viernes, 26 de febrero de 2016

Origen de la Bandera Argentina (Parte II y final)

CUATRO HIPÓTESIS SIN RESPUESTA sobre el diseño original de la Bandera nacional argentina

Bandera izada en Rosario el 27 de febrero de 1812, según la tesis de Mario Belgrano Vega

Por Miguel Carrillo Bascary

Evidencias complementarias de la hipótesis de Mario Belgrano Vega
En sí mismas, las expresiones que siguen no prueban cómo era el primer diseño de la Bandera, pero ratifican el uso de enseñas bifranjas que, entendemos, son similares a la presentada el 27 de febrero de 1812.

1.- La Bandera del Ejército de los Andes con el que San Martín libertó a Chile, se presentó públicamente en la gran revista del 5 de enero de 1817, vísperas de la partida de la expedición libertadora. Se conserva en Mendoza, pero lamentablemente fue recortada en sus extremos. Esto da lugar a tres hipótesis sobre la disposición original de su escudo. Las imágenes fueron elaboradas por Francisco Gregoric:

a) Con el blasón junto al asta, lo que facilita su visión en caso de que el viento no alcance a desplegarla, así aparece en una litografías elaborada en Londres en 1819 según indicaciones del coronel José Antonio Álvarez de Condarco; miembro del Estado Mayor sanmartiniano; conocido por su prodigiosa memoria visual.

 (Imagen: Francisco Gregoric)

Reproducción de la litografía sobre la batalla de Maipú (Thomas. E. Brown, Londres, 1819)

Detalle de la misma en donde se observa la bandera del Ejército de los Andes

b) Con el escudo en el centro del paño; otra de las posibilidades que originalmente pudo tener la bandera del Ejército Libertador:

 (Imagen: Francisco Gregoric)

c) Con el escudo horizontal. Esta disposición surge de la forma en que se exhibe la bandera reliquia ya recortada en sus extremos, considerando que el lado que la unía al asta era el que aparece sobre el Sol. Podemos afirmar hoy que este formato carece de rigor histórico, aunque por muchas décadas fue aceptado; hasta el punto que desde 1950 se la oficializó como insignia del Ejército Argentino, que vemos en la siguiente imagen:

 (Imagen: Francisco Gregoric)

Más allá de las variantes explicadas, para el tema de nuestro post los tres dibujos se refieren a un mismo diseño: blanco y celeste, en dos franjas. De esta de forma se ratifica la existencia de banderas bifranjas en los primeros años de nuestra Patria.

2.- La bandera del Batallón de Infantería 7 de Libertos

  
Bandera del Batallón 7, en 1813[1]                                        Detalle
(Foto: Carly Angenscheidt/ web Museo Histórico de Uruguay)

Las investigaciones del doctor Julio Luqui-Lagleyze y la museóloga María Cristina D’Andrea[2], a quienes seguimos; permitieron reinterpretar una reliquia que hoy se conserva en el depósito del Museo Histórico de Montevideo, que originalmente se inventarió equívoca y lacónicamente como “Bandera del Ejército de los Andes”. La unidad fue creada en junio de 1813 y se conoció como “Batallón de Libertos”; cuyo primer jefe fue el entonces teniente coronel Toribio de Luzuriaga; cuando se integró su planta fue reconocido como regimiento. Por su indicación se diseñaron sus banderas a fines de noviembre y en diciembre de 1813 fue enviado al Alto Perú. Se disolvió después de la derrota de Sipe-Sipe (1816) y sus efectivos se incorporaron al Regimiento 9. Los autores que citamos aportan en su publicación interesantes comentarios sobre la pieza.

En consecuencia, si analizamos la imagen expuesta[3] veremos dos banderas celestes y blancas con un arco y dos flechas cruzados, cuyo origen no es posible explicar. A los efectos del presente post, nos interesa señalar que la pieza prueba la existencia de banderas bifranjas en el año 1813.

3.- La bandera del Regimiento Patricios, en 1813

Reconstrucción de la bandera del Regimiento 1 “Patricios” en 1813
(Dibujo de Julio Luqui-Lagleyze)

Nuevamente destacamos los méritos del doctor Luqui-Lagleyze[4] cuyas investigaciones permitieron divulgar la descripción de la enseña usada por los Patricios incorporados al Ejército Auxiliador del Alto Perú, por entonces al mando de Belgrano. El relato consta en un manuscrito de autor realista de identidad desconocida que se preserva en Sucre. Transcribimos la cita pertinente: El Jueves 16 [alude al mes de septiembre] salió el No. 1 con 1400 hombres con su bandera de la Patria entre azul y blanco y una cruz al medio que tenía dicha bandera y arriba del escudo, en la lanza, la insignia de la libertad, dichas tropas salieron asimismo como las anteriores de mochilas, armamento, fusiles y los Santos Escapularios de la Generala Señora de las Mercedes”.

4. Un escudo que define una bandera
Dibujo del escudo de la Asamblea elaborado por Beruti - El mismo, pero coloreado

Juan Manuel Beruti (1777-1856) perteneció a la generación que protagonizó la Revolución de Mayo y los primeros años de la nacionalidad. Se lo conoce como miembro del Regimiento de Artillería; alcalde de barrio y comerciante. Su apellido inmediatamente nos remite a su hermano Antonio, uno de los “chisperos” radicalizados que actuaron en los “Sucesos de Mayo” de 1810. Juan Manuel se constituyó en un cronista de su tiempo dejándonos sus “Memorias curiosas” en forma de manuscrito, las que recién alcanzaron difusión cuando se publicaron en 1960[5]. Toman la forma de un diario personal donde el autor vuelca sus impresiones sobre los diversos sucesos ocurridos en su Bs. Aires natal entre 1790 a 1855. En una referencia muy poco citada por quienes escriben sobre la Bandera argentina nos cuenta sobre el escudo sancionado por la Asamblea General cuyos trazos consigna.

Dice sobre el mismo: “Las manos juntas significa la unión de las provincias y el gorro sobre el palo, la Libertad; la orla de olivas, los triunfos y victorias adquiridas, y los campos celeste y blanco nuestra bandera nacional”.
Bandera que Beruti vio en Bs. Aires en mayo de 1813 y 
que sirvió de modelo al escudo de referencia

Esta clara explicación nos señalan que la bandera que tuvo presente Beruti era habitual por aquél entonces en Bs. Aires (mayo de 1813), lo que ratificaría el diseño en dos campos, que habría tenido la izada por primera vez en Rosario, pero en posición invertida. En consecuencia, se asimila a la del Regimiento Patricios y a las dos que vemos en la enseña del Batallón 7; ambas datadas ese mismo año.

Conclusiones:
No se conoce con precisión cómo fue el diseño de la primera bandera nacional argentina.
Hemos cumplido con exponer las cuatro hipótesis que con los años desarrollaron diversos autores, las mismas que aún dividen pareceres.
Sintetizamos críticamente las principales referencias que avalan a cada posición.
No se cuenta con ningún documento que aclare la descripción que realiza el propio Belgrano.
El óleo pintado por Carbonnier al Prócer es un verdadero documento pictórico que expresaría la forma de la primera bandera. 
Este retrato, la prueba experimental que sugerimos y la documentación accesoria que aportamos, permiten afirmar que la tesis enunciada por Mario Belgrano Vega es la más sólida expresión de cómo pudo ser la bandera nacional izada en Rosario el 27 de febrero de 1812.
Apuntamos que: tan delicada cuestión como el diseño de esa primera Bandera ha sido presentada en forma muy parcial y hasta confusa en la mayoría de los estudios y materiales de divulgación que fueron publicados a lo largo de los años; aún en los que están disponibles en formato digital. Hay mucha “copia de copia”.

El primer izamiento en la versión del cineasta Sebastián Pivotto en el largometraje "Belgrano", 2010; producida y supervisada por Juan José Campanella


Notas y referencias

[1] Ver: http://www.mec.gub.uy/innovaportal/v/44767/33/mecweb/una-bandera-de-1813 En las fuentes qeu tuvimos en consideración se alude indistintamente al "batallón" y al "regimiento" 7 de Libertos. Obviamente estas designaciones no son sinónimos, nos queda pendiente dilucidar la correcta designación de la unidad.
[2] Mario Belgrano Vega Belgrano, tal su apellido completo, era descendiente directo del general Manuel Belgrano. Nació en París en 1884 y murió en Bs. Aires en 1947. Abogado, se dedicó a los estudios históricos y llegó a formar parte de la Academia Nacional de la Historia. Sin dudas que su principal obra es la biografía de su ilustre antecesor “Belgrano”, cuya primera edición vio la luz en 1927 y la última en 1941. También destacan “La Francia y la monarquía en el Plata” y “Rivadavia y sus gestiones diplomáticas”, ambas en 1933.
[4] LUQUI -LAGLEYZE, Julio M. y D’ANDREA, María Cristina: “Hallazgo de la bandera del Regimiento Nº 7 de Infantería de Libertos 1813 –1816”. En www.geocities.com/regimientosdeamerica/Articulos.html, consultado en 20 de diciembre 2014. 
[5] En “Biblioteca de Mayo”. Edic. oficial, Senado Nacional. Bs. Aires, 1960. 25 tomos.

Origen de la Bandera Argentina (Parte I)

CUATRO HIPÓTESIS SIN RESPUESTA sobre el diseño original de la Bandera nacional argentina


Por Miguel Carrillo Bascary

El 27 de febrero de 1812 es la fecha de la primera exhibición pública de la Bandera argentina. Ofrecemos esta síntesis argumental sobre los diseños que se especula pudo tener en su origen. En los links y notas que aportamos constan reenvíos a diversos documentos que fundamentan este post.
La enseña nacional argentina, dice la historia (y certifica la consideración general) nació el 27 de febrero de 1812[1], a la vera del caudaloso río Paraná, en el pequeño poblado que por entonces era conocido como Capilla del Rosario y que con el tiempo se desarrolló hasta convertirse en la ciudad de Rosario. Como recuerdo de su creación y primer izamiento en el sitio preciso del acontecimiento se levanta hoy el Monumento Nacional a la Bandera, inaugurado el 20 de junio de 1957. El todavía coronel Manuel Belgrano es reconocido como su creador. Como testigos de aquél momento inolvidable actuaron las fuerzas militares que estaban bajo su comando (fundamentalmente el Regimiento de Infantería 5, ex “Legión Patricia”) y el pueblo rosarino.
Vitral alegórico del primer izamiento
Catedral Metropolitana, Rosario[2]
Mucho se ha escrito al respecto, pero lo que más concentra la atención es el debate sobre cómo era esa bandera. De ella conocemos hasta la hora de su primer izamiento, pero no tenemos certeza de su diseño. Belgrano envió al Triunvirato un oficio[3] donde informó en detalle sobre los hechos, pero evitó dejarnos una descripción precisa. Se limitó a escribir sobre la bandera: “…la mandé hacer blanca y celeste, conforme a los colores de la escarapela”. Vemos entonces que el mismo Prócer nos señaló por qué uso estos colores; nunca aclaró la forma en que los dispuso. En lo único en que coinciden los historiadores es que el blanco predominaba sobre el celeste, bien fuera porque estuviera en primera posición o por tener una mayor proporción respecto del otro.
Surge entonces la siguiente pregunta que todos los argentinos alguna vez nos hicimos:
¿Cómo fue nuestra primera bandera, la izada en Rosario el 27 de febrero de 1812?
Intentar una respuesta ha consumido ríos de tinta y encendiendo las pasiones; cuyas brasas periódicamente se reavivan, hasta la actualidad. Pasaron ya dos siglos de aquél histórico momento pero no es posible llegar a una conclusión definitiva por falta de una información documental específica, aunque contemos con el relato de los acontecimientos que el propio Belgrano envió al Triunvirato[4]. Posiblemente nunca será factible disponer de alguna documentación contemporánea a la fecha que esclarezca la cuestión. Entendemos entonces, que para atender la natural curiosidad que todo argentino siente se impone una sola conducta: señalar las diversas hipótesis en debate, reseñando sus principales argumentos, para que cada interlocutor saque sus propias conclusiones. Creemos que ninguna de las versiones articuladas puede imponerse como si fuera verdad dogmática, pero interpretamos que es válido señalar aquella que posee argumentos con mejor respaldo.
Oficio de Belgrano al Triunvirato, Rosario; 27 de febrero de 1812
A más de doscientos años de aquél tórrido día rosarino son cuatro las posibilidades que plantean los estudiosos, según se expresa en las siguientes imágenes:
 
Fig. 1 - Sugerencia de Mitre
1. La teoría que sugirió Mitre[5] (1858), Figura 1. Se basa en la leyenda tradicional de que Belgrano se inspiró en la imagen de las nubes y del cielo para componer la primera bandera. Fue adoptada por la historiografía oficial desde mediados del siglo XIX; se consagró canónicamente a través del sistema escolar oficial y tácitamente se impuso como verdad dogmática durante muchas décadas. Carece de pruebas documentales. Diversas fuentes indican que el diseño de tres franjas se comenzó a usar aisladamente en 1813, aunque algunos sostienen que ya se empleaba en tiempos del Primer Triunvirato (1812) y que lo intentó imponer Rivadavia, su secretario, ni bien se enteró de los hechos ocurridos en Rosario[6]. Con el tiempo esta composición se difundió y eclipsó a otras manifestaciones[7]. Este diseño fue el que oficializó el Congreso General reunido en Tucumán, el mismo que declaró la independencia en 1816[8]. Más tarde, en 1818, la misma autoridad le agregó el Sol, tomado del sello de la Asamblea General Constituyente de 1813, y que se difundió en las primeras monedas acuñadas por las Provincias Unidas del Río de la Plata en el mismo año. En definitiva, este es el diseño oficial de la Bandera nacional argentina que fue convalidado reiteradamente a través de diversas leyes y decretos[9]

Fig. 2 - Parecer de Chaparro
2. El parecer de Félix Chaparro[10] (1940). Propuso el diseño de la Figura 2, sin aportar fundamentos verificables. Dijo que se basaba en “tradiciones orales” de su ciudad, pero no dejó registro de qué forma o por qué medios la recopiló. Ningún historiador rosarino de su época avaló esta supuesta tradición. En una publicación posterior (1957), Chaparro adhirió al criterio de Mario Belgrano (que veremos luego), sin explicar las razones que motivaron su cambio de opinión.

Fig. 3 - Teoría de Mario Belgrano
3. La tesis de Mario Belgrano Vega[11] (1927). Este académico señaló que la primera bandera fue como la expuesta en la Figura 3. Su criterio se funda ello en las manifestaciones de su ilustre antecesor, que dejó escrito haber dispuesto la Bandera “conforme a los colores de la escarapela nacional”. En consecuencia, el diseño de la Bandera surge de desplegar materialmente la escarapela en su forma original, centro celeste y corona alba, como se explica más abajo. La tesis cuenta en su favor con la existencia de un verdadero documento pictórico, el retrato al óleo pintado al Prócer, que posó personalmente ante el artista Francoise Carbonnier (Londres, 1815), en oportunidad de su misión diplomática en Europa (cuadro que reproducimos más abajo). Siguiendo los cánones de la composición pictórica vigentes en la época, se retrata al protagonista con un hecho o atributo que explique al observador alguna circunstancia de su vida; de tal forma que lo exprese de la mejor forma posible. En este caso vemos a Belgrano con señorial atavío acorde a la moda y, en una ventana, a su lado, ejecutada con una precisión de miniaturista, se despliega una escena de batalla donde se destacan claramente dos banderas de franjas horizontales, la superior blanca y la inferior celeste. En la misma composición hay quienes señalan la existencia de vestigios de dos banderas más, con la misma composición. Se entiende que Belgrano debió dar precisas instrucciones al artista sobre cómo deseaba ser caracterizado y cómo debían iluminarse las banderas y uniformes ya que éstos coinciden exactamente con los que se usaban en el Río de la Plata hacia 1812. Otras enseñas similares de la época aportan testimonios coincidentes: la insignia del Ejército de los Andes que llevó San Martín para libertar a Chile; la que se atribuye al Batallón 7 de Libertos, existente en el Museo Histórico de Montevideo[12]; una descripción de época de la enseña de los Patricios[13] y el relato del contemporáneo Juan Manuel Beruti[14], en sus “Memorias curiosas”. Esta hipótesis es hoy la posición oficial del Instituto Nacional Belgraniano[15].

Fig. 4 - Tesis de Fernández Díaz
4. La propuesta enunciada por Augusto Fernández Díaz[16] (1957), Figura 4. Este investigador considera que la bandera primigenia es una de las descubiertas en 1885 en la capilla de Titiri (Macha, Bolivia). La idea sigue el parecer del sacerdote que las halló, quién interpretó que habrían sido ocultadas allí luego de la derrota de Ayohuma (14 de noviembre de 1813). Una bandera, similar a la argentina actual, fue oportunamente cedida a nuestro país y se encuentra en el Museo Histórico Nacional (Bs. Aires). La otra, de diseño blanco, celeste y blanco es la que centraliza la atención de Fernández Díaz, hoy se encuentra en Sucre (Bolivia) y constituye la pieza fundadora del museo “Casa de la Libertad”. También se encontraron entonces otras dos banderas, azules y rojas, pero posteriormente se perdieron. Fernández Díaz dio a conocer su tesis en varios artículos que publicó en el diario “La Capital” de Rosario en 1957, contemporáneamente a la inauguración del Monumento a la Bandera en Rosario, por lo que alcanzó gran difusión. Cuenta con importante divulgación y, básicamente plantea una teoría conspirativa que procuraría ocultar cuál fue en su origen la composición de la Bandera. Más allá de las lucubraciones de Fernández Díaz no hay hechos que certifiquen su validez. Se cuestiona su relato por que, para llevar las enseñas a Titiri desde el campo de batalla, quién lo haya hecho debió atravesar las líneas españolas, trayecto que ponía en riesgo que fueran tomadas como trofeo con mucha mayor probabilidad que si se llevaba en sentido contrario. La principal objeción a Fernández Díaz surge del propio Belgrano que en su “Proclama a los pueblos del Alto Perú[17]”, fechada en Tucumán el 25 de febrero de 1814 dice: “He depositado en sus manos [las de su sucesor al mando, San Martín] la Bandera del Ejército que en medio de tantos peligros he conservado, y no dudéis que la tremolará sobre las más altas cumbres de los Andes, sacándoos de entre las garras de la tiranía y dando días de gloria y de paz a la Amada Patria”. En consecuencia, si en febrero de 1814 Belgrano disponía de la “bandera del Ejército”, que había conservado tras su derrota en Ayohuma, mal podía haberla hecho ocultar en la capilla de Titiri.

UNA COMPARACIÓN NOVEDOSA
Fernández Díaz esquematizó su visión trasladando la forma de la escarapela a un paño; sobre la que pretendió sustentar su razonamiento mediante el dibujo que elaboró en su tablero de dibujo y que reproducimos:

Siguiendo ese método simplificamos la traza de Fernández Díaz y la coloreamos, como resulta del Croquis “1”:

1  - Esquema de Fernández Díaz reproducido por Sebastián Schvartzman

2   -  Ilustración de Schvartzman, según esbozo de Miguel Carrillo Bascary
La tesis de Mario Belgrano, se concreta en el Croquis “2, con un resultado muy diferente al anterior. El dibujo se corresponde con: a) el informe que el Prócer hizo al Triunvirato contándole sobre los hechos de Rosario; b) las evidencias que surgen del retrato pintado por Carbonnier y c) los otros elementos icnográficos de la época que ya reseñáramos. Este desarrollo concreto fue esquematizado por el vexilólogo Miguel Carrillo Bascary, quién lo llamó “argumento basado en la construcción material de la primera escarapela” que puede explicarse mediante una prueba histórica de carácter experimental[18]:
Si tomamos una escarapela que posea la composición con la que fue creada: con centro celeste y corona blanca, la deshacemos y la estiramos en todo su largo, obtenemos una cinta similar a las banderas del cuadro de Carbonnier. Si magnificamos esta cinta y le damos forma de bandera tendemos el diseño sugerido por Mario Belgrano. Dicho de otra manera: estimamos que para armar la primera escarapela, se tomó una cinta bicolor con el blanco cosido sobre el celeste; la eventual costurera dio forma redonda a la pieza haciendo un “fruncido”, en el lado inferior de la cinta. Así se logró la escarapela, de centro celeste y corona blanca. Si posteriormente, cortamos el hilván ratificamos la mecánica expuesta pero con sentido inverso. Los alentamos a concretar la prueba en forma material, lo que es muy sencillo. El modelo elaborado en tela o papel permitirá experimentar lo explicado.

Los argumentos de Fernández Díaz y de Belgrano-Carrillo Bascary, se corresponden totalmente con la descripción que hizo el Prócer en su oficio al Triunvirato (27 de febrero de 1812); o sea, que la primera bandera era “conforme a la escarapela” decretada. Pero, si comparamos los argumentos de Mario Belgrano y de Fernández Díaz, se verá que el esquema del primero es mucho más natural y más concreto que el segundo. Este último solo puede concebirse sobre el tablero de dibujo donde nació. Por nuestra parte, interpretamos que en aquellos tiempos la simplicidad presidía las actividades humanas por lo que la tesis de Mario Belgrano resulta mucho más factible; además de contar a su favor con otros testimonios pictóricos y materiales.

  
Retrato pintado a Belgrano por Carbonnier en 1815. Por muchos años estuvo en poder de los descendientes del Prócer, finalmente se vendió al Banco de Olavarría y luego a la Municipalidad de esa ciudad; hoy se preserva en el Museo Municipal de Bellas Artes “Dámaso Arce”. Existen numerosas copias que no contienen la escena de nuestro particular interés; otras versiones la alteran pintando banderas trifranjas.

Detalle: se observan las dos banderas aludidas, con toda claridad

  
 Las banderas con un mayor aumento
Las dimensiones de cada bandera se corresponden con las que por entonces usaban la caballería y la infantería, respectivamente.


[2] Fotografía tomada de Internet, presumiblemente obra de Bambi García, publicada en “Vitrales sacros en Rosario”. Edit. Butteri y Grisolía, Rosario, 2010. 130 páginas. Atención: la composición contiene un error histórico evidente: muestra a un patricio izando la Bandera, cuando en rigor de verdad este rol fue cumplido por la más alta autoridad civil y política que se hallaba en Rosario, el regidor de tercer voto del Cabildo de la ciudad de Santa Fe, Cosme Maciel.
[3] Oficio, minuta y proclama fechados el 27 de febrero de 1812. AGN (Archivo General de la Nación). División Nacional. Sección Gobierno, Bandera y Escarapela, 1812 (X.44-8-29)
[5] Bartolomé Mitre (1821- 1906) fue un militar argentino, que llegó a gobernar la provincia de Bs. Aires y a presidir la Nación (1862 – 1868) a quién se considera uno de los representantes señeros de la Historiografía argentina. Fue el primer historiador argentino que basó su producción en documentos y en la recopilación metódica de las tradiciones. Su extensa obra se concreta fundamentalmente en “La Historia de Belgrano y de la Independencia Argentina” (edición definitiva de 1869) y la “Historia de San Martín y de la Emancipación Sudamericana” (última edición, 1890) A él se le debe el descubrimiento de los principales documentos que relatan el origen de nuestra bandera. De tendencia liberal, el prestigio que alcanzó en su tiempo lo transformó en referente principalísimo del pasado nacional. Conforme a sus obras, la Generación del 80 y la escuela que siguió sus postulados definieron los programas de estudio oficiales que rigieron por más de ocho décadas. Su extensa labor periodística como fundador del diario “La Nación” (Bs. Aires, 1870) estuvo en consonancia con esta visión. Como porteño que era no llegó trascender la visión localista del acontecer argentino; como masón, son evidentes los prejuicios culturales que surgen de sus obras.
[6] ROSENKRANTZ, Eduardo. “La Bandera de la Patria”. Ed. Grito Sagrado. Bs. Aires, 1988. 246 páginas.
[7] El más lejano e indubitable testimonio de una bandera trifranja se conserva en Tucumán, en el templo de San Francisco- Según los estudios de fray Luis Cano (“La primera bandera Argentina de Tucumán”, en Revista de la Junta de Estudios Históricos de Tucumán, Nº 3. Tucumán, 1970), se documenta en 1813 por lo que es factible que datara de fines del año anterior. Una reseña de esa obra, que nos realiza Juan Pablo Bustos Thames, puede leerse en http://www.elsigloweb.com/nota.php?id=138007. También consta la descripción de una enseña similar empleada como emblema de recluta en Potosí, en mayo de 1813; que fue dada a conocer por Julio Luqui-Lagleyze y María Cristina D´Andrea en “¿La más antigua descripción de la Bandera Argentina? en los “Anales Inéditos de Potosí – 1813”, Revista del Mar, Nº148. Buenos Aires, 1998. Por su parte, Gaspar Vigodet oficia al Ministro en España, con fecha 16 de octubre de 1813, escribiendo: “Nos enteramos que los rebeldes de Buenos Aires han enarbolado un pabellón con listas azul celeste a los costados y uno blanco en medio”. En 1815 se prescribió el uso de la bandera trifranja, celeste, blanca y celeste, en diversas patentes de corso. Ver por ejemplo: AGN, División Nacional, Sección Gobierno, Marina, Corsarios, 1812-1815, X. 5-1-2
[10] Félix Amadeo Chaparro (1887 – 1959). Nacido en Rosario se dedicó a la historia regional en muy variados tópicos, con una marcada percepción de la problemática social. Gran polemista. Su multifacética producción está teñida por las cambiantes visiones ideológicas que adoptó sucesivamente en su vida. Fue miembro correspondiente de la Academia Nacional de la Historia. Prolífico publicista; en lo específico destaca "Belgrano y los símbolos de la Patria",1942 (38 págs) y "La Bandera de Artigas o de la Federación y las Banderas Provinciales del Litoral",1951 (68 págs)
[11] Mario Belgrano Vega Belgrano, tal su apellido completo, era descendiente directo del general Manuel Belgrano. Nació en París en 1884 y murió en Bs. Aires en 1947. Abogado, se dedicó a los estudios históricos y llegó a formar parte de la Academia Nacional de la Historia. Sin dudas que su principal obra es la biografía de su ilustre antecesor “Belgrano”, cuya primera edición vio la luz en 1927 y la última en 1941. También destacan “La Francia y la monarquía en el Plata” y “Rivadavia y sus gestiones diplomáticas”, ambas en 1933.
[12] LUQUI -LAGLEYZE, Julio M. y D’ANDREA, María Cristina: “Hallazgo de la bandera del Regimiento Nº 7 de Infantería de Libertos 1813 –1816”. En www.geocities.com/regimientosdeamerica/Articulos.html, consultado en 20 de diciembre 2014.
[13] Ver “Banderas Históricas de los Patricios” de Julio Luqui-Lagleyze; en “Patricios de Bs. Aires” de Miguel De Marco e Isidoro Ruiz Moreno (Ediverb. Bs. Aires, 2001. 266 páginas). Además: http://www.revisionistas.com.ar/?p=6711
[14] Ver pagina 231 de Beruti, Juan Manuel. “Memorias Curiosas”. Reimp. Emece. Bs. Aires, 2001. 552 páginas.
[16] Augusto Fernández Díaz. Nació en Rosario, el 6 de enero de 1885. Falleció a los noventa y cinco años, el 7 de julio de 1980. Ingeniero civil, recibido a la temprana edad de 22 años. Su tesis “Obras de salubridad en Concordia” tuvo repercusión internacional. Hacia 1913 se dedicó a la explotación agropecuaria donde la soledad del campo fue terreno fértil para cultivar su pasión por la Historia que alimentó durante un largo viaje por los archivos de España y Francia (1929). Fue un metódico investigador y un decidido divulgador. Su pensamiento se volcó en decenas de artículos periodístico. Tuvo una gran producción historiográfica (cerca de 140 títulos). Polemizó con diversos estudiosos. En 1957 comenzó desde el diario “La Capital” de Rosario difundió sus estudios sobre la Bandera argentina, tarea que continuó hasta el año 1970. Solía decir: “Las búsquedas deben realizarse al margen de toda ideología, sin sentimentalismos, simpatías ni rencores”. Fue miembro de la Junta Provincial de Estudios Históricos de Santa Fe y de la Academia Nacional de la Historia.
[17] Archivo General de la Nación; Sala VII, 628. C.N.P.H. Donación del Dr. J. E. Uriburu, Archivo del Gral. Arenales. “Belgrano.1813-1814”, pág. 78.
[18] En “Belgrano”; pág. 95 de la obra conjunta compilada por Roberto Elisalde (Edit. Bolsa de Comercio de Rosario. Rosario, 2012. 410 páginas)