara como honroso testimonio del heroísmo del pueblo durante el Éxodo y del valeroso desempeño en las batallas de Tucumán y Salta. En la preparación de estas directivas intentamos cumplir con la voluntad de diversas instituciones tradicionalistas que desean integrar al nuevo símbolo al Ceremonial y Protocolo que cumplen los abanderados gauchos y las entidades que los agrupan. Tratamos de hacerlo, en forma ordenada y sistémica.
Agregamos también otros aspectos relativos al Ceremonial, que si bien tienen aplicación general pueden ser de interés para las agrupaciones tradicionalistas. Nos comprometemos a considerar las observaciones que se nos formulen sobre omisiones o aspectos opinables.
Para mayor ilustración ilustramos las principales circunstancias que tratamos con fotografías tomadas de diversas fuentes, a todas ellas les agradecemos sobre manera; pidiendo disculpas por alguna omisión que pudiera haberse deslizado. Eventualmente, a solicitud de su autor, las retiraremos o a dejaremos constancia fehaciente de su nombre.
Testimoniamos aquí nuestro reconocimiento por el asesoramiento especial que recibimos de la señora Silvia Yapura, de la “Asociación La Gauchita" y los amigos Gabriel Alemán (presidente de la “Asociación Gaucha Jujeña”); Joaquín Carrillo (presidente del “Instituto Belgraniano de Jujuy”); Luis Grenni (miembro de número del “Instituto Nacional Belgraniano”; historiador y profesor de Semiótica); Héctor Medina León (expresidente de la “Asociación Gaucha Jujeña”; que también fue director de Ceremonial de la Gobernación jujeña); Darío Portal (presidente de la “Federación Gaucha Jujeña”); Misael Soria Linares (canciller de las “Caballerías Gauchas”), así como de José Lorenzo Villafañe (titular de la “Agrupación Belgraniana Tucumán - 27 de Octubre 1812").
Una inmensa gratitud a todos los gauchos y gauchas, cuyo ejemplo permitió elaborar este documento y que día a día dan testimonio de argentinidad para las futuras generaciones.
En definitiva, coincidiremos todos que elaborar un Ceremonial específicamente adaptado a las entidades tradicionalistas era más que una necesidad, ya resultaba imprescindible.
Rosario, “cuna de la Bandera nacional”, abril 2016.-
Miguel Carrillo Bascary   (1)

Principio general

Cuando se llevan banderas a caballo y en otros eventos en los que participan las instituciones tradicionalistas, se aplican los mismos lineamientos de uso general que consagran el Ceremonial y el Protocolo vigente, con las adaptaciones pertinentes.
El mandato principal es honrar a nuestras Banderas nacionales en todo momento, sin que nada afecte sus respectivas identidades de símbolos patrios. Ellas son emblemas de nuestra nación, de nuestra soberanía y expresan las realidades y valores de la argentinidad. En consecuencia, corresponde tener presentes todos los cuidados y consideraciones generales; particularmente aquellos que se aplican a los abanderados y escoltas que marchan de a pie.

Abanderado/a

Corresponde a cada agrupación decidir quién o quiénes serán sus abanderados, según lo estipulen sus reglamentos internos. Solo se demanda que el/la elegido/a tengan la habilidad ecuestre y las condiciones físicas para desempeñarse adecuadamente y rendir tácito honor a la enseña que porta.
En las marchas evocativas, desfiles y otras ocasiones similares donde alguna persona se caracterice como uno de nuestros próceres, es fundamental que sea adecuadamente instruido en el protocolo de la Bandera nacional que porta. Considérese que todas las miradas están puestas un él y que cualquier error o negligencia repercutirá negativamente en el público. Un abanderado no se improvisa.
1 - Don Abel Figueroa (97 años) en el “Festival del Caballo”, Bragado - 2008
(Fuente: papelmundo.blogspot)

Cuando un abanderado se desplaza a pie usa un tahalí para aliviar el peso de la enseña; pero si va montado no lo necesita por que la cuja cubre esa función. De todas maneras no hay prohibición de emplearlo, como se ve en este raro ejemplo:
2 - Abanderado montado usando tahalí durante un desfile en Ushuaia (Fuente: blog Piedra On Line)

Escoltas

El uso ceremonial en nuestro país consagra que toda bandera desfila con dos escoltas, no más. El mismo principio se aplica cuando se marcha a caballo.
La costumbre indica que los escoltas montados no llevan bandas; pero tampoco está prohibido que lo hagan. Interesa conocer que la función que determina la existencia de este adminículo era la de sostener la espada del escolta de bandera.
Algunas agrupaciones tradicionalistas acostumbran equipar a los escoltas con “lanzas” (chuzas) un arma fue probadamente usada por las caballerías gauchas durante todo el siglo XIX. Estas piezas ceremoniales serán de unos dos metros y medio de largo (dimensión de las empleadas por los “Granaderos a Caballo”) pudiendo extenderse hasta los tres.
Para montar, el escolta tomará la lanza con su mano izquierda, junto con las riendas, de tal forma que el palo quede inclinado sobre la cruz del animal, con la punta hacia lo alto. Si el escolta fuera de muy baja estatura o la lanza fuera más corta que lo indicado, la prudencia aconseja que la punta se coloque sobre el suelo, así se evitará cualquier peligro si el animal llega a realizar algún movimiento brusco al ser montado.
También es tradicional que las lanzas se ornamenten con cintas argentinas o banderolas, que pueden tener diversas formas (triangulares; “cola de golondrina”; cuadradas o rectangulares). Hay completa libertad en este aspecto y también en materia de colores ya que sus paños pueden ser monocromáticos; bicolores o ajedrezados.
3 - Gauchos salteños escoltas de la Bandera nacional (Fuente: Wikipedia)

4 – Abanderado y escoltas del “Centro Gaucho de Yala”, Jujuy

Tipos de banderas

I. a) La Bandera Oficial de la Nación. Como todos sabemos, fue creada por el general Manuel Belgrano en Rosario, el 27 de febrero de 1812, y la oficializó el Congreso de Tucumán en 1816. Es la celeste, blanca y celeste, lleva en su centro el Sol que aparece en las primeras monedas patrias, tal como lo dispuso el Decreto nacional Nº10.302 de 1944. Sus características textiles, medidas, proporciones y accesorios están regulados por el Decreto nacional Nº1650/ 2010 y las normas IRAM contenidas en el mismo.
5 - Modelo oficial de la Bandera Argentina, según el Decreto Nº 1650/ 2010
I. b) La Bandera Nacional de la Libertad Civil. Tiene como modelo aquella que el general Belgrano creó y entregó al Cabildo de Jujuy el 25 de mayo de 1813. Es enteramente blanca, con un escudo central cuyo diseño fijó la Ley nacional Nº27.134 que la reconoció como “símbolo patrio histórico”. Sus características textiles, medidas, proporciones y accesorios son similares a los de la Bandera Oficial de la Nación. Como el diseño oficial fue estipulado en el curso del año 2015, a la fecha subsiste el uso de ejemplares similares pero no idénticos. Corresponderá que sean cambiados, a la brevedad posible.
6 - Modelo oficial, según la Ley Nº 27.134 (Imagen diseñada por Francisco Gregoric)
7 – La Bandera de la Libertad Civil frente a la Iglesia Catedral de Jujuy
(Fotografía: Joaquín Carrillo)
II. Bandera de la Ciudad del Vaticano (tal su nombre oficial), en la acepción general es conocida también como “pontificia” o “papal”. Numerosas agrupaciones tradicionalistas la han incorporado a sus ceremonias y participaciones. Según la normativa del Estado Vaticano está formada por dos campos iguales; verticales; de color amarillo (junto al asta) y blanco, en el vuelo, donde carga el emblema papal, las llaves cruzadas representativas de la potestad de San Pedro, con la tiara o corona papal sobrepuesta. Oficialmente es cuadrada, pero en nuestro país generalmente se la presenta con forma rectangular, apaisada y, la mayor parte de las veces, sin el emblema (ver imagen marcada con un asterisco), salvo en las iglesias, claro está. Si se usa con franjas horizontales no le corresponde el lugar protocolar que es propio del modelo oficial, pues técnicamente no es una “bandera del Vaticano”; más adelante ampliaremos esta anotación.
8 - Modelo oficial   2000 (aporte de Francisco Gregoric) 

               9 - Emblema oficial (Aporte de Francisco Gregoric)

 10 - Modelo simple

 11 - Modelo no oficial     (*)

III. Banderas de estados extranjeros. En ocasiones pueden incorporarse a las ceremonias tradicionalistas. Como señal de respeto a los países a los que representan deben ser fieles reproducciones de los modelos establecidos por la legislación foránea.
IV. Banderas provinciales y/o de las ciudades o pueblos. Tendrán los diseños que disponen las normas vigentes. En el Anexo 1 presentamos una galería de sus composiciones oficiales.
V. Banderas históricas. Se emplean por razones diversas, motivadas por las tradiciones y las referencias geográficas. Entre ellas destacamos:
a) La bandera del Ejército de los Andes suele verse en los desfiles y ceremonias de las regiones geográficas vinculadas a su tradición. Como también es la bandera oficial de la provincia de Mendoza y el emblema del Ejército Argentino, si no se emplea en carácter de enseña provincial, debe reconocérsele especial carácter oficial y goza de precedencia respecto de todas aquellas que tengan naturaleza histórica.
                        12 - Bandera del Ejército de los Andes   
  
                         13 - Bandera de la provincia de Mendoza


                

                
14 y 15 - Otras dos formas que puede adoptar la bandera del Ejército de los Andes
(Imágenes: Francisco Gregoric)
b) Otras banderas históricas. Entre ellas encontramos a la “bandera ciudadana” de San Juan; la enseña de la Colonia Galesa de Chubut y la que identificó a la Confederación Argentina, que se ve en la provincia de Buenos Aires. Puede consultarse el Anexo 1 c), al final de esta obra.
VI. Otras banderas, que por diversos motivos sea pertinente emplear. Tendrán precedencia entre sí la/s que haya/n sido reconocida/s por alguna disposición legal (ley, decreto u ordenanza) por sobre aquellas que no gocen de esta condición. Entre ellas hallamos las que identifican a pueblos originarios; movimientos sociales y otras comunidades. El anexo gráfico que presentamos al terminar este ensayo ilustra muy bien este punto.
Observación: ninguna enseña puede ser de mayor tamaño o de género de mejor calidad que los empleados para las banderas nacionales; ítems I a) y I b)

Estandartes institucionales y guiones

Sus dimensiones; características y materiales son totalmente libres y se adoptarán según la decisión de cada institución y las tradiciones vigentes. Por lo demás, todo lo dicho para las banderas y la forma de llevarlas se aplica a este tipo de emblemas y a sus portadores. Las fotos siguientes muestran una interesante variedad.
16 - Portaestandartes de diversas instituciones

       17 - Portaestandartes de la “Confederación Gaucha Argentina” y de la “Federación Gaucha de San Juan” (Fuentes: web de la Confederación Gaucha)
                En los desfiles los guiones o estandartes pasan delante de las banderas porque su función es anunciar la presencia de la institución. Usualmente indican su nombre; la procedencia y, a veces, la fecha de su fundación; en el caso de los estandartes se suma algún emblema característico.

Materialidad. Los estandartes son de naturaleza textil; penden de un travesaño (astil) que forma cruz con el palo que lo sostiene, esto facilita que puedan leerse con facilidad. A veces se complementan con cintas; trenzas de cuero o lana; cordones y borlas. Los guiones se confeccionan en cueros de diversos animales; madera o de otros materiales rígidos.
18 y 19 - Guión del “Centro Gaucho Yala”, Jujuy (Fuente: web click.jujuy)

Equipo

El conjunto “bandera de desfile” consta de varios elementos: paño; asta; moharra; regatón; corbata; cuja y también el pie. En el año 2010 el Gobierno nacional dictó el Decreto Nº1650/ 2010, que oficializó diversas normas IRAM que regulan con gran precisión técnica todo lo relativo a la Bandera oficial y sus accesorios. La Ley Nº27.134 dispuso que las imágenes de la “Bandera Nacional de la Libertad Civil” respeten las mismas pautas.
20 - Bandera de desfile con asta, moharra y corbatas reglamentarias
(Fuente: gauchoguacho.blogspot.com)
Esta normativa se aplica por analogía a cualquier otra bandera que puedan utilizar las entidades tradicionalistas. Por lo tanto, corresponderá que las dimensiones, características y materiales del paño; asta, moharra; regatón; la corbata y el pie se ajusten a esas reglas; con algunas excepciones que trataremos específicamente.

Corbatas

Este implemento es de uso tradicional en nuestro país y en muchos otros. Consta de un moño y dos cintas que penden desde la base de la moharra. Además de su evidente función ornamental, en su origen servían para que en ellas se colocaran las condecoraciones y premios que recibían las unidades militares en su conjunto. En la actualidad es factible bordar en las citas el nombre de la entidad a la que pertenezca una bandera, esto ocurre desde que a mediados del siglo pasado se prohibió colocar inscripciones a los paños de las banderas. En l a actualidad solo se permiten leyendas en las banderas militares. 
Para ambas banderas nacionales y para las otras que sean de naturaleza oficial, sus corbatas siempre deberían ser las reglamentarias; pero puede admitirse cierta liberalidad en el caso de aquellas provincias y municipios, donde sus características no están expresamente reguladas. En estos casos podrá prescindirse de usarlas o bien, les puede adicionar un moño con cintas de unos diez centímetros de ancho aproximadamente que tenga los colores principales del paño.
Como la “Bandera Nacional de la Libertad Civil” es también la enseña oficial de la provincia de Jujuy desde 1994 (Ley Nº4816), cada agrupación de este origen tiene la posibilidad de usar la corbata celeste, blanca y celeste con las inscripciones “23 de Agosto de 1812” (fecha del Éxodo Jujeño) y “18 de Noviembre de 1834” (batalla de Castañares, donde Jujuy conquistó su autonomía); pero también pueden prescindir de ellas, según resulta de la Ley Nº27.134 y la ley jujeña Nº5776. Sin embargo, entendemos que el alto honor que implican estas leyendas hace muy recomendable su empleo como forma de evidenciar la plena autonomía provincial, tal como lo prevé la ley jujeña Nº5772.
Si se decreta duelo oficial, lo correcto es colocar un crespón o bien, una o dos cintas negras junto a la corbata. Una muselina de igual color enrollada al pie de la moharra puede admitirse como sucedáneo.
21 - Bandera de ceremonias con crespón (Foto: Ejército Argentino)

Liberalidades

Razones vinculadas a los usos y costumbres vigentes en diversas regiones del país justifican la posibilidad de apartarse de lo establecido por el Decreto Nº1650/ 2010, en los siguientes casos, aunque las referencias consignadas no son taxativas:
a)      En cuanto al paño: la norma IRAM –DEF D 7679 /2002 (Anexo C del Decreto), sugiere que sus dimensiones sean de 144 centímetros de largo por 90 de ancho; pero, las banderas destinadas a ser llevadas a caballo pueden tener un formato más pequeño para facilitar su empleo, a condición de que se mantenga la proporción de largo y ancho que expresa la pauta legal. Esta licencia se justifica en las ordenanzas militares realistas, que admitían para las banderas empleadas por la caballería una menor dimensión, éstas recibían el nombre de “estandartes”. De tal manera se facilita su portación a caballo y se dificulta que el paño azote la cabeza del equino. Sin embargo, es usual que algunas agrupaciones usen banderas con paños más grandes para dar mayor espectacularidad a la pasada, obviamente, que todo esto dependerá de una apreciación subjetiva, que puede generar resultados contradictorios en la apreciación general.
b)      El asta reglamentaria dispuesta por la norma IRAM que citamos se elabora en madera de “palo blanco” (Calyphyllum multifionum); aunque se admite emplear el guayaibí (Cordia americana) u otra especie similar. Eventualmente, podría sustituirse por una caña tacuara (bambú americano- Guadua spp.), expresando como fundamento que este material fue emplearon por las caballerías gauchas para sus lanzas. En la región Sur, donde esta caña no abunda puede reemplazarse por la coligue (Chusquea culeou), cuyo peso es mayor por ser maciza. Se deberá cuidar que la incidencia del paño no haga combar, la caña pues eso desluce al conjunto. Corresponderá que la madera esté lustrada, no pintada. Es inadmisible usar un caño metálico; menos todavía un tubo plástico.
22 - El asta está formada por una caña (Fuente: web diario Los Andes)
c)      La moharra se compone de una punta de lanza y una media luna en la base, tal lo estipulado por la normativa nacional que citamos. Eventualmente podría cambiarse por una hoja de cuchillo, de tijera de tuzar o esquilar; o bien, por una pieza de hierro aguzada (chuza), como muchas veces hicieron nuestros gauchos. Con igual fundamento en la tradición secular podría usarse una piedra tallada en forma de punta de lanza, a la manera india.
 23 y 24 - Hoja de cuchillo y de tijera de tuzar        

         25 y 26 -Chuza y lanza de piedra tallada

d)      Es facultativo adicionar al asta una manija, algo más larga que la de un rebenque (para una mayor comodidad). Era la forma en que los pampas usaban la lanza, consiguiendo dar mayor firmeza al agarre. En su caso, se confeccionará con tientos trenzados o de suela; pero considerar que esto implica perforar la madera para dar lugar a un pasador, lo que debilita la resistencia del asta.
27 – Lanza con manija
e)      La falta de corbata reglamentaria. No debería ocurrir si se trata de la bandera oficial que usa la entidad tradicionalista; empero, remitimos al párrafo visto donde hablamos del accesorio. Eventualmente, la falta puede disimularse usando cintas u otra fantasía, como puede verse en la siguiente toma:
28 - Bandera con cintas en vez de corbata (Fuente: web Surnoticias)

Un accesorio fundamental

La cuja es un aditamento que merece un tratamiento intensivo, porque es fundamental para los abanderados de a caballo. Su mismo nombre indica que es un elemento cóncavo que sirve para encajar allí el regatón del asta-bandera y descargar su peso aliviando al portador y facilitando su transporte. Su boca será suficientemente amplia para que en caso necesario el abanderado pueda retirar el asta de su encastre.

 29 y 30 - Cuja de cuero y de cuerno vacuno, respectivamente (Fotos: Miguel Carrillo Bascary)

La cuja se coloca pendiente de la estribera derecha o del mismo estribo, a gusto del usuario. Se confecciona en suela o cuero crudo, a manera de un cubilete firmemente cosido o remachado; también podrá ser de madera tallada o formarse con la punta de un cuerno vacuno. Hemos visto, incluso, cujas hechas con una lata de conserva forrada con cuero o piel.
Confección de una cuja de cuerno: se puede ahuecar el cuerno mediante un procedimiento mecánico de abrasión practicado con una punta aguzada; una mecha de torno manual o bien, se apelará a la mejor tradición telúrica de colocar el cuerno fresco (cortado recientemente) en un hormiguero y dejarlo allí varias semanas hasta que los insectos hayan devorado el interior blando y dejado la cornamenta lista para el uso buscado. Seguidamente se la enjuaga con lavandina diluida; luego se repite la operación empleando detergente y agua caliente; tras lo cuál se deja secar perfectamente durante varias horas; bajo el Sol fuerte, preferentemente. Después se aplica a pincel un sellador líquido y finalmente se le da un acabado, con sucesivas manos de cera o laca para impermeabilizarla y darle mayor duración, esto evitará que genere mal olor. Si se elige un cuerno que ya está muy seco se hierve en agua entre dos o cinco horas para que se ablande un poco, lo que permitirá trabajarlo.
Mojadura: si una cuja de cuero se moja mucho hay que secarla lo antes posible para evitar que se contraiga y que luego dificulte introducir el asta.
Advertimos contra dos costumbres bastante difundidas que pueden tener resultados negativos:
a)      Colocar el asta dentro de la caña de la bota; además de dar una imagen muy poco elegante, puede ocasionar imponderables (Hemos sabido de que un jinete perdió el control de su bandera y que el asta actuó como una palanca provocándole una fea quebradura);                           
        
31 y 32 - Asta introducida en la caña de la bota y detalle ampliatorio (Fuente: web La Voz)  

b)      Depositar el regatón sobre la superficie cóncava de la bota; también se desaconseja; ya que sorpresivamente el asta puede resbalar sobre el cuero bien lustrado y perjudicar la elegancia del desfile; además la capellada del calzado se afecta con el roce y la presión del regatón.

33 y 34 - Sosteniendo el asta con el empeine (Fuentes: Miguel Carrillo y alveary.com, respectivamente)
Si el abanderado es una mujer que monta a la usanza tradicional, igual llevará la bandera sobre la derecha del animal, porque esta es la posición de honor definida por el Ceremonial. Para fijar la cuja se colocará un aditamento a la silla o se instalará en la argolla derecha de la cincha.

35 y 36 - Paisanas abanderadas montando a la manera tradicional  
(Fuentes: 35, Miguel Carrillo Bascary;  36, web Clickjujuy)

Funda

Para transportar la bandera a los actos y desfiles no es imprescindible contar con una funda, pero resulta muy cómodo, casi necesario.
Este accesorio es una bolsa alargada; de lona fuerte; con las dimensiones adecuadas para contener el paño arrollado en torno al asta, junto con la corbata. El extremo superior puede llevar una pequeña incisión para permitir que pase por allí el vértice de la moharra o bien podrá estar cerrado, en este caso es prudente colocar un refuerzo de suela en la punta, para que el vértice aguzado no perfore la funda. Usualmente es difícil conseguir fundas en el mercado, pero no se necesita demasiada habilidad para confeccionarla.
 37 y 39 - Modelos de fundas para banderas de ceremonias: cerrado y de boca sin tapa

Se puede transportar la bandera con el asta ensamblada o dividida en las dos secciones que la componen, según sea el largo del accesorio. El paño se enrolla al asta, con todo cuidado. La corbata permanece atada. Una correa de extensión variable brindará mayor comodidad al portador.

Pie o portabandera

Este otro accesorio se empleará para mantener la bandera de ceremonia debidamente armada en el interior de la sede institucional. Sus características están definidas en el Decreto Nº 1650/ 2010, pero se admite emplear otros soportes elaborados con materiales dignos como mármol, piedra o madera tallada. Si en un mismo lugar se exhiben varias banderas en conjunto la regla es que todos los pies sean idénticos. En caso contrario corresponderá que las enseñas nacionales ocupen los de confección más jerarquizada.

Desfiles y otras ceremonias

Preliminares.

a) El equino- Descontando la pericia ecuestre de quién lleve la bandera hay que tomar en cuenta que el animal no sea marcadamente asustadizo porque el batir del paño puede provocar alguna sorpresiva espantada u otro comportamiento aleatorio que perturbaría peligrosamente a quienes participan del desfile; incluso se podría afectar al público espectador. Todo riesgo debe evitarse y para ello hay que preverlo, en lo posible. Obviamente que no se recomienda el uso de padrillos por más jinete que sea el usuario. En cuanto a las yeguas con cría, en principio, no debería haber inconveniente pero habrá que conocer muy bien los animales para resolver si conviene presentarlos. En el Anexo 2 se consignan algunas referencias sobre la preparación del montado.
b) El/ la jinete. Como todo criollo/a corresponderá que ensille personalmente su montado. Si eventualmente se le trajera ya listo no quedará eximido/a de verificar la correcta colocación de la cabezada, el freno y las riendas; siguiendo por el acomodo del apero; del cinchado; las estriberas y la cuja. Cualquier error u omisión puede perjudicar la corrección de una pasada.
c) El asistente. Durante los preparativos, otra persona ubicada a la derecha del animal sostendrá la bandera, evitando que flamee para no complicar la operación. Cuando el jinete esté debidamente montado, tomará la enseña que le alcanzará su asistente y la colocará en la cuja.
39 - Alcanzando la bandera (Fuente: web visitingargentina.com)
Es perfectamente factible y digno que alguna agrupación tradicionalista desfile a pie. Son múltiples las circunstancias que pueden determinar esta modalidad.
40 - Desfile de la Asociación “La Gauchita” de Jujuy (Fuente: diario El Pregón, Jujuy)

Orden de precedencia

Las banderas nacionales (la Oficial y la “de la Libertad Civil”, en este orden), siempre recibirán la más alta consideración. Según el Protocolo les corresponden a ellas los primeros lugares de precedencia.
Les seguirán, en esta secuencia: la enseña papal; la bandera oficial de la provincia a la que se represente; luego irán las municipales y finalmente las otras que puedan usarse, ordenadas según sus correspondientes categorías. A tal fin se aplicarán las reglas “del centro” y “de la derecha” que son propias del Ceremonial.
Cuando una entidad tradicionalista participa como institución en una ceremonia no debe faltar la Bandera Oficial de la Nación. Cualquier otra enseña es de uso facultativo.
Si eventualmente se incorpora una bandera extranjera, pasará con preferencia a la correspondiente a la provincia.
La bandera de la provincia que sea local tiene precedencia sobre las otras. Estas últimas se acomodan por orden alfabético.
Un principio general da precedencia a las banderas castrenses y de las fuerzas de seguridad (en este orden) que participan de la ceremonia, por sobre cualquier otra. En su caso el Ceremonial militar dispone que un oficial de las órdenes pertinentes para posicionar y desplazar a todas las banderas que intervengan.

Pedido de autorización para iniciar el desfile

Esta tradición tiene un muy antiguo origen militar. En principio no corresponde que un abanderado acompañe a la delegación que solicita la autorización. Las banderas deben permanecer siempre al frente del grupo que desfilará. Si así no fuera se daría preferencia a la bandera de una institución en particular por sobre las restantes.

Orden de pasada

En cada agrupación las banderas podrán adoptar diversas posiciones, según: sus costumbres particulares; lo que disponga el organizador de la conmemoración u otras circunstancias atendibles; pero siempre hay que guardar la debida precedencia.
a) Esquema clásico: como se dijo, abrirá la marcha el portador del guión o estandarte institucional; seguido del presidente de la entidad; luego vendrá el abanderado con la Enseña Oficial de la Nación; después quién lleva la “Bandera Nacional de la Libertad Civil”; más atrás el que conduce la enseña papal; seguido del que porta el pabellón provincial y, finalmente, quién hace lo propio con el lábaro que representa a la ciudad o pueblo, según corresponda.
41 – Orden de pasada: guion; presidente de la entidad; Bandera oficial; “Bandera de la Libertad
Civil” y los miembros de la “Federación Gaucha de Jujuy”. (Fuente: El Tribuno, Jujuy)

En principio, cada abanderado irá acompañado de sus respectivos escoltas, formando un triángulo de lados iguales; con el primero por vértice, hacia adelante. El hocico de los equinos de escolta no debería sobrepasar el plano imaginario de la cola del que monta el abanderado. Entre éste último y sus escoltas se dejará el espacio que corresponda al largo de un caballo, como máximo.
Entre cada escuadra quedará un claro equivalente al largo de dos equinos, aproximadamente; lo que permitirá que todos puedan lucirse. La regla es: “ni encimarse, ni extenderse en demasía”.
b) Otras posibilidades, implican un menor impacto visual pero pueden justificarse en diversas circunstancias, como las que tratamos seguidamente:
b. 1) Marcha de los abanderados en una línea: siempre irá a la derecha quién lleva la Enseña oficial de la Nación, luego el de la “Bandera de la Libertad Civil” y así sucesivamente, guardando siempre el debido orden de precedencia.
42 - Abanderados marchando en línea (Fuente: web revistaidentidad.com - Foto: Gustavo Tracchia)
Observar como se respeta el orden alfabético: Corrientes; Entre Ríos y Santa Fe
b. 2) Ordenamiento con la Bandera oficial adelante y en el centro: a su derecha estará la “de la Libertad Civil” y sucesivamente se ubicarán las otras, en forma alternada, dando siempre precedencia a la derecha.
43 - Un ejemplo fotografiado en el Uruguay, su bandera nacional en el centro,
seguida por las dos enseñas históricas: la de Artigas y la de los “33 Orientales”
(Fuente: web La Prensa de la Zona Oeste)
Cuando se adopta un dispositivo de banderas en una sola línea, los respectivos escoltas pueden formar otra, atrás, a espaldas de los abanderados.
Los guiones y estandartes institucionales no llevan escoltas.

Posición del abanderado

Por razones de protocolo y tradición la bandera se sostiene con la diestra (aunque el abanderado sea zurdo), de manera que la mano quede aproximadamente a la altura del pecho del jinete; su brazo irá extendido hacia la derecha; a unos veinte centímetros aproximadamente por delante del plano toráxico. El codo se lleva levemente flexionado, en ángulo con el asta (bien encastrada en la cuja) y con el eje que forman el torso y la pierna derecha. El asta va por delante de la pierna. Esta aposición otorga el mayor control posible sobre el conjunto asta-bandera.
Para las abanderadas mujeres que montan a la usanza tradicional la posición es mucho más incómoda por que exige un mayor esfuerzo a los músculos del hombro derecho.

            44 y 45 - Correcta posición durante la marcha (Fuentes: 44 web Jujuy al Momento; 45: gauchosdesantiago.blogspot)
Si algún movimiento descoloca el asta de la cuja, se la volverá a su lugar con la mayor naturalidad y prontitud posible. No olvidemos que la elegancia de la pasada es un factor fundamental en todo desfile.
La forma poco ortodoxa de llevar una bandera sin asta entre dos jinetes requiere una pieza de mayores dimensiones y muy buena coordinación entre los portadores.
46 - Llevando una bandera entre dos jinetes (Fuente: web El Malvinense)
También es factible portar una gran bandera de izar entre cuatro o más jinetes. Se deberá marchar en forma acompasada y en paralelo; poniendo gran atención ya que si alguno pierde el paño éste arrastrará por el piso.
47 – Jinetes portando una gran bandera de izar (Fuente: web Confederación Gaucha Argentina)
Incluso es posible preparar una bandera procesional o de desfile, cuya extensión admita ser portada por una gran cantidad de jinetes. Para facilitar la operación pueden coserse cintas al paño de las que se tomarán los miembros de la comitiva.
48 – Bandera de formato procesional o de desfile, “Asoc. Tradicionalista
Arrieros de Valle Fértil”, San Juan (Fuente: web Diario de Cuyo)

Elevación de las banderas

Los abanderados pedestres ponen la enseña “en cuja”, en las siguientes situaciones:
·     Cuando ingresa en un recinto la bandera de ceremonia del establecimiento o institución que invita.
·        Mientras se izan banderas en un mástil.
·        Cuando se toma juramento o promesa a la Bandera o a la Constitución.
·        En la ceremonia de cambio o condecoración de una bandera.
·        Mientras se canta el Himno nacional; el provincial o el de otro estado.
·        Durante el toque o “minuto de silencio” o “de homenaje”.
·        Al paso de otra bandera de ceremonia o de la más alta autoridad presente.
·        Al paso del Santísimo Sacramento o de la imagen de Nuestra Señora o santo/a en cuya festividad se participe.
·        Durante la lectura del Evangelio, la Consagración y del paso Santísimo Sacramento, en las ceremonias de la Liturgia católica.
·        En los sepelios, cuando pasa el féretro del difunto.
·        Mientras se imparte una bendición (de cualquier culto que sea).
En todos estos casos el jinete abanderado colocará el regatón sobre su pantorrilla derecha, de tal forma que la bandera se eleve y sobresalga netamente en las formaciones. También podrá apoyarlo en la sobrepelliz. Puede optarse entre ambos procedimientos con total libertad ya que en este punto no hay ninguna disposición legal expresa ni tampoco hay coincidencia de pareceres.
49 - Sobre elevando la bandera (Fuente: rosario.gov.ar)
Las abanderados a caballo mantendrán el asta en la cuja al desfilar frente a la Bandera nacional izada o ante las autoridades, porque esta posición favorece el lucimiento del símbolo.

Finalizado del recorrido

El jinete se aproximará a la persona que le recibirá la enseña, de forma que ésta quede ubicada a la derecha del montado. Aquietado el equino, el abanderado retirará el asta de la cuja y el ayudante la tomará con ambas manos al mismo tiempo, de tal manera que una de ellas (preferentemente la derecha) abarque el asta y el batiente del paño. De esta manera se evitará que el género toque el suelo o que su agitar espante al caballo.

Ingreso o egreso de un recinto

Ingresan en primer lugar las banderas de las entidades visitantes y en último la enseña oficial correspondiente a la institución local. Para el retiro se procederá a la inversa. Esta pauta se aplica tanto a caballo como de a pie.
El locutor o maestro de ceremonias se anticipará a la entrada de la Bandera en un recinto solicitando que los presentes se pongan de pie; hagan respetuoso silencio y la aplaudan cuando se concrete. Cuando finalice la ceremonia el locutor anunciará el retiro de la o las banderas presentes; los asistentes se pondrán de pie y aplaudirán su paso. Ninguna autoridad puede retirarse antes de que hayan salido todas banderas. Recién entonces se producirá la desconcentración de los participantes.
En las ceremonias religiosas las banderas ingresarán procesionalmente al templo acompañadas de aplausos, antes que el sacerdote celebrante. Respetando siempre las directivas del obispo del lugar y teniendo en cuenta las dimensiones del recinto y las costumbres locales, se ubicarán: tanto en el presbiterio (espacio sobre elevado donde se encuentra el altar); como en el crucero o en los laterales de la nave. Siempre se retirarán en procesión, antes que el celebrante, también acompañadas del aplauso de los presentes. Lo propio ocurrirá durante un Te Deum.

 Posición en un escenario u otro recinto reducido

Cuando el espacio no permita el lucimiento de los diferentes abanderados se privilegiará a los que llevan a las banderas oficiales de la Nación, luego a los portadores de la “Bandera Nacional de la Libertad Civil” y finalmente a los restantes. Los escoltas quedarán en un discreto segundo plano, al igual que las banderas; guiones o estandartes.
Si el espacio disponible fuera muy reducido se preferirá que suban a él las banderas nacionales; las restantes pueden colocarse en otra posición, por ejemplo en los laterales del salón.

Aplausos

Este gesto tan tradicional es una demostración de adhesión; de reconocimiento respetuoso y hasta de alegría. La regla indica que siempre se aplaude cuando ingresa la Bandera, pero en algunas regiones persiste la tradición de omitir esta demostración cuando se retira. Esta última costumbre entra en pugna con las prácticas más recientes y extendidas; donde el aplauso brota de manera espontánea. Para evitar discordancias corresponderá que el locutor o maestro de ceremonias se anticipe y diga: “Aplaudimos el paso de nuestra Bandera”; la sutileza gramatical permite soslayar cuestionamientos.
Quienes participen de un acto comenzarán el aplauso cuando la enseña se encuentra a unos cinco metros de la posición que ocupan, aproximadamente. Se sostendrá hasta que se complete el retiro de la última enseña que haya participado de la ceremonia.

Vivas

En ocasiones el locutor del acto o alguna autoridad participante puede vivar a la Patria; a un prócer; a la Virgen María o a otra entidad. En algunas regiones, si los abanderados están formados acompañan y replican la exclamación, al par que levantan levemente sus banderas o estandartes. No corresponderá este acto si se trata de un “viva” espontáneo proveniente de alguien del público.

Saludo con banderas

Este ritual implica inclinar el asta de la enseña formando un ángulo de unos cuarenta y cinco grados. En nuestro país las banderas nacionales no saludan ni a la mayor autoridad del Estado, el presidente, ni a otras banderas.

Marchas evocativas en columna

Es principio general que los abanderados van a la cabeza de la columna principal, procurando mantener el orden de precedencia que corresponde a sus respectivos emblemas. Algunos jinetes podrán adelantarse para ir abriendo camino. Durante las marchas es fundamental equipar al apero o recado con una cuja, para comodidad del portador. Caso contrario la tarea puede transformarse en un verdadero sacrificio.
50 - Durante la “Décima Marcha Evocativa: Jujuy / Salta”.
Vemos a la Bandera argentina; seguida de la Nacional de la Libertad Civil
(que también es la insignia oficial de Jujuy) y la que corresponde a la provincia de Salta (Fuente: web clikjujuy)

Galope

Cuando un abanderado se desplaza al galope corto, puede llevar el asta-bandera en la cuja. Si lo hace al galope tendido (vareada) tomará el asta unos centímetros por arriba de su centro métrico; para equilibrar así el peso del paño desplegado.
51 - Recreación de la carga de los Granaderos en San Lorenzo (Fuente: Ejército Argentino)

En ancas

No es usual, pero nada impide que el abanderado lleve a su paisana en esta posición.
52 - Abanderado llevando a su paisana (Fuente: folk-er blogspot)

Banderas extranjeras

Su participación es muestra de la común herencia criolla de los pueblos americanos; resulta bastante usual en las zonas de frontera. En su caso, las delegaciones foráneas desfilan precediendo a las nacionales, como una señalada muestra de hospitalidad. Si fueran varias las naciones extranjeras, se ordenarán alfabéticamente por su nombre.
53 - Gauchos riograndenses con las banderas de Brasil y de Río Grande do Su
(Fuente: web mocadosohno.com)
         Numerosos extranjeros que llegaron a nuestro país durante el siglo XIX se integraron perfectamente a los usos del criollo y adoptaron la mayor parte de sus pautas culturales, además supieron conservar el recuerdo de sus respectivas culturas que transmitieron a quienes los sucedieron. En la actualidad no es extraño que algunos de sus descendientes reivindiquen aquellos orígenes foráneos y que participen de las ceremonias tradicionalistas portando las banderas de sus respectivos países. Así, los herederos de los “gauchos judíos” afincados en las provincias de Entre Río y de Córdoba, suelen desfilar con la bandera de Israel. En Chubut se emplea habitualmente la enseña nacional de Gales, correspondiente a los primeros colonos. Mientras que en otras regiones de la pampa pueden aparecer las banderas de Irlanda, llevadas por los sucesores de los hijos de Erin que tan amable acogida tuvieron en nuestro país cuando debieron emigrar para poder sobrevivir a la hambruna de su patria) y también de de Escocia, estos últimos descendientes de los primeros ovejeros que se radicaron en la provincia de Bs. Aires. Por su parte, en el NOA, donde la inmigración proveniente del Medio Oriente fue muy numerosa se registra el uso de la bandera Siria.

 

Gaucho portando la bandera del estado de Israel (Fuente: web Cambio 2000)

Vehículos de tracción animal

La Bandera oficial de la Nación se lleva a la derecha, en el lugar de honor; por lo tanto, el abanderado debe ubicarse en el pescante en esa posición y el conductor a la izquierda. Si hubiera un asiento posterior, el abanderado puede ir en su centro. La “Bandera Nacional de la Libertad Civil”, se coloca en el sector opuesto.
Sólo cuando no se disponga de acompañante podrá fijarse el asta de la Oficial a la estructura del vehículo, siempre a la derecha del conductor. Corresponderá extremar las previsiones para que el asta quede bien firme, evitando toda la posibilidad de que la bandera se caiga.
54 - Sulky con bandera en correcta posición (Fuente: web quedigital)
Es tradicional también que los carruajes y las carretas evocativos se ornamenten con cintas o flores con los colores patrios.
Teñido de las flores celestes. Se toma un recipiente con agua mineral sin gasificar a temperatura ambiente; se vierte en ella anilina vegetal en la proporción deseada y se mezcla muy bien. Se toman flores con tallo largo y se lo corta en un pronunciado bisel; manteniendo las hojas. Luego se colocan en el preparado y se dejan en un lugar con luz natural para favorecer la absorción. Luego de dos o tres días la flor alcanza su mayor tonalidad y queda disponible para el uso. Entre las especies más difundidas las que mejor se prestan al teñido son: las calas; claveles; margaritas; gladiolos y rosas.

55 - Sulky representativo del “Jardín Santa Clara”, Salta ornamentado con
los colores nacionales, no con banderas (Fuente: web salta.gov.ar)
En ciertas regiones se acostumbra llevar en procesión alguna imagen religiosa utilizando carros ornamentados con banderas. Las fotografías siguientes demuestran la forma correcta de hacerlo:
56 - Carro procesional ornamentado con banderas (Fuente: web Voces-El Litoral)

57 - Procesión a caballo (Fuente: web Voces-El Litoral)

Colocación de ofrendas

Corresponde el rol protagónico al titular de la institución a quién podrán acompañar otros referentes. Se aconseja que no sean más de cuatro. Un asistente de protocolo alcanzará la ofrenda. La principal autoridad sostendrá la corona, en solitario o contando con la colaboración de quienes le sigan en rango; el resto de los acompañantes se desplazarán apenas por detrás de los primeros. Si se trata de una ofrenda floral pequeña o de una palma, puede llevarla solamente el titular de la entidad. En el caso que los protagonistas de la colocación son varones en su mayoría y también se encuentre alguna dama en el grupo, se considera un gesto de galantería gaucha que se le otorgue uno de los lugares más destacados en la operación, acompañando a la principal autoridad.
La delegación avanzará con solemnidad (ni muy rápido ni con demasiada lentitud); con la mirada hacia el frente, sin saludar ni distraerse con el entorno. Se desplazará por el centro del recinto o por la nave del templo, si fuera una iglesia. Tras depositar la ofrenda la comitiva dará un paso atrás y permanecerá un instante en esta posición. Si se hace un toque de silencio, quienes entregan la ofrenda permanecerán frente a la misma hasta que culmine. Posteriormente darán media vuelta, al unísono y siempre girando hacia la izquierda, volverán sobre sus pasos hasta ocupar los lugares que les correspondan.
58 – Colocación de una ofrenda votiva (Foto: Joaquín Carrillo)

Guarda y mantenimiento

Las banderas de ceremonias se conservan en el despacho del titular de la institución o en el principal recinto de sesiones de la entidad; enastadas; colocadas sobre un pie y, de ser posible, dentro de una vitrina, lo que facilitará su correcta preservación. Si se poseen varias banderas, la Oficial argentina siempre ocupará la posición más jerarquizada, las otras se colocan respetando el orden de precedencia, siempre tomando a la anterior como referencia. Nunca se la debe cubrir el paño con material plástico transparente.
Para favorecer su conservación, periódicamente, conviene extender el paño sobre alguna mesa para hacerle un cepillado o aspirado suave, lo que removerá la mayor parte del polvo que pudiera haberse depositado. Luego se le esparcirá con un spray algún producto insecticida (antipolilla y ácaros).

59 – Modelo oficial de pie soporte para bandera
60 y 61 – Vitrinas para banderas: sencilla y esquinera
Un aspecto que suele generar desencuentros radica en la posibilidad o de no de lavar las banderas. Ninguna norma lo prohíbe, aunque esta versión está muy difundida. En realidad, corresponde lavarlas siempre que su estado lo demande pues debe asegurarse su digna presentación. El lavado no les “quita el honor” que pudieran haber merecido. Tampoco “pierden” la bendición recibida, como también lo asevera una falsa pero extendida creencia popular, al respecto se destaca que todos los textiles sacros (corporales) que se usan en el momento más sublima de la Liturgia católica, la Consagración, se levan cada vez que resulta necesario. Las únicas banderas que por tradición secular no se lavan son las militares, ya que la sangre de sus portadores con la que pudieran estas manchadas y el polvo de las batallas son su timbre de honor.
Las enseñas de ceremonias se higienizan mediante el procedimiento de “lavado en seco”. Lo mismo cabe para las corbatas. En el caso de los tahalíes puede hacerse lo propio, salvo que sean de cuero revestido pues los químicos empleados pueden reaccionar con los usados en el curtido y existe la posibilidad que se manche la cubierta de colores.
Las banderas de izar se guardan encanastadas, dentro de una caja o cofre vidriado (al menos en su tapa) que se hallará en despacho de la más alta autoridad institucional o en el salón de reuniones de la comisión directiva.
62 – Cofre vidriado apto para contener una bandera de izar

Procedimiento para la baja

La baja una bandera de izar se concreta en una sencilla ceremonia presidida por el titular de la entidad, acompañado de algunas personas que oficiarán de testigos; nada impide que estén presentes otras personas. El procedimiento indica que primero de recorta el Sol (o cualquier otro atributo que tenga la bandera, si fuera de otra condición; provincial, municipal, etc.) Luego se corta o desgaja el paño por sus costuras. Posteriormente se incineran los restos y sus cenizas se esparcen al viento sobre un lugar que corresponda a la dignidad del símbolo; otras opiniones aseveran que deben guardarse en una urna. Si la entidad propietaria no tiene de naturaleza oficial y si el elemento no está inventariado no es necesario levantar acta de la ceremonia. En el caso que una bandera de izar tuviera valor histórico o institucional se preservará en un cofre vidriado o vitrina; junto a una tarjeta que reseñe su trayectoria y el motivo de su conservación.
No hay ninguna norma vigente que regule el procedimiento de baja con el debido detalle. Solo puede señalarse una antigua resolución ministerial dictada en los años 70 que regia para las enseñas escolares del sistema nacional. La disposición estipulaba que la incineración se realizaría sin participación del alumnado y “en recinto un cerrado”; hoy se considera que esta normativa es inaplicable; en primer lugar, porque nada autoriza que se oculte el destino material de una pieza que ha finalizado su vida útil; en segundo, porque el humo que se produciría hace materialmente inaplicable la directiva. De todas formas, el ámbito de aplicación era muy limitado, las escuelas de jurisdicción nacional.
Se preservan las banderas de ceremonias que hayan llegado al fin de su vida útil. Se las guardará debidamente acondicionadas acompañadas de una tarjeta en donde consten las referencias sobre las principales ceremonias o actividades en las que se usó; la fecha de baja y toda otra circunstancia que puede considerarse adecuada. Periódicamente se abrirá la caja o vitrina que las contenga para permitir su aireación y se les aplicará un spray antipolilla.

Himnos y composiciones oficiales

El decreto nacional del 25 de septiembre de 1928 estipuló que en los actos oficiales se debe ejecutar la versión del Himno nacional preparada en 1860 por el maestro Juan Pedro Esnaola; la norma fue ratificada por Decreto nacional Nº10.302 de 1944  En consecuencia, los arreglos musicales que en las últimas décadas han preparados muchos artistas solo podrían utilizarse en las ocasiones de menor solemnidad. Eventualmente se admite que el Himno se entone en las lenguas de los pueblos originarios.
Desde el año 1900 solo se canta el coro, la primera y la última cuarteta, lo que se explica en un razonable espíritu de fraternidad para con el pueblo español, evitando así la dura terminología de algunos versos, que era propia de la Guerra por la Independencia. Se interpreta en tono Sí bemol, lo que permite adaptarlo a la generalidad de las voces.
Al Himno nacional deben cantarlo todos los presentes, a viva voz; incluso el abanderado y los escoltas. Durante el mismo se adopta la posición de pie y se entona con la cabeza descubierta, excepto: los uniformados; los abanderados gauchos y sus escoltas que permanecen con los cubrecabezas propios de su condición. Sin embargo, en algunas regiones los gauchos se descubren al cantar el Himno; no así el abanderado que solo debe concentrarse en su función. Ambos usos tienen validez.
Como señal del debido respeto, se aconseja que antes de cantar el Himno, el locutor recuerde a los presentes que se aplaudirá “recién cuando termine el último acorde musical”. Lo propio se hará cuando se trate del himno provincial o el de una nación extranjera.
Iguales previsiones se adoptarán respecto de los himnos provinciales (si los hubiera); canciones representativas u otro himno o composición musical oficializado en la jurisdicción de que se trate.
Escudos oficiales
No corresponde que una institución privada utilice el Escudo nacional como propio o como parte del diseño de sus emblemas; pero no hay ninguna disposición que impida colocarlo en frontis; escenarios y otros lugares de honor de los edificios o recintos privados; aunque los usos y costumbres mayoritariamente limitan su uso al ámbito oficial.
Lo mismo ocurre con respecto a los blasones de provincias, municipios y comunas.
63 – Modelo oficial del Escudo Nacional esculpido en el Monumento a la Bandera
(Foto: Miguel Carrillo Bascary)

Escarapelas y otros ornatos

La escarapela no es un símbolo nacional, sino un emblema que denota la nacionalidad de su portador, por esto puede adoptar diversas formas y tamaños y admite que se confeccione en los más diversos materiales. Un extranjero también puede usar la escarapela argentina, como señal de su pertenencia afectiva a nuestro país.
Lo usual es llevarla sobre la izquierda del pecho (“sobre el corazón”); en el frente o en la base lateral del sombrero. En las boinas se destacan sobremanera colocándolas en su vuelo.
Santiago del Estero se distingue por haber adoptado una escarapela particular que denota la identificación con esta provincia.
64 - Escarapela santiagueña
Hay quienes gustan colocar una cinta con los colores nacionales rodeando la copa del sombrero. Es común que las mujeres usen una vincha, rebozos o atuendos con los mismos colores, según una costumbre que enraiza en la mismísima Semana de Mayo de 1810, donde muchas damas patriotas se distinguieron usando rebozos celestes y blancos.
65 - Niña engalanada (Fuente: web infocampo)

66 - Niñas con vestidos alusivos (Foto: web Vacaciones para armar)
También es tradicional el uso de pañuelo; poncho y otras prendas con iguales colores.
67 - Cabezada adornada con cintas argentinas (Fuente: gauchosdesantiago.blogspot)
Algunas personas acostumbran adornar la cabezada del equino con una escarapela o cintas celestes y blancas; suelen causar un lindo efecto y particularizan al animal. Nada lo prohíbe, también esto es cuestión de buen gusto.
68 - Cinta argentina a manera de corbata; otra forma de engalanar al equino
(Foto: Miguel Carrillo Bascary)
Donde se acostumbra presentar tropillas, suele adornarse a la madrina. En el Noroeste es usual hacer lo propio con los burros cargueros; llamas y alpacas que participan en los desfiles conmemorativos.

Flores emblemáticas


 69 - Flor del ceibo

En 1942 una decisión presidencial (Decreto Nº138.474/ 42) declaró al ceibo como “flor nacional” y desde entonces se la emplea tradicionalmente como elemento de ornamentación en las fiestas patrias y otras ceremonias similares. Para que destaque su vívido color rojo convendrá acompañar la presentación con el follaje propio de este árbol. Es factible complementar el bouquet con otras especies, particularmente aquellas de color blanco.
Algunas provincias han reconocido a ciertas flores como emblemas locales que muy bien pueden usarse en ocasiones de significación. No es necesario observar ninguna disposición protocolar para con ellas, solo el buen gusto debe servirnos como guía.

Atavíos

El ropaje de quienes participan en una ceremonia guardará la debida dignidad. En este sentido los reglamentos de las diversas entidades son sumamente exigentes y claros; Por su parte, en cada región hay usos y costumbres particulares. No se precisa mostrar riqueza, pero es imprescindible vestir con dignidad, con las prendas limpias, botas lustradas o alpargatas en condiciones. Ya lo anticipa el dicho: “dignos y limpios”. Es completamente inapropiado emplear banderas como capas.

Sombrero

Como es parte del atuendo gaucho quién lo vista siempre debe llevarlo colocado y con barbijo, esto evitará que un golpe de viento los descubra, particularmente a quienes ofician de abanderado o escoltas.
Como señal de respeto y buena educación hay que descubrirse durante la ejecución del Himno nacional o de un país extranjero; cuando se lee el Evangelio; durante la Consagración; al recibirse una bendición y al paso del Santísimo Sacramento o de la imagen religiosa en cuya conmemoración se participe.
70 - Abanderado a punto de descubrirse, lo que no debe hacerse (Fuente: web cuartopoder bragado/ recorte)
Los abanderados gauchos, montados o no, deben permanecer cubiertos en todo momento, aún en aquellos que tengan una mayor solemnidad, como ceremonias religiosas o en un funeral. Toda su atención debe estar dedicada a la enseña que conducen. En algunas regiones se admite que los escoltas se descubran.
Quienes no cumplan estas funciones podrán quitarse el sombrero durante el saludo, cuando se pase frente al palco oficial o en cualquier otra oportunidad que el usuario lo juzgue pertinente. Como es tradicional, ese gesto puede sustituirse tocando el ala con la punta de los dedos de la mano derecha.

Otras consideraciones

Una observación de interés: quien porte una bandera a caballo, en principio, no necesita llevar rebenque o arreador embrazado, ya que solo le molestarán … pero sobre gustos no hay nada escrito.
71 - Abanderado llevando un rebenque
En el Noroeste el “coqueo” es una costumbre ancestral, pero no es bien visto en los abanderados ni los escoltas, como señal de respeto a la enseña a su cargo. Convengamos que escupir el acullico en público no demuestra buena educación.
Banderitas de mano. Es tradicional también que los elementos de una agrupación desfilen agitando banderitas argentinas en sus manos; particularmente los que se desplazan a pie o en carruajes. El procedimiento correcto indica que deben llevarse en la mano derecha y agitarlas a la altura del hombro, cuando menos.

Ornamentación con banderas

En todas las posiciones en que se coloquen las banderas se debe respetar el orden protocolar, reconociendo primacía a la “Bandera Oficial de la Nación”; seguida de la “Bandera Nacional de la Libertad Civil”; la bandera Papal y las de otras naciones; la correspondiente a la provincia local, las de otras provincias; las municipales; las comunales; las institucionales; etc. Si hubiera varias banderas de una misma categoría se ordenan alfabéticamente, siempre en idioma español.
En consecuencia, es factible que varias banderas puedan hallarse en un mismo recinto, pero siempre deberán guardar los debidos cuidados en materia de Ceremonial, por lo tanto, a las banderas nacionales se les asignará el lugar que implique el mayor honor (por ejemplo: el testero de la mesa principal; en el centro o a la derecha de un escenario; etc.);
En cuanto a todas:
a)      se evitará que queden total o parcialmente ocultas por algún otro elemento de la ambientación; o que tengan contacto con el suelo;
b)      nunca se fijarán sin asta, colgando de las paredes; ni revistiendo la alzada de un escenario o sobre una mesa o escritorio (como si fuera un mantel);
c)      si no la presenta el abanderado se colocarán sobre sus respectivos pies o en un mastelero;
d)      se cuidará que el asta de la “Bandera Oficial de la Nación” no sea de menor altura que cualquiera de las restantes.
El Ceremonial no admite adornar un recinto con banderas argentinas como si fueran parte de la ambientación. Merecen la debida honra y respeto, las Banderas nacionales (la Oficial y la de la Libertad Civil) no son elementos decorativos.
Para ornamentar un recinto podrán utilizarse los colores nacionales (sin Sol); los provinciales o papales, en forma de banderas ya sea como piezas extendidas; semiplegadas o a manera de escarapelones.
Si se dispone de masteleros decorativos para columnas se colocarán banderillas celestes y blancas, pero sin Sol.

Descubrimiento de placas y monumentos

Hasta el momento de su inauguración se cubrirán con un lienzo blanco y, si se desea, se le coserán cintas con los colores nacionales para tirar de ellas cuando se concrete el descubrimiento.
Está absolutamente contraindicado usar cualquier tipo de bandera, menos aún la argentina (aunque no tenga Sol) para ocultar un busto, estatua o placa que deba inaugurarse.
72 – Correcta forma de preparar una placa a descubrir (Fuente: web santafe.gob.ar)

Posiciones problemáticas

A manera de ejemplos se recopilan algunas circunstancias que podrían ayuda a un más ajustado comportamiento ceremonial.

73 - Inapropiadas inscripciones sobre banderas argentinas de una entidad tradicionalista. La Bandera pertenece a todo el pueblo argentino, no corresponde particularizarla de esta forma (Foto: web salta.gov.ar)

74 - La prelación de la Bandera nacional respecto de la brasileña es tan reducida que un pequeño retraso de la primera la subordina a la segunda. Es inadecuado que el asta de la primera sea de menor largo que la segunda (Fuente: web Paso de los Libres gob)

75 - El paño cae por detrás del abanderado que monta el oscuro; en consecuencia: la enseña se desluce. Compárese con la que lleva el otro portador (Fuente: acampante.com)

76 - La bandera es demasiado grande y obliga que su portador deba esforzarse, 
lo que resta lucimiento a la pasada.
(Fuente: todojujuy.com)
77 - La bandera es tan larga que podría arrastrar en un descuido, aunque se lleve parcialmente enrollada al asta, cosa que tampoco corresponde. (Pintura de Ricardo Bossié. Fuente: blog folklore.tube)
78 - Un ejemplo con dos observaciones. 1) El paño es excesivamente grande aunque la brisa permita desplegarlo con un buen efecto óptico. 2) La caña usada es demasiado flexible (Foto: Miguel Carrillo Bascary)

79 - La superlativa separación de los elementos que participan en un desfile extiende innecesariamente su duración y distrae la atención de los observadores.  (Fuente: web Producciones Le-Kar)

80 - Es muy emotivo desfilar llevando a un niño pequeño, pero la dignidad de la Bandera requiere una atención excluyente. (Fuente: web rosario.gob.ar)

81 - Una bandera sin Sol no es técnicamente “bandera”; pero puede usarse si en la agrupación ya hay una bandera reglamentaria y otros miembros desean florearse portándola un ejemplar de ornato
82 – Vemos aquí varias banderas sin Sol de uso ornamental
83 – Para que el estandarte se visualice mejor debería tener un asta más larga (Fuente: web lasextaseccion)
84 – Carro cañero ornamentado. Es correcta la posición de la bandera argentina; sin embargo, como la de Chile corresponde a un país soberano, debió ir en el lugar que ocupa la correspondiente a la provincia de Santiago del Estero (Fuente: diario El Liberal, Santiago del Estero)

Nota:

(1) Miembro de Número del Instituto Nacional Belgraniano. Vexilólogo. Actual presidente de la Junta de Historia de Rosario. Profesor en la Universidad Nacional de Rosario. Correo: mcarrillobascary@gmail.com

Anexo 1:  Modelos de banderas de uso habitual en el Ceremonial Gaucho

     a)      Banderas nacionales de la República Argentina
b)      Banderas provinciales y de la ciudad autónoma de Bs. Aires
c)      BANDERAS HISTÓRICAS que sueles usarse en conmemoraciones tradicionalistas
d)      Banderas institucionales de uso más frecuente

e)      Banderas de pueblos originarios que están más divulgadas

 Anexo 2:  pREPARACIóN DEL ANIMAL PARA GALAS Y DESFILES